Me miro al espejo y recibo la imagen de una chica de melena castaña con la tristeza impregnada en esos ojos color miel, me encuentro pálida y el vestido negro que elegí minutos antes para la ocasión, contrasta con mi piel.
Fijo la vista en el extremo superior derecho del espejo, la foto de mi pequeña pelinegra sonriendo está ahí..
Hace mucho más de un año estaba en un paseo familiar, de esos que tanto me fastidian. Íbamos a un lugar con piscina donde se podía hacer picnic, no llevé traje de baño y en el auto soportaba el ruido que hacían mi hermano pequeño y mis padres.
Apenas llegamos escapé y me senté bajo un árbol a leer Fahrenheit 451 acompañada de mi MP4 con la música de the killers. Cuando vi que te acercabas tocando tu pelo largo y liso, caminando lento, rogué porque no molestaras, te sentaste a mi lado y me ofreciste una galleta del paquete que llevabas en la mano. Te ignoré y di vuelta una página del libro, me lo arrebataste de las manos y te lancé una mirada fulminante a lo que respondiste con una sonrisa. Le puse pausa a la música y me quité los audífonos.
-¿Qué quieres?- te pregunté mientras intentaba quitarte el libro de las manos
-saber si quieres una galleta y hablar un poco…soy Millicent ¿y tu?- me dijiste entregándome el libro.
-Suzanne- tomé una galleta
Así nos conocimos, recuerdo que hablamos mucho, también escapabas de tus padres porque odiabas esos paseos y además estudiabas en el mismo liceo que yo.
De ahí no nos separamos hasta hace poco
Anoté tu cel y te llamaba cada vez que necesitaba hablar con alguien.
Mis padre me preguntan si quiero que me acompañen, les digo que no y salgo a la calle, camino hasta el paradero y cuando llego me siento a esperar el autobús.
Recuerdo que siempre me hacías reír cuando creía que la vida era una mierda, a pesar de estar llena de problemas siempre sonreías demostrando con ello tu fortaleza.
Recuerdo nuestro primer beso 5 meses después de conocernos, estábamos tomando un helado en el centro comercial cuando me miraste y me dijiste que para ti era especial, yo estaba nerviosa, me dijiste que te daba miedo que nuestra amistad acabara. Me sentí atrapada, pensé que sabías lo que sentía por ti, pero me dijiste que me amabas, me sorprendiste y luego de recuperarme del shock me acerque a ti y sin importar la gente que estuviera alrededor te besé y tu respondiste, desde ahí que me volví adicta a tus labios …ese fue el momento más feliz de mi vida.
Desde ese día lo nuestro pasó a ser más que una amistad.
Me bajo del autobús y camino, es muy temprano y hace mucho frío. Cuando llego veo a tu familia, tus padres me miran con odio y rencor, me hacen responsable de lo sucedido y lo soy.
Íbamos saliendo del liceo hablando tranquilamente… el semáforo estaba en rojo pero como soy tan impaciente crucé igual dejándote atrás, me gritaste, casi me atropellan. Un auto frenó haciendo mucho ruido, volteé justo para ver como caías al suelo, el conductor bajó del auto y se acercó a ti. Cuando me arrodillé a tu lado me llené de tu sangre. Me seguiste, siempre te enojabas porque cruzaba descuidadamente la calle y tu asustada me seguiste. Te desangrabas y nadie sabía que hacer, te golpeaste la cabeza y tu pelo estaba lleno de ese líquido viscoso ¡Todo por mi culpa!. La ambulancia llegó, el conductor la había llamado…
Empezó la ceremonia, con suerte pongo atención a lo que el cura dice, no me interesa. Desde que ese auto acabó con tu vida o mas bien yo…no he llorado y me fastidia el no poder hacerlo.
Termina de hablar el cura y tu padre da un discurso, siempre me dijiste que él no te conocía, pero está triste y me odia porque por mi culpa te ha perdido.
Luego de que bajan tu ataúd todos se largan, sólo me limité a decir lo siento a tus padres.
Me quedó y por fin las lagrimas escapan, ya no se que haré sin ti, tu vida sólo duró 16 años…prometo recordarte siempre.
Trajiste toda la luz a mi asquerosa vida, me apoyaste cuando más lo necesitaba y ahora ¿dónde estás? ¿Estarás bien? Seguro irás al cielo o…a donde sea que van los buenos, descansa amor.
Ya jamás podré sentir tus labios sobre los míos, no podré abrazarte, escucharte y verte sonreír…¿podrás perdonarme?, necesito aceptar que ya no estarás a mi lado.
Las piernas me fallan y caigo al suelo, sigo llorándote…no he podido decirte adiós, yo debí haber muerto, no tú.
Te extrañaré mi amor…