Era lunes en la mañana, Len un chico de rubios cabellos y ojos verdes, se encontraba atrapado en sus sueños, cuando la alarma sonó y lo despertó bruscamente, el rubio aun adormilado, apago el reloj, se levanto y se miro al espejo, su cabello estaba alborotado y sus ojos rojizos…, las clases comenzarían a las 7:00am, tenía que apresurarse, se dirigió al cuarto de su hermana gemela Rin, que para esos momentos todavía estaría dormida.
-Rin, es hora de levantarse.-dijo mientras la movía un poco, sus cabellos dorados se asomaban de las cobijas.
-mmm…Len, cinco minutos más…-dijo adormilada.
-no, levántate ahora.-dijo mientras le quitaba la cobija.- ¡vamos!-
-sí, sí, si.-dijo levantándose y yendo al baño. -estaré abajo dentro de poco.-
-bien hare el desayuno.-dijo el rubio bajando las escaleras con una sonrisa.
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Salieron de casa rumbo a la escuela, con sus uniformes, negros con amarillo.
-¡Len!-grito su hermana desde la mitad de la calle, mientras que su hermano cerraba la puerta.- ¡apresúrate si no…, no lo veras!-
-¡Rin!-dijo totalmente sonrojado el rubio.
-¿Qué? es la verdad, no veras a Kaito-sensei si no te apresuras.-dijo con una sonrisa la niña.
-vale, vámonos.-
Los dos llegaron a la estación de autobuses, un joven de cabello cortó y azul, con una gabardina blanca, con detalles azules, se paró a lado de Len, este estaba totalmente sonrojado.
-¡buenos días Kaito-sensei!-saludo Rin efusivamente.
-buenos días Rin…-dijo sonriéndole a la rubia.-hola Len.-dijo mirando al niño sonriente.
-H-Hola sensei.-dijo nervioso mientras bajaba la mirada apenado.
-¡oh!-exclamo Rin.-ha llegado.-
El autobús se paro en donde ellos y abordaron los tres juntos, había un lugar vacio que decidieron dejárselo a Rin.
-y bien…-dijo Kaito mirando a Len que todavía estaba sonrojado.- ¿Cómo te va como jefe de grupo?-
-¡¿eh?!..., B-Bien.-respondió el ojiverde hecho un tomate
-¿y tu Rin?-pregunto mirando a la niña sonriente.
-bien Kaito-sensei.-respondió Rin sonriente.
“¿Por qué?... ¿por qué nunca me sonríes a como Rin?”
-llegamos.-dijo Len seco y bajando rápidamente del autobús ante la mirada de su hermana y su sensei.
Los dos restantes bajaron de autobús y siguieron a Len.
-¿Estás bien Len?-pregunto su hermana.
-si.-respondió mientras aumentaba el paso.
-¡Len!-dijo Kaito tomándolo del brazo, el rubio se volvió a verlo, sus ojos se llenaron de lagrimas, trataba de contenerlas.- ¿Len? ¿Qué te pasa?-
-nada…-dijo tratando de esconder su tristeza.-Rin, es tarde Miku-sensei, no nos dejara entrar si no nos apresuramos.-
-eh…, si Len.-dijo la rubia dirigiéndose por su hermano.-nos vemos Kaito-sensei.-
-nos vemos.-dijo Kaito viéndolos irse.
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Pero, los hermanos, no fueron a la clase, se dirigieron a la azotea.
-¡Rin!-dijo molesto el rubio.-la clase comenzara.-
-¡qué más da!-dijo la rubia cerrando la puerta.- ¿Qué fue todo eso?-
-¿de qué hablas?-pregunto el ojiverde con la mirada baja.
-¿estás celoso?- dijo Rin acercándose a su hermano.-si estas celoso, debes decirle tus sentimientos a Kaito-sensei y el sabrá que hacer para no lastimarte.-
-¡tú sabes que no puedo!-dijo el pequeño en un mar de llanto.-si se lo digo…, me rechazara y nunca volverá a ser los mismo, me odiara.-
-¡no seas tonto!-dijo molesta la niña.- ¡si no se lo dices lo perderás!-
-¿eh?-Len miro a su hermana que ahora lloraba.
-¿quieres que pase lo mismo que con mama?-dijo sollozando.- Len…, no lo pierdas.-
-Rin…-el rubio se acerco a su hermana y la abrazo tiernamente.
