Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

My obsession por xogreplay

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Hubo un gran silencio, era extraño y pesado, de esos que te incomodaban al segundo y lograban cortar la alegría del ambiente así como por arte de magia. Con un leve movimiento miró el reloj en su muñeca, una hora ya pasada.

-¿Tan rápido?-Se preguntó así mismo bastante sorprendido, el tiempo se le pasaba como si nada desde hace mucho. Sin su Akira, sólo depositaba sus esperanzas en sus sueños. Las noches eran probablemente lo mejor que tenía el día para él.

-Si quieres puedes quedarte un rato más, eres el último a éstas horas.

-No es necesario.-sonrió levantándose del sofá.-Muchas gracias.. -Por nada, es mi trabajo. Pero necesito que vuelvas lo antes posible -¿Por qué? -No es nada, no te preocupes, son sólo asuntos algo complicados por mi parte. -¿Está bien pasado mañana? -Si.-Respondió tomando una pequeña libreta, leyendo una de sus hojas detenidamente. Y nuevamente tomó su sombrero y partió camino a su casa, pero ésta vez, Takanori no sonreía. 25 de noviembre, 16.00 hrs. Consulta del Dr. Kazamasa. # Primera seción.

-Necesito pastillas para dormir.-Dijo apresuradamente sentándose en aquél sofá.

-Para darle algún medicamente, primero debo diagnosticarlo.-Respondió bajando la mirada, mirando detenidamente un serie de documentos entre sus manos.

-Lo sé, pero realmente los necesito.

-No le aseguro que cuando termine de hablar se las dé, pero al menos haga el intento, créame que le servirá de alguna manera.

-E-es un niño, bueno ya no, ahora ya es un adulto... Pero no me deja en paz, no es que el no quiera hacerlo, es algo obvio que el no lo hace al propio, no es malo en ningún sentido.-Sonrió.-Pero está siempre en mi mente, no puedo dormir tranquilo jamás pensando todo el maldito daño que le hize. Sus lágrimas... Todo lo que lo hize sufrir cuando lo dejé.

-Cuénteme desde el principio por favor.

-Éramos amigos, y-yo lo conocí por su hermano mayor, el era unos de mis pocos amigos, mi mejor amigo de hecho, Shiroyama Yuu.Tuvo un "accidente", por llamarlo de alguna forma claro, y comenzé a ver a su hermanito la mayoría del tiempo. Lo acompañaba a visitar a Yuu hasta el hospital, y todo ese ajetreo por ese idiota. Luego de eso, siempre lo acompañaba hasta su casa, sus padres me daban de cenar y cuando se nos hacía demasiado tarde, por los caprichos del enano, me quedaba dormido abrazado a Taka chan. No pude alejarme de él cuando todo hubo ya terminado, era una persona bastante especial... Muchas veces tenía que ayudarlo a para que estudiara, a diario le daba clases, o algo parecido, por que a el no le gustaba para nada, y gracias a eso, lo pasaron de curso a mitad de año. Recuerdo que para el primer cumpleaños de Taka que pasamos juntos, Yuu seguía en el hospital. Justamente ese día no pude acompañarlo por mi abuela, asi que corrí asu casa antes de que dieran las doce de la noche, y esperé a que llegara el enano adorable ese. Estaba demasiado feliz...

En mi cumpleaños me compró un juego de pulseras, una para y otra para él, era una promesa... No creo que se la haya quitado por que para el era muy importante, al igual que para mi. Al menos yo, no tengo la voluntad de poder quitármela jamás, vivo de su recuerdo, aun que me atormente siempre...

Cuando vió a Yuu besando a Shima, casi se cae de espaldas.-Dijo acompañando su amargo tono de voz, con una risita suave.-Y se asustó demasiado, creo. Él no sabía que a Yuu no le gustaban las chicas, así que no era nada en especial realmente, no lo culpo por ser tan inocente.

Había una niña que me molestaba bastante, tanto así que no podía estar con Taka ni un segundo del día. Siempre me sonreía aun que sus ojos aguantaran las lágrimas, le dolía mucho, y a mi también.

