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West Lake por Hisue

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Notas del capitulo:

Ya se, me estoy demorando mucho... y ademas aun no actualizo Rockbol... ahhh... me dan ganas de llorar.. pero es que no tengo tiempo... aun asi, a partir de ahora, no dormire ¬¬ (a ver si asi puedo escribir).

Mmmhh, sobre el capitulo... lo tenia listo hace un par de dias, pero no abrio el unico internet que hay en donde estoy ahora (una lata, en serio). Pero por lo menos, al fin, voy a subirlo.

Nada mas, espero que les siga gustando y que me disculpen las tardanzas.

loEpisodio 21

Mike bostezó, estirando los brazos por encima de su cabeza y restregándose los ojos. El profesor de historia acababa de salir del aula y como siempre, la clase había sido muy aburrida. Regresó a mirar a Julie, que estaba sentada en el asiento a su derecha y apoyaba su rostro entre sus brazos cruzados.

-Voy a tener que revisar el plan de estudios- dijo ella, monótonamente- No he escuchada nada de esta clase desde comienzo de año.

-¿Me enseñarías?- preguntó Alan. Estaba sentado detrás de Julie y jugaba con su celular mientras hablaba- Me perdí bastantes meses.

-Cierto- susurró Mike, mirando a Alan- ¿Por qué no venias al colegio?

Alan lo miró, como si considerara responder la pregunta.

-No es tu asunto- dijo, de mala manera, provocando que Mike frunciera el ceño, antes de mirar hacia delante. Gabriel le dedicó una sonrisa al verlo y él sintió que su corazón se aceleraba. Desde la noche en el hotel, le sucedía lo mismo cada vez que estaba frente a Gabe. Su relación había mejorado, pero ahora no podían besarse sin que Mike sintiera el calor en la parte baja de su abdomen. Julie carraspeó y Mike regresó su atención a ella.

-Vamos a comer- dijo, levantándose- Te veo más tarde, Alan.

Alan asintió, sin dejar de teclear en el celular y ella tomó el brazo de Mike, jalándolo hacia la salida.

-No es que sea chismosa- dijo en voz baja, cuando estuvieron sentados en la mesa y alejados de los demás- Pero entre ustedes pasó lo que creo que pasó, ¿cierto?

-¿Qué?- preguntó Mike. Le estaba prestando más atención a su comida que a Julie.

-Que desde hace dos semanas, parece que te desmayas cada vez que ves a Gabe. Eso sin contar que los dos andan todos sonrientes- Julie sonrió mientras terminaba de hablar y Mike se sonrojó, confirmando sus sospechas.

-¿Cuándo es el cumpleaños de Wade?- preguntó Mike, sorprendiendo a Julie.

-El diez de diciembre, ¿Por qué lo preguntas?

-Es que cuando fuimos a la ciudad, Gabe lo mencionó. Es este viernes- dijo Mike, haciendo cuentas.

-Sí. El de Gabe es el cinco de mayo, pero aún no llegabas para esa fecha. Aunque si hubieras estado aquí, la habrías pasado mal. Ese día Kristy y él…

-Creo que no quiero saber- Mike interrumpió, haciendo una mueca de desagrado. El que Gabriel y Kristy parecieran ser amigos ahora, no le ayudaba mucho a controlar sus celos.

-Oye, no es bueno que seas tan celoso. Dicen por allí que ella y Gabe empezaron a discutir porque ella intentaba controlarlo.

-Yo no estoy celoso- Mike se levantó, dando por terminada la conversación- Hablamos después- dijo, irritado al ver la sonrisa de suficiencia de Julie.

Salió fuera de la cafetería, aun molesto. No es que él fuera celoso, sólo consideraba normal ponerse incomodo cuando veía a Kristy junto a Gabriel. Cualquiera se sentiría incomodo en una situación asi, en la que no podía decir que eran pareja, en donde no podían andar juntos en público. Mike suspiró, imaginándose como serían las cosas si su relación se conociera. Negó con la cabeza. Si algunas chicas lo habían atacado sólo por ser amigo de Gabe, no imaginaba que harían si se enteraban que estaban juntos.

-Me iría peor que a Julie- susurró.

-¿Y eso porque?- pregunto Gabriel detrás de él. Mike se volvió, preguntándose cuanto tiempo llevaba allí.

-Por nada- negó con la cabeza- Es por lo de ser becado y eso.

Sus ojos se posaron un segundo en los labios de Gabriel y se mordió los labios, nervioso, desviando los ojos al instante.

-Si se enteraran de lo nuestro- dijo Gabriel, materializando los pensamientos de Mike- Ahí sí que te iría peor.

Mike se rascó la cabeza. Lo sabía y no le interesaba alardear de su relación con Gabe.

-Vamos- dijo Gabe, empezando a caminar- No me gusta hablar en los pasillos.

Le dirigió una sonrisa traviesa que le indicó a Mike que no era hablar precisamente en lo que pensaba y que lo hizo sonrojar. Fue detrás de él hasta su habitación, agradeciendo al ver que Wade no estaba allí.

-No tienes que preocuparte de eso- dijo Mike, retomando la charla- No quiero publicar esto a los cuatro vientos.

-Pero a veces, me gustaría- dijo Gabriel. Se inclinó, tomando el rostro de Mike entre sus manos y acariciando sus labios con el pulgar. Mike cerró los ojos, esperando un beso que tardó un par de segundos en recibir. Era la sensación cálida de siempre sobre sus labios al principio y dentro de su boca, después, envolviendo su lengua, recorriéndolo, succionando sus labios, hasta que Mike jadeó, sosteniéndose de su camiseta, intentando devolver el beso con la misma pasión, introduciéndose en la boca de Gabriel de forma tímida y rozando apenas su piel debajo de la camisa del colegio.

Wade se acercó a la puerta de su cuarto, puso la mano sobre la perilla, preguntándose que encontraría si abría ahora.

-No quiero saberlo y definitivamente, no quiero verlo- le dijo a la puerta, después de un microsegundo de indecisión. Se dio la vuelta y miró el reloj. No quería hacerlo y lo sentía por Gabriel, pero tenía que sacar sus cuadernos para las lecciones extras de Ericka. No tenía ganas de verla enojada hoy, resultaba peor que cualquier maestro. Sin mucho ánimo, golpeó la puerta, hasta que Gabriel abrió.

