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West Lake por Hisue

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Episodio 18


 


-¿Dónde se fue el tiempo?- Wade dejó caer la cabeza sobre sus  cuadernos. Se quedó allí, con los ojos cerrados, odiando las fórmulas matemáticas que seguían dando vueltas en su cabeza. Consideró la idea de pedirle ayuda a Julie, pero incluso aunque tuviera posibilidades remotas de poder convencerla, estas se veían reducidas a cero, puesto que Julie estaba acompañada de Alan. Pensó en Mike, pero estaba con Betty, como casi siempre estos días, cuando no estaba con Gabriel. Ericka quedaba descartada puesto que era demasiado incómodo estar a su lado.


Wade movió la cabeza ligeramente, acomodándose mejor sobre los cuadernos. Aparte de tener que aprender todo el año de matemática antes de los finales, también estaba el club de periodismo. Debía entrevistar a alguien para la edición de fin de año y aun no tenía ni idea de a quién.


-Parece que necesitas ayuda- dijo una voz femenina, que Wade identificó como  la de Ericka. Levantó la cabeza, apartándose los mechones de cabello del rostro.


-¿De veras?- dijo. No se le ocurría ninguna réplica ocurrente, así que se limitó a asentir con la cabeza. Decidió soportar la incomodidad que le causaba en pro de sus notas- ¿Puedes ayudarme? ¿Por favor?


Ericka cogió un cuaderno al azar, sin sentarse. Lo leyó rápidamente y lo dejó caer en la mesa.


-No entiendo. A ti te gusta la química.


-Sí, ¿y?- Wade cogió un lapicero, para después dibujar garabatos en el margen de un cuaderno, sin dejar de mirar a Ericka.


-Que a la gente que le gusta química, también le suele gustar matemática y física.


-No tienen nada que ver- Wade negó con la cabeza, indicando a Ericka que se sentara- La química sirve de algo, o sea se usa en algo. Aunque sea para diferenciar un veneno con la marca de calavera esa.


-La física también es importante- opinó Ericka, sentándose.


-No, si estás en un edificio de veinte metros, no necesitas saber que ángulo te permite llegar al próximo edificio, ubicado a no sé cuantos metros. Sólo necesitas saber que serias un estúpido si te tiras.


-Es necesario para los misiles. Imagínate lo que pasaría si no pudieran calcular su trayectoria.


-Pues soy pacifista. No estoy de acuerdo con los misiles.


Ericka ahogó una risita, negando con la cabeza.


-Díselo al profesor. Vamos, anímate. Voy a lograr que apruebes, o dejo de llamarme Ericka.


Ella le sonrió. Había decidido que lo mejor era olvidarse de los absurdos giros de su corazón y dejar las cosas como estaban.


-Te debo una. Puedes pedirme lo que quieras después de que apruebe.


Ericka alzó los hombros, en un gesto de indiferencia. Atajó sus pensamientos antes de que estos le dieran forma al “lo que quieras” de Wade.


---


-Por lo que vi, Ericka y tú se reconciliaron- dijo Gabriel, al ver a Wade entrando al cuarto. Wade bostezó, estirando los brazos por encima de su cabeza. No había imaginado que Ericka sería una maestra tan estricta. Incluso le había dejado tareas.


-No estábamos peleados- dijo, a lo que Gabriel sonrió, sin moverse de la cama.


-¿De verdad no piensas hacer nada? ¿Qué pasaría si ella empieza a salir con alguien más?


-No creo que eso pase y si pasa, no hay problema. Siendo como es, haría una buena elección- contestó Wade, sin que su expresión tranquila variara.


-A ella le gustas. No creo que no te hayas dado cuenta.


-No entiendes a Ericka. No entiendes como piensa.


-¿Y tú sí?


-Yo sí- contestó Wade- Ella y tú son iguales. Los dos con esa… obsesión con su familia, con sus padres. Lo único que desea es demostrarle a su padre que puede cumplir todas sus expectativas, que puede ser mejor que sus hermanos. Sólo quiere que la reconozcan, por eso hace todo lo que hace, por eso es una genio, es en lo único que piensa.


