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West Lake por Hisue

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Episodio 18


Wade bostezó, cubriéndose la boca con una mano. Gabriel dejó de escribir para regresar a verlo.


-No debiste venir a clases- dijo, en voz baja- ¿Por qué no te quedaste durmiendo?


-Me encontré a Ericka en el pasillo- contestó Wade- Me miró tan molesta que decidí venir, pero ahora- Wade miró hacia atrás, hacia el lugar en donde Ericka se sentaba y volvió a ver a Gabriel- Sigue mirándome molesta.


-Tiene razones para hacerlo.


-¿Qué razones?- preguntó Wade, volviendo a bostezar.


Gabriel lo observó, enarcando una ceja.


-¿De verdad no sabes?


Wade se encogió de hombros en respuesta y miró el reloj en su muñeca.


-Más importante que eso- dijo, dando por cerrado el tema de Ericka. No era idiota para no darse cuenta de lo que pasaba entre Ericka y él, pero la imagen de Julie sonriéndole a Alan era suficiente para distraerlo del tema- Pensé que hablarías con Alan.


Gabriel giró el rostro, observó un segundo a Julie y sonrió.


-Hablé con él- dijo Gabe- No te preocupes, no va a lastimarla.


-Ese no es el punto. Julie puede tener algo mejor que un tipo que…


-Lorenz, Barnett- Wade alzó el rostro para observar a la maestra de química- Si no quieren atender la clase, salgan del salón.


Wade abrió la boca, dispuesto a replicar, pero Gabriel le sostuvo del brazo y negó con la cabeza.


-Lo sentimos- dijo Gabriel, tomando su mochila. Wade lo imitó, aunque no se molestó en disculparse antes de salir.


-Hay que verle el lado bueno, puedo ir a dormir- dijo Wade, estirando los brazos.


-No hay nada de bueno en esto. Sabes que no entiendo nada de química.


-Te explicaré la clase luego- Wade cruzó las manos detrás de la cabeza- Ya vamos, ¿o piensas quedarte mirando la puerta?


Gabriel suspiró, negando con la cabeza y caminó detrás de Wade.


-Me encontré con Susan- dijo, dispuesto a hablar de algo, antes de que Wade recuerde que no había terminado su discusión por Julie.


-¿La chica McCarren? ¿Qué con eso?


-Me reclamó por haberla tratado como una desconocida.


Wade se giró esta vez, con una expresión de incredulidad en el rostro.


-¿La conocemos?


Gabriel rodó los ojos.


-Sí, pero hace años que no hablamos con ella. No me digas que no la recuerdas. Creo que vivió en tu casa una temporada.


Wade miró al techo, haciendo memoria. Buscó el nombre en su mente y una imagen de una niña caprichosa se dibujó de pronto.


-Espera- dijo, deteniéndose- ¿Esa niña odiosa? Pues sigue igual de molesta. No sabía que era Susan. ¿Y por qué hablas de eso? Cualquiera diría que te pasó algo más interesante que hablar con Susan en el fin de semana.


-¿Y a ti? ¿Cómo te fue?


Wade buscó la llave del cuarto entre sus bolsillos, abrió la puerta y se dejó caer en la cama de Gabriel.


-Bien, supongo- dijo. Se incorporó, dejo la mochila sobre la mesa de noche y volvió a acostarse en la cama- Hazte una idea, he dormido recién mientras venia para acá.


Gabriel se acercó a la cama y se sentó en el borde, a la altura del rostro de Wade, puso una mano en su frente, recordando de repente las palabras de Ericka, pensando que tal vez debió hacerle caso y detenerlo.


-No debí dejar que te fueras- dijo, retirando la mano de su frente.


-No te hubiera hecho caso. ¿Pero por qué lo dices?


-Sólo me pregunto cuándo cambiaste y te volviste en…


-¿El adicto al sexo más grande del mundo?- completó Wade- Si quieres saberlo, podemos intercambiar. Tú me dices que ocultas y yo te cuento como pasó, con lujo de detalles si quieres.


-No gracias, no quiero tener tanta información sobre ti- Gabriel se levantó- Regreso a clases. Cuando termines de dormir, sal a comer, apuesto lo que quieras a que ni siquiera has cenado.


