Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

West Lake por Hisue

[Reviews - 427]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Episodio 11


 


Los ojos de Mike rodaron por el salón al cruzar la puerta. Se sentó en la fila más cercana  la puerta, observando a Gabriel, sentado en su lugar habitual, en la penúltima fila. Nunca se había preguntado como seria estar en una especie de relación con él, pero los días que había seguido a su confesión no habían sido diferentes a cómo eran antes. Mike suponía que Gabriel no podía andar por allí gritándole a todo el mundo que estaba con el alumno becado. Seguían tratándose como amigos y sólo unos momentos en las tardes podían estar solos.


Mike observó a Gabriel. Este era uno de los momentos en los que le parecía que él sobraba en la vida de Gabe. Estaba sentado en la silla, con la mano izquierda sosteniendo un lapicero y la espalda recostada en el espaldar de la silla. Lo rodeaba su “manada”, como le gustaba decir a Julie. Jeff había jalado la silla en la que Wade se sentaba habitualmente y se sentaba sobre ella, a la izquierda de Gabriel. Katherine estaba frente a él, con las manos apoyadas en la silla delante de ella. Ericka estaba al lado de Katherine. Mike vio entrar a Wade, con la misma sonrisa de siempre y caminar directamente hasta Gabriel. Se paro detrás de él y apoyo ambas manos en sus hombros.


Le hubiera gustado saber de que hablaban, pero la idea de pararse e interrumpirles no le parecía buena. En un determinado momento, Gabriel dejo caer hacia atrás su cabeza, para hablar con Wade, que se inclinó. Los mechones de su cada vez más largo cabello rozaron el rostro de Gabriel y a Mike una punzada de celos lo sacudió. Pensaba en que si alguna vez él podría estar el mismo lugar en el que Wade se encontraba, en público.


La maestra de química entro y todos regresaron a sus asientos.


-Lorenz, siéntate dijo ella- Wade sonrió y se sentó. Gabriel se sobó el cuello y abrió de manera desganada su cuaderno.


Las horas pasaron lentamente y en el almuerzo, Mike  estaba sentado al lado de Julie.


-No se han separado hoy- dijo Julie, moviendo la cabeza en dirección a Gabriel- Te molesta, ¿no?- preguntó.


-¿Qué cosa?


-No poder hablar con Gabe- dijo Julie. Miró la hora en el reloj de pulsera y se levantó- Lo siento, pero tengo que irme. Al final, si voy  a pasar fuera este fin de semana.


Mike se despidió de ella con un asentimiento de la cabeza y la siguió con los ojos hasta que salió de la cafetería para no tener que ver a Gabriel riéndose en su propia mesa, rodeado por un pequeño grupo de alumnos. Deseó que se levantara, dijera cualquier excusa y saliera de ese lugar.


Wade observó a Julie cruzar la puerta. Bajó de la mesa en la que estaba sentado de un salto.


-Hagan sitio, voy a salir- anunció con voz cantarina. Estaba algo aburrido de las conversaciones de fiestas y juegos de futbol que se desarrollaban a su alrededor. Gabriel se levantó también y lo siguió y Ericka, que también se estaba aburriendo, decidió ir con ellos.


Gabriel le dirigió una sonrisa a Mike antes de salir y este bajo la cabeza, algo avergonzado.


-Me voy- dijo Wade, apenas Ericka cerró la puerta del cuarto. Se dirigió al armario y llenó una mochila de ropa.


-¿Adónde vas?- pregunto Ericka, sin lucir interesada en la respuesta.


-A casa de Gabe- respondió Wade.


-¿Te vas este fin de semana?- preguntó Ericka, esta vez a Gabriel, que negó con la cabeza.


-¿Tienes planes, Ericka? Podrías acompañarme.


-Voy a salir de compras con Kathy- dijo Ericka.


Se sentó en la cama de Wade, observándolo mientras elegía una muda de ropa y caminaba hasta el baño. Se volvió hacia Gabriel, preguntándose cuál sería la razón de su repentino buen estado de ánimo. Lo más probable era que Wade lo supiera y eso le provocó una leve punzada de celos. No por le gustara alguno de ellos, sino porque de repente, se sentía mal saber que era sólo una relación de negocios la que mantenían con ella. Sacudió la cabeza y se encontró con los ojos verdes de Gabriel fijos en su rostro.


