"-¿Un nombre?
-Akira.. -¿Un número?
-27
-¿Un deseo?
-Sus labios.
-¿Un regalo?
-Su corazón
-¿Un secreto?
-Amo a Akira desde siempre"
¿Cómo olvidar aquél rostro de incredulidad que le ofrecía aquél profesional? Se veía joven, y con poca experiencia, por lo que era algo quizás obvio que se impresionara un poco con que su paciente lo relacionara todo con ese tal "Akira.
Takanori sabía perfectamente que en unos pocos días sería deribado al departamento de psiquiatría, ya había pasado por ello año tras año. Por un tiempo creyó que podría mantenerse alejado de aquella situación obsesiva. Sí, padecía un amor obsesivo, o enfermizo si pudiera llamársele así. Alguna vez pensó que el irse de su ciudad natal quitaría todos aquellos sentimientos hacia el rubio, pero no,sólo hizo que se enamorara aún más. Sólo hizo que lo extrañara y necesitara aún mas de lo que ya lo hacía a diario.
Día 24 de noviembre, 19.00 hrs. Consulta del doctor Kasamaza.
# Segunda seción.
El paciente sentado en aquél sofá larguísimo. No se le apetecía más que mirar por la ventana, o eso creía el castaño frente a él. Aun que muchos preferirían recostarse en aquel mueble tan cómodo. …l sólo se sentaba en la esquina a mirar las hojas de los árboles de tono rojizo pegar a a la ventana,contrastando perfectamente con el color del cielo, atardecía. Soltó un suspiro y dió vuelta la mirada hacia aquél joven de mirada intrigante que yacía en el sofá mirándolo tras sus lentes.
-Tenía casi ocho años.-Sonrió ampliamente. Su mente llena de recuerdos, sus ojos llenos de alegría y tristeza a su vez. Su corazón... tan puro y lleno de él. Su alma, sólo para él. -Ya casi era mi cumpleños, Akira era mi amigo hace un par de días. Lo había conocido gracias a mi hermanastro que con su adorable sonrisa siempre lograba simpatizarle a todos. No cómo yo que siempre estaba sólo, aun que tenía a mi infaltable amigo Kai. No era lo mismo que tener a Yuu y sus millones de amigos a mi alrededor. Un día Yuu tuvo un accidente, no fué muy grave que digamos, de todas formas estuvo en el hospital internado por casi dos semanas, ya que mis padres trabajaban durante largas horas, y era obvio que en el hospital iba a tener un mejor cuidado. Luego de la escuela, iba a verlo sin falta. Akira me acompañaba por que el también quería ver a Yuu. A Aki chan tampoco le querían mucho en el colegio, tambiéntenía un sólo buen amigo, mi hermano. Siempre me acompañaba a casa, a veces se quedaba a cenar, o se quedaba a dormir por que volvíamos demasiado tarde del hospital, y nadie podía ir a buscarlo a esas horas a mi casa, ya que era realmente peligroso. El quinto día de la hospitalización de Yuu cumplí ocho años, claro en la medianoche.-Sonrió.- Esa tarde Aki chan no pudo acompañarme por que tenía que hacer los deberes de la escuela y ayudar a su abuela en casa. Esperé a que fuera muy de noche para irme a casa, ya que iba a sentirme muy triste y solo si llegaba mas temprano, estaba muy oscuro. No recuerdo haber sentido miedo, era pequeño así que en caso de peligro podía esconderme o escurrirme hacia donde se me antojara, había gente realmente escalofriante en las calles, por lo que me dispuse a correr hacia mi casa, ya casi llegaba. Eran las doce de la noche, estaba todo en penumbras, papá y mamá seguían en el trabajo. Así que saqué mis llaves y me acerqué a la puerta, y vi a alguien sentado en el piso, me miraba. Era Akira con un regalo entre las manos.
"-Feliz cumpleaños Taka chan
-¡Aki chan es el mejor!"