-Está bien, está bien- Wade se giró en la cama, apoyando su rostro contra la almohada- Ya lárgate.


-¿Y lo conseguiste?- preguntó Gabriel desde la puerta.


Wade hizo un gesto que no era ni sí ni no con la mano y escuchó la puerta cerrarse. Se volvió a girar, quedando de espaldas en la cama. Era cierto que no había cenado, mucho menos desayunado, pero no tenía hambre. En cambio, su cuerpo todavía tenía la sensación de la piel cálida de la mujer con la que había estado. Había sido satisfactorio, como siempre y como siempre, nada especial. Nada que recordara después de un tiempo. Se mordió los labios, sintiendo que aún tenía ganas de sexo y se levantó para acostarse en su cama. Lo que menos quería era empezar a masturbarse en un lugar que tenía el olor a Gabe impregnado. Se preguntó si en verdad estaba convirtiéndose en un adicto y trató de calmarse leyendo el primer libro que encontró en el escritorio.


---


Gabriel se sentó en la mesa de Mike, observando de reojo a Ericka, que comía apartada del resto, con la misma expresión de furia que tenía desde la mañana. Alan y Julie observaron a Gabriel, se miraron y Julie se encogió de hombros.


-¿Qué haces aquí, Barnett?- preguntó Alan, sin ocultar su molestia. Gabriel lo miró, como si acabara de darse cuenta de su presencia.


-Hola Julie, Mike- saludó- Que yo sepa, Alan, puedo sentarme donde quiera.


-Hola Gabe- Julie puso una mano sobre el hombro de Alan, dándole una mirada de advertencia, pero este se levantó y se fue. Julie miró a Mike, que parecía estar más animado, aunque sus ojos aun no veían directamente a Gabriel y decidió marcharse.


-¿Le pasa algo a Ericka?- preguntó Mike, cuando Julie se alejó.


-Está molesta- dijo Gabriel- Y tiene razón para estarlo, pero no sé cómo solucionarlo.


-¿Se enojó contigo?- Mike observó a Ericka, que ahora miraba su comida, la apartaba y salía de la cafetería. Gabriel negó con la cabeza- ¿Por qué Wade no regresó a clases?


-Está durmiendo- contestó Gabe- Tuvo una noche movida.


Mike dejó escapar un “oh” nada sorprendido, comprendiendo al instante a que se refería Gabriel. Después frunció el ceño y se llevó un dedo a los labios.


-Pensé que a Wade le gustaba Ericka. Pero si ella está molesta, eso quiere decir que Wade…


-A Wade le gusta Ericka- afirmó Gabriel- Pero no creo que vaya a cambiar sólo por eso.


Mike negó con la cabeza. No entendía el comportamiento de Wade, pero no consideraba correcto la manera en que este trataba a las mujeres. Frunció el ceño, sabiendo que no podía decir ni reclamar nada, ya que no era su vida y además, porque Wade siquiera lo escucharía.


-Entonces, pobre de ella.


Gabriel dejó escapar una risa entre dientes. Sabía que Ericka era lo suficientemente orgullosa como para odiar a Mike de por vida si le escuchara decir eso.


-No digas eso delante de ella.


Mike hizo el gesto de cerrarse la boca y Gabriel sonrió, apretando el puño sobre una de sus rodillas. Estaba intentando aguantar las ganas de estirarse sobre la mesa para besarlo, pero sólo crecían a cada segundo mientras observaba la expresión alegre de Mike y sus labios unidos, sonrientes.


La sonrisa de Mike vaciló. Gabriel lo miraba con una expresión demasiado intensa y un sonrojo subió a sus mejillas mientras bajaba los ojos y un escalofrió de placer culpable recorría su cuerpo, recordando la sensación de los manos de Gabriel sobre su cuerpo.


---


Ericka dejó escapar un suspiro cansado mientras doblaba en un pasillo,  acelerando el paso. Wade venía detrás de ella, con las manos en la nuca, siguiéndola, como venía haciendo la última semana. Ericka se detuvo en su casillero, lo abrió, sin nada de delicadeza y se volvió a Wade, sosteniendo un libro entre las manos.