Gabriel bajó los ojos. Entendía todo eso, pero no entendía como se relacionaba con que a Wade le guste Ericka.


Wade se detuvo, para quitarse la casaca y se apoyó en la pared.


-Por eso no anda con chicos- siguió- No admitiría nunca que su padre tiene razón sobre ella. Nunca haría algo como andar con alguien por despecho, tampoco.


-Pero…


-Katherine está planeando un viaje en las vacaciones- interrumpió Wade- ¿vas a ir?


Gabriel suspiró, pero decidió no insistir más. Sabía cuando podía insistir con Wade y en este momento, no podía.


-Es al Caribe- siguió diciendo Wade, recuperando la sonrisa- Katherine dijo que sería más divertido si fuéramos todos. Jeff dijo que iría y Ericka va a preguntárselo a su padre.


Gabriel se encogió de hombros.


-Katherine dijo que Mike también podría estar invitado- dijo Wade, como si intentara convencerlo.


-Mike no aceptará. No le gusta que le regalen cosas. Y no voy a hacerlo sentir mal llevándolo al mismo lugar que ustedes.


-¿Así que no vas por Mike?- preguntó Wade, asumiendo que esa respuesta era una negativa. Caminó hasta su escritorio y buscó una liga entre sus cosas.


-Así es- asintió Gabriel.


Wade sonrió mientras se giraba, amarrándose el cabello.


-Estás mintiendo- dijo.


Gabriel bufó.


-¿De qué hablas?


-Sé cuando mientes. Te conozco.


-¿Y en que estoy mintiendo?


-En que no vas por Mike.


-¿Y si no fuera por él, porque más dejaría de ir? Es el Caribe, después de todo.


-No sé. Sé que mientes, no soy adivino para saber porque no vas. Asi que ¿Qué vas a hacer de verdad en las vacaciones?


-¿Por qué asumes que haré algo diferente? Lo más probable es que tú y yo nos vayamos… a algún lugar, como siempre.


-También mientes en eso- dijo Wade.


-Claro, ahora eres mi detector de mentiras personal- Gabriel desvió el rostro.


-Acertaste- dijo Wade, sentándose en su cama.


-¿Y tú tienes planes?- preguntó Gabe.


-Mi madre va a Viena y voy con ella. Hay una muestra de no sé qué cosa… esas pinturas raras, vanguardistas o algo así. Además, mi abuela vive allí hace años.


-Lo sé- dijo Gabriel.


-Así que es una visita familiar. No puedo decir que no. Imagínate, los Lorenz reunidos. Y tú no vas al Caribe ni vienes conmigo. ¿Adónde te voy a buscar cuando logre escapar de mi familia?


Gabriel no contestó. Ahora que lo pensaba no entendía la insistencia de su padre para que no le diga nada a Wade. Ni siquiera sobre su viaje.


-Gabe, tantos secretos por tonterías me molestan- dijo Wade, quejándose. Gabriel lo miró de reojo. Wade hizo una mueca de disgusto que lo hizo sonreír.


-Bien, ya que tanto dices que me conoces, adivina.


-Que te conozca mejor que tú mismo y sepa cuando mientes no quiere decir que te lea la mente. Eso es imposible.


-Mala suerte para ti.


Gabriel se levantó de la cama, sólo para quitarse la camiseta y reemplazarla por una más suelta, que podía usar para dormir. Se volvió a tirar en la cama, dando por cerrado el tema. Miró extrañado a Wade, quien se sentaba en el escritorio, sacando un par de cuadernos y libros.


-¿Qué haces?- preguntó.


-Ericka me dejó tarea, ¿puedes creerlo? Es peor que los profesores.


Gabriel rió, sin poder creerlo del todo.


-¿Sabes que creo?- Wade regresó a verlo- Que no sales con ella, porque sabes que te dominaría, totalmente.


-No me compares contigo y Mike- dijo Wade, apoyando los brazos en el respaldo de la silla- Estás todo… manso, viejo.