-Lo siento por arruinarles la diversión- dijo, apartando a Gabe para entrar y mirando a Mike, que estaba sonrojado en una esquina. El chico era demasiado transparente- Pero, hacerlo en el colegio, ¿no les parece un poco mal?

-No hables como un moralista, no te queda- replicó Gabriel, agriamente.

-¿Estas de mal humor?- Wade le sonrió a Mike, sin perder la oportunidad para molestarlo un poco- Hey, tienes que mejorar. Kristy nunca lo dejaba de mal humor.

Gabe rodó los ojos. A veces, definitivamente odiaba a Wade. Lo tomó por los hombros y lo empujó hacia afuera.

-Lo siento, Mike. Ignóralo, ¿quieres?

Gabriel cerró la puerta al salir y se enfrentó a Wade, que se mordía los labios para no reír.

-Eres un… ¿no puedes mantener la boca cerrada un segundo por lo menos?

-Oh, vamos. No pensarás que Mike piensa que es el único que ha tenido sexo contigo, ¿verdad?

-No por eso tienes que mencionarlo. Por favor, intenta no hacerlo.

Wade lo pensó durante un segundo y se encogió de hombros. Gabriel sabía que nunca le haría caso, asi como sabia que él veía su relación con Mike, y al mismo Mike, como una fuente de diversión.

-No entiendo porque eres mi mejor amigo- declaró, soltando un sonoro suspiro.

Wade soltó una risa alegre, mientras le pasaba el brazo por los hombros.

-Eso es porque no tuviste ninguna otra elección- dijo, entre risas- Regresa con tu novio, no tengas sexo con él en mi cama. Ya que vamos, no tengas sexo en el cuarto. Yo me voy con mi tutora, que más parece una especialista en torturas.

-Te lo mereces- le gritó Gabe mientras se iba y se volvió. Mike estaba detrás de él. Tenía una sonrisa afectada en el rostro- Disculpa a Wade, ya sabes como es.

-No importa. Creo que hasta ya me acostumbré- dijo Mike, resignado. Durante todo el tiempo que llevaba en el colegio se había dado cuenta que intentar entender a Wade era un trabajo de tiempo completo que no estaba dispuesto a hacer. Miró curioso a Gabriel. A veces se preguntaba porque eran amigos.

Gabriel puso las manos en sus bolsillos. No encontraba que decir después de lo que Wade había dicho.

-Entonces…- empezó, esperando que Mike interrumpiera.

-Nos vemos luego- agregó Mike, notando su incomodidad. Él también se sentía incómodo y prefería irse mientras su mente se aclaraba. La mención de Kristy le había enojado más de lo que admitiría nunca.

Gabriel asintió. Estar parados en el pasillo le impedía acercarse a Mike tanto como quería y le dedicó una sonrisa antes de entrar al cuarto. Se pasó una mano por la nuca, maldiciendo lo inoportuno que podía ser Wade, lo inoportuno de sus comentarios, lo inoportuno que era todo en él. Se sentó en la cama, mirando el calendario en la pantalla del celular. El tiempo este año había pasado volando y dentro de poco, empezarían las vacaciones. La perspectiva no le agradaba. Estaría lejos de sus amigos, lejos de Mike, lejos de su casa y además, estaría con su padre. Lo único que deseaba es que las tres semanas que quedaban para que termine  la escuela se demoraran lo más posible. Cerró los ojos, alejando a su padre de su mente, pensar en cualquier cosa relacionada con él lo ponía de mal humor. En vez de eso, regresó a Wade y su comentario sobre Kristy. No le interesaba empezar comparaciones entre ella y Mike y no pensaba que tuvieran nada en común. Mike y Kristy eran dos polos opuestos. Él era dulce, un poco ingenuo, correcto. Y ella era superficial, materialista, aunque muy divertida. Y al contrario que Mike, Kristy no le provocaba una sacudida en el estómago cada vez que pensaba en ella. Un escalofrío le recorrió el cuerpo al recordar su cuerpo desnudo, sus besos, el tacto de sus dedos en la piel. Maldijo una vez más a Wade y decidió darse una ducha, mientras más helada mejor.

---

Julie se detuvo al cruzar la puerta del salón, mirando alrededor, extrañada. Las mesas estaban amontonadas en el fondo del aula y algunas habían sido movidas hasta quedar pegadas a la pared. Había una radio encendido y Kristy le subió a la música en el mismo momento en que Julie se acercaba a Alan, para tratar de averiguar qué pasaba.

-Hoy es viernes- le dijo Alan- Viernes diez.

Julie abrió la boca sorprendida y comprendiendo. Era el cumpleaños de Wade, pero entre las prisas de la semana, lo había olvidado. Lo divisó, sentado sobre una de las mesas recostadas en la pared, riendo con Katherine.

-¿Vas a quedarte?- preguntó Alan. Julie regresó a verlo. Era más que obvio que esperaba que dijera que no. Le sonrió y caminó de regreso a la puerta.

-Es obvio que no. ¿No has visto a Mike?

Alan se encogió de hombros y mientras cruzaba el umbral de la puerta, Julie se volvió, mirando hacia atrás.

-Si vas y lo saludas, sólo conseguirás que se burlen de ti- le dijo Alan, adivinando sus intenciones. Él no miraba a Wade, sino a Rachel, cuyos ojos seguían los movimientos de Julie, como retándola a atreverse a entrar y unirse a ellos.

Julie salió del aula, sin decir palabra. Alan la siguió mientras cruzaba los pasillos y salía del colegio. Se sentó en las escaleras de la entrada, sintiendo la habitual melancolía que los cumpleaños, de ella y de Wade, le dejaban. Le molestaba sentirla porque intentaba desligarse de eso, de ese mundo, de su parentesco con Wade y de su padre, pero sentirse afectada  por un simple cumpleaños le demostraba que le prestaba más atención de lo que admitía. Una parte de su mente se preguntaba que se sentiría estar en el lugar de Wade.

