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West Lake por Hisue

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Notas del capitulo:

Hola a tod@s. No voy a decir nada sobre el cap, escepto que espero que les guste. Pero tengo algo que decir a las personas que leen Rockbol y que tambien se pasan por aqui.

De verdad, de verdad, de verdad, lo siento... creo que ya llevo más de un mes sin actualizar, por favor tenganme paciencia.

 

28

-No entiendo porque te preocupa- Julie sorbió su jugo ruidosamente y se limpió la boca con el dorso de la mano- Gabe sabe que eres pobre, no creo que le importe que le regales algo.

-Pero- Mike mordisqueó una papa, sin ganas de comer- Realmente quiero darle algo…

-Sólo estás así por lo que Wade te dijo. Ignóralo.

Mike hizo una mueca de disgusto. No podía ignorarlo, porque a pesar de lo que le dijo a Wade, él deseaba que Gabriel se sintiera a gusto con su regalo. Su mente volvió a formar una fantasía extremadamente cursi, que Mike deshizo sacudiendo la cabeza.

-Tú debes saber que le gusta.

-¿A Gabe?- Julio miró el plato que Mike apenas había probado antes de responder- Video juegos, celulares, laptops, todo lo que sea tecnología. Creo que cambia de televisor mensualmente. Podrías darle un gato, pero no podría criarlo aquí.

-No eres de ayuda- reclamó Mike- Y ya es en dos días.

Mike bajó la mirada a su pecho, en donde debajo de la camisa ocultaba la cadena que Gabriel le regalara a él. Eso le dio una idea.

-Creo que ya sé que puedo regalarle. Aunque será un poco más barato.

-Que bien- dijo Julie- Por mi parte, pienso que los regalos deben ser útiles más que nada. Así que para mi cumpleaños, regálame una computadora.

Mike soltó una risa, negando con la cabeza, pero la expresión de Julie le hizo ver que hablaba en serio.

-Si tuviera para comprar una, me la compraría a mí- dijo Mike, empezando a comer- ¿Le vas a dar algo?

-Mis felicitaciones- Julie sacudió la cabeza- A Gabe no le importa, en serio.

-Aun así, yo…

-Sí, ya sé- interrumpió Julie- quieres darle algo especial y luego tener una celebración privada en su cuarto…

-Cállate- espetó Mike, aunque eso era exactamente lo que pensaba- ¿Me acompañarías a comprar?

-¿Vamos a faltar a clases?- preguntó Julie, tomando el vaso de Mike y tomando parte del jugo.

-Iremos el viernes después de clases. Regresaremos a tiempo.

-Claro, te acompaño- aceptó Julie, devolviéndole el vaso medio vacío a Mike.

---

Gabriel abrió los ojos y se giró en la cama, mirando al techo. Le gustaría poder saltarse las clases ese día, pero tenía un examen para su mala suerte. Escuchó el sonido del celular y se incorporó para leer un mensaje. Dejó el celular en la cama y se levantó, cambiándose rápidamente, caminando hacia la entrada del colegio.

Aún eran las seis de la mañana y el frío se coló por su casaca, pero era algo agradable respirar el aire del amanecer. Gabriel fijó su vista en el cielo y luego en la motocicleta que estaba al pie de las escaleras. Se lo había mencionado sólo un instante a su padre en uno de sus viajes juntos y ahora la tenía allí. Gabriel se mordió el labio, disgustado. Por mucho que lo odiara, cuando hacia cosas como esta se sentía complacido de ser su hijo.

-Linda moto- Gabriel se giró. Wade estaba apoyado en las escaleras, bostezando y con un abrigo puesto- Te escuché levantarte y te seguí. ¿Es de mi tío?

Gabe asintió con la cabeza, mientras terminaba de bajar las escaleras, seguido por Wade, quien apenas ajó, se arrodilló a un lado de la motocicleta, examinándola. Gabriel permaneció parado en su sitio, tratando de lidiar con los sentimientos encontrados que le producía su padre.