-Gracias- dijo, sin que viniera al caso- Por aguantar hacer el papel de mensajera.


Ericka se encogió de hombros.


-No importa. ¿Por qué Wade va a tu casa?


-Porque Julie va- contestó Gabriel.


-¿Y tú no vas a ir a intentar evitar que se maten?- medio bromeó Ericka.


-No- Gabriel se rascó la cabeza. Wade salió del baño, sin camiseta y secándose el cabello.- Estoy saliendo con Mike.


Ericka enarcó una ceja.


-Me he dado cuenta que son amigos.


-No me refiero a eso- dijo Gabriel- Digo que salimos. Como… pareja.


Ericka lució sorprendida un momento y luego cerró los ojos, suspirando.


-Haz lo que quieras. Pero no estoy de acuerdo con eso.


-No pedí tu opinión.


-No te la estoy dando. Puedes hacer lo que quieras, solo recuerda que no estaba de acuerdo.


Gabriel se encogió de hombros y Wade se sentó al lado de Ericka, pasándole un brazo por los hombros. Ella lo apartó. Gabriel salió del cuarto y Ericka se volvió hacia Wade.


-¿Tú estás de acuerdo?


-¿Por qué no?- preguntó Wade, sonriendo.


-Bueno, como sea.


-Acompáñame a la salida- Wade se levantó y se puso la camiseta- Gabe va a estar ocupado con su novio- empezó a reír y Ericka se levantó, sin tener más que hacer en ese momento.


---


-¿Crees que Wade y Julie peleen?- preguntó Mike. Sonreía levemente y se apoyaba con las manos en el piso. Gabriel estaba acostado en el piso a su lado. Una suave brisa revolvía el cabello de Mike, que intentaba peinárselo con los dedos.


Gabriel negó con la cabeza ante su pregunta.


-Te ves bien despeinado- dijo, incorporándose y abriendo la mochila que tenia al lado. Le tendió a Mike un termo que sacó de ella y mordisqueó una galleta.


-¿Es café?- pregunto, destapando el termo. Hacia algo de frio y de no haber sido por Gabe, aun seguiría durmiendo arropado en su cama.


-Es chocolate- contestó Gabriel- Wade y Julie pelean siempre, no te preocupes por eso.


-Pero sería bueno que se llevaran bien. Lo quieran o no, son familia.


-Es que tú eres una muy buena persona- Gabriel se ubicó detrás de Mike y le rodeo con los brazos. Le agradaba estar asi, se sentía en paz y en calma.


Mike se sonrojo. Sentía el calor del cuerpo de Gabriel en su espalda y su aliento en la nuca. Tembló un poco mientras servía chocolate del termo y se lo pasaba a Gabe.


-Aunque supongo que si sería bueno- siguió diciendo Gabe- Y raro. Ya me acostumbré a verlos pelear. Por el momento dejemos de hablar de ellos.


Apoyó la cabeza en el hombro de Mike y este sonrió, apretándose contra su pecho.


---


La mansión Barnett seguía exactamente igual que antes, a excepción del jardín. Las rosas que Wade acostumbraba ver en su niñez casi habían desaparecido para ser reemplazadas por otras flores, que Wade era incapaz de reconocer. La reja estaba abierta y Wade cruzó el camino de piedras del jardín rumbo a la mansión. Tocó el timbre. Le abrió una joven morena y bonita vestida con el uniforme de la servidumbre. Wade le sonrió mientras ella se apartaba y él cruzaba la puerta.


Dentro, algunas cosas también habían cambiado. Había un cuadro de Jhon F. Kennedy en el lugar que ocupaba años antes el retrato de Isabelle Barnett, pero el piano de cola seguía en su lugar, en el estudio ubicado después de la sala y que Wade nunca había escuchado. Fue hasta la cocina y saludo con un “hola” dirigido a todos en cuanto entró. La madre de Julie, más robusta, pero con el mismo rostro amable de siempre cocinaba allí y Wade se sentó en la mesa.


-¿Qué hay de comer?- preguntó.


-El señor Barnett comerá con su hijo hoy. Ordeno que sirvieran al almuerzo en la mesa- dijo otra de las sirvientas, de la que Wade no recordaba el  nombre- ¿No ha venido con usted?