-Cállate- Gabriel volvió a reír, cubriéndose el rostro con las sabanas- Apaga la luz cuando termines- dijo, por debajo de las sabanas.


Wade asintió, regresando a sus libros. Volvió a mirar a Gabriel, extrañado. Hace muchos días que Gabe no se quedaba a dormir en la habitación. Amanecía siempre allí, pero no se quedaba a dormir. Pensó en Ericka. Había una buena razón para que no considerar siquiera el imaginar salir con ella. Tal vez al principio de año, lo hubiera pensado, pero no ahora. Había pensado que tal vez Gabe lo entendería sin necesidad de explicárselo, pero no era así.


-Mike le está afectando- le susurró a sus cuadernos, antes de decidir que era suficiente estudio por un día. Se dio un baño y apagó la luz antes de acostarse.


---


Mike avanzaba, con la vista fija en el suelo. No es que estuviera desanimado, sólo cansado. El mes estaba resultando agotador por la cantidad de trabajos que les dejaban de repente. Chocó contra alguien y trastabillo hacia atrás, apoyándose por inercia en un casillero.


-Fíjate por donde caminas.


Mike alzó la vista, observando a Alan.


-Lo siento- se disculpó sinceramente.


-Para la próxima mira al frente y no a tus pies- dijo Alan, su tono seguía sonando irritado y Mike desvió los ojos, avergonzado.


-Ya te dije que lo sentía- dijo, volviendo a mirarlo.


-Sí, lo escuche la primera vez. Ahora, apártate.


-¿Pero qué te pasa?- Mike intentó mantener su tono controlado, pero era difícil de hacer al ver la mirada de molestia de Alan, dirigida a él- Me disculpé, no tienes porque enojarte por eso.


Alan estiró una mano, posándola en el brazo derecho de Mike, para apartarlo. Julie los vio y llegó hasta ellos.


-No discutan, no discutan- dijo, apartando la mano de Alan del brazo de Mike.


-No estoy discutiendo- dijo Alan, aunque su expresión lo traicionaba.


-Ambos son mis amigos, llévense bien.


Mike miró a Julie y a Alan alternativamente, antes de asentir.


-Sólo porque tú lo dices.


-Bien- dijo Alan, encogiéndose de hombros- Lo intentaré.


-Gracias- Julie sonrió, palmeándole la espalda. Se volvió a Mike, esbozando una sonrisa de disculpa- Lo que haya pasado, olvídalo.


-No hay problema. Entiendo que tenga razones para su carácter- dijo Mike, recordando el relato de Katherine. Después de buscar las noticias por su cuenta, se había enterado de la muerte de su padre. En ese momento había sentido un poco de simpatía, alimentada por la lástima por él, pero con el carácter que tenía, era difícil no enojarse.


-Entonces, sabes de su familia- dijo Julie.


-Sí, salió en los diarios después de todo- Mike se encogió de hombros- Al parecer sólo es amable contigo.


-Según sus palabras- dijo Julie, elevando el dedo índice de la mano derecha- Soy como una pequeña hermana menor. No se fija en mí para nada más.


-Lo dices como si te molestara- apuntó Mike.


-Bueno, en parte. Oye, que soy una chica- Julie soltó una suave risa- Y todas las chicas soñamos con romance.


Mike rió, no esperaba escuchar algo como eso viniendo de Julie.


-¿Eras una chica?- Susan se acercó a ambos. No sabía de qué hablaban, pero escuchó la última frase y no pudo aguantar las ganas de interferir. Miró a Julie de arriba hacia abajo, examinando los jeans y la camiseta ancha que esta llevaba. El cabello negro atado en una cola descuidada y las gafas en los ojos.


-Porque pareces un espantapájaros- completó Susan, poniendo las manos en su cintura.


Julie apretó los labios. No se le ocurría ninguna burla lo suficientemente fuerte como para herir a Susan.


-Por lo menos no es una amargada que no tiene amigos- Julie se sorprendió al escuchar a Mike, que la sostenía de una mano, dirigiendo una mirada enojada a Susan. Esta lo miró, sin cambiar su sonrisa despectiva.