Alan cruzó las manos en su espalda, observándola mientras ella miraba más allá del bosque, con los labios apretados y el ceño ligeramente fruncido. El cabello suelto estaba mal peinado, pero a Alan le pareció que era bonita de una forma extraña. Si hubiera tenido una hermana, le hubiera gustado que sea como ella.

-Vamos, anímate. Creo que Mike fue a la biblioteca- dijo, tratando de animarla- Vamos a verlo y jugamos ajedrez. O monopolio. No entiendo nada del ajedrez.

Julie regresó a verlo, sonriendo y asintió. No le gustaba sentir lástima de ella misma, ni mucho menos que otros se la tuvieran, asi que se levantó y volvió al colegio, caminando a la par de Alan.

-¿Por qué no estás en el salón?- preguntó Julie, cuando divisó a Mike en la biblioteca.

-Ya no hay clases- respondió él, alzando la cabeza del libro que leía.

-Sabemos eso- intervino Alan- Pero como eres tan amigo de Barnett y Lorenz, pensábamos que estarías con ellos.

-Han improvisado una fiesta- aclaró Julie.

Mike asintió. Había salido temprano del aula, por haber terminado primero el examen, que Julie y la mitad del curso habían dado el día anterior. Julie cogió un ajedrez ya viejo que estaba en uno de los estantes de la biblioteca y acomodó las piezas. Alan los miró jugar un rato antes de aburrirse y levantarse.

-Me voy. Si sigo con ustedes me van a contagiar.

-La inteligencia no se contagia- dijo Julie, con un dedo en los labios, que retiró para mover un caballo.

-Lo que me van a contagiar es su aburrimiento- replicó Alan. Se fijó por un momento en la sonrisa de Mike mientras movía un alfil y se quedaba con el caballo de Julie. Por lo menos ella ya estaba bien.

-Nadie te pidió que te quedes- dijo Mike, en un tono que pretendía ser de broma. Alzó los ojos y se encontró con el ceño fruncido de Alan. Al parecer, sólo Julie tenía permitido bromear con él. Se sintió aliviado cuando él se alejó. Se sentía tentado a levantarse e ir a buscar a Gabriel, pero ver a Julie desanimada se lo impedía. Ella había sido su primera amiga en ese lugar y tenía que ayudarla en lo que podía.

-¿Te sientes mejor?- preguntó. Julie alzó la mirada del tablero, no se había dado cuenta que se le notaba tanto el mal humor. Sonrió, de manera tranquilizadora.

-No te preocupes. No tienes que quedarte haciéndome compañía.

-No importa- dijo Mike, negando con la cabeza- Aunque creo que tengo que saludar a Wade. Me ayudó, después de todo.

Julie se encogió de hombros y volvió la vista al juego, aunque no tenía posibilidades de ganar. Movió a la reina y se resignó al jaque mate que Mike ejecutó al instante, con una sonrisa satisfecha en el rostro.

---

-Un libro- Gabriel sintió un par de brazos rodeándole el cuello y puso su mejor mirada de indiferencia mientras giraba el rostro hacia la derecha para ver el rostro de Wade.

-¿Qué?- preguntó.

-Que tenías que regalarme un libro. No un disco- dijo Wade. Gabriel frunció el ceño al sentir su aliento chocándole en el rostro.

-¿De dónde sacaron cerveza?- preguntó. Ya era de noche y al fin, los alumnos habían dejado el salón vacío. Ambos estaban ahora en su habitación y Gabe quería, más que nada, ir a ver a Mike.

-Uno de tercero trajo. Nadie me regaló un libro- se quejó Wade, recargando su cabeza en el hombre de Gabe- ¿Quieres ir con Mike?- preguntó, cambiando el tema.

-Eso iba a hacer. Oye, Wade- Gabriel se soltó de su agarre y se giró para verlo a la cara. Wade ladeó la cabeza, sin entender porque Gabe tenía una expresión tan desolada en el rostro.

-¿A qué viene esa cara?- preguntó, con tono divertido, elevando una mano y tocando su mejilla- Es mi cumpleaños, anímate hombre. Deprímete mañana, cuando te levantes y hablas con Ericka de lo que sea que tengas.

-No estoy deprimido- dijo Gabe, apartando la mano de su rostro de un manotazo- Sólo pensaba que es la primera vez que voy a pasar navidad fuera de casa.

-¿Cuándo es que te vas?- preguntó Wade, pero Gabriel ya había salido del cuarto. Wade se rascó la cabeza, confundido- Que chico para tan raro- le dijo al aire, decidiendo que por mas mejores amigos que fueran, cada vez le era más difícil entenderlo. Dejo de pensar en eso y salió del cuarto. En resumen había sido un buen día. Incluso Kristy había bailado con él y no estuviera seguro que ella seguía enamorada de Gabe, habría pensado que le coqueteaba. Se sorprendió al ver que Julie y Ericka estaban paradas en el pasillo, conversando.

-¿Desde cuándo se llevan bien?- preguntó, acercándose con las manos en la nuca.

-Feliz cumpleaños- dijo Julie, con voz de ultratumba, estirando un paquete envuelto en papel azul. Wade lo tomó, extrañado.

-¿No es una bomba?- bromeó, rasgando el papel. Su sonrisa se congeló al ver un libro.

-No fuiste a comprarlo después de que te lo mojaran, ¿verdad? Mike me comentó algo- dijo Julie, luciendo incómoda.

-Gracias- dijo Wade, igual de incómodo, examinando la copia de Pilares de la Tierra que tenía entre las manos- No tenías porque hacerlo. Bueno… ehhh… yo….- balbuceó, sin encontrar nada que decir.

-Voy a mi cuarto- dijo Julie, hablando de forma dura para disimular su nerviosismo- Hazme un favor y no te me cruces lo que resta del año.

Wade asintió con la cabeza y se apoyó en la pared cuando ella se marchó. Miró a Ericka, como si ella pudiera darle una explicación.

-Supongo que son hermanos, después de todo- dijo ella, cruzándose de brazos y esbozando una sonrisa dulce.

-Supongo- dijo Wade, sonriendo también. Ericka lo miro, quedando atrapada un momento en la forma en que sus ojos se dulcificaban mirando el lugar por donde Julie se había marchado. Desvió el rostro, agradeciendo que él estuviera lo suficientemente sumido en sus pensamientos como para no darse cuenta de su sonrojo.

