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Depredador y Presa por zero uchija

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Notas del fanfic:

Dedicado a Naoki, Twin, Monse por ser las únicas que comprende mis locuras XD

Notas del capitulo:

Nao espero que te guste xD

te adoro chamaca!!!

y te habia prometido esto desde hace milenios pero...pero es que Bel es tan gay que no quiso cooperar para el fic ù.u y pues solo de Din Din x Hiba

-Te morderé hasta la muerte-


murmuro el azabache mientras hacía relucir sus tonfas en la oscuridad, el rubio solo sonrió,


su látigo yacía enredado a su mano diestra mientras la luna se ocultaba a lo lejos, apenas colada por la ventana,


 Namimori era un lugar alegre por las mañanas pero en las noches no era más aterradora que el cementerio mismo, ahí se encontraban ese par, el herbívoro y el carnívoro, una lucha de poder y de miradas,


el rubio observa mientras daba unos pasos a este, el azabache no retrocedió, subió la guardia con esa mirada afilada tan típica de él,


sonrió ladino al ver como el otro terminaba enredado con sus propios pies y tambaleándose terminaba en el piso y a su merced, ahí era a donde todos los herbívoros iban, a sus pies                            


–woow…se ve que sin tus sirvientes tú no eres nada-


 sonrió ladinamente mientras se inclinaba a verle, tomando del mentón para que sus ojos caramelo se posaran en los suyos, este le sonrió divertido, esa sonrisa le pareció idiota pero no deseo borrarla,


su día había sido demasiado largo y tedioso manteniendo el orden con todos esos tontos herbívoros que hacían demasiado ruido y le fastidiaban, este en especial le resultaba interesante,


 su compañía le relajaba de cierto modo, se levanto mientras se dirigía a la puerta de salida con su frialdad acostumbrada,


 pero algo lo detuvo, algo tiro de su pantalón y le obligo a voltear, era  el rubio herbívoro que se atrevía a tocarlo,


eso merecía un buen castigo, su sonrisa se ensancho a la vez que sus tonfas tomaban posición para atacar, pero fue detenido por su voz


–siempre es lo mismo…intento retener  la nube y desato una tormenta, intento atraparla pero esta se escapa de mis manos…¿hasta cuando Hibari Kyoya? ¿Quieres escucharlo? ¿quieres que te diga que soy un inútil…un inútil que se enamoro de su pupilo?-


su voz se perdió en la profundidad de la noche mientras que sus cabellos rubios cubrían el dulce de sus ojos,


 sabía que el menor lo observaba pero no podía distinguir si su mirada era de lastima, de compasión o si simplemente debía esperar hasta que la lluvia de golpes empezara a llegar hasta dejarlo inconsciente,


en tal caso las prefería antes que a ese silencio tortuoso que lo embargaba y le hacía temblar, sin sus subordinados no era gran rival…pero sin ese azabache él no era nada, cada acción y cada gesto suyo le provocaban,


esa mirada tan sádica, ese deseo incontenible y como con toda esa rudeza, con todo ese dolor que causaba no perdía el encanto, no perdía esos rasgos tan fascinantes, no perdía la fragilidad que él quería proteger


 –woow…las declaraciones de los Italianos…¿siempre son así de extrañas?-


 levanto la vista apenas confundido pero no alcanzo a responder, no pudo utilizar sus labios pues estos estaban siendo mordidos por el azabache,


quien los recorría con suavidad y lentitud, aunque le dolía en momentos y estaba consciente de que el inferior sangraba era reconfortante,


eso era la respuesta de Kyoya y era la respuesta que más le gustaba escuchar, aunque fuese de ese modo le gustaba saber que ese chico frio y distante había sido tocado por él.


