Episodio 10
Mike se preguntó qué demonios tenía en la cabeza. Se había puesto demasiado nervioso y había huido prácticamente de la habitación de Gabriel. Se tocó los labios. Ahora no tenía ninguna duda, apenas que esta fuera una nueva y retorcida forma de burla de parte de Gabriel, de la que no lo creía capaz. A Gabe debía de gustarle.
Julie entró en el cuarto y observó a Mike un momento en silencio. Se preguntó que le habría pasado para tener la cara de traumatizado que tenia, aunque se sorprendió mas al ver que su rostro formaba una sonrisa. Suspiró, pensando que definitivamente estaba rodeada de gente muy rara.
-¿Qué te ha pasado?- su voz resonó en la habitación, pero Mike no dio señales de haberla escuchado. Julie se acercó, chasqueando la lengua y lo sacudió.
Mike enfocó los ojos, observó a Julie y esbozó una sonrisa nerviosa.
-Hola, Julie.
-Tenias abierta la puerta del cuarto y además, estabas dando vueltas en Neptuno. ¿Qué te pasa ahora?
Mike la observó en silencio un momento. Si no hablaba con ella, no veía otra opción más. Eran amigos después de todo.
-Yo… ummm- balbuceaba, sintiéndose a cada segundo más avergonzado- Gabriel me besó- dejo escapar, rápidamente. Julie enarcó una ceja, se quitó los lentes y se masajeó el puente de la nariz.
-¿En serio? ¿Cuándo pasó eso?
El tono de la voz de Julie no le pareció a Mike tan sorprendido como pensó que sería. Julie se sentó en el filo de la cama, esperando una respuesta.
-El sábado y luego… hoy… hace poco.
Julie dejo salir un “oh” algo más sorprendido.
-Entonces- dijo- ¿son novios o qué?
Mike negó con la cabeza.
-Yo… no hemos hablado de eso. Yo quería preguntarle hoy, pero… Salí huyendo.
Mike levantó la cabeza, Julie no parecía tener ninguna opinión que dar. Se dio cuenta que lucía un poco distraída.
-¿Te pasa algo? Pareces algo distraída, tú también.
Julie dejó escapar una risa falsa, mientras negaba con la cabeza.
-No me pasa nada, nada de nada. ¿Y por qué saliste huyendo?
Mike examinó la falsa expresión animada de Julie.
-No te lo diré si no me dices que pasa.
Julie se encogió de hombros.
-Mi mamá me llamó para decirme que vaya a verla- informó sin ninguna ceremonia- Este fin de semana.
Mike recordó de pronto que Julie no había abandonado el colegio ni una sola vez desde que él llegara. La primera vez que Julie le habló de su madre no parecía estar resentida con ella.
-¿Y no quieres ir?
-No estoy de acuerdo con la manera en que hace las cosas- Julie dejó escapar un suspiro, le quedaban algunos días para decidir y no era su costumbre torturarse por cosas como esas- Pero más importante, ¿Por qué saliste huyendo?
-Asi que- dijo Julie, cuando Mike acabó, bastante pronto, de relatarle los besos con Gabriel- Las dos veces te besó Gabe. Bueno, si hubiera sido sólo una vez, podría ser una broma, pero dos… y además parece que está celoso de Wade.
Mike dejó escapar un suspiro, sin entender porque Julie parecía feliz cuando mencionó que Gabriel estaba celoso de Wade.
-Pienso que deberías hablar con Gabe, tú sabes. Dejar en claro de una vez sus intenciones.
Mike pareció encogerse en la silla. Se imaginó a si mismo tocando la puerta de la habitación de Gabriel, para después preguntarle si sentía algo por él. Se le hizo un nudo en el estomago, no se sentía capaz de hacerlo.
-Por la cara que has puesto- Julie dejó escapar una risa- Debes pensar que no serías capaz de preguntarle nada. Aunque, tú sabes, eso es fácil. Ya que ha sido Gabe el que te besó tú sólo debes ir y preguntarle porque lo hizo.
-Se oye muy fácil cuando lo dices asi- dijo Mike en un tono lastimero.
-Vamos, no puede ser tan difícil. ¿Qué acaso nunca te has confesado?