---

-Que día tan largo- dijo Gabriel, estirando los brazos por encima de su cabeza. A Mike no le extrañó que haya entrado en su habitación sin tocar a la puerta, después de todo, tenía una llave. Se limitó a asentir con la cabeza, sin moverse del escritorio- ¿Estuviste con Julie?

-Si- asintió Mike- ¿Siempre se pone así cuando…?- Mike dejó la pregunta en el aire y Gabe se encogió de hombros, sentándose a su lado.

-Supongo que no le puede dejar de afectar, ¿no? sólo que a veces le afecta más. ¿Dónde pasas la navidad?- preguntó, cambiando el tema.

-En casa, con mi madre y mi tía. Ellas son mi familia- contestó Mike, alzando los ojos y sonriendo- ¿Y tú? ¿Viajas?- agregó, con tono divertido. Suponía que ellos se pasaban las vacaciones viajando entre países.

-Siempre viajamos después de Navidad. La costumbre es pasarla en mi casa, todos. Aunque hace años que no es lo mismo- Gabe esbozó una sonrisa melancólica- Mi hermano no llega a casa desde hace años. A él no lo extraño mucho, a decir verdad, pero a mi…

Gabriel se detuvo, como si se hubiera dado cuenta de que había dicho algo indebido.

-No importa, no voy a hablar de cosas tristes- dijo, esbozando una sonrisa falsa que Mike notó. Lo miró fijamente un momento, decidiendo si debía preguntarle de que hablaba o dejarlo desviar el tema.

-Bueno- accedió Mike- Pero sabes que puedes confiar en mí- recalcó, tomando la mano que Gabe había dejado descansando sobre el escritorio. Gabriel asintió, apretando sus dedos, aunque no tenía pensado hablar en ese momento. Se le ocurrían demasiadas cosas en que usar su boca y además, dos semanas apenas tocándose, era demasiado.

-Espera- jadeó Mike. Gabriel había empezado a besarlo de pronto y sus manos le recorrían la espalda. Los labios de Gabe bajaron hasta su barbilla y una de sus manos subió, enredándose en su cabello, obligándole a mover la cabeza hacia atrás, dejando su garganta a la vista y a merced de la boca de Gabe, que la recorrió con la lengua, haciéndolo gemir, antes de besar su cuello y levantarse de la silla, obligando a Mike a hacer lo mismo.

-Mike- dijo, en un susurro ronco en el oído del otro. Mike se estremeció, tratando de apartar de su cuerpo las manos que lo sostenían. Él quería saber de que hablaba Gabriel antes y había pensado que le tendría la suficiente confianza para decírselo.

-Espera- volvió a decir, poniendo las manos en el pecho de Gabe y empujándolo hacia atrás.

-¿Qué pasa?- preguntó, fijando sus ojos en los de Mike, intentando saber en qué estaba pensando. Veía deseo en su mirada y confusión. Se mordió los labios y contuvo sus ansias de ignorar a Mike y seguir con lo que había empezado. En vez de eso, bajó los brazos y alejó su rostro del de Mike.

-Es que… bueno…- Mike balbuceó. Sabía que  Gabe no le gustaba hablar mucho de sí mismo, que guardaba algunos secretos y que evitaba decir cualquier cosa sobre su familia, pero Mike se sentía cada vez más intrigado. Quería saber más de él, conocerlo un poco más y saber porque, por ejemplo, a veces lucía deprimido entre clases, sin razón alguna- La verdad es que quería saber de qué hablabas antes- dijo, bajando los ojos. Era mucho más fácil hablar cuando no estaba viendo los ojos de Gabriel, que lucían oscuros en la media luz del cuarto- Porque… bueno, pensé que confiarías en mí.

Gabriel desvió la mirada.

-No era nada, supongo- dijo, con voz suave. No quería seguir hablando de nada referente a su familia, pero por la expresión de Mike supo que este no estaría satisfecho hasta comprobar que confiaba en él. Y Gabriel quería demostrarle que él era más que un pasatiempo, más que una persona con la que tener sexo- Sólo que, ¿sabes? Mi madre era quien hacía que luciera como navidad.

Mike alzó los ojos, sorprendido porque Gabriel mencionara a su madre.

-Desde que ella…- pareció pensar un momento y siguió- Ya no está, todo es diferente. Ella hacía que incluso Wade y Julie dejaran de pelear.

Gabriel sonrió. De alguna forma extraña, aunque antes no quería decir nada, ahora notaba que se sentía mejor mientras hablaba. Se sentó en el borde de la cama, recordando.

-Ella me dijo una vez que si los quería, a ambos, tenía que hacer que se llevaran bien y no dejar a uno y consolar a otro. Pero hasta hoy no lo logro.

-Con la personalidad que tienen, te tomará décadas- dijo Mike, sentándose a su lado y asumiendo que Gabriel hablaba de Julie y Wade porque era muy doloroso para él hablar de su madre. Por lo que decía, parecía que Isabelle había sido una buena persona.

-Sí, pero, ellos son como mis hermanos. Verlos pelear tanto no es divertido.

-Gracias- dijo Mike. Gabriel lo miró, enarcando una ceja inquisitiva- Nunca hablas mucho de ti mismo. Gracias por hacerlo.

Gabe se dejó caer en la cama, riendo, sin intentar burlarse.

-No es para tanto- dijo, tapándose la boca con el dorso de la mano. Le impresionaba que Mike se sintiera satisfecho sólo por eso. Se apoyó en los codos y se encontró con la mirada sonriente de Mike- ¿Se acabaron las confesiones?- preguntó, esbozando una sonrisa traviesa.

Mike se inclinó, apoyando sus manos a ambos lados de la cabeza de Gabriel. Su estómago se había contraído y sentía  los mismos nervios de siempre al tenerlo tan cerca, pero estos eran superados por mucho por las ansias que le recorrían el cuerpo. Acercó su rostro, dejándolo a un escaso centímetro del de Gabriel, con la vista fija en los labios entreabiertos, subiendo sus ojos hasta la mirada verdosa oscurecida de Gabe y de un segundo a otro, se estaban besando. Mike abrió los labios, deseando sentir la lengua de Gabe en su boca y este le sostuvo de los cabellos, llevándolo a un ritmo desenfrenado que lo hizo jadear. Sintió una mordida en su labio inferior, seguido de la lengua tibia y húmeda lamiéndole los labios.