-Gabe no iba a venir hoy. Supongo que el tío pensó que vendría conmigo. Entonces, ¿nada de comer?


Julie entró por la puerta que conectaba la cocina a los cuartos de servicio. Vestía una camiseta de chico, con una calavera estampada y llevaba el cabello atado con una coleta, vaqueros anchos y zapatillas. No llevaba gafas. Wade la saludó con la mano.


-Buenas- dijo Julie- Ma’, Barnett dijo que quería que vayas de una vez a comprar lo que falta en la casa. Que dejes al resto preparando la comida.


-Te he dicho que es señor Barnett, Julie, no sé cuantas veces- dijo la mujer, volviéndose a su hija. Wade observó la escena sin ninguna emoción en particular. La mujer se acercó a Julie y le tomó la solapa de la camiseta- Mira como te has vestido. ¿Por qué no te vistes como una señorita? Y ese pantalón. Cámbiate esa ropa.


-Julie es incapaz de comportarse como una señorita- opinó Wade.


Julie le dedico una mirada amenazante, pero su madre contestó primero que ella.


-¿Se va a quedar a comer, joven Lorenz? Le diré el señor Barnett si quiere acompañarlo.


Wade hizo un gesto con la mano que no era ni sí ni no y la puerta se abrió de nuevo. Wade se volvió para observar a Barnett padre. Tenía los mismos ojos verdes de Gabriel, varios tonos mas fríos y el cabello empezaba a encanecerse.


-¿Dónde está Gabriel?


-No vino- dijo Wade, sonriendo- Creo que le tiene cariño a la escuela. Se quedo leyendo unos libros aburridos sobre economía.


El comentario pareció alegrar a Barnett.


-Wendy, te dije que fueras y te encargaras de las compras. Hazlo ahora. Julie, ¿vas a ir con tu madre?


Julie negó con la cabeza.


-Entonces comerás conmigo hoy. Cámbiate de ropa.


-¿Por qué?- pregunto Julie. Wade le echo un vistazo a Barnett.


-Porque tu padre viene hoy.


Salió de la cocina y Wade bajó de la mesa. Se fue de la cocina sin decir nada. Ya que el padre de Julie venia hoy, él no estaba invitado a la comida. Se sintió mal y se odio por eso. Se suponía que no le importaba lo que su viejo hiciera. Subió las escaleras y encontró el cuarto de Gabriel con llave.


-Oye- le dijo a la chica morena de antes- Trae la llave del cuarto.


-Pero ese es el cuarto del joven Gabriel. Se supone que no debemos dejar entrar a nadie.


-Solo hazlo. Además, ¿te parece que yo soy nadie? Si hay problemas, le dices a Barnett que fui yo quien te lo dije. Anda, hazlo.


Se tiró en la cama de Gabriel una vez dentro. Cuando eran niños, Wade dormía en ese misma cama y en la mañana Gabe se quejaba de que lo pateaba y no lo dejaba dormir, pero nunca le impedía que se quedara a dormir de nuevo.


-Que idiota que era- dijo en voz alta. Recordó a Isabelle sin que viniera a cuento. Wade siempre había creído que era la única persona adulta en sus vidas que valía algo y por eso le había afectado tanto su muerte- Siempre mueren los mas buenos.


Volvió a hablar en voz alta, sintiendo de repente que había sido un error irse del colegio.


Julie entró en su cuarto y cerró la puerta. No quería ver a su padre y jugar a la familia feliz, ni siquiera por un rato. Aunque sabía que estaba mal, lo único que le alegraba era saber que Wade probablemente estaría sufriendo por eso, pero no lo suficiente para darle animo. Su padre era sólo un tipo que aparecía de vez en cuando en su vida y la mayor parte de esas veces, traía una mujer y un niño que eran su verdadera familia con él. 


Se cambio de ropa por una más presentable y se puso las gafas, subió al segundo piso y miro la puerta entreabierta de la habitación de Gabriel.


-¿Acaso no tienes tu propio cuarto?- pregunto, mientras cruzaba la puerta. Wade estaba tendido en la cama, con las manos detrás de la cabeza.


-¿Acaso la servidumbre puede entrar a las habitaciones sin permiso?- respondió Wade de forma monótona.