-¿Tú lo has hecho alguna vez?- preguntó Mike.
-Sí- contestó Julie. Mike la observó con la boca abierta. Julie sostenía sus manos en la nuca y esbozaba una sonrisa pícara. La sonrisa, el gesto y el tono de voz eran los mismos que hubiera esperado ver en Wade- ¿Qué pasa? ¿No me crees?
-Es que acabo de darme cuenta que en serio te pareces a Wade- Mike borró su sonrisa al ver que Julie ensombrecía su expresión.
-No vuelvas a decir eso.
-Lo siento. Sé que no llevan bien, ni nada.
-Alejémonos de ese tema- pidió Julie- Volvamos a que piensas hacer con el asunto de Gabe.
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Mike observó a Gabriel en la clase. Era lunes de nuevo y todo seguía exactamente igual que antes, en realidad, era diferente por el mínimo hecho que Gabriel no le hablaba si no había alguien más con ellos, aunque Mike hacía lo mismo. Todas las veces que había pensado en ir y hablar con él, su nerviosismo había ganado la partida. Julie chasqueó los dedos delante de su rostro. Resolvían juntos un ejercicio en clase de literatura o mejor dicho, intentaban escribir un ensayo sobre la economía.
-¿Por qué hacemos un ensayo de economía en clase de literatura?- preguntó Mike.
-Para mejorar la redacción, claro está- contestó la voz de Wade detrás de él. Mike no se molestó en intentar averiguar cómo había llegado hasta allí sin que él lo notara, cuando hace un minuto estaba sentado en frente de Gabriel- ¿Cómo van?
-Regresa a tu sitio- dijo Julie- Y preocúpate por tu ensayo.
-No hay problema con eso. Tengo hecho casi la mitad. Gabe lo está copiando ahora.
-Eres rápido- dijo Mike- Pero Julie tiene razón, tenemos que terminar esto.
-Sólo escriban algunos comentarios cínicos y críticos y ya. Como sea, me voy. Por cierto, Mike, tanto silencio entre Gabe y tú me está cansando.
Wade se marchó y Mike sintió que un leve sonrojo aparecía en sus mejillas. Cogió un papel y empezó a escribir, aunque al poco rato su mirada viajó de forma inconsciente hasta el lugar en donde Gabriel y Wade trabajaban. Wade reía, como siempre, mientras escribía y hablaba al mismo tiempo. Mike lo observó pegar su silla a la de Gabriel e inclinarse para hablarle al oído. Parecían una pareja de novios, con las cabezas juntas y la sonrisa complaciente que Gabriel tenía en los labios, mientras apoyaba su rostro en la mano izquierda y sus ojos no se despegaban de los movimientos de la mano de Wade en el papel. Después de un rato, Gabriel empezó a escribir y Julie volvió a chasquear los dedos delante de su rostro.
-Deja de mirarlos, ya empieza a resultar raro- dijo. Julie sacudió la cabeza, observando la expresión de Mike- ¿No estás celoso, verdad?
Mike dirigió su mirada hacia la hoja frente a él en la mesa. Intento convencerse a sí mismo de que no estaba celoso, puesto que Wade y Gabriel solo eran amigos y nada más que eso.
-Sólo habla con él y deja de estar en ascuas. Si esperas a que Gabe dé el primer paso, tal vez esperes años. Para todo el mundo, siempre es mejor hacer como si nada pasara. Sé la persona madura y habla con él.
-No tengo ganas de ser la persona madura- masculló Mike. Julie negó con la cabeza y decidió terminar de una vez el ensayo.
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Gabriel observó en silencio la puerta de la habitación de Mike. Estaba a punto de tocar, pero se detuvo. No tenía claro que le diría si lo hacía. Era obvio que debía disculparse, pero… ¿Qué le diría? ¿Qué de repente besarlo había sido una buena forma de desahogar su frustración? Escuchó pasos acercarse y empezó a caminar de regreso a su habitación.
-Espera- Gabriel se volvió. El cabello rubio desordenado de Luke, el capitán del equipo de futbol, apareció ante sus ojos.
-Hola, Luke- dijo Gabriel. Luke le sonrió, observando a los lados, como si buscara algo.
-¿Dónde está Wade?