-Wow, sí que es bonita- Wade alzó los ojos, -sin dejar de tocar la moto- ¿Qué te pasa?

-Hubiera preferido que no me regalara nada- masculló Gabriel.

-Oh, eso era- dijo Wade, levantándose del piso- Odias a tu viejo, ¿no?- esperó que Gabriel contestara, pero este se quedó en silencio- Siempre puedes devolverla, expresando tu profundo desagrado hacia él- dijo, riendo- O regalármela.

-Ni lo sueñes- dijo Gabe, forzando una sonrisa- Y deja de tocarla, no es tuya.

Wade sólo rió, y volvió a arrodillarse, examinando los engranajes de la moto.

-¿Qué haces? Tú no sabes nada de motores.

-Pero, aún así… ¿acaso sabes manejar una?

-Puedo aprender- dijo Gabe, encogiéndose de hombros- ¿Crees que a Mike le guste?

Wade hizo una mueca de extrañeza.

-¿Qué?

-Podríamos ir a pasear en moto, sería divertido.

Wade hizo una mueca de asco al ver la expresión pensativa de Gabriel. No quería ni imaginar en que estaba pensando.

-Dios, cada día te vuelves más gay- declaró, moviendo la cabeza de un lado a otro.

-Cállate y deja de toquetear mi moto- Gabriel se giró y empezó a subir las escaleras- Voy a ver a alguien para que la lleve al estacionamiento.

-Yo me regreso a dormir- dijo Wade, subiendo de dos en dos los escalones- Madrugar no va conmigo.

Gabriel regresó a mirar la moto mientras Wade subía las escaleras. Tal y como le había dicho a Wade, le hubiera gustado no recibir nada de su padre. No quería tener que deberle nada ni recordar nada agradable de él. Apretó los puños y cerró los ojos. Debía recordar que no importaba que hiciera su padre, él había tomado una decisión y debía recordar la razón por la que lo odiaba. Cuando se giró de nuevo, Wade ya no estaba allí y Gabriel entró al colegio, caminando lentamente.

---

El pacífico día que Gabriel esperaba tener, se estaba volviendo todo lo contrario. Miró el aula vacía, deseando poder quedarse allí, pero sintió a Ericka respirando detrás de é.

-Apresúrate- dijo ella- ¿Dónde está Wade?- preguntó, mientras Gabriel la seguía.

-Estaba aquí en la mañana- contestó Gabriel. Wade ya no estaba cuando volvió al cuarto esa mañana, pero esta vez, por lo menos, le había escrito un mensaje de texto diciendo que volvería en la tarde- No sé donde puede estar ahora.

-Ese…- Ericka no pareció encontrar un adjetivo lo suficientemente hiriente como para calificarlo y sacudió la cabeza- Por cierto, están organizando una fiesta sorpresa.

-¿Y entonces por qué me lo dices?- preguntó Gabe, aunque ya lo sabía.

-Porque no creo que no lo sepas. Y porque tenemos que terminar esto antes de las siete de la noche- dijo, mirando el archivero que llevaba en la mano.

-¿Qué es todo eso?

-Son las cuentas y los informes de los clubs del año pasado. Han estado increíblemente mal manejados.

-¿No podemos dejarlos como están?- preguntó Gabe, poniendo las manos en su nuca y haciendo un gesto de cansancio- A nadie le importará de todas maneras.

-No, Gabriel, no podemos- respondió Ericka- Tómatelo un poco más en serio, ¿quieres?

-Ya, como tú digas… Wade tiene razón, eres increíblemente estricta- dijo Gabriel, de forma cansina.

-No me recuerdes a ese tonto- espetó Ericka.

-Pero fuiste tú quien lo mencionó primero- observó Gabe, pero la mirada que Ericka le dirigió le hicieron dejar el tema. Gabriel divisó a Mike y se acercó a él, antes que Ericka pudiera decir algo al respecto.