-Hmmm- murmuró Gabe acercando su rostro al cuello de Mike y olfateando- Hueles bien, ¿sabes?

Mike gimió. Gabriel lo besaba en el cuello y él apretaba los labios, sintiendo como el miembro de Gabe se endurecía debajo de él. Su cuerpo recordó la sensación de tenerlo dentro y eso hizo que un jadeo ansioso escapara de sus labios.

-Gabe- susurró- Mmmhh- una de las manos de Gabriel se habían colado entre sus cuerpos y le acariciaban la entrepierna, rozándole con dos dedos por encima de la ropa para después introducir la mano en los jeans de Mike y tocar su miembro, disfrutando del temblor de Mike y la forma en que se abrazó a su cuerpo, gimiendo.

Y de repente, la puerta del cuarto sonó insistentemente.

-No vayas- susurró Gabriel, moviendo el rostro de Mike, que se había desviado hacia la puerta, con la mano que había tenido sobre su espalda. Lo besó, buscando que dejara de prestar atención a quien fuera que tocaba la puerta.

-Gabriel, sé que estas allí- se escuchó la voz de Wade gritar- Ábreme de una vez.

Gabriel dejó de besar a Mike, decidiendo si abrir la puerta o no. Sus miembros se estaban rozando y su erección atrapada en sus pantalones empezaba a dolerle. Mike gimiendo sobre él no le ayudaba a calmarse.

-Joder, hermano, abre- insistió Wade. Mike miró a Gabriel con los ojos empañados y él lo besó, apartándolo al instante.

-Sólo iré a ver que quiere- susurró, levantándose de un salto de la cama. Mike lo miró ir hacia la puerta, un poco decepcionado.

-Hey- dijo Wade al ver a Gabriel- Tengo que decirte algo.

-Lo que sea, Wade, puede esperar hasta mañana- susurró Gabriel.

-Lo siento, no puede. ¿Crees que te hubiera interrumpido si no fuera importante?- Gabriel le dirigió una mirada que indicaba claramente que eso era justo lo que creía- Tu padre llamó- dijo Wade- Dejaste el celular en el cuarto y como siempre, yo tuve que soportar su mal humor porque no contestabas.

-Mierda- masculló Gabriel.

-Dijo que lo llames en…- Wade miró su reloj- Unos tres minutos. Lo siento.

Gabriel volvió a la cama y miró a Mike.

-Tengo que irme- dijo- Lo siento.

-¿Qué pasó?

-Su padre solicita su presencia- dijo Wade, entrando al cuerpo- No te preocupes, que nadie muere por falta de sexo- dijo, provocando un sonrojo en Mike y un bufido de molestia en Gabriel.

-Te veré mañana- dijo Gabriel, saliendo de la habitación.

-¿Qué quería su padre?- le preguntó Mike a Wade cuando Gabriel salió de la habitación.

-No tengo ni la menor idea- contestó Wade- De verdad, no quería arruinarles la diversión- dijo, en un tono que sonaba sincero- Pero Gabe habría tenido problemas mayores si no lo hacía.

-No te preocupes por eso- Mike observó la puerta, agradeciendo haber tenido tiempo, mientras Gabriel hablaba con Wade en la puerta, para arreglarse los jeans y cubrirse con la sábana, aunque seguía sintiendo la erección apretada por la tela. Deseaba que Wade se fuera de una vez, pero este seguía sentado en el borde la cama, sin intenciones visibles de irse de allí.

Sintió una punzada en la entrepierna que lo hizo morderse los labios.

-Que bien que lo entiendas. Kristy habría puesto el grito en el cielo y habría intentando matarme. Aunque parece que ya me perdonó.

-¿Por qué tenía que perdonarte?- preguntó Mike, algo interesado. Apretó los labios, sintiendo otra punzada.

-Ah, eso. Bueno, Kristy piensa que fue mi culpa que Gabe terminara con ella- dijo Wade, tranquilamente y luego se volvió a mirar a Mike, que se mordía los labios. Su expresión era extraña y Wade comprendió. Podía irse y dejar que el novato arregle su “problema”, pero la parte de su mente que vivía para pensar travesuras le susurró otra cosa. Se acercó a Mike y acercó su rostro al de el muchacho, sonriendo- ¿Te pasa algo?

-Na… nada- tartamudeó Mike, notando sin querer, el brillo en los ojos de Wade, que los hacía lucir un tono más claro que su gris natural. O tal vez era el efecto de la luz. Mike se dio cuenta que no era un buen momento para pensar en lo bien que lucían los ojos de Wade y volvió a apretar los labios.

-Mmmhh- murmuró Wade- Pues yo diría que te pasa algo. Un no tan pequeño problema- dijo, bajando la mirada hacia la entrepierna de Mike por un segundo antes de apoyar las manos en la cama y acercarse un poco más a Mike que se echó para atrás. Su rostro era una mezcla d excitación contenida, confusión y una pizca de miedo.

-De…deberías irte- susurró.

-¿Y si no quiero?- preguntó Wade. Su voz era un susurro grave y bajo que estremeció a Mike. Era casi el tono que adquiría la voz de Gabriel cuando se excitaba y la similitud hizo que Mike abriera los labios y aferrara los dedos a la sabana. Sintió la piel de la frente de Wade rozar contra la suya y su confusión aumentó. Wade debía estar bromeando, él jamás había mostrado interés en un chico, pero una parte de su mente susurraba que tal vez no fuera así.

Wade dirigió los ojos hacia el rostro de Mike. Aunque su rostro era lindo, se podía decir que hasta atractivo, su interés se diluía cuando su vista se deslizaba más abajo y comprobaba que era un chico.

-Aléjate- susurró Mike y lo empujó. Wade lo miró, un poco sorprendido y para consternación de Mike empezó a reír.

-Tenías una cara de pasmado increíble- dijo, entre risas, mientras retrocedía hacia la puerta- Creo que vas a tener que esperar a Gabe para eso- agregó, señalando la entrepierna de Mike y salió de la habitación, poniéndose una mano en la boca para acallar sus risas.