La primera vez que besé a Taka fué por que estaba demasiado asustado, siempre fue muy infantil para todo tipo de cosas, no como otras personas de su edad. Era mi personita especial... Pero sin más lo dejé ir, ¿Seré idiota?-Bajó la mirada y luego la dirigió hacia el reloj de la pared.-Lo siento ya debo irme... Vuelv la próxima semana, supongo.-Lo había comprendido en su totalidad, nada de pastillas para tapar la realidad. Ninguna otra excus, sabía que debía pasar por todo lo que sabía que lo ayudaría o lo haría más fuerte d euna forma u otra. En definitiva debía hacerse alguien más fuerte para así algun día ser capaz de sonreír sinceramente sin que el asunto se tratase de su Takanori.

Un nuevo sentimiento se hacía un espacio en su alma, tal vez la curiosisdad lo vencía, y sí, quería averiguar si ese tal Koharu Kazamasa estaba dispuesto a ayudarle sinceramente. Aun que de extraña manera, notaba algo diferente en aquel doctor que lo hacía peculiar entre todos.

-Nos vemos la próxima semana.

 

30 de noviembre, 16.00 hrs, consulta del Dr. Kasamaza.

#Segunda seción

 

-No pasó mucho tiempo cuando Yuu empezó a preguntarme insistentemente si me gustaba su hermanito menor. No podía decirle que sí, de todas formas mis acciones hablaban mucho mejor que yo. Si, lo amaba demasiado, cada fibra de mi ser estaba extasiado por su perfume, y su sonrisa, aun que ahora que lo pienso siempre fui un maldito idiota... Es claro que lo sigo siendo.

Terminamos siendo pareja gracias a la constante sujertión de Shima, era demasiada presión como para no terminar gritándole en la cara a Takanori que lo amaba más que a todo, y él me respondió de la forma más cursi que pudo salir de sus preciosos labios.

Nunca voy a arrepentirme de haberlo conocido, pero si me arrepiento de haberlo dejado, de haberle hecho daño, y haberlo amado de una forma tan putamente dolorosa. Siento que me atormenta, no puedo estar realmente tranquilo estando su sombra presente a mi lado. Es cómo si su lado triste estuviera siempre tomándome de la mano, y aun que intentara secarle las lágrimas, abrazarlo, o si quiera hacerlo sonreir, no podría, por que dolorosamente Taka no es algo real. Lo siento conmigo, su calor, su peculiar aroma, pero no está.

Escucho su llanto en mi mente, y sus súplicas todo el tiempo, pero no puedo hacer nada por que no soy más que un mentiroso. Tenog miedo de mi mismo, y de todos los errores que puedo cometer, encontrar a Taka y en vez de repararlo todo, terminar quebrándolo aún más.

Le rompí el corazón y sólo por que se me antojó. Gracias a mi bendita estupidez lo separé de Shima y su hermano, de su mundo en sí. Aun que haya dicho mil y una veces que era por él, no era cierto, no podía estar en la ciudad teniendo recuerdos en todas partesm igual que yo.

Mandé su vida a la mierda, todo lo que tanto le había costado construir al ser alguien tan diferente... Sólo con decirle que quería dejarlo, fue cómo haberlo matado. Fue algo demasiado cruel, la desición mas tonta e inmadura que pude haber tomado, lejos la más estúpida en mi vida. Ni si quiera tenía razones para dejarlo ir... Quizás sentía miedo, realmente no tengo ni la menor idea del terror que me invadió, y todo el revoltijo de sensaciones que nos hizo mierda.

Quiero sacarlo de mi vida completamente, y quitarme todo el peso que llevo encima. Por que gracias a mis palabras lo dejé al borde de la muerte por fuera. Por dentro debió haberse marchitado...

¿Cuantas veces habrá abierto su piel en un intento por respirar un aire diferente y probar el sabor de la muerte?

Quiero verlo, quiero saber cómo está, y hablar con él. Saber si es feliz o no... Volver a enamorarlo. Aun que sea ya demasiado tarde, ¿A dos meses de mi boda con esa chica que me quería lejos de Taka?, soy un imbécil, lo sé.