-Cálmate, niño. Eres novio de Barnett, nada más. Quédate donde perteneces.


-Ignórala Mike- dijo Julie- Está asi porque ni su posición, ni su dinero le han podido comprar un amigo.


Julie se giró, caminando al lado contrario antes de que Susan pudiera responderle. Ella y Mike entraron a un aula vacía. Julie se sentó en una silla, dejando escapar el aire en un suspiro.


-No le hagas caso a Susan- le dijo a Mike.


-No me molesta- Mike se sentó en otra silla. Si se enojara por cada cosa que le decían, no podría vivir en paz.


- ¿Regresas a casa de Gabe en las vacaciones?


-Estoy esperando que mi mamá me de permiso para ir con mis tíos. Espero que quiera. ¿Y tú? ¿Qué va a pasar entre Gabe y tú?


Mike se encogió de hombros. Él regresaba a su casa en las vacaciones y suponía que durante ese tiempo no se verían. No quería preguntarse como seria ese tiempo, ni cómo afectaría a su relación.


-Hablaremos por mail, supongo- contestó, tratando de sonar divertido. Le preocupaba pensar que extrañaba a Gabriel cuando no lo veía un día, no quería pensar en tres meses sin verlo.


-Después de un rato, parece que nunca vas a salir de aquí- dijo Mike, en voz baja. Julie examinó su expresión.


-Nunca me ha pasado eso- dijo ella- Yo siempre quiero salir de aquí.


Mike asintió con la cabeza, mirando a Julie.


-Pero, hay algo que quiero saber- Julie alzó el rostro, interrogante. El rostro de Mike estaba dramáticamente serio- ¿Por qué te vistes así?


Julie soltó a reír y cogió la camiseta que llevaba puesta, mirándola un momento.


-Es más cómodo- contesto y volvió a reír.


---


-¿Cómo lo llevas?- preguntó Gabriel. Mike estaba sentado en la cama, con aspecto cansado.


-¿Los finales?- Gabriel asintió- Mas o menos. Resultan más difíciles de lo que pensé- Mike se miró las manos, tenía deberes atrasados en dos cursos que debía entregar al día siguiente. No quería imaginar cómo serian los exámenes -Pero tú no luces mal.


Gabriel se encogió de hombros. Suponía que el tiempo que había pasado trasnochando este año gracias a su padre, le había hecho acostumbrarse a dormir menos.


-Estoy muriendo por dentro, si eso te consuela- dijo. Bajó del escritorio y se acercó a la cama de Mike- Sólo que soy experto fingiendo.


Quiso que sonara a broma, pero incluso a él su tono le pareció demasiado serio.


-Espero que eso no se aplique a mí- Mike se fingió ofendido, haciendo un puchero e ignorando a propósito el tono de leve remordimiento de Gabriel.


-Te prometo que intentaré que no- dijo Gabe, de manera solemne, antes de apoyar las rodillas en la cama y empujar a Mike. Este rió al sentir el cabello de Gabriel rozando su cuello y causándole cosquillas.


-Tus manos están frías- susurró Mike, sintiendo los dedos helados de Gabriel colándose debajo de su camisa.


-Y tu piel es cálida- dijo Gabriel en su oído.


-¿Qué harás en las vacaciones?- preguntó Mike, girando el rostro para observar a Gabriel.


-Voy a Viena con Wade- contestó. La mentira salió de forma natural de sus labios- Una reunión de su familia.


Mike asintió con la cabeza y Gabriel agradeció que Mike no pudiera descubrirlo con la misma facilidad que Wade cuando mentía. No había planeado mentirle a Mike, las palabras le salieron antes de que pudiera pensarlas.


-Espero que te diviertas- dijo Mike.


Gabriel lo miró, olvidando la culpa por la mentira que acabada de decir. Lo besó, sosteniéndole el rostro, dejándose embriagar por la sensación del cuerpo de Mike, apretado al suyo. Mike lo apartó, tratando de volver a pensar en sus tareas atrasadas.


-Tengo que hacer mis tareas- dijo. Gabriel se sentó.


-Lo sé, perdona.