-No lo sé. Jamás he sido del servicio. Yo vivía aquí. No era un invitado que llegaba llorando y huyendo de su vida.


-¿En serio?- contraatacó Wade- Yo pensé que habías aprendido de tu madre a mantener la boca cerrada.


-Pues de la tuya, aprendiste muy bien.


Julie entró en el cuarto. Wade se incorporó para mirarla a los ojos. En un día normal, ellos pelearían hasta que Gabe los detuviera y entonces sus burlas no tendrían el tono hiriente de ahora. Sin Gabriel, solo iban de mal en peor y ambos lo sabían.


-Cállate, pequeña bastarda. Por lo menos mi madre jamás tuvo un hijo de un hombre casado.


La miró con el mismo odio infantil de antes, cuando la creía culpable de las peleas de sus padres.


-¿Te duele que tu padre no quiera ni ver a su hijo legítimo?


Julie salió del cuarto, esquivando hábilmente la almohada que Wade lanzó a su rostro. No se sentía mejor que antes, en realidad se sentía peor. Se sentó en la mesa y observo de reojo al hombre de ojos grises que era su padre y que intentaba conversar con ella. Quiso gritarle que arriba estaba su verdadero hijo, pero la presencia de Barnett se lo impidió.


Wade bajó a la cocina en cuanto le dio hambre. Le sirvieron un plato de comida y comió allí, apenas saboreando la comida. Por lo menos sabía que Julie la estaba pasando igual de mal que él.


---


Mike sonrió mientras ojeaba un libro. Había sido un buen día. En primer lugar, porque él y Gabriel no se habían separado en todo el día. Habían hablado de cualquier cosa y reído de cosas tontas y luego de almorzar, estaban ambos en el cuarto de Gabriel. Mike lo observó desde el escritorio en donde estaba sentado y se sonrojó al ver la mirada fija de Gabe en él. Gabe lo notó y dejo escapar una risita, que avergonzó más a Mike.


-¿Por qué no vienes aquí?- dijo Gabriel, cruzando las manos detrás de su nunca y lanzando una mirada al espacio vacío a su lado en la cama. Mike bajó la cabeza.


-Creo que mejor no- dijo, sin atreverse a subir la mirada.


Agradeció que el celular de Gabe sonara en ese momento, pero este no hizo el amago de tomarlo.


-¿No vas a contestar?


-No. Me la pasó bien aquí-volvió a sonreír y Mike negó con la cabeza. Al tercer timbrazo, Mike se levantó y cogió el celular.


-¿No te molesta si contesto?- Gabriel se encogió de hombros en respuesta y Mike contestó sin fijarse en el nombre que parpadeaba en la pantalla.


-Hey- dijo la voz de Wade- ¿Por qué no contestabas? Da lo mismo, el viejo vino hoy a tu casa. Estoy recluido en tu habitación. El viejo llego a socializar con Julie, ¿puedes creerlo? Como si no supiera que ella nunca lo va a considerar su padre. En serio me pregunto….


La voz de Wade dejo de hablar.


-¿No eres Gabriel, verdad?- preguntó, dándole a su voz un leve toque amenazador.


-Hola, Wade- saludó Mike. Gabriel levantó los ojos y enarcó una ceja.


-Pásame a Gabe- dijo Wade. Mike asintió con la cabeza y se levantó, para tenderle el celular a Gabriel.


-¿Qué?- dijo Gabriel.


-¿Por qué no has contestado tú?


-Porque no. ¿Cómo va todo?


-Mal. Para mí y para Julie. Eso es un consuelo. Ya sabes, ella detesta al viejo.


-Y tú no- dijo Gabriel, de forma cínica- ¿Me llamas para eso?


-Estoy aburrido- dijo Wade, como si eso fuera explicación suficiente. Gabriel rió entre dientes. Mike lo observó sentado al filo de la cama. Se sentía excluido, de nuevo- Llegue en la mañana, pero… bueno, mi papá…


-¿Llegaste en la mañana?- pregunto Gabriel- Te fuiste ayer por la tarde, Wade.


-Pero me entretuve por allí- dijo Wade, riendo- Era viernes en la noche, Gabe.


-Podrías contagiarte de una ETS un día de estos.