-No está aquí- contestó Gabriel- ¿Quieres algo con él?
-Te aseguro, no quiero nada con él- dijo Luke, dándole a su voz un énfasis diferente- Sólo me extraña que no esté detrás tuyo, que es donde siempre esta.
Gabriel agachó un poco la cabeza, esbozando una pequeña sonrisa, mientras le daba la espalda y empezaba a caminar.
-Quien sabe, tal vez se aburrió de eso- dijo Gabriel. Luke lo alcanzó y caminó junto a él.
-¿En serio?- una sonrisa burlona se dibujó en sus labios- Si eso es cierto, haría felices a muchas chicas que buscan su atención. Y claro también a muchos de los otros. Gracias a ti, tiene una fama que hace lo que sea por… ¿Cómo dice él?... quien sea su líder.
Gabriel dejó de sonreír. Se volvió sobre Luke, arrinconándolo contra la pared. Había entendido demasiado bien lo que Luke insinuaba sobre Wade. Puso su brazo sobre el cuello de Luke.
-Eso parece que te molestó- dijo Luke, sin dejar de sonreír- Vamos, ¿Qué no te habías dado cuenta? Hay de esos aquí y varios de ellos van tras tu… oye cómo le digo… ¿Amigo? ¿Empleado? ¿A…?
Gabriel soltó el puño que tenia libre sobre el estomago de Luke. Este tosió y se encorvó.
-Cuida lo que dices de él, mucho más delante de mí.
-Es muy lindo que lo defiendas- dejó escapar Luke entre estornudos.
Gabriel lo soltó. Se apartó dos pasos, sin dejar de observar a Luke.
-Sabes que te puede ir muy mal si me molestas, ¿no?- dijo Luke. Gabriel sonrió.
-Inténtalo. Si envías al equipo contra mí, ellos pueden resultar peor. Pero si quieres, medimos fuerzas. Si hablas de esa manera de Wade de nuevo, te aseguro que te irá muy mal.
-¿De esa manera? Sólo he dicho que hay… gente… detrás de él. ¿Tanto te molesta eso?
Luke se alejó antes de que Gabriel pudiera contestarle y este observó la habitación de Mike. Ahora sería el peor momento para hablar. Se alejó, directo a su habitación y encontró a Ericka sentada en el escritorio de Wade, mientras este leía una revista en la cama.
-Hola Ericka- saludó, obteniendo un leve asentimiento de su parte, sin molestarse en volver la cabeza. Wade dejó la revista a un lado y se incorporó.
-¿De dónde vienes?
-Por ahí.
-¿Por qué estas de mal humor?
Ericka se giró, dando vuelta en la silla de ruedas.
-Terminé- dijo, sin que nadie le hubiera preguntado nada.
Gabriel se sentó y les relato su discusión con Luke.
-Ahh… líder… me defendiste- canturreó Wade, en un tono que al parecer pretendía imitar a una damisela en peligro- Ya en serio, ¿en verdad te molestó enterarte que hay chicos detrás de mí?
-¿Por qué me molestaría eso?- preguntó Gabriel- Aunque no tenía ni la menor idea de que existan seres tan locos como para fijarse en ti.
-Por si no te has dado cuenta, Gabe, soy bastante guapo.
Ericka los observó a ambos, negando con la cabeza.
-¿Y?- dijo- ¿Entonces qué fue lo que te molestó?
Gabriel le dio una mirada a Wade, quien encontraba el asunto bastante divertido y parecía tener ganas de empezar a desentornillarse de risa, antes de contestar.
-Es obvio, ¿no?- Wade esbozó una pequeña sonrisa, que Gabriel fingió no ver- Ese idiota habla de él como si fuera…
-Oh, vamos dilo, nuestros oídos no son de princesas sensibles- dijo Wade. Ericka bufó, pero asintió.
-Tu perra, en términos vulgares- dijo ella, completando la frase de Gabriel. Extrañamente para ambos, Wade soltó a reír.
-Te lo juro que si alguna vez me gustaran los hombres- dijo, sosteniéndose el estomago- Eso sería completamente al revés. Yo jamás- elevó su dedo índice- y digo JAMÁS seria la chica. Tenlo por seguro.
Volvió a reír. Ericka se levantó de la silla.