Olvidarlo no es lo que quiero realmente, sólo busco su mirada inocente entre la gente, pero no está. Muchas personas me dejan con una terrible  incertidumbre, pero si alguno de ellos fuese Taka sólo desviaría la mirada, sonreiría, y brillaría para si mismo. Sería capaz de resaltar entre todos sin siquiera hablar.

Lo quiero conmigo otra vez, tomar sus suaves y pequeñas manos, jugar con sus dedos, sus cabellos... Besarlo hasta quitarle el aire, y estar con él para siempre.. Sería demasiado feliz si sólo se me diera un momento en la vida a su lado, es lo único que me falta para ser feliz, el complementaría mi maldita vida.-Si, Takanori tenía razón, Akira lo amaba demasiado. Pero su rubio, ¿Era capaz de llegar a ese tal grado de una mentira, cosa de tener que casarte oara disimular que no amas a tu ex novio?. Ahora sólo le quedaba la única oportunidad de darse cuenta de que aquél pequeño rubio que veía todos los días con la mirada baja sentado en una banca bajo la nieve, era su Taka, y no debía quedarle duda alguna de que éste lo recibiría con los brazos abiertos. Después de todo aún se amaban.

Aquellos que desde pequeños construyeron sus vidas juntos, se amaban eternamente.

-Soy un idiota, se que sólo soy un mizerable humano, y todos cometemos errores, pero yo sólo puedo ser tan maldito, ¿Tenía que buscarme a otra persona?, sólo sería capaz de terminar con toda ésta estúpida mentira si el estuviera aquí, si dejara descansar su cabeza sobre mi pecho una vez más.- Su amado Takanori más que una persona, era su héroe, su esperanza, su TODO, desde su felicidad hasta su tristeza, su vida hasta su muerte. Pero nuevamente algo le jugaba en contra, ¿Cómo lo encontraría?

Hubo un gran silencio en aquél cuarto el resto de la hora. el castaño sólo se dignaba a mirarlo desde su aciento.

Su expresión algo triste, pero a su vez relajada. Se notaba con grandeza la diferencia desde su llegada, pero claramente lo seguía afectando aquella sombría presencia que lo acompañaba. No le hacía daño físico en lo absoluto, pero su corazón y alma estaban hechas trizas totalmente, lo perjudicaba horriblemente, lo derrumbaba con él sólo hecho de recordar a su pequeño dándole la espalda para esconder sus lágrimas en sus pálidas mejillas. Claro que ese no era el mejor recuerdo que tenía de él, tanto momento juntos, que hoy lo hacían inmensamente feliz, sólo aquella tierna sonrisa era capaz de levantarlo a diario. Lo enorgullecía enormemente habelro hecho feliz la mayor parte del tiempo que pasaron juntos, y haber intentado demostrarle todo su amor cada vez que pudo hacerlo.

Debía admitir que ellos fueron la pareja más feliz entre todos, claro junto con Shima y Yuu, siempre felices... Cada pelea tonta era reconciliada en un beso y un abrazo, caricias imborrables, momento inolvidable, totalmente invaluables. Aquellas manos que a Taka le encantaban.

Tal vez todo era demasiado lindo y de cuento de hadas cómo para durar demasiado, o para que una mala jugada no se hiciera presente en la jodida y peculiar mente de Akira.

-Lo quiero conmigo.-Susurró con furia contenido en sus palabras, apretando sus puños con fuerza excesiva, pero claramente nada se comparaba a el dolor que sentía en ese mismo instante en su corazón.

Siempre recordaba el pasado, respirando ese aire primaveral que no le correspondía a su época, que en definitiva era algo del pasado, que aquel dulce aroma era el olor del cabello de Taka que tanto le gustaba, al cual era bastante adicto. Y Takanori moldeando un futuro con su Aki chan a su lado, esperando que cada cumpleaños que Akira llegara a su departamento, esoerando que le ofreciera su mano y temrinaran sonriendo y fuesen felices, pero esa mano tibia jamás llegaba. El pequeño era realmente alguien especial, jamás perdía las esperanzas.