-Deja ya eso- dijo. Wade se encogió de hombros en respuesta.


-¿Vas a dejar de estar molesta conmigo?


Ericka lo apartó de un manotazo y volvió a caminar, rumbo a su habitación, escuchando los pasos de Wade a sus espaldas. Abrió la puerta del cuarto, girándose para enfrentarse a la mirada de Wade, que brilló divertida por un momento antes de adoptar una expresión cercana a la seriedad.


-Basta- masculló- ¡Deja de caminar detrás mío!- gritó, cerrando la puerta de un golpe.


Wade suspiró, bajando los brazos. Tocó la puerta y Ericka le abrió, frunciendo el ceño al verlo.


-¿Dejaste de estar molesta?- preguntó, con un tono que aparentaba inocencia.


-¿Si te digo que sí dejarás de seguirme?


-No. Dejaré de seguirte cuando ya no estés molesta.


-Pues no estaba molesta- bufó Ericka, sintiendo que no cabía en sí de la cólera- Pero ahora sí. ¡Largo!


Ericka intentó cerrar la puerta, pero Wade la sostuvo, se apoyó en ella y le sonrió.


-Lo siento, lo siento. Era broma, te creo. Dejaré de andar detrás tuyo, ¿bien?- Observó a Ericka, que apoyaba su peso en un pie y otro y desviaba los ojos, como si lo pensara- ¿Bien?- insistió.


-Bien- dijo ella- ¿Sueltas mi puerta? Quiero privacidad.


Wade soltó la puerta, recuperó su sonrisa burlona y asintió.


-Ok- dijo antes de que Ericka cerrara la puerta.


Ericka negó con la cabeza, acariciando su frente mientras caminaba hacia su cama.


-Es más que seguro que te quiere- dijo Katherine. Estaba parada frente al espejo y se trenzaba el cabello en dos partes. Observó a Ericka por el espejo, mientras esta se sentaba en la cama.


-¿Quién, Wade?- preguntó, incrédula- Por supuesto- completó, de manera cínica.


-Claro- Katherine le sonrió a su reflejo y dejó caer ambas trenzas sobre sus hombros- Estaba preocupado porque te enojaste mucho con él.


-Primero, no estaba enojada. Y segundo, Wade sólo lo ha hecho para molestarme.


Ericka cruzó los brazos sobre su pecho, desviando la mirada hacia la pared. Wade no había intentado disculparse ni una sola vez, por lo menos por deferencia, aunque Ericka intentaba convencerse de que no había razón para que él se disculpara. Después de todo, ellos dos no eran nada más que amigos. La palabra “amigos” le provocó una punzada molesta en la boca del estómago que ella ignoró.


-Erika, lo estabas fulminando con la mirada el lunes pasado- dijo Katherine, con tono de obviedad- Si las miradas mataran, tendríamos a Wade tres metros bajo tierra- dijo Katherine, girándose y señalando hacia el piso.


-Vamos, es obvio que le gustas- agregó Katherine, al ver que Ericka no tenía intenciones de contestarle.


-Como le gustas tú y la mitad del instituto- dijo Ericka, tamborileando los dedos en su pierna.


-Pero puede ser diferente. Imagínate. Se va a enamorar de ti y dejará de ser un mujeriego, sólo por ti- Katherine adoptó un tono divertido.


-Has visto demasiadas telenovelas- Ericka soltó una risa entre dientes- Eso no pasa en la vida real. En la realidad, nadie se vuelve bueno.


-Es que no eres romántica. Y además, eso no es cierto. Sino mira a Gabriel con Mike.


-Tampoco es para que los pongas de ejemplo. Ahora están en la fase de su relación en que todo es miel y azúcar, pero apenas pase el tiempo, cambiará. Uno de los dos se aburrirá, entrarán en la rutina, se pelearan y adiós al romance- Ericka hizo un gesto con las manos,  asemejando una burbuja explotando- ¿No tienes nada contra ellos?


-Suena como si hablaras de un matrimonio. Pero yo no creo que pase eso. Y además, Mike es muy lindo. Y no, me parece que es su vida. Hombres o mujeres, mientras se quieran.


-¿Desde cuándo eres tan cercana con Mike?