-Sólo espero que no mande el equipo de futbol contra Gabriel. No quiero problemas entre estudiantes- dijo, antes de salir del cuarto.
-¿En serio no te molesta que digan esas cosas de ti?- preguntó Gabriel. Wade volvía a acostarse en la cama, retomando a leer la revista.
-No. No son ciertas, después de todo. ¿Somos amigos, no?
Gabriel miraba la palma de su mano izquierda cuando Wade dijo eso. Asintió con la cabeza, cerrando su mano y apagó la luz antes de acostarse sin molestarse en cambiarse de ropa. Mike regresó a su mente mientras se cubría con las sabanas. Recordó las dos veces que lo había besado, la confusión que le causaba verlo, lo mal que se sentía ver a Wade abrazarlo y tocarlo. En especial eso. Se giro en la cama, observando la espalda de Wade. Tenía razón, al parecer. A él le gustaba Mike y ahora que era capaz de admitirlo ante sí mismo, no sabía bien qué hacer.
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La mirada de Ericka se perdió en los arbustos que marcaban el principio del bosque. Eran aún las cinco de la mañana, pero ella estaba sentada en la última de las gradas ubicadas en el patio, con las piernas colgando en el aire. Llevaba atado el cabello rojizo y una chaqueta roja. Pensó en las últimas palabras que le había escuchado decir a Wade la noche pasada. Ya había salido del cuarto, pero se quedó un rato más apoyada en la puerta. Somos amigos. Aunque Gabriel no había contestado nada, sabía que la respuesta era sí. Sacudió la cabeza. Cuando la mandaron a la preparatoria, su madre le había dicho que haga amigos y se divierta. Ella consideraba que su madre era algo tonta, por aceptar todos los caprichos de su padre y solía detestar la sonrisa dulce, que Ericka consideraba idiota, de su rostro. Su padre le había dicho que si hacia amigos, siguiera con su amistad con el Barnett y que considere también a Lorenz. La familia de Wade, los Lorenz. Ericka recordaba que le había mencionado una lista de apellidos, unos más complicados que otros que ella mentalizó al instante. Después, le había dado su opinión sobre cuales familias estaban mejor posicionadas.
-Si llegas a ser una persona cercana a Lorenz nos convendría mucho. Seriamos socios mayoristas y tú… bueno, podrías obtener un buen esposo.
Ericka apretó los puños mientras recordaba la risa de su padre. El aire frío le rozó el rostro y la ayudó a calmarse. Sabía muy bien que ella no era amiga de Gabriel, mucho menos de Wade, pero nunca le había molestado, hasta ahora. Gabriel le había pedido un favor, solamente, un favor de negocios.
-¿Qué haces aquí?- la voz de Wade le hizo girar la cabeza- Es muy temprano.
-Lo mismo digo- respondió- ¿Qué haces aquí?
-Yo pregunté primero- Wade se sentó a su lado, balanceando las piernas- Pero, si quieres saber vine a intentar convencerte que me digas que oculta Gabe.
Dijo todo sin dejar de sonreír. Ericka nunca lo había logrado entender, ni mucho menos saber que pasaba por su cabeza completamente.
-Pensé que te gustaban los acertijos- dijo.
-Me gustan, pero esta situación me está cansando. No sé porque Gabe piensa que me puede mantener alejado de sus problemas- Wade elevó el rostro, adoptando una expresión pensativa- O tal vez quiera evitarme preocupaciones. Como sea, quiero saber.
-Averígualo, si quieres saber- Ericka esbozó una sonrisa ladeada y Wade negó con la cabeza.
-No deberías ser cruel con tu futuro esposo.
Se dio cuenta que Wade se miraba la palma de su mano izquierda con una expresión más calmada que las que tenia habitualmente. Era lo mismo que Gabriel solía hacer a veces.
-¿Por qué hacen eso?
Wade la miró, confundido.
-¿Qué cosa?
-Gabe y tú… ¿Por qué siempre se miran asi la mano?
Wade cerró la mano izquierda y le dedicó una sonrisa a Ericka.
-No es nada. Puedes averiguarlo si quieres saberlo- Ericka bufó, ignorando la risa de Wade- Volvamos dentro, tengo ganas de comer.