-Hola- saludó. Julie se giró para verlo y tiró de la muñeca de Mike.

-Hola- respondió Mike, tratando de resistirse a los jalones de Julie.

-¿Qué pasa?

-Tenemos un asunto urgente que atender- dijo Julie, aunque por la sonrisa boba que Mike había puesto apenas Gabriel apareció en su rango de visión le indicaba que sería muy difícil sacarlo de allí –Mike- instó Julie, tirando de su mano- ¿Recuerdas lo que teníamos que hacer hoy?

-Claro- dijo Mike, sonriéndole a Gabriel- Te veo después. Adiós- dijo.

-¿Qué les pasa?- preguntó Gabriel, despidiéndose con la mano alzada. Ericka negó con la cabeza.

-Creo que es obvio que Mike le pidió ayuda a Julie para saber que regalarte- dijo y siguió caminando.

-Que observadora. ¿Cómo te diste cuenta?

-Los escuché hablando- contestó Ericka, encogiéndose de hombros. Gabriel negó con la cabeza, rodando los ojos.

-Con los gustos que tiene Julie, tal vez convenza a Mike de comprarme una almohada o un despertador- dijo Gabriel, encogiéndose ante la idea.

-¿Qué clase de gustos?

-Julie no tiene gustos para los regalos. Sólo piensa en cosas que puedan resultar útiles- contestó Gabriel.

Aunque a él no le importaba si Mike le regalara algo o no lo hacía. Lo mejor que podía hacer era conseguir una forma de pasar juntos la noche. Sonrió ante la idea y Ericka le dio un golpe en la cabeza al notarlo.

-¡Hey!- reclamó Gabriel.

---

Kristy dejó de comer y apartó el plato a un lado. Susan se sentó delante de ella y lo primero que notó es que su cabello ahora lucía corto y negro. Se le veía bien, tuvo que reconocer Kristy a regañadientes.

-¿Por qué no estás con esa niñita con la que siempre andas?- preguntó Kristy.

-¿Betty?- contestó Susan, apoyando los codos en la mesa- Ella es muy aburrida. Anda toda triste desde que se acostó con Wade, llorando en el baño. No sé para que aceptó si iba a terminar así.

Kristy esbozó una sonrisa seca, sin poder creer que Susan hablara así de su supuesta mejor amiga.

-¿Y tú?- preguntó Susan- ¿Ya comprobaste que dije la verdad?

-No te importa- dijo Kristy.

-Vamos, quiero enterarme si vas a hacer algo- replicó Susan- Oye, que te parece esto- dijo, elevando un dedo- Si no haces nada, le diré a todos que Gabriel sale con Mike, eso no ayudaría a tu reputación, ¿verdad? Imagínate que dirían de ti.

Kristy frunció el ceño. Detestaba pensar que estaba siendo manipulada por Susan.

-Me gustaría saber porque ustedes dos terminaron- siguió diciendo Susan- Estaban muy bien, ¿o no?

-¿No te cansas de hablar sola?- preguntó Kristy.

-Acabas de responderme- respondió Susan, sonriendo. Kristy se levantó, enfadada, ignorando a Susan, que la despedía con la mano levantada.

-Es una…- masculló Kristy, dando un portazo al llegar a su habitación.

Había olvidado esa sensación desagradable de estar siendo manipulada por alguien más y lo que era peor, saber que era objeto de burlas, tanto veladas como directas. Escuchar a Susan era, definitivamente,  como volver a escuchar a Wade, cuando no se llevaban bien. Kristy se sentó delante de un tocador ubicado en el cuarto, observando su reflejo en el espejo enmarcado en madera. Esos dos eran terriblemente parecidos, pero, después de hablar sólo un poco con Susan, Kristy comenzaba a pensar que ella era incluso peor que Wade, si eso era posible.

