Las luces. Brillantes, pequeñas, atrayentes.
Hipnotizándolo, llevándolo a otro mundo olvidando por momentos a la persona a su lado. A esa altura todo era diminuto, pero a causa de la oscuridad de la noche lo único que lograba apreciar eran esos endemoniados puntos blancos.
Suspiró. ‘¿Y quién carajo me mandó a mí a estar acá?’ y las sonrisas sutiles de los demás miembros atravesaron su cerebro como balas al momento en que supo que irían tan solo ellos dos. ‘Mal nacidos’ apretó los dientes transformando en puños sus manos.
No soportaba estar ahí, con aquel a su lado. No soportaba respirar el mismo aire, su presencia, la respiración ajena, tranquila y acompasada, tan diferente a la suya misma, acelerada y entrecortada. El calor del día no ayudaba, a pesar de que el sol se había ocultado los treinta y cinco grados seguían presentes.
No quería escucharle hablar, ni que le mirase ni tocase, quería evitar todo contacto con él. Cualquier acercamiento. Pensamientos frívolos, asquerosos. ‘Vamos, lo único que no soportas es tener esa batalla campal dentro tuyo a causa de tus sentimientos’ su subconsciente le hablaba dando en el punto justo. Tocando el tema que él siempre evitaba, ignoraba, no aceptaba.
-YooChun- dijo al aire, mirando aún por la ventana, como si en verdad estuviese solo. Pero sabía perfectamente que no miraba el exterior que se le presentaba desde esa rueda de la fortuna, en la parte superior en la cual hacía como diez minutos que estaban detenidos, sino al reflejo de aquel chico que ahora lo observaba atento a que continuase. Aquel al cual no se atrevía… al que no quería enfrentar –Repíteme la razón del porque estamos en este parque porque realmente mi retraso mental no permite que termine de razonarlo- seco, molesto, incómodo. Una orden para nada dulce y poco táctil salió de su boca ‘Ocultándome bajo una máscara falsa de antipatía’
El otro tan solo observó el techo y luego de un suspiro contestó.
-Por décima vez Hyung, las entradas vencían hoy. Y aunque pregunté a los demás ya todos estaban con sus propios planes para esta noche. Así que casi me arrodillé ante tu persona para que me acompañases. ¿Realmente es tan difícil asimilar esa respuesta?- el menor resopló con fastidio girando su rostro nuevamente hacia Seoul. No porque le interesase, sino para ocultar su sonrojo.
YunHo frunció el seño, sin poder identificar si era por que ante su casi-no-voluntad había sido arrastrado hacía ese lugar poco atrayente para él, o porque había sido la opción de descarte del menor.
Inconscientemente dirigió su mano izquierda que reposaba sobre el asiento hacia la de su compañero. Tomándola entre la suya, entrelazando sus dedos. Una sonrisa se formó en su rostro en el instante en que fue correspondido en el agarre. Porque sabía que no era casualidad que los chicos dijesen que no, de que sus ‘planes nocturnos’ fuesen una farsa de momento, que el menor mintiese sobre la razón cuando realmente las entradas tenían fecha próxima de vencimiento para dentro de cinco días más, porque sus nuevas actividades juntos después de la breve separación de DBSK comenzaban mañana, porque el tiempo se agotaba.
Porque sabía que ese chico sentía lo mismo que él y sabía interpretar esas malas actitudes y contestaciones que le daba. Porque a pesar de todo le era difícil aceptar que estaba enamorado de YooChun. El poder decirlo en voz alta, seguro de sí mismo.
Porque a pesar de todo… ambos lo sabían.