Idiota no era la palabra correcta para describirlo en su totalidad, si no que estaban enamorados, demasiado enamorado scómo ara ser algo creíble por una persona que jamás había experimentado un sentimiento así de grande y fuerte, y si estuvieran juntos tal ves todo aquel tormento acabaría de una buena vez, y serían felices como Takanori lo soñaba desde un principio.

Pero el destino no los apoyaba en lo absoluto, ¿o si?, ni menos la mente del Suzuki, que por cierto que llegaba a ser extremadamente imbécil cuando se trataba de Takanori. Y a decir verdad ésta no era la primera vez que tenía una ocurrencia bastante peculiar para olvidar a su primer y único amor. Pero al parecer aqunque buscara suicidarse de todas las formas posibles, nada terminaría bien, aquella presencia jamás le dejaría, ¡Estaría con el por cielo mar y tierra sin imoprtar lo que pasara!, aun que escalara montañas, o se sumergiera en un río con piralas, aquella faceta tan extraña y melancólica de su pequeño Matsumoto jamás lo soltaría. Pero lo ciero era que ese "Takanori", no era nada más peligroso que su propia sombra sonriéndole con tristeza, y por alguna extraña razón tenía cuerpo y rostro definidos. Tal vez era la obseción que padecía Akira sobre las lágrimas de su rubio.

 

El sol enfocó la ventana, iluminando así todo el cuarto. El de la bandita pegó un audible girto mirando hacia el lado. Su mayor temor, su sombra. Taka llorando por su culpa, por sus errores.

-¿Que pasa?-Preguntó Koharu con curiosidad ante la reacción de su paciente.

-Usted puede ayudarme dígale que se vaya por favor.

-Sólo usted tiene le poder de hacerlo.

-No, sólo Takanori puede hacerlo.-Reclamó levantándose presurosa y amenazadoramente.-Lo siento, creo que ya es hora de que me vaya.

-Necesito que vuelvas lo antes posible, pero esta vez yo voy a darte la hora ¿Si?, tenog que acomodar mi horario.-Comentó sonriendo.

-No hay problema.

-Gracias... Lo necesito aquí mañana a las 7 en punto.

-Aquí estaré.-Sonrió cerrando la puerta de entrada.

 

-////-

Yacía sobre su cama abrazando a ese osito de felpa de nombre "Aki chan", miraba el techo y las figuras que se formaban en la blanca pared gracias a la luz de la luna que se colaba por la ventana de una manera explendorosa.

-Akira mh...-Murmuró moviéndose hacia un lado sientiendo un cuerpo recostarse a su lado.-¿Que haces aquí?-Prgeuntó tomando su mano. Se durmió con el calor y el perfume del mayor arrullándolo y luego de un rato despeertó algo desesperado y confundido. Se volteó queriendo buscar a su Aki chan, pero no había nadie con él.

La puerta de vidrio que daba al balcón estaba completamente abierta, dejando entrar una fría brisa por ella.-Hace frío...-Susurró levantándose con pereza a cerrarla. Miró hacia la derecha y no había nada, luego la izquierda, nada, y frente a él una especie de espíritu lo observaba sonriendo mientras lloraba, apoyando sus brazoz en sus rodillas, dejándose caer hacia atrás desde la baranda del balcón.

-¡Akira!-Gritó con histeria inmensa comenzando a llorar con desesperación, el portero lo miró confundido desde el primero piso. Dudó unos segundos en mirar al piso. Dirigió su vista con terror al suelo. No había nada...

Comenzó a llorar otra vez, afirmando sus manos en la baranda del balcón, se volteó con la mirada baja caminando hacia su cama, y se recostó suspirando pesadamente.

-Mi aki chan me está jugano malas bromas.-Dijo acariciando su pequeño osito mientras hacia un tierno puchero.

Notas finales:

Ok, éste three shot había quedado solamente hasta aquí. Voy a intentar ser responsable y traerlo para esta misma semana, por que la otra semana está totalmente... llena de pruebas ;_;!

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).