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La clase de Kaito-sensei comenzaba, Rin, desafortunadamente, no estaba en ese grupo con Len.
-pasare lista.-dijo tomando sus hojas, Len miraba por la ventana, totalmente distraído.- ¡Kagamine Len!-
-¡Len!-susurro una de sus compañeras, Meiko.- ¡Len!-
-¡Len!-dijo Kaito acercándose a el rubio, Len salió de su trance.
-¡ah!, sensei…-dijo mirándolo de arriba abajo, después se sonrojo.-lo siento.-
-Len…-dijo mientras se acercaba peligrosamente a su rostro.- ¿Estás bien?, estas totalmente rojo.-
-¡wuuuaaa!, si estoy bien.-dijo totalmente nervioso por la cercanía de peli azul.
-te llevare a la enfermería.-dijo Kaito tomándolo de la mano.- ¡Meiko!, lleva las cosas de Len a la enfermería.-
-¡Sí!-dijo la castaña.
-¡todos tienen hora libre!-diciendo esto Kaito se marcho con Len a la enfermería y Meiko detrás de ellos.
Llegaron Kaito le agradeció a Meiko y cerró la puerta.
-puff.-suspiro y se tiro en la silla, dejando a Len totalmente confundido.
-¿P-Para que me saco de clase sensei?-pregunto el niño totalmente rojo.
-quería hablar contigo.-respondió mirando al confundido Len aun parado como estatua.-siéntate.-
-si.-dijo el rubio sonrojado, tomo una silla y la puso frente a Kaito.-pero, la enfermera llegara.-
-ah…, no.-dijo Kaito con una sonrisa, como o mejor que las que le daba a Rin.-soy el encargado de este lugar también.-
-¿De verdad?-dijo Len impresionado.
-sí, bueno, ahora al tema antes de que lo cambies.-dijo suspirando y tocándose la frente.- ¿Qué fue lo de esta mañana?-
Len abrió los ojos de par en par, luego bajo la mirada y puso su mano en su mentón.
-yo…, bueno es que yo sentí…-
La puerta se abrió de golpe, dejando ver a una chica de cabello verde largo sobre pasando las rodillas y recogido en dos coletas.
-¡Miku-sensei-dijo sorprendido Len.
-Kaito-sensei.-dijo tomándolo del brazo con una sonrisa.-recuerda que la reunión en mi casa es la 7:00pm ¿sí?-
-Miku-sensei, ya lo sé.-dijo fastidiado.-estoy en algo muy importante ahora, hablamos después.-
-¡que malo!-dijo haciendo un tierno puchero.-soy tu novia después de todo.-
Len se quedo pasmado, las lágrimas volvieron a inundar sus ojos, se levanto y trato de cubrir su rostro con su flequillo.
-lo siento sensei, tengo que irme.-dijo mientras corría y tomaba sus cosas, saliendo lo más rápido posible del lugar.
Se dirigió a la azotea y se tiro al piso de rodillas, llorando desconsoladamente, tallándose los ojos y sollozando
-Kaito…, YO…¡¡¡YO TE QUIERO!!!!-decia sollozando.
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Las clases terminaron…, Rin y Len, se dirigían a casa, el rubio sabía que se encontrarían allí, en la parada del autobús y que Kaito le interrogaría…, pero, ahora a él no le quedaba duda…, Kaito, seguramente solo lo veía como un estudiante más o como un hermano.
-¿ya van a casa?-pregunto la voz del sensei detrás de ellos
-si.-respondió Rin con una sonrisa.
-¿Rin?-dijo Kaito acercándose a su oído.-¿puedo ir con tu hermano a otro lugar?-
-¿Eh?-Rin lo miro.- ¿para qué sensei?-
-solo, quiero hablar con el.-respondió con una gran sonrisa.-te aseguro que estará bien.-
-bien, pero, llévalo temprano a casa Kaito.-dijo la niña con una sonrisa.-bien los dejo ¡nos vemos!-
-¡¿eh?!-exclamo sorprendido Len.- ¡Rin! ¡Espera!-
Pero fue tarde, Rin había subido y el autobús había partido, dejando solo a Kaito y Len.
-¿nos vamos?-dijo Kaito al oído del rubio.
-¡no hagas eso Kaito!-dijo sonrojado.-vámonos.-
Diciendo esto tomaron rumbo a un café cercano, se dirigieron a una mesa para sentarse, el mayor, se sentó fácilmente, mientras que Len le costaba trabajo, pues la silla era demasiado
alta.