-¿Kristy?- Katherine entró en el cuarto, observando a su amiga. Desde hace días estaba pensativa, pero no hablaba con nadie de eso- ¿Qué te pasa?

-Nada- dijo Kristy.

-¡Hoy es el cumpleaños de Gabriel!- exclamó Katherine, sabiendo que Kristy no le contaría que le pasaba aunque preguntara- Nos iremos a una discoteca, pero tendrá que ser en el pueblo. La hemos alquilado para nosotros, genial, ¿verdad?

-Sí, genial- admitió Kristy. Katherine notó la mueca triste en el rostro de Kristy y su sonrisa vaciló.

-Tú… ¿aún estás enamorada de Gabe?

Kristy se giró en la silla, abriendo los ojos.

-¿Qué? ¡No!- contestó, apresuradamente- Eso se acabó. Sólo somos amigos ahora. Ya no siento nada por él.

-Es que estás muy triste. Y el año pasado, en el cumpleaños de Gabe, estaban muy felices- dijo Kristy, bajando la cabeza. Sabía que Gabriel ahora salía con Mike, pero no podía evitar sentirse triste por su amiga.

-No es por eso, Kate- dijo Kristy.

-Nunca me has contado porque terminaron- murmuró Katherine- ¡Aunque no te pido que me cuentes!- exclamó, moviendo las manos- No soy una chismosa.

-Ya lo sé- Kristy sonrió, divertida por la exasperación de Katherine- No me gusta hablar de eso, pero bueno… Gabriel decidió- dijo, volviendo a girarse en la silla.

Ahora el problema era Susan. Kristy sabía que la incordiaría día y noche con el asunto de Gabriel y Mike y le daría problemas si no hacía lo que quería. No podía decir que lo sentía por Mike, es más, una parte de ella se sintió feliz con la decisión que acababa de tomar. Tendría que buscar la forma de separarlos.

---

-Creo que ya tenemos que irnos- dijo Ericka, alzando la vista de su cuaderno. Estaban en la cafetería y ya eran las seis de la tarde. Julie y Mike estaban con ellos, habían llegado hace una hora y Gabriel les estaba invitando el almuerzo después de que Julie dijera unas indirectas muy directas sobre no haber comido nada en todo el día. Por alguna razón que Ericka no entendía, los primos Harris estaban en la cafetería también, al igual que Katherine y Susan, que jugaba ajedrez contra sí misma, participando en la conversación con algún comentario ácido de vez en cuando.

-¿Qué quieres de regalo, Gabriel?- preguntó Susan, moviendo un caballo blanco.

Gabe miró a Mike y luego a Susan.

-Un tablet- respondió- ¿Me darás uno?

-Pensaba regalarte preservativos- contestó ella, moviendo un peón negro.

-Que graciosa- masculló Gabriel. Mike se atoró con lo que comía y tosió ruidosamente. Clay, que se sentaba sobre una mesa, volvió a verlo.

-Come con cuidado, chico- dijo. Miraba el juego en solitario de Susan, pero en realidad esperaba ver a Wade. Si llegaba, lo más probable era que buscara a Ericka y a Gabriel primero. Tal y cómo, imaginaba, la puerta de abrió y Wade entró, deteniéndose en la puerta, resoplando.

Clay hizo el ademán de bajar de la mesa, pero Wade se repuso, o al menos eso pareció y caminó hasta Gabriel.

-Hola- dijo, respirando por la boca.

-¿Dónde estabas?- preguntó Gabriel, girando la silla fuera de la mesa, para poder ver a Wade de frente.

Wade apoyó las manos en sus rodillas.

-Corrí hasta aquí… nunca había notado que la cafetería estaba tan lejos de la entrada- dijo, para después sonreír. Gabriel lo miró, enarcando una ceja, al ver que Wade apoyaba las manos en el respaldo de su silla y se inclinaba sobre él.