Wade soltó una risa y se despidió. Gabriel observó la pantalla y suspiró. Volvió a mirar a Mike.


-Wade no va a cambiar nunca- dijo, riendo.


-¿Siempre es asi? Digo, con las chicas. No parece que le gustara ninguna en especial.


-Eso es porque le gustan todas. Pero nunca se ha tomado a ninguna muy en serio, si a eso te refieres.


Mike frunció el ceño.


-No me parece- dijo, al fin.


-¿Qué no te parece?


-O sea… solo usa a las chicas, sin tomar en cuenta sus sentimientos.


Gabriel pareció considerar las palabras de Mike un rato.


-Tampoco es que ellas no lo sepan. Que yo sepa, Wade nunca les promete amor eterno. Ellas saben perfectamente que son sólo cosa de una noche.


-Aun así- replicó Mike- ¿No te parece que eso este un poco mal?


Gabe se encogió de hombros.


-No puedo decir que me lo parezca. Yo tampoco recuerdo haberme enamorado de alguna de las chicas con las que estuve. Solo eran…


-¿Para pasar el rato?- de repente se había enojado. Por primera vez la primera cosa que Wade le había dicho de Gabriel (que era un cabron) parecía ser cierta. A Mike no le gustaban las personas que se tomaban tan a la ligera los sentimientos de otras. Pensó en la anterior novia de Gabriel. ¿Ella también había sido para pasar el rato? ¿Solo había fingido quererla?


Gabriel notó su enojo y se acercó a él.


-Entiendo que te moleste, pero… - levantó el rostro de Mike con una mano y le dedico una sonrisa sincera- Tú si me gustas.


Mike sintió los labios de Gabriel en su boca, sintió los dientes rozando sus labios y la lengua húmeda y tibia colándose en su boca, de forma suave y firme a la vez, recorrerla y jugar con su lengua y su enojo,  aunque no se desvaneció, pareció fundirse al ritmo en que Gabriel lo besaba.


---


Wade observo a su padre con las manos en los bolsillos. Julie estaba delante de él. Edwad Lorenz los observó a ambos.


-No sabía que estabas aquí, Wade- dijo, al fin.


-Sí, bueno, paso un poco inadvertido- Wade soltó una risa- ¿Vas a ir a casa?


-No. Pasaré la noche en un hotel.


-¿Con alguien más o solo? Dímelo y se lo diré a mamá directamente. Asi le ahorro el tener que enterarse por otras fuentes menos agradables. Oh, y si vas a dejar embarazada a la mujer de turnos, nos avisas antes.


-Cada vez más te pareces a tu madre- espetó Lorenz. Wade borró su sonrisa- Es a ella a quien deberías decirle eso.


Julie se mordió el labio considerando si debía intervenir o no.


-Bueno, tal vez soy igual que ella- dijo Wade- Por lo menos no nací con la sangre de un cobarde idiota que no fue capaz de luchar por la mujer y la hija que quería y se dejó manejar como un…


Wade retrocedió de forma instintiva, al ver la palma de su padre subir y Julie detuvo el golpe. Edward Lorenz se dio la vuelta y salió de la casa. Wade le dirigió una mirada sorprendida a Julie y se sorprendió más al ver que esta sonreía. A decir verdad, parecía intentar aguantar la risa.


-Bueno, no puedo decir que no se lo merecía, ya sabes- dijo y Wade soltó a reír. Ese momento quedaría grabado como uno de los pocos en los que los dos se consideraban a sí mismos hermanos.


Wade le rodeó los hombros con un brazo y Julie le dio un golpe amistoso en las costillas mientras caminaban hacia la sala. Richard Barnett los observó y no pudo evitar la sonrisa que se formó en sus labios. Wade y Julie se habían criado en su casa y, a veces, pensaba en ellos como sus propios hijos. Ellos heredarían su empresa y él se encargaría que apoyaran a su verdadero hijo en lo que hiciera falta. Solo restaba que Gabriel acepte su posición, pero eso estaba arreglado. Volvió a sonreír, con el mismo aspecto que tenía cuando cerraba un buen negocio y al mismo tiempo, Julie se separó de Wade y ambos se alejaron, dispuestos a actuar como si ese instante de camaradería nunca hubiese existido. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).