Poco a poco sus manos fueron tomando el cuerpo del menor, al principio con miedo de ser golpeado pero después de recorrer su vientre y colarlas por su chaleco escolar ya había tomado confianza,


después de todo el solo llegaba a donde le permitía el menor;


entre jadeos ahogados en ambas bocas Dino subió al pequeño al escritorio, donde comenzó a luchar contra la camisa blanca para sacársela,


este no opuso resistencia hasta que fue el ultimo botón el que salió desprendido, hasta que su tibia piel fue tocada por las diestras manos del mayor y este seguido de sus labios le arranco un gemido que iba contrario a su orgullo,


sin más preámbulos ni dejarse rebajar mas golpeo al rubio lanzándolo contra un banco que se encontraba cercano,


de nada serviría que todos los días se la pasara mordiendo herbívoros hasta la muerte para mantener el orden si dejaba que este se pasara de la raya en su amada escuela Namimori ¿A dónde iría el esfuerzo?


 –itai…Hibari eso si quita la inspiración-


se quejaba mientras llevaba su diestra a acariciar su herida, este ya había empezado a abrochar los botones que tanto trabajo le habían costado,


su mirada fría y distante le hicieron dudar si levantarse era buena idea o lo mejor era esperar a su reacción


-¿puedes inspirarte en casa? Junto a una cama o al menos un sofá-


le sonrió de manera ladina mientras se encaminaba a la puerta de salida, esa sonrisa era diferente para Dino que lo conocía demasiado bien, sonriendo también se dirigió detrás suyo, abrazándolo por la espalda y colgándose del,


Hibari sonrió de forma imperceptible mientras sus tonfas se mantenían en guardia,


le gustaba ese herbívoro, lo mantenía calmado y tal vez sería el único al cual obedecería de vez en cuando, le era relajante hacerlo


–eeeh Hibari-chan…¿quieres quedarte en mi casa o en la tuya?-


lo único que obtuvo por respuesta fue un tonfaso que quedo bien remarcado en su mejilla, de un tono uniformemente rojo


–en tu hotel, estamos en Japón- lo miro de soslayo con cierta burla mientras se disponía a caminar en la dirección que le indicase,


el rubio sonrió apenado por su renuente forma de llamar al lugar donde se hospedaba, pero era tanto el tiempo que pasaba ahí que ya le había tomado cierta familiaridad.


                                        *


Sus manos juguetonas delineaban la perfecta piel del menor, ahora despojado de el suéter escolar y quedando solo con la camisa blanca que era desabotonada con algo de torpeza por el rubio quien no paraba los besos por el cuello de este,


delineándolo y marcándolo aun contra voluntad de Hibari que había dejado de tonfearlo cuando fue despojado de sus amadas armas, para quedar atadas sus manos con su propia corbata dejándolo esto en clara desventaja,


pero eso no le incomodaba tanto como los besos de Dino a la piel expuesta de su pecho, la cual era marcada por sus dientes al hacerle chupetones, como marcas que decían que le pertenecía, el azabache no podía replicar a eso,


 estaba siendo suyo y en lugar de palabras de sus labios entreabiertos y jadeantes solo escapaban gemidos cortos y algo ruidosos que se perdían por la habitación en el calor del momento, en el chocar de ambos cuerpos hambrientos por los labios contrarios                      


–aah…duele…Dino…-


el mencionado observo los ojos entreabiertos del menor, observo en ellos la misma lujuria y deseo que había en los propios y eso evito que se detuviera,


siguió el juego de sus dedos en el interior del frágil muchacho que solo se retorcía de placer entre gemidos y quejas, moviendo sus caderas contra ellos cuando se fue acostumbrando a la intromisión,


buscando y pidiéndole aun mas, deseándolo por completo a pesar de no poder admitirlo por ser su orgullo más grande que él, deseaba poder siquiera pensarlo sin que le causara vergüenza y repulsión,


pero ese herbívoro se estaba pasando de la raya con él, lo tenía sometido y vulnerable, que era lo que más le encantaba de él, que lo pudiese hacer suyo a la hora que se le diera la gana, sometiéndolo


–Hiba….-


el quejido del mayor quedo ahogado en su cuello mientras que unas traviesas lagrimas amenazaban con salir de sus ojos grises azulados, pero no se permitió hacerlo,


ellas eran marca de debilidad al igual que esas falsas sonrisas que todos cargaban como idiotas en el rostro, el era Hibari Kyoya y jamás se dejaría manejar por ellas.

Notas finales:

espero que les haya gustado :3

dejen comen.


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