Cuando llegó a su habitación, observó sin extrañarse que Gabriel se había dado una ducha y cambiado de ropa.

-¿Cuándo regresas?- preguntó, apoyándose en el marco de la puerta. Gabriel giró a verlo y subió el cierre de su casaca de cuero.

-Mañana.

-¿Y a que se debe la prisa?- no esperaba respuesta alguna, pero Gabe se encogió de hombros.

-Creo que quiere que conozca a alguien. Ni idea de porque a estas horas.

-Tal vez el tío se está volviendo senil- bromeó Wade, aunque Gabriel no sonrió y se limitó a salir del cuarto en silencio.


---

-Y eso hizo Julie- Ericka terminó de narrar y miró a Gabe, que no parecía sorprendido. Él acababa de llegar al colegio y Ericka venía hablando con él mientras caminaban- No pensé que ella le daría algo- agregó, a lo que él sonrió, moviendo un lapicero entre sus dedos.

-No iba a darle nada. Ni siquiera se había acordado. Yo le di el libro- dijo, sin dejar de sonreír.

-¿Qué?- preguntó ella, intrigada- ¿Y eso por qué?

-Wade siempre se queja porque no le regalan libros- dijo, como si eso explicara todo.

-¿Pero porque se lo diste a Julie? Sabes, creo que ella quería pasar desapercibida ese día. Y no parecía estar de ánimos para dar regalos. Si querías regalarle un libro, se lo hubieras dado tú y ya.

-Es que me gustaría que empezaran a portarse más como hermanos. No me gusta que se estén peleando todo el día.

-No sabía que fueras tan altruista- Ericka negó con la cabeza- Hace falta más que un regalo para que esos dos actúen como hermanos.

-Por algo se empieza- dijo Gabriel- No sé qué te molesta de esto. Sólo es un regalo.

-¿Y a donde fuiste anoche?- preguntó Ericka.

-A una de esas fiestas de sociedad con mi padre- contestó Gabe. Vio a Julie en el pasillo, leyendo un libro sentada en el piso.

-Hola- saludó Gabe- ¿Qué haces aquí?

-Hay una fuga en la tubería del baño de mi habitación. La están arreglando- contestó ella, monótonamente.

-¿Sabes donde esta Mike?

-Dijo que iba al bosque. Debe andar por los linderos- dijo todo sin levantar los ojos del libro y Gabriel volvió sobre sus pasos, rumbo a la salida.

Ericka observó a Julie. Estaba intentando buscar una similitud entre ella y Wade, sin éxito.

-¿Qué me miras?- preguntó Julie, alzando los ojos. Estaban cubiertos por las gafas y su rostro enmarcado por mechones de cabello que se soltaban de su coleta. Esbozó una sonrisa cínica que era el calco perfecto de las sonrisas burlonas de Wade, con una dosis extra de amargura- ¿Tengo monos en la cara?

-Sólo comprobaba lo mucho que te pareces a tu hermano- dijo Ericka, dulcemente. Julie frunció el ceño y volvió a su libro y Ericka se alejó, sonriendo satisfecha.

---

Gabriel llegó corriendo al lindero del bosque y se detuvo, metiendo las manos en los bolsillos. Había divisado a Mike sentado, con la espalda apoyada en el tronco de un árbol, leyendo un diario. Se acercó lo mas silenciosamente que pudo y se inclinó, rozando con los labios su mejilla. Mike se volvió y una sonrisa iluminó su rostro. Gabriel lo observó embobado unos segundos antes de hablar.

-Lo siento por irme ayer.

-No te preocupes- dijo Mike. Gabriel se sentó a su lado y deslizó un brazo por los hombros de Mike, que siguió leyendo el diario, disfrutando de la mano que ahora acariciaba su cabello.

-¿Alguna novedad fuera de aquí?- susurró Gabe en su oído. Mike negó con la cabeza.

-Lo mismo de siempre- dobló el diario y lo dejo a un lado en el suelo, apoyando la cabeza en uno de los hombros de Gabriel- ¿Cómo te fue?

-Bien- contestó- Mi padre sólo quería que vaya a una cena. Una de esas cosas de la alta sociedad. Aunque nunca me han interesado- estaba acariciando el brazo de Mike y deslizó sus dedos hasta la cintura del chico, tocando debajo de la camiseta, formando círculos en la piel de manera casi distraída.

-Suena muy aburrido- dijo Mike, prestando más atención a la mano que se movía sobre su piel.

-Lo es. Un montón de viejos y señoras que hablan de cosas aburridas- se encogió de hombros y subió la mano, haciendo que la camisa de Mike se subiera también, dejando expuesta la piel de su abdomen. Un jadeo ahogado escapó de los labios de Mike. Gabriel detuvo el movimiento de sus dedos, giró el rostro y lo besó. Llevaba pensando hacerlo desde que llegó de nuevo al instituto. Quería hundirse en su boca y recorrerla, saborearla hasta cansarse. Volvió a mover su mano, subiendo hasta el pecho de Mike y sus dedos apretaron uno de los pezones provocando que Mike se arqueara contra él, separándose de sus labios. Gabriel lo observó. Labios entreabiertos y un hilo de saliva bajando por su barbilla. Ojos acuosos, brillantes de deseo. Apretó más sus dedos en el pezón, disfrutando de la expresión en el rostro de Mike, que cerró los ojos y suspiró, gimiendo suavemente.

Gabriel atrajo a Mike hacia él, ubicándolo de espaldas entre sus piernas. Mike echó la cabeza hacia atrás, buscando sus labios. Gabriel sonrió antes de volver a besarlo. El sabor en la boca de Mike se le antojaba dulce y le parecía que era imposible cansarse de él. Le sostuvo la barbilla con una mano, mientras su lengua invadía la boca de Mike, besándolo a un ritmo apasionado que lo hizo desear más. Deslizó su mano libre de nuevo debajo de la camiseta de Mike y acarició su abdomen, subió a su pecho y se entretuvo con sus pezones hasta que logró hacerlo gemir.