-¿te ayudo?-dijo Kaito mientras se levantaba de su silla y tomaba a Len entre sus brazos.-tienes que crecer un poco.-
-cállate.-dijo Len sonrojado.
-bien…-dijo dejándolo en la silla y sentándose de nuevo.-¿Qué vas a pedir?-
-un helado.-respondió Len.
Teniendo su orden lista Len comenzó a comer su helado, había decidido estar lo más normal posible…
-Len, tengo hablar contigo.-dijo Kaito rompiendo el silencio, Len dejo de comer, dejando residuos es sus comisuras.
-¿eh? ¿De qué Kaito?-pregunto inocente.
-bien, tu sabes que tu madre, me dejo a cargo de ustedes cuando murió… y desde entonces ver su felicidad ha sido mi prioridad.-dijo suspirando.-entonces… ¿Qué paso hoy en la mañana?-
-Kaito…-dijo limpiándose…-yo…, no quiero que me odies…-dijo bajando la cabeza.-no quiero, que te alejes de mi.-
-¿de qué hablas?-pregunto el ojiazul mirando al niño
-Kaito…, prométeme…, que no me odiaras.-dijo Len con lagrimas en los ojos.
-no te odiare, nunca podría hacerlo Len.-dijo el mayor tomando su mano.-ahora…, dime.-
-Kaito…, tu…tu…-Len, no encontraba las palabras correctas, se apoyo en la mesa y se acerco a Kaito, este no se aparto, los labios del rubio hicieron contacto con los del peli azul.
Los ojos de Kaito, se abrieron de par en par, mientras que el niño, profundizaba el beso, la gente los miraba, pero, a Len, le importaba un comino, sorpresivamente, Kaito lo separo.
-Len…-dijo mientras que el pequeño abría los ojos.-yo…, tengo novia…, además que…, somos hombres y que eres mi alumno.-
-y un encargo de mi madre.-susurro triste.-lo siento…, eso es lo que quería que supieras…-
-¿desde cuándo?-pregunto Kaito.- ¿desde cuándo Len?-
-desde que tenía 7 años…-respondió sonrojado.-han pasado 5 años de callarme este sentimiento.-
Kaito bajo la mirada, saco su cartera y dejo un billete en la mesa, tomo a Len de la mano y lo llevo fuera.
-Len…, te llevare a casa.-dijo seco, Len lo miro, luego comenzó a llorar.
Caminaron a la estación de autobuses y alli, comenzó a llover.
-demonios.-susurro Kaito.
-me iré solo.-dijo Len mientras soltaba a Kaito.
-no, le prometí a tu hermana llevarte.-dijo Kaito molesto.-vayamos a mi casa, queda más cerca.-
El rubio no dijo nada más y subieron al autobús en dirección a casa de Kaito, llegando, subieron a su habitación.
-eh… ¿Qué te prestare?-decia Kaito mientras que Len estaba parado a un lado de la cama empapado.- ¡ten!-
Se acerco al niño y le dio un suéter beige.
-es muy grande.-dijo Len mirándolo.
-vamos póntelo, si no enfermaras.-Kaito se quito la gabardina.
Len se quito la camisa, dejando ver su torso desnudo, el peli azul lo miro y se sonrojo.-eh…, llamare a tu hermana para decirle que te quedaras aquí.-
-si…-dijo el niño poniéndose el suéter y quitándose el pantaloncillo corto, Kaito salió lo más rápido posible de allí y llamo Rin y después a Miku, diciéndole que no podría asistir a su reunión, pero, que se lo compensaría después.
Kaito se dirigió a la habitación, el niño estaba sentado y se había desatado el cabello, sus piernas se veían tan blancas y sus mejillas se veían sonrosadas.
-entra a la cama que hace frio.-dijo Kaito sonrojado al ver a Len en esa forma.
-¿Kaito?-dijo Len, levantando las cobijas de la cama.- ¿me odias?-pregunto con miedo
-no te odio Len…-respondió Kaito mientras tomaba al niño del hombro.-solo date cuenta, de que esto jamás podrá ser, porque para mí eres como un hermano.-
-lo sé.-dijo el rubio metiéndose a la cama
-dormiré en el sofá.-dijo el mayor tomando una cobija y una almohada.
-no.-dijo Len jalando su manga.-duerme conmigo, como antes.-
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