No pudo reaccionar cuando sintió los labios de su amigo presionarse sobre su mejilla derecha, muy cerca de sus labios. No recordaba que en toda su vida, Wade lo hubiera besado así. Observó la sonrisa complacida de Wade mientras volvía a inclinarse y posaba sus labios en la mejilla derecha, para después posar ambas manos en su rostro y dejar un beso en su frente.

-Feliz cumpleaños- murmuró Wade, sin soltarlo. Su expresión feliz contrastaba con la consternada de Gabriel. Wade se dio la vuelta y salió de la cafetería, ignorando las miradas dirigidas a él

-¿Qué fue…?- empezó a decir Mike, sintiendo un arrebato de celos que lo hicieron enojar y tener ganas de sacudir a Gabriel, para que dejara de tocarse la mejilla izquierda, en el mismo lugar que Wade lo había besado. Gabriel se levantó, sin escuchar a Mike y atravesó a grandes zancadas la cafetería. Mike hizo el ademán de levantarse y seguirlo, pero la mano de Julie en su muñeca lo detuvo.

Se volvió hacia ella y Julie negó con la cabeza.

-Pero…- susurró Mike.

-Ese beso…- dijo ella, en voz baja- era como la mamá de Gabe lo besaba- explicó. Ericka lo escuchó y frunció las cejas, curiosa-Él lo odiaba y odia que se lo recuerden.

Mike miró hacia la puerta, por donde Gabe había salido, sin entender cómo podía considerar eso Wade un regalo y recordó el juego que Wade le había propuesto. Le había dicho que su regalo no sería el más importante que recibiera Gabriel ese día, no había mencionada nada de hacer feliz a Gabe. Y Mike supuso que Gabriel, aunque se molestara y le doliera, pensaría más en su madre esa noche que en cualquier otro regalo que alguien le pudiera dar.

-No entiendo como puede ser tan cruel- murmuró Mike- y con su mejor amigo.

-Así que, ¿su madre?- dijo Clay, que había escuchado todo- Wade  tiene un raro gusto para los regalos- dijo, aunque pensó que si Wade lo besara así, le perdonaría cualquier cosa.

Ericka se levantó, preguntándose en donde podrían estar. No le extrañó ver que Mike salía de la cafetería y miraba a los lados, buscando a Gabe.

---

Gabriel comenzó a correr apenas salió de la cafetería. Sabía que Wade debía estar en la azotea y se dirigió allí. Lo encontró apoyado en la baranda, mirando al cielo.

-¿Por qué hiciste eso?- gruñó, tomándolo del hombro para girarlo- Tú más que nadie sabe que eso…- dejó de hablar al ver que la sonrisa de Wade se había transformado en una mueca de ira pura.

-Sí, yo sé- masculló- Pero me di cuenta que sabía mucho menos de lo que pensaba, ya sabes.

-¿De qué hablas?- preguntó Gabriel.

-Lo único que no entiendo es porque no me dijiste nada. ¿No pensaste que yo también quería saberlo?

Gabriel frunció las cejas. No podía ser que Wade ya lo supiera, ¿o sí? Wade asintió, adivinando sus pensamientos.

-¿Desde cuándo?

-El fin de curso del año pasado- contestó Wade- Estaba esperando que tú me lo dijeras todo este tiempo- dijo, sonriendo con amargura.

Gabriel se apoyó en la baranda, apretando los dedos en ella. ¿Wade lo sabía? Dudaba que Ericka se lo hubiera dicho, pero ahora no importaba.

-No podía- dijo, bajando la mirada- Cuando lo descubrí, mi viejo me dijo que no podía decirle a nadie. Me lo prohibió y dijo que si lo hacía, se enteraría de alguna manera.

-Ericka lo sabe- dijo Wade, suavemente.

-Ella lo descubrió por casualidad.

-¿Y las cartas?- Wade observó la sonrisa nerviosa en el rostro de Gabriel, que empezaba a borrarse para ser reemplazada por una mueca de alivio que se le hizo extraña.