Mike se apartó un momento de los labios de Gabriel. Suspiró, sintiendo sus dedos bajar por su pecho y detenerse en su cintura. Su respiración se había agitado y Mike apoyó la cabeza en el pecho de Gabriel, estremeciéndose al sentir que su mano bajaba hasta su entrepierna. Por un momento pensó en el hecho de estar al aire libre, en plena mañana, pero la idea no terminó de formarse en su cabeza antes de diluirse cuando Gabriel introdujo la mano en sus jeans, tocando su miembro. El contraste de la piel fría de Gabriel con la suya, que ardía, lo hizo jadear. Apretó los labios, intentando contener sus gemidos mientras Gabriel lo masturbaba, recorriendo toda la extensión de su miembro con los dedos.

-Ahhh- Mike abrió los labios, arqueando su cuerpo, moviéndose al ritmo que Gabriel le imponía- Mmmhh… Gabe… ahhh

Gabriel se mordió los labios. El aliento cálido de Mike rozaba su cuello y sus gemidos excitados parecían viajar directamente a su entrepierna. Movió su otra mano y deslizó el cierre de los jeans de Mike.

Un sonrojo cubrió las mejillas de Mike al ver su miembro libre y, de nuevo, volvió a pensar que estaban de mañana y al aire libre. Movió las manos, intentando detener los movimientos de Gabriel, pero este sólo se movió más rápido, cubriendo todo su miembro con las manos.

-Puede… llegar- balbuceó Mike, sin dejar de mirar como Gabriel lo masturbaba- alguien- terminó, en un tono suplicante, provocado por el placer que recorría su cuerpo como oleadas cálidas. Sintió el miembro de Gabriel rozarse contra él y se cubrió la boca con la mano derecha, recordando el placer angustiante de tenerlo dentro, sintiendo que las manos de Gabe no eran suficientes. Quiso girarse, pero Gabriel se lo impidió.

-Mike- jadeó, apretando el miembro de Mike sintiendo el líquido tibio mojar sus dedos, mientras Mike soltaba gemidos que se ahogaban por la mano que no retiraba de su boca y que no retiró hasta que terminó, sudoroso y agitado.

Miró a Gabriel con los ojos empañados y este le sonrió, apartándolo para poder levantarse.

-¿Estás bien?- le preguntó, solicito. Mike lo miró, parpadeando. Sólo podía pensar en la sensación del miembro de Gabe entrando en su cuerpo, llenándolo. Se sentía vacío. Mike se acercó a Gabe, estiró los brazos, le tomo el rostro entre sus manos y se puso de puntillas para alcanzar su boca.

No supo cómo llegaron hasta su cuarto, ni como hicieron para no tocarse en el trayecto. Sólo que apenas Gabriel cerró la puerta, él volvió a besarlo, más insistentemente y con más ansias que antes y que minutos después, estaba desnudo en la cama y Gabe sobre él, sólo con la camisa puesta, desabrochada, haciéndole sentir la piel de su pecho, sus manos sosteniéndoles las piernas de esa forma que había ansiado desde esa noche en el hotel. Gritó cuando Gabriel se introdujo en él, cerró los ojos, gimiendo descontrolado. Sus manos arañaron la espalda de Gabe a la par que este embestía dentro de él.

-Más… mmhhh… más- suplicó y se sonrojó al hacerlo, más avergonzado que en toda su vida, incapaz de reconocer su voz en los gemidos que escapaban de sus labios- Ahhh… Gabe… por favor… no pares… por favor.

Gabriel siguió moviéndose, escuchando extasiado los gemidos de Mike.

-Mike- jadeó. Su voz estaba ronca por la excitación y no encontró nada más que decir- Me gustas- susurró en el oído de Mike y este lo abrazó en respuesta- Demasiado- agregó y sus movimientos se volvieron más rápidos, desenfrenados y erráticos.

Cuando terminaron, Gabe se dio un baño después de Mike y se quedó tendido en la cama, sin tener ganas de nada más que de estar allí un rato.

-Sólo queda una semana- dijo, al cabo de un rato. Mike lo miró, adivinando de que hablaba- Apenas que repruebe y regrese en enero. Pero tú no desaprobarías. Tampoco es que puedas.

Mike dejó escapar una leve risa. Cada vez más consideraba lo difícil que iba a ser regresar a su vida normal. Si fuera por él, no se separaría de Gabe, ni siquiera en vacaciones.

-Es lo que hay- dijo, intentando sonar maduro, pero sin poder evitar el tinte de decepción en su voz.

-Y la próxima semana, todos los días son exámenes- Gabe suspiró, sentándose en la cama. Se acarició el cuello y miró a Mike. No sabía cómo iba a ser pasar el tiempo sin él, sin besarlo, sin tocarlo… Lo abrazó por la espalda, besando la curva de su cuello.

-Escríbeme, ¿de acuerdo?- Mike asintió y giró el rostro, para que Gabe lo bese en los labios.

-Tú también. ¿Dónde estarás después de Viena?

Por un segundo Gabriel quiso decir que no iba a viajar a Viena, pero recordó la mentira que le había dicho a Mike.

-No sé aun. Supongo que estaré por ahí.

-¿Qué es estar por ahí? Porque en mi caso es ir del mercado a mi casa- sonrió, como si se burlara. Gabriel se encogió de hombros.

-Bueno, Wade y yo queríamos ir a Francia, pero no sé si podamos ir- Mike lo miró, asintiendo con la cabeza, aunque tenía una sonrisa afectada en el rostro. Un viaja a Francia estaba calificado como imposible en su vida.

De repente, la puerta empezó a sonar y Gabriel estiró los brazos por encima de su cabeza, desganado.

-Dile a quien sea que no moleste- dijo. Mike supuso que eso significaba que él debía ir a abrir la puerta, aunque no tuviera ganas de bajar de la cama. Bajó, de todos modos y abrió la puerta. Vio a Ericka parada allí y ella le indicó con un gesto que se apartara de la puerta.

-Hey, Gabe, tienes que ir a dirección- dijo. No parecía extrañada al ver a Gabriel acostado en la cama, sólo con los jeans puestos. Detrás de ella, entró Wade, que bostezaba ruidosamente, a pesar de ser más de las once de la mañana.

-¿Qué pasa?- preguntó Gabe, bajando de la cama y tomando su camiseta.