Mike fue hasta el escritorio, intentando controlar su respiración. Una parte de él deseaba que Gabriel insistiera y siguiera besándolo, pero Gabe se limitaba a observarlo desde la cama, poniéndolo más nervioso.


-Esto…- balbuceo- ¿Podrías salir?


-¿Te pongo nervioso?- Gabriel esbozó una sonrisa traviesa. Bajó de la cama de un salto y se acercó a Mike. Apoyó las manos en el espaldar de la silla, inclinándose para besar el cuello de Mike.


-Tengo que hacer tareas- intentó quejarse Mike, aunque ladeó la cabeza, facilitando el que Gabe lo besara- No soy el hijo del dueño, ¿sabías?


-Está bien- susurró Gabriel. Se despidió moviendo la mano en el aire y sonriendo y Mike se mordió el labio cuando se fue. Cerró los ojos y se imaginó a Gabriel sobre él, besándolo, sus manos cerrándose en su miembro. Un gemido escapó de sus labios. Debía decírselo, decirle que lo deseaba, porque Gabriel parecía decidido a no avanzar.


---


-No lo puedo creer- se quejó Katherine, después de escuchar a Ericka- ¿Tú tampoco irás?


-Lo siento- dijo Ericka.


-Yo iría con mucho gusto- dijo Wade. Los tres estaban sentados, con las sillas hechas un círculo en un lado del salón vacío- Pero no se puede.


Katherine suspiró. Miró hacia la puerta abierta, con expresión decepcionada y vio a Mike pasar. Se incorporó de su asiento, para llamarlo.


-¿Qué vas a hacer por vacaciones?- preguntó, sin darle tiempo a Mike de saludar.


-Ir a mi casa- respondió Mike.


-¿Y porque no vienes con nosotros? Si vienes, tal vez Gabe se anime a venir.


Mike se sentó en la silla restante, sin entender del todo.


-Pero Gabriel se va contigo a Viena- dijo, mirando en dirección a Wade.


-Sí, cierto- dijo Wade, asintiendo. No tenía ningún interés en desmentir a Gabriel.


-Me lo hubieras dicho antes- Katherine volvió a sentarse, desanimada. Ericka miró de reojo a Wade, esperando ver algún cambio en su expresión que delatara la mentira. No lo vio y se volvió a Mike, preguntándose porque Gabriel le había mentido también a él. Decidió levantarse e irse, al ver que Katherine al fin se había dado por vencida con el tema del viaje, pero la vio sonreír y supuso que había encontrado otra idea más de la que hablar. Suspiró y se preparó a escuchar.


-¿Sabían que los de tercero van a hacer una prueba de valor como despedida?- les preguntó- Se van a meter a la capilla.


-Genial- dijo Wade- Demuestran que son muy idiotas, pero genial. Me gustaría ver sus caras cuando salgan.


-¿La capilla que dicen que está encantada?- preguntó Mike. Había escuchado algunos rumores aislados, pero nunca los había tomado en serio.


-No dicen- le corrigió Katherine- Lo está.


-Por favor- interrumpió Ericka- Eso es tonto. No existen los fantasmas, ni los encantos- observó los rostros de sus compañeros y negó con la cabeza- ¿En qué siglo viven?


-¿No te has preguntado porque hay un edificio tan viejo en un lugar como este? No se atreven a tocarlo- dijo Wade.


-¿Y qué pasó de verdad allí? Escuche que una chica se suicidó- preguntó Mike. No es que creyera en fantasmas, pero tampoco se atrevía a decir que no le asustaban esas cosas.


-Hay muchas historias- empezó a decir Katherine- La chica que se suicidó fue una de las ultimas en morir allí.


Mike se estiró en la silla para oír, a la par que Katherine y Wade hacían lo mismo. Ericka bufó, de mala gana, pero no se movió de la silla.