-Me he vuelto cercana- Katherine jaló la silla del escritorio, ubicándola frente a Ericka y se sentó, cruzando las piernas- Es agradable conversar con alguien que no es un amargado.


-Touché- cedió Ericka.


-Y no sólo yo. También Betty de la clase B.


-¿Quien?


-¿Brand? ¿Su familia es dueña de uno de los mejores estudios de abogados?


-Ahh... si la recuerdo.


-Es detestable que sólo conozcan a las personas por su apellido, Ericka. Es de muy mal gusto.


Katherine negó con la cabeza, poniendo una expresión  de desamparo que hizo sonreír a Ericka.


-Bueno, lo siento. Pero, ¿Cómo es que Brand conoce a Mike?


-Bailaron juntos en la fiesta- una expresión soñadora se instauró en el rostro de Katherine- Se veían tan bien, de no ser porque Mike anda con Gabe, serían la pareja perfecta. No puedo dejar de pensar que es increíble lo de ellos.


-Pues a mí me están cansando- opinó Ericka. Desde el domingo pasado, esos dos casi ni se despegaban, apenas que fuera demasiado necesario y Gabriel pasaba todo el tiempo después de clases haciendo tareas con Mike, hablando con Mike o en la habitación de Mike. Lo único bueno de todo eso es que Gabriel ya no estaba tan deprimido como antes.


-¿No me digas que te gusta Gabe?


-No- exclamó Ericka, haciendo una mueca de desagrado.


-Fue una respuesta rápida- rió Katherine- ¿Y Wade?


-Ya te lo he dicho no sé cuantas veces- Ericka se cruzó de brazos, enojada por el repetitivo tema.


-Oh, vamos, admítelo. ¿Qué te cuesta? Estabas muerta de celos porque sabes que se fue con otra.


-La cordura me cuesta- Ericka se levantó, harta del tema- Porque sólo enloqueciendo me gustaría una persona tan odiosa, molesta, incapaz de respetar a nadie, exasperante y…


-¿Apuesto?- Katherine soltó la risa y se levantó, caminando hacia la puerta- Esta bien, ya no digo nada. Me voy, si quieres.


-Kathy, sólo deja de mencionarlo. Habla de otra cosa, no sé…


-Lo siento, pero es el único tema que se me ocurre- Katherine se puso un dedo en los labios, pensando- A no ser, de nuevo Gabriel- Ericka enarcó una ceja- Es que se me hace muy divertido todo. No está demasiado feliz por la repentina popularidad de Mike.


-Eso sería muy tonto.


-Pues nuestro Gabe es celoso, pero se controla muy bien. Oh, y Alan y Julie parece que andan juntos. Hay romance en el aire.


Ericka se  encogió de hombros y abrió el libro que había sacado del casillero y que permanecía olvidado en la cama. Trato de leer, pero las palabras de Katherine se repetían en su cabeza. La imagen de Wade con alguna otra mujer le hizo apretar los puños y Katherine la vio y suspiró.


---


Gabriel entró a la biblioteca, echando una mirada alrededor. Como las últimas dos semanas después de la fiesta, Mike hablaba con Betty en un rincón de la biblioteca, él enseñándole al jugar ajedrez y ella sonriendo demás, a decir de Gabriel.


Se detuvo buscando un libro y examinado sus emociones. Se estaba empezando a acostumbrar a los celos e incluso, a veces, podía ignorarlos muy bien. En especial porque Mike solía buscarlo entre clases y dejaba sus tares de profesor particular de ajedrez para hablar con él. Sonrió, divisando a Ericka al otro lado de la sala.


-Hey- saludó. Ericka levantó la cabeza y volvió a bajarla.


-Te ves mejor- dijo, sin dejar de estudiar- ¿Asi que superaste el asunto?


-Sabes que no podría- Gabriel abrió su cuaderno, enfrentándose a los ejercicios de química. Consideró pedirle ayuda a Ericka, pero ella se veía de ml humor- ¿Por qué lo dices?


-Bueno, desde que Mike y tú… están, ya sabes… como que no luces muy interesado.


-Pues te equivocas. Es que tampoco puedo andar… pensando si no puedo solucionar nada. Pero pensé que no te gustaba verme deprimido.