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La puerta del laboratorio de química estaba entreabierta. Mike observó antes de entrar y al ver que no había nadie, soltó un suspiro y se dejó caer en una de las sillas, dejando su mochila en la mesa delante de él. Ese día, Julie y Wade parecían haberse puesto de acuerdo para recordarle cada cinco minutos que debía hablar con Gabriel. Se preguntó porque no le decían a Gabe también, si tenían tanto interés en que aclaren las cosas.
Él también tenía que aclarar su mente, antes de hablar con Gabriel. Antes de besarlo había pensado seriamente que no le gustaba e incluso, alguna vez, se sorprendió observando a Wade más de la cuenta. Cerró los ojos e intento imaginar cómo se sentiría si fuera Wade quien le besaba. No tuvo el mismo efecto que cuando imaginó a Gabe. Su corazón se aceleró recordando la suave textura de los labios de Gabe y para su mala suerte, la puerta se abrió y Gabriel entró. Por lo menos Wade iba con él. Mike aun no se sentía lo suficientemente valiente para hablarle a solas.
-Hola- dijeron ambos al unisonó. Wade les dio una mirada a ambos y soltó un suspiro bastante audible.
-¿Qué haces aquí?- preguntó Gabe. Mike notó que evitaba su mirada- Ya terminaron las clases.
-Solo quería pensar un rato- contestó Mike.
Gabriel se sentó como habitualmente, sobre la mesa frente a la ventana. Había tenido tiempo suficiente para pensar y darse cuenta que había besado a Mike por una razón más grande que desahogarse. Lo observó de reojo, examinando su perfil. No pudo contener la sonrisa tonta que se le formó en los labios. Estaba descubriendo que le gustaba Mike.
-Bueno, me voy- la voz de Wade lo trajo de regreso a la realidad. Se alarmó al verlo parado en la puerta, con todas las intenciones de dejarlo a solas con Mike.
-Entonces…- empezó a decir Mike. Gabriel sintió que su sonrisa se borraba. Mike no parecía sentirse a gusto quedándose a solas con él.
-Entonces, adiós- interrumpió Wade. Se acercó a Mike y le hablo en voz baja- No salgas de aquí hasta que hayan hecho algo, lo que sea. Verlos asi esta cansándome.
Salió, despidiéndose con un gesto de la mano y cerrando la puerta detrás suyo.
Mike clavó los ojos en la mesa. No quería moverlos de allí y encontrarse con la mirada de Gabriel, ni siquiera sabía que debía decir, a pesar de a haber pensado en la escena en los últimos días.
-Eh… Mike- Gabriel llamó débilmente. Mike se obligó a levantar la mirada. Gabriel parecía nervioso. Carraspeó y una mirada más firme se dibujó en su rostro- Tengo que disculparme contigo. Debía hacerlo hace días, pero… supongo que fui un cobarde. Lo siento por haber hecho eso sin consultar o sin pensar en que querías.
Mike se atragantó. Prefería a Gabriel nervioso o ignorándolo que diciendo todo eso con esa seriedad en los ojos. A sus oídos, eso sonaba como el típico “nunca debió pasar”.
-Michael- lo llamó Gabriel, antes de que pudiera decir algo. Mike alzó la mirada que había bajado, manteniéndola en el rostro de Gabriel.
-¿Qué pasa?- pregunto, con una voz que sonó muy débil para su gusto.
-Yo…- Gabriel bajó los ojos. Si iba a preguntar, tenía que hacerlo ahora y dejar de dar largas. Su rostro recuperó la expresión seria- ¿Te molestó que te besara?
Un tono rojizo cubrió las mejillas de Mike. Por supuesto que no le había molestado. La voz no le salió y se limitó a negar con la cabeza.
-Entonces, ¿te gusto?
-Creo que…- Mike balbuceó- ¿Por qué me besaste?
-No lo pensé cuando lo hice- Gabriel esbozó una sonrisa- Pero no me molestó hacerlo. Me gustaría… me gustaría intentar…
Mike lo miró, abriendo mucho los ojos. Eso sonaba como una declaración.
-Podríamos intentarlo- terminó Gabriel, desviando los ojos, algo avergonzado.
-¿Te refieres…? ¿Tú y yo?