-Dicen que la chica había terminado con su novio- empezó a narrar Wade- La noche en que murió, salió del edificio, a las doce de la noche y caminó descalza hasta la capilla. Debió entrar en ella, porque en la madrugada se escuchó un grito desgarrador que despertó a todos en el colegio. La buscaron en lo que quedaba de la noche y al día siguiente, pudieron ver sus huellas en el polvo que cubría la capilla, huellas de entrada… pero ninguna que indicaba que hubiera salido. Llamaron a la policía y la buscaron y revisaron en la capilla, pero nunca encontraron su cuerpo. Nadie la había visto salir del pueblo y toda su ropa estaba en su lugar. Sólo se desvaneció. Su compañera de cuarto la vio dos meses después. Dijo que la había escuchado llamarla, por eso se había despertado, pero no había nadie en el cuarto. Salió a buscarla, de madrugada, caminó hasta la salida y vio luces encendidas en la capilla. Muchas luces que se apagaban y se prendían y entonces la vio en la puerta de la capilla. Estaba descalza y llevaba puesto el vestido blanco del pijama con el que solía dormir y la llamaba con la mano, pero ella no se movió. No se movió de donde estaba hasta que amaneció y las luces de la capilla se apagaron y su amiga volvió a entrar, desapareciendo junto con ellas.


Wade dejó de hablar. Nadie se movió durante un rato, dejando que la historia flotara en el aire, entre ellos.


-Esas son tonterías- dijo Ericka, al fin. Todos se relajaron al instante- Hay miles de explicaciones para explicar una desaparición. Además, ¿Por qué nunca se mencionan sus nombres?


-Es que tú no tienes fe- acusó Katherine, acariciando sus brazos para hacerlos entrar en calor- Ha pasado tiempo, los nombre se olvidan.


-El punto es que allí, hay fantasmas- agregó Wade.


-¿Acaso alguna vez uno de ustedes has visto uno?- Ericka los recorrió con la mirada, enojada- Dejen de hablar cosas sin fundamento.


-Bueno, tampoco hay evidencia de que no existan- dijo Mike. Katherine asintió de forma vehemente.


-Pobres chicos de tercero- se lamentó.


-Kathy, por favor. Si se asustan, sólo será porque van con esa idea, no porque vean algo de verdad.


-¿Y cómo sabrás si no lo ven de verdad?- Wade se inclinó hacia Ericka- ¿No tienes miedo a acercarte allí?


-No- dijo Ericka, sin dudar.


-¿Entrarías?


-Claro.


-No te creo.


-Sólo dime cuando.


-Ninguno de nosotros se va a meter allí- interrumpió Katherine. El ruido del timbre anunciando el cambio de hora los hizo saltar y Katherine se levantó, poniendo una mano en su pecho de forma dramática.


Mike la imitó, volviendo a poner la mochila en su hombro. Una buena parte del miedo que había sentido era provocado por la forma de narrar de Wade, tétrica y extrañamente seria, más que por la historia en sí. Miró por la ventana del aula hacia la capilla, que se veía sólo en parte desde allí, lejana y pequeña. Se repitió mentalmente que no creía en nada de eso y siguió a Wade y Ericka, que habían alcanzado la puerta del aula, sin dejar de discutir.


Siguieron discutiendo durante la clase, en susurros, cuando salieron y en la cafetería, durante el almuerzo.


-¿Por qué discuten?- le preguntó Gabriel a Mike. Había intentado ignorarlos, pero que estuvieran sentados al lado, no ayudaba en nada. Mike le contó rápidamente el asunto y Gabriel apoyó una mano en el rostro.


-¿De verdad entrarías allí?- preguntó a Ericka.


-¿Tú también lo crees? Nada de eso es cierto.


-Amytiville- dijo Wade, interrumpiendo.


-Eso fue publicidad para vender su libro.


Empezaron a discutir de nuevo y Gabriel bostezó, aburrido. Los escuchó decir que Ericka entraría un día antes de salir de vacaciones y sintió la mirada de Mike clavándose en él.


-¿Qué?- le preguntó.


-Deberíamos detenerlos- a pesar del deberíamos, Gabe intuyó que él debía detenerlos. Volvió a bostezar y miró a Ericka.


-No vas a entrar allí. Ninguno de los dos. Dejen de discutir por algo tan estúpido.