Nunca lo olvidaré de él, todos los años a las doce de la noche me llamaba o golpeaba mi puerta para desearme un feliz cumpleños.-Sonrió apoyando sus manos en el sofá, mirando de nuevo el cielo.-Aki chan siempre iba a casa a estudiar conmigo, nunca fui muy buen alumno que digamos, según él, no sacaba provecho a todo mi potencial, por que luego de esforzarme, a mitad de año me subieron de nivel. Aki chan me decía superdotado, entonces comenzamos a pasar mucho más tiempo juntos, se sentaba conmigo en el salón, se la pasaba en mi casa, porque Yuu no estaba nunca conmigo, y Akira temía que me pasara algo malo, cómo si el fuese muy grande y fuerte.-Rió mirando su muñeca, en ella una pulsera.- Ahorré mucho para su cumpleaños, y le regalé un juego de pulseras, una era para él, claro que la mas linda, y la otra era para mi. Era una promesa, íbamos a ser amigos para siempre.-Nuevamente sus ojos tomaron ese extraño brillo, pero expresaba tal felicidad que hacía sonreír a cualquiera.- Un día llegamos a casa y estaba Yuu, lo vi besando a su mejor amigo, y le tomé la mano a Akira, creo que estaba demasiado asustado al ver a dos chicos juntos, pero yo sólo tenía ocho años... Luego de eso asumí que era algo normal, a Yuu no le gustaban las chicas y punto. Pero yo no sabía que a mi tampoco...
En sexto grado una niña quería quitarme a Aki chan, siempre estaba con él, por lo que yo quedaba sólo todo el tiempo. Siempre le decía que estaba bien y le sonreía, pero no estaba bien. Sin él todo era triste, pero ahora no estaba tan sólo por que Yuu y Shima siempre estaban en casa, a pesar de que se la pasaban encerrados en su cuarto. Se que alguna vez los vi haciendo el amor y corri hacia la casa de Aki chan por que tenía miedo. También era algo sumamente normal, pero yo no lo sabía. …l me abrazó mucho, y me besó para que me calmara. Eso lo había aprendido de Yuu, siempre funcionaba para tranquilizar a Shima. Los dos sólo reíamos sin sabes que habíamos cometido un grandísimo error.
Una hora, una hora ya había pasado desde que aquél pequeño llevaba sentado en el sofá contando pausadamente su historia. El castaño frente a él, seguía observándolo concentradamente, de vez en cuando llevando su taza de café hacia sus labios. El rubio miró su reloj de muñeca.
-Debo irme.-Susurró levantándose rápidamente, tendiéndole la mano al castaño.
-Nos vemos... la próxima semana.-Sonrió estrechando su mano. El menor asintió saliendo de la sala y miró el cielo por el gran ventanal de la sala de espera, ya estaba completamente oscuro, y la luna se asomaba tímidamente por el cielo. Se puso su sombrero color negro, y sonrió ingresando al ascensor. Luego de una caminata bastante larga, llegó a su departamento. Acomodó su abrigo en el perchero, y se tendió sobre la cama para dormir.
-Buenas noches Aki chan.-Susurró abrazando un osito de felpa con una cinta roja amarrada a su cuello.
29 de noviembre, 19.00 hrs. Consulta del doctor Kasamaza.
# Tercera seción
-¿Debo continuar con la historia?-Preguntó dirigiendo su mirada hacia el piso alfombrado de color negro.
-Sólo digame lo que quiera.
-Quiero hablar de Aki chan.
-Entonces continúa por favor.-Murmuró tomando un bolígrafo plateado con un grabado "O.H ♥ K.K.". Al Matsumoto no se le fué de las manos aquél detalle, por lo que no dudó en preguntar.
-¿Regalo de aniversaio?
-Si.-Sonrió.
-¿Puedo saber su nombre?
-Ogata Hiroto, es un chico.-Respondió sonriéndole nuevamente.
-Ustedes también deberían hablar.
-¿Eh?
-¿No es que los psicólogos sólo escuchan?, también deberían tener un momento de opinar.
-Pero debemos escuchar y estudiar lo que le sucede a nuestros pacientes. Sé que estás ansioso por contarme que pasó con Akira, por favor necesito que me cuentes todo.