-Y no me gusta. Me alegra que ya no me molestes tanto con eso- Ericka se calló al ver llegar a Wade y cambió el tema- Y no voy a ayudarte con tus tareas.


-No importa. Wade, ¿puedes ayudarme con esto?


Wade se sentó, mirando a los lados.


-Tu novio es casi un genio. Ve a pedirle ayuda. Yo tengo suficiente con matemática- Wade alzó la vista al techo, como si acabara de descubrir algo esencial- ¡Tu novio es un genio!- exclamó, esforzándose en hablar en voz baja.


-Sí, noticia de última hora, acabas de descubrir una maravilla mundial- dijo Ericka, sonando más mordaz de lo que pretendía. Wade la miró por un momento y desvió la mirada hacia Gabriel.


-Lo que significa que puede ayudarme con mate. Tiene que ganar puntos con el mejor amigo del novio, ¿no crees?


-No, no creo- Gabriel observó hacia Mike, quien ahora tenía la cabeza junta a la de Betty. Chasqueó la lengua, pero decidió dejarlo pasar.


-Te quitan a tu novio- canturreó Wade.


-Por Dios, quiero estudiar. Desaparezcan- Ericka cerró el libro, mirándolos a ambos, enojada- Estoy harta de Mike, de Gabriel, de Wade y sus estúpidos asuntos.


Gabriel se levantó, decidiendo dejar que Ericka se tranquilice pero Wade se quedó sentado, sin atreverse a hablar.


-Discúlpame- dijo, sinceramente. Ericka alzó los ojos, sorprendida por el tono arrepentido en la voz de Wade.


 -¿Por qué?- preguntó. Wade se mordió el interior de la mejilla para contener la sonrisa que se formaba en su rostro al escuchar la voz de Ericka, esta vez sin el tono de enojo en ella.


-Porque soy odioso, exasperante, una mala persona y te molesto. Lo siento.


Ericka bajó los ojos, encogiéndose de hombros.


-Da lo mismo. Sólo déjame estudiar.


-Bien- Wade se levantó, estiró la mano y acaricio la cabeza de Ericka antes de irse. Ella alzó los ojos cuando salió él de la biblioteca. El gesto de Wade era el mismo que alguien le haría a su hermana pequeña. Cerró los ojos, dejando escapar el aire que contenía y volvió su atención al libro.


---


Gabriel observó a Julie caminar hacia la entrada de la biblioteca, en donde él se encontraba, esperando que Mike terminara su sesión de estudio con Betty. La detuvo del brazo y la soltó cuando ella se paró delante de él cruzándose de brazos.


-¿Qué pasa?


-¿Puedes ir y traer a Mike?- Julie enarcó una ceja y estiró la cabeza para mirar dentro de la biblioteca, aunque no vio a Mike.


-¿Y porque no vas tú?- preguntó, esbozando una sonrisa de burla.


-Porque está con una chica y se vería mal si yo fuera. Vamos, es sólo un pequeño favor.


-Okey- dijo, alargando la "e" mientras se daba la vuelta, para entrar a la biblioteca. Giró el rostro antes de hacerlo- Pero me debes una, recuérdalo.


Vio a Gabriel asentir con la cabeza y cruzó la puerta, buscando a Mike. Lo ubicó y fue hasta él.


-Hola- saludó, poniendo su mejor sonrisa- Lo siento, pero Mike y yo quedamos en hacer las tareas juntos y se está pasando de la hora.


Mike observó a Julie, interrogante. Julie nunca le había pedido ayuda con las clases. No recordaba haber acordado hacer nada hoy con ella.


-Vamos- insistió Julie, haciendo un gesto hacia la puerta. Mike se levantó, aun reticente.


-Lo siento, Betty.


-No hay problema- Betty le sonrió a Julie, quien tomó del brazo a Mike y lo llevó fuera de la biblioteca.


-¿Qué pasa?- preguntó Mike-¿Hay algún problema?


-No mío, pero tu novio me pidió que te sacara de allí. Ahora, no sé si tendrá un problema o sólo quería verte.


Julie sonrió, observando la sonrisa boba de Mike, mientras ambos salían de la biblioteca. No pudo ver a Gabriel y supuso que este estaba en su habitación.