Ericka y Wade miraron a Gabriel y Ericka negó con la cabeza.


-¿Y se supone que tenemos que obedecerte?


En su sitio, Mike soltó una risa ahogada. Gabriel le dirigió una mirada falsamente herida y él le sonrió. Por un momento, ambos se olvidaron de donde estaban. En sus respectivos lugares, Ericka y Wade los miraban con rostro de desagrado.


-¿Por qué no esperan a que vayan los de tercero?- preguntó Mike. Casi había sentido la mirada de burla de Wade sobre él y eso le había hecho dejar de mirar a Gabriel- Si no les pasa nada, Ericka puede entrar- miró a Ericka, esperando que acepte, por lo menos para que ella y Wade dejen de discutir de una vez.


-Eso está bien, no vamos a arriesgar a nadie- Wade se cruzó de brazos, asintiendo seriamente.


-Está bien, pero es una medida innecesaria. A nadie le pasará nada.


-No empiecen otra vez- pidió Katherine, sentada al lado de Mike. Había ignorado la conversación porque sabía que no podía hacer nada para detenerla- Solamente falta que empiecen a morderse.


-Sería mejor si lo hicieran- opinó Gabriel- Apuesto que eso los calmaría.


Ericka lo miró, enojada al captar el doble sentido de sus palabras. Se fue de la cafetería sin decir nada más y Wade hizo lo mismo, después de terminar de comer. Katherine suspiró de alivio.


-Al fin un poco de paz- dijo. Gabriel y Mike asintieron, coincidiendo con ella.


---


-¿Querías decirme algo?- preguntó Mike. Al fin era sábado, pero él sólo podía pensar que los finales se acercaban cada día más. Debían ser las seis de la tarde y la cafetería estaba vacía a excepción de ellos. Betty dejó de sorber el batido de fresas y asintió.


-¿Puedes sentarte?- señaló el asiento vacío a su lado, sonriendo demasiado. A Mike le pareció que estaba nerviosa.


-¿Qué te pasa?- preguntó con una risita.


Betty aspiró y bajó la cabeza, jugando con sus manos. Mike se alarmó. Se estaba comportando como si estuviera a punto de declararse. La posibilidad le asustó.


-¿Tienes novia?- preguntó ella, animándose a subir los ojos.


-No- contestó, sintiendo que sus sospechas se confirmaban. Una parte de él quería salir de allí antes de que ella siguiera hablando- ¿Por qué lo preguntas?


-Es que… me preguntaba si… querías salir conmigo. Como novios.


Mike se mordió el labio. Desvió los ojos, casi sin poder creer lo que pasaba. Sólo había sido amable con ella, pero no creía haber hecho algo que provocara que a Betty le guste.


-Lo siento- dijo- Pero…


Betty desvió la mirada.


-Su… supongo que te gusta otra chica… pero… ¿no te gusto?


Mike la miró, era bonita, amable la mayor parte de veces, aunque él había notado que algunas veces era demasiado nerviosa, como si temiera algo.


-No es eso. Es que yo… no me gusta ninguna chica- dijo, bajando la voz.


Betty abrió mucho los ojos, tratando de adivinar a que se refería Mike.


-¿A qué te refieres?


-Pues que a mi… me gustan los chicos.


-Ah- dijo Betty. Lucía pasmada. Movió la cabeza rápidamente, asintiendo- Lo siento, es mi culpa… no me di cuenta.


-No, no te disculpes. Debí habértelo dicho, porque somos amigos. Lo siento, no quise hacerte pensar que me gustabas.


-No, no- Betty negó, haciendo aspavientos con las manos. Se levantó, con la misma sonrisa nerviosa en el rostro- No hiciste nada, yo sola me imaginé cosas. Perdón. Tengo que irme…


Mike la vio salir apresuradamente de la cafetería y suspiró, dejando caer la cabeza en la mesa. Era lo último que esperaba que sucediera ese día.