Mike dejó de hablar, casi sin poder creer lo que escuchaba. Gabriel observó su expresión turbada y dudó.
-Bueno… si no quieres, no importa… olvídalo.
Se dio la vuelta, decidido a salir del salón y maldiciendo la mala idea de proponerle eso a Mike.
-¡Espera!- el grito de Mike lo hizo regresar sobre sus pasos. Lo observó, esperando que hablara- Yo… no he dicho nada… aún.
Mike desviaba los ojos, intentando observar cualquier cosa y no el rostro de Gabriel. No quería saber que expresión tenía ahora. Solo debía decir si.
-Yo…- Mike volvió a balbucear- Creo que está bien.
Sintió las manos de Gabriel sobre sus hombros y se obligó a verlo. Tenía una sonrisa en el rostro y lucia algo aliviado.
-Entonces, si te gusto- dijo, en un susurro. Mike asintió, sonrojándose de nuevo y sintió los labios de Gabriel en su mejilla derecha.
Se tocó el lugar en donde habían estado sus labios.
-¿Estás seguro?- preguntó, aliviado al ver que su tono dejaba de ser débil y sonaba algo más firme. Gabriel asintió con la cabeza. Se inclinó sobre Mike, observando como un nuevo sonrojo teñía de rosa sus mejillas. Sonrió antes de besarlo en los labios, de forma suave, sólo presionando su boca contra la contraria. Mike dejó escapar un suspiró cuando lo soltó.
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Julie observó a Mike entrar en la cafetería con una sonrisa en los labios. Supuso lo que había pasado y se encogió de hombros volviendo la vista al libro que sostenía con la mano derecha. Sintió que la silla frente a ella se movía y alzó los ojos, esperando ver a Mike, pero en vez de él, Wade estaba allí, sonriéndole.
-Me entere que vas a casa de Gabe esta semana- dijo. Tenía el rostro entre las manos y los codos apoyados en la mesa.
-¿Quién te dijo eso?
-¿Tu mama quiere verte?- preguntó él, ignorando la interrogante de Julie- Gabe me mencionó algo de pasada. Tu mamá lo llamó para preguntarle como estabas, asi que…
-No pienso ir- contestó Julie, dando por zanjado el tema.
-¿Por qué no? Seria genial. Tenía pensado ir esta semana también. Podríamos ir juntos.
Julie cerró el libro de un golpe. El comportamiento de Wade le irritaba más ahora que parecía intentar ser amable con ella.
-¿Qué te pasa? ¿A qué se debe tu repentina amabilidad? Por si no te has dado cuenta, me molesta el sólo verte.
-No deberías decir eso, somos hermanos.
Julie entrelazó los dedos sobre la mesa. Ahora mismo no podía recordar ni un solo momento en que ellos dos se hubieran portado como hermanos. Desvió los ojos y vislumbró a Mike. Estaba sentado en una mesa al frente de la suya y Gabriel estaba con él. Se preguntó si esa sería la razón por la que Wade estaba allí.
-¿Ya te cambio Gabe?- le preguntó a Wade- Sabes que si sigue con Mike dejaras de servirle, ¿no? Ya ni siquiera te cuenta sus cosas.
Wade borró su sonrisa por un segundo. Estiró el brazo y alcanzó a tocar una de las manos de Julie, volviendo a sonreír.
-Eres mi hermana después de todo. Sabes cómo ser cruel cuando quieres.
Wade se levantó y caminó hasta la mesa en donde Gabriel y Mike conversaban. Julie le había recordado lo molesto que se sentía por no saber lo que ocultaba Gabriel y eso le impedía sentirse animado por ver cumplido su objetivo de juntarlos.
-Líder, me voy este fin de semana- anuncio, quitándole la cuchara que Gabriel estaba a punto de introducir a su boca, para comer él.
-Haz lo que quieras- respondió Gabriel. Lo siguió con la mirada hasta que Wade salió de la cafetería, preguntándose cuál sería la causa de su mal humor y luego desvió su atención a Mike.
-¿Le pasa algo?- preguntó Mike- No sonaba igual que siempre.
Gabriel se encogió de hombros, sintiéndose preocupado, pero por ahora, quería estar un rato más con Mike.