-Pero no pongas esa cara, que algunos no soportamos tanta azúcar.


-Déjame disfrutar el momento- bromeó Mike. Julie se apoyó en su hombro, riendo.


-Apuesto que no te imaginaste algo como esto cuando llegaste aquí.


-No- asintió Mike- Y te recuerdo que tú eras la primera en desanimarme.


-Lo siento por eso. Estoy feliz de admitir que me equivoqué contigo y Gabriel.


Mike rio, pasando un brazo por los hombros de Julie.


-Pero, tú y Alan…- dijo, cortando la frase de forma insinuante. Julie movió la mano, negando.


-Somos amigos, nada más. Muy buenos amigos, pero tú y él no se llevan, ¿verdad?


-No es eso, es que es bastante... pues… amargado.


-Lo sé- Julie se soltó de Mike, mirando a Gabriel, que estaba en la mitad del pasillo- Ahora, ahí está tu novio- dijo, de modo teatral- Ve donde él, tienes mi bendición.


Julie se alejó riendo y Mike se acercó a Gabriel.


-Deslumbra- le dijo, refiriéndose a Julie- ¿Crees que sea por Alan?


Gabriel se encogió de hombros.


-Me alegra que esté bien, por la razón que sea- dijo, poniendo las manos en los bolsillos de sus jeans- Ahora, ¿puedo tomar mi turno para hablar contigo, si no es molestia?


-¿Qué dices? No hables asi- reclamó Mike, divertido.


-Entre Betty y Katherine te acaparan demasiado- se quejó Gabriel, bromeando, aunque una parte de él pensaba que en verdad lo acaparaban demasiado.


Mike negó con la cabeza. Entró detrás de Gabriel y cerró la puerta, agradeciendo al ver que Wade no se encontraba allí. Jugó con sus manos, nervioso. Desde la vez en la cabaña, cada vez que estaba a solas con Gabriel no podía evitar ponerse nervioso, mientras su cuerpo recordaba nítidamente cada una de las caricias de Gabe.


Cerró los ojos cuando los labios de Gabriel se presionaron contra los suyos y abrió los labios, deseando sentirlo dentro de su boca. Gabriel posó sus manos en la cintura de Mike, deslizándolas bajo la camiseta, sin dejar de besarlo, acariciando la piel del abdomen de Mike y empujándolo de forma suave hacia la cama.


Mike se apoyó con las manos en el borde de la cama, sentándose y separándose apenas para tomar aire antes de regresar sus labios a la boca de Gabriel. Movió los brazos, rodeando a Gabriel con ellos, mientras caía de espaldas en la cama. Se separó de la boca de Gabriel, sintiendo los latidos de su corazón acelerarse en su pecho y aventurando su boca hasta la curva del cuello de Gabriel, que ladeó la cabeza al sentirlo. Mike besó el cuello y las manos de Gabe le subieron la camiseta, dejando su piel al descubierto, antes de posarse en la entrepierna de Mike, rozándola apenas y consiguiendo que Mike jadeara y se arqueara contra él.


La puerta sonó tres veces y Gabriel se levantó, a regañadientes. Mike se sentó en la cama, azorado e intentando calmarse mientras se arreglaba la camiseta.


-Creo que mejor nos vemos luego- dijo, al ver a Gabriel abrir la puerta. Wade entró, jugando con las llaves en alto entre sus dedos.


-Sabía que no tenía que usarla- dijo, lanzando las llaves al aire y atrapándolas.


Mike fue hasta la puerta, avergonzado y Gabriel lo detuvo para besarlo por última vez.


-Lo siento- se disculpo. Mike negó con la cabeza restándole importancia.


Wade esperó a que Mike se fuera para suspirar ruidosamente.


-Hay hoteles, hermano, hoteles. O en todo caso, Mike no comparte habitación.


-¿Si sabías lo que estaba pasando por qué no te fuiste?- interrogó Gabriel, sentándose en la cama. Cada vez encontraba más difícil controlarse con Mike. Recordó el tacto de su piel y se mordió los labios, apenas reparando en Wade.