-Nada, tu viejo acaba de llegar- dijo Wade. Mike vio como el rostro de Gabriel se ensombrecía y sus labios se transformaban en una línea dura.

-Bueno, eso es todo. Ten tu celular a mano la próxima vez, ¿quieres?- dijo Ericka y salió de la habitación. Wade volvió a bostezar, pero no dio indicios de moverse.

-Te veo después- le dijo Gabriel a Mike. Su voz era dura, pero cuando se volvió a Mike, su expresión se suavizó y sonrió, mientras se inclinaba y le besaba en la mejilla. Wade desvió el rostro para evitar ver la escena.

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-¿Has hablado con él?- pregunto Gabriel. Wade negó con la cabeza, mientras ambos se detenían frente a la oficina de dirección. Gabriel puso la mano en la perilla y suspiró, como si se diera fuerzas.

Entró a la oficina, mirando primero los sillones de piel marrón recostados en la pared. Había cuadros colgados en la pared y lámparas en el  techo. Un estante con los registros de los alumnos de madera caoba y por fin, el escritorio del director, en donde estaba sentado su padre.

-Hola, tío- saludó Wade, adelantándose y sentándose en una de las dos sillas frente al escritorio. Como siempre, su voz sonaba divertida.

-¿Cómo te va en las clases?- dijo el padre de Gabriel a modo de saludo.

-Voy tirando- dijo Wade, con una risita. Gabriel se sentó a su lado, sin ningún interés por hablar. Vio a su padre negar con la cabeza y volver su atención hacia él.

-Pensé que estarías de viaje- dijo Gabriel.

-Cierto. Pensaba que podías acompañarme desde ahora- Gabriel se tensó en la silla. Su padre lo había dicho con un tono que no admitía replicas.

-Aún no termina el año- dijo.

-Me han dado tus registros. No vas a desaprobar con las notas que tienes. Aunque tienes que esforzarte más en química y matemática.

Wade bajó la cabeza y se miró las manos. Cuando Henry Barnett lo regañaba sonaba casi complaciente y divertido por sus travesuras, cuando le hablaba a Gabe, sin embargo, su voz siempre parecía enojada. Como si nunca estuviera conforme. Lo hacía sentir incómodo.

-Aún asi, no es correcto. Todos dirán que…

-¿Desde cuándo te importa lo que lo demás digan? Quiero que estés listo en una hora. Tenemos que tomar un avión.

-Pero- intento reclamar Gabriel. Se calló antes de decir nada y asintió con la cabeza. Su padre pareció complacido y se volvió hacia Wade.

-¿Cómo está tu hermana?- Wade alzó la cabeza, sorprendido por el cambio, tanto en el tema como en la voz de Barnett.

-Bien. Es la segunda mejor de la clase. El primero es el chico becado- dijo, aunque su voz no sonaba tan animada. Gabriel se levantó y salió de la oficina. Wade señaló la puerta, esbozando una sonrisa de disculpa- Voy a verlo- dijo, refiriéndose a Gabe. Henry Barnett negó con la cabeza.

-Deja ya de estar siempre detrás de él.

-No estoy siempre detrás de él- replicó Wade. Barnett lo miró y Wade no pudo notar ningún parecido entre el verde de los ojos de Gabriel y el verde de su padre- ¿A dónde se van?

-Viajaremos a Europa- Wade supo que no obtendría respuesta y se levantó.

-Bueno. Que les vaya bien- dijo, sonriendo- Tío- agregó, sabiendo que a Barnett le gustaba el mote. O parecía gustarle- ¿Irían a Viena en navidad? Pasarla con mis tías va a ser horrible.

-No hables así de tu familia.

Wade salió de la oficina sonriendo y su sonrisa desapareció apenas cruzó la puerta. Echó a correr hasta su cuarto y no se sorprendió al ver a Gabriel sentado en su cama, con el ceño fruncido y los labios apretados.

-Es una mierda- dejó salir y se levantó, bufando. Sacó una maleta de la parte baja del armario y empezó a tirar ropa, sin molestarse en acomodarla. Wade lo observó en silencio, sabiendo que lo mejor era no decir nada. Cuando terminó con la maleta, parecía más calmado. Wade detectó una mirada calculadora en sus ojos.

-Por tu cara, planeas algo- dijo Wade. Gabriel se encogió de hombros.

-Sí, planeo un asesinato- dijo, cínicamente. Wade torció la boca, en una mueca que pretendía ser una sonrisa.

-Eres muy joven. Aún no estudio para abogado para sacarte de la cárcel- su comentario obtuvo una sonrisa seca de parte de Gabriel y Wade salió del cuarto sin decir nada más y regresó de nuevo, con una sonrisa radiante.

-Bueno, no sé qué tan bueno sea, pero te conseguí un plazo.

Gabriel lo miró, parpadeando.

-Puedes ir con tu padre mañana a primera hora, te espera en el aeropuerto- Gabriel sonrió. No era bueno, pero era algo.

-Gracias- dijo, sin molestarse en preguntar como lo había logrado.

-De nada- Wade se acercó a él y poso una mano en su hombro- ¿Irás con Mike y tendrás sexo hasta el amanecer?

Gabriel frunció el ceño. Por un momento, por la expresión de Wade, había pensado que diría algo, por lo menos, considerado. Pero parecía que a Wade decir cosas amable muy seguido le hacía mal.

-No sé qué le voy a decir- dijo Gabriel- Estas vacaciones van a ser muy largas.

-Dile la verdad. Laméntate con él. Tres meses se van muy rápido.

-Gracias, de nuevo.

Wade se encogió de hombros. No le agradaba ver a Gabe tan desanimado, lo ponía mal a él también. Gabriel se fue del cuarto y Wade se dedicó a arreglar lo que faltaba de sus maletas, preguntándose porque ahora el padre de Gabe insistía tanto en llevarlo consigo. Desde que Isabelle Barnett muriera, Henry Barnett atendía a su hijo menor menos de lo necesario y parecía hacer todo lo posible para no tenerlo cerca. Wade suspiró. A él también le parecía que iban a ser unas muy largas vacaciones, pero recordó que tenía una pista para descubrir que le ocultaba Gabriel y eso lo puso de mejor humor.


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