-Eran de mi mamá. Ella se las envía a la madre de Julie y ella me hizo el favor de dármelas a mí, pero mi papá no lo sabe. Nunca he podido responder una, porque se supone que no sé nada. Se supone que ella debe estar muerta.

Gabriel se cubrió el rostro con una mano, riendo de manera nerviosa. Todo este tiempo, desde que lo descubrió, no se había permitido mostrar ninguna debilidad, ningún sentimiento de alivio. En parte, era como si su madre siguiera muerta. Estaba obligado a fingir que era así. Hablar con Ericka lo calmaba, pero ella no sabía nada de su madre, no podía entender porque significaba tanto para él y tampoco podía llorar delante de ella. Ahora, sentía como las lagrimas se agolpaban en sus ojos y sintió las manos de Wade en sus manos, apartándoselas de su rostro.

-La vi- dijo Wade, suavemente, mirando los ojos empañados de Gabriel- Y hablé con ella, hoy.

Gabriel abrió la boca, sin saber que decir. Wade sonrió y se sorprendió un poco cuando Gabe lo abrazó, ocultando su rostro en su pecho.

-¿Qué te dijo?- preguntó Gabriel, apretando los dientes para no llorar.

-Que quiere verte- dijo Wade- Que espera que estudies mucho y seas un buen chico- Wade sonrió y acarició la cabeza de Gabriel- Me pidió que te diera eso. No te hagas ilusiones, nunca te besaría por decisión propia.

Gabriel se apartó, se limpió los ojos, tratando de calmarse.

-¿De verdad la viste?- preguntó- No he podido verla… mi viejo… ese imbécil… dijo que no podría hacerlo hasta que él me deje… y seguro eso será nunca. Esta viva, ¿verdad? de verdad está viva.

Gabriel se llevó una mano a la boca. Era como si por fin pudiera creer que su madre seguía con vida y el alivio que sintió lo hizo reír, aunque notó que estaba llorando al mismo tiempo. Wade lo abrazó, dejando que apoyara la cabeza en su hombro, mientras Gabriel se sacudía en pequeños sollozos y apretaba su camiseta.

Ericka se detuvo antes de entrar a la azotea y miró atrás. Mike estaba detrás de ella. Ericka le hizo una seña y Mike se acercó para ver. Se estremeció al ver a Gabriel llorando. No podía escuchar que le decía Wade, pero Gabriel dejó de apoyarse en el hombro de Wade mientras miraba, dejando ver su rostro cubierto de lágrimas. A pesar de eso, lucía feliz. Mike se apartó, comprendiendo que ese era un momento que no le pertenecía, pero sintió que su corazón se apretaba en su pecho, vencido otra vez por los celos. Miró por última vez a Wade, que acariciaba la cabeza de Gabe, con una expresión serena y dulce en su rostro. Se volvió y se fue de allí, sin querer ver nada más.

Ericka los miró. Supuso que Wade ya sabía la verdad, pero no esperaba que Gabriel tuviera ese tipo de reacción. No lo había visto llorar nunca, ni siquiera el día que se enteró de que su madre seguía viva. Regresó sobre sus pasos, asegurándose de cerrar la puerta que daba a la azotea y sabiendo que seguramente le contarían todo mañana.

---

-Tienes que contarme todo, cada detalle- dijo Gabriel. Estaba sentado en el piso, con la espalda apoyada en la pared. Wade se sentaba a su lado, dibujando espirales en el polvo del piso.

-Claro, pero, ¿no tenemos qué ir a la fiesta?

Gabriel negó con la cabeza.

-Me has quitado todas las ganas de ir a esa fiesta- contestó Gabriel, comenzando a reír. Wade lo miró, enarcando una ceja.

-¿Estás loco? ¿Con la cantidad de chicas locas por ti que habrán?

Gabriel apoyó la cabeza en su hombro y Wade hizo una mueca disgustada, pero no lo movió. Había olvidado la faceta melosa de Gabriel.

-Pensé