-Claro.-Sonrió mirándolo a los ojos. Aquél era un día feliz, el color rosa del cielo comenzaba a desvanecerse tras la respiración del rubio, que aún permanecía con aquella mueca en el rostro. Parecía un niño, realmente seguía siendo alguien infantil. Un niño enamorado de su mejor amigo.
Recordar su primer beso con Akira lo dejaba anonadado por unos cuantos segundos. Su mentesólo volaba al pasado para sentir sus suaves labios, los hermosos labios de su Aki chan.- Yuu y Shima nos descubrieron.-Rió.- Un día de invierno después de la escuela fuimos a un parque, estaba todo nevado, era precioso. Claro que nada se comparaba con la belleza de Aki chan. Ya no era nada cómo antes. Teníamos 13 años y Akira había tinturado su cabello, por lo que su mamá lo castigó y con suerte podíamos ir a ese parque, por que era cerca de laescuela. Akira se veía precioso de todas maneras. Sostenía su mano y me apoyaba en su hombro. …l se volteaba y me besaba. Yuu pasaba por el camino y Shima le gritó que nos amábamos, yo reí avergonzado, y todos los demás sonrieron. Yuu los sabía, nos amábamos pero teníamos mucho miedo, además aún no teníamos claras muchas cosas. No podía estar con él por mucho que Yuu y Shima me audaran a taparlo todo, e hicieran montón de cosas para estabilizar algo entre los dos.-Sonrió sonrokándose delicadamente.- Hasta que accedimos, fuimos novios por dos años, pero claro, terminamos... Por que a él aún le gustaban las chicas. Era un hombre, y yo era una niña para él, que tonto ¿no?
Sólo jugábamos, al menos él lo hacía, por que yo lo amaba en serio. Shima me comprendía totalmente, con la diferencia de que llevaba años con Yuu, y a pesar de sus problemas siguen juntos en todos éstos años, imagínese, casi diez años juntos, y nada los ha derribado. Tal vez siento envidia hacia ellos por que nada ha logrado separarlos jamás, quizáses por que Yuu lo ama de verdad, al igual que Shima.
Aun que yo amara totalmente a Akira, si él no lo hacía lo valía nada. Era todo tan injusto, pero Aki chan no era malo, de seguro sólo quería intentar algo nuevo, o quería una familia y esas cosas. Yo no era el correcto, ¡Pero aún así yo lo amo!-Exclamó apretando sus puños.-No quiero dejarlo atrás, por que vivo por él. Por que el algún día va a volver por mi, Aki chan me ama, Yuu me lo dijo, Shima también lo sabe... ¡Akira no está con nadie por que me espera!-Gritó agarrando su cabello mientras comenzaba a llorar fuertemente.
-Takanori, tranquilízate por favor.-Dijo mirándolo seriamente, para luego levantarse hacia él.-Ten.-Agregó tendiéndole una caja de pañuelos.- ¿Podrías contarme a que te lleva todo ésto y como te sientes?
-¡He visto a Akira!, no son alusinaciones o algo así. …l está aqui... Me mira.-Sonrió.- Me mira cómo si fuese un desconocido.-Aquella mueca, y su mirada de un segundo a otro se tornaron melancólicas. No se daba cuenta dle horrible y cambiado aspecto que tenía. A pesar del maquillaje, sus ojeran se veían oscurísimas en su ténue color de piel. Sus ojos rojos, de seguro por el cansancio, no dormía bien para nada, por lo que permanecía cansado todo el tiempo, cosa que no ayudaba mucho en su estado físico. Estaba mucho más flaco de lo normal, pero no todo era negativo. Su rostro había cambiado, ya era un hombre, aun que el dije de niño que tenía jamás iba a abandonarlo, y su cabello era de color rubio platinado. Así su Akira difícilmente podría reconocerlo.
Además de que siempre estaba muy abrigado, y nunca se quitaba las gafas, con la excepción, claro, de cuando se leantojaba. Y con toda lagente en la ciudad, las posibilidadesde ser reconocido eran una en un millón.
-Me siento...-Susurró desviando la mirada.-vacío.