Mientras tanto Betty caminó como autómata rumbo al grupo de habitaciones de su curso. Mientras esperaba a Mike, había pensado que si él aceptaba, ella se lo tomaría en serio. Le gustaba el chico, le gustaba estar con él y se divertía mucho y además, lograba lo que muchos de sus profesores nunca lograban: que entendiera las clases. Estaba empezando a apreciarlo, asi que decidió que si aceptaba salir con ella, ella estaría con él, en serio.


Se detuvo. Empujó la puerta abierta y entró al cuarto. Susan estaba sentada frente al espejo, terminando de maquillarse. Betty sonrió y se sentó en la silla que estaba al lado de Susan.


-Es gay- dijo, sin dejar de sonreír. Susan la miró por el espejo.


-¿Quién?


-Mike. Es gay.


Susan ladeó el rostro, poniendo una expresión de cansancio.


-¿Si?- dijo, de manera irónica- La próxima vez dime algo que no sepa.


-¿Lo sabías?- preguntó Betty. Lucía incrédula- ¿Por qué no me lo dijiste?


-Porque era muy obvio. No me digas que no te diste cuenta.


Betty bajó la cabeza, avergonzada.


-Entonces, ¿Por qué me dijiste que fuera su amiga?


Susan echó a reír. Consideraba que Betty no era más que una niña tonta a la que podía usar cuando quisiera.


-Era una broma. Te tomas las cosas muy en serio. Habría sido divertido si supieras de quien está enamorado Mike.


Betty apretó los labios. Nunca le había discutido nada y obviamente, no iba a empezar a hacerlo ahora.


-¿Vas a estar allí sentada todo el rato? Tienes que ser un poco más lista- Susan le dio un golpe suave a la frente de Betty y se dirigió a la puerta.


-¿A dónde vas?


-No te importa. Tú puedes regresar con Mike. Apuesto que te has divertido mucho riéndote de mí con él.


Betty intentó disculparse, pero Susan ya se había ido y ella sintió el habitual odio ante su propia debilidad, pero lo olvidó pronto, volviendo su mente a las próximas vacaciones.


---


-¿Por qué le mentiste a Mike?


Wade escuchó la voz de Ericka y se detuvo. Era de noche y su voz venía del vestidor de los chicos, en donde se suponía que no debía haber nadie. Wade caminó, intentando hacer el menor ruido posible. Gabriel debía estar con ella.


-No sé- contestó la voz de Gabriel. Wade se acercó más a la puerta. Estaban hablando en voz alta, tal vez porque no debería haber nadie alrededor- Sólo me salió.


-¿Se te salió? Como sea, no entiendo porque tu papá no quiere que le digas a Wade adónde vas.


-Ya somos dos.


-Tal vez es por su personalidad- por el tono de su voz, Wade dedujo que estaba razonando sobre algo- Tu padre debe saber que si Wade se enterara de esto, no se quedaría tranquilo y buscaría saber más.


Ericka se quedó en silencio.


-No porque le importe, sino porque lo consideraría interesante- la escuchó añadir al cabo de un rato, como si aquello le molestara. Wade reprimió  una sonrisa y esperó escuchar a Gabriel, pero este no dijo una palabra más.


-¿Crees de verdad que el padre de Alan era inocente?- la pregunta hizo que Wade se pusiera en alerta. Eso sonaba más interesante que escucharlos hablar sobre él.


-Hay varias cosas que no son muy claras. Tengo que averiguar algo antes, pero lo más probable es que sí.


Pudo escuchar que Gabe decía algo más, pero había bajado el tono de su voz.


-¿Vas a ir a donde te pedí?- preguntó, alzando nuevamente la voz.


-Claro. Iré el mismo día en que salgamos de aquí. Además, es el único día que puedo ir. Yo también me voy a visitar a mi familia y no puedo llegar tarde a casa.


-Gracias.


-No es nada. Ahora, si me disculpas, me voy.


Wade se movió, retrocediendo, cuando Ericka terminó de hablar. Esperó oculto en una esquina hasta que la vio salir y alejarse. Gabriel salió unos diez minutos después y Wade sonrió, apoyándose en la pared. Ahora, tenía algo que hacer el último día de clases y con suerte, descubriría que pasaba con Gabriel.


 


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