-Porque tenía que sacar algo, urgente- dijo Wade, observando la expresión ida de Gabriel- Dios, Gabe, sólo acuéstate con él y ya- siguió hablando cuando Gabriel regresó su atención hacia él- Y con acuéstate me refiero a sexo, no a dormir a su lado.


-Aunque no lo creas, no todo el mundo busca sexo en una relación. Y no es que no quiera, pero no quiero adelantarme.


Gabriel desvió la vista. No quería dañar a Mike, ni lastimarlo. Quería que fuera su elección si se acostaban o no.


-Ok, te dejo a ti con tus cosas- Wade negó con la cabeza, caminando hasta la puerta dispuesto a irse- Oye, viejo, escucha- dijo, retrocediendo sobre sus pasos e inclinándose para mirar de cerca a Gabriel, que levanto la vista, extrañado de la expresión seria de Wade- Si sigues así, te convertirás en un santo. Y no quiero tener a alguien hecho de miel y azúcar como mejor amigo.


Gabe frunció las cejas, sin entender del todo.


-¿Qué? ¿Acaso ahora es malo preocuparse por los demás?


-No, pero no era eso exactamente lo que quería decir- Wade se sentó al lado de Gabriel- Es que te estás comportando demasiado como el protagonista bueno de una novela.


-Gracias, que estés tan alarmado, significa que soy mejor persona ahora.


Wade formó una cruz con los dedos, alejándose de Gabriel, sin dejar de verlo.


-Me voy, antes de que me contagies.


Gabriel rió y se dejó caer en la cama. No pensaba que fuera una buena persona, pero ante Mike quería serlo. Quería que no se decepcionara de él. Recordó la vez en que le dijo a Mike que el Gabriel estudiante no era el único que existía y lamento más que nunca que fuera asi, porque sin importan que tan bien le hiciera Mike, siempre tenía que quedarse solo y darle rienda suelta a sus pensamientos y estos llevaban a un solo lugar: Su padre y el odio cada vez más grande que sentía hacia él y la sensación de que el tiempo no pasaba lo suficientemente rápido para poder hacerle daño padre.


---


Mike abrió la puerta de su habitación, sin sorprenderse al ver a Gabriel acostado en la cama de al lado, con una almohada sobre la cama. Se quedó en silencio, observándolo mientras dejaba la mochila en el escritorio, intentando no hacer ruido. Se sentía como si su habitación fuera ahora otro de los escondites que solía tener Gabriel.


Gabriel se levantó, restregándose los ojos.


-Me quedé dormido- dijo, a manera de disculpa.


-No te preocupes- dijo Mike. El semblante de Gabriel lucía preocupado, de una forma que no había visto en las dos últimas semanas -¿Qué te pasó? Te ves desanimado.


-No es nada- dijo Gabriel, mirando la hora- ¿Ya son las siete?


-Así es.


-Déjame dormir aquí hoy. Va a ser un problema el año siguiente si llegan nuevos o alguien repite y terminas compartiendo habitación.


Mike asintió, mirando el calendario que colgaba en la pared. Los días de exámenes finales estaban marcados con rojo y Mike se sorprendió al ver que restaba menos de mes y medio para terminar. El tiempo había pasado volando y se preguntó qué pasaría entre ellos en las vacaciones. Sacudió la cabeza, decidiendo no preocuparse por adelantado y se acercó a la cama, sentándose al lado de Gabriel.


-Podrías usar tus influencias para eso- bromeó Mike. Gabriel sonrió de manera irónica.


Mike movió una mano, acariciando de forma leve el cabello de Gabriel, alzando el rostro para besarlo de forma suave. Deslizó su otra mano hasta el pecho de Gabe y este la tomó entre las suyas, apartándolo suavamente.


-Lo siento- dijo, tumbándolo en la cama. Se acostó a su lado y lo abrazó. Cerró los ojos y se imaginó como sería haber tenido una vida como la de Mike.


Mike le correspondió el abrazo. Quería decir algo, preguntar, saber que pasaba exactamente por la cabeza de Gabriel, pero recordaba la barrera que este levantaba entre él y su vida.


-Sólo quiero estar asi hoy- susurró Gabriel, contra el cabello de Mike, a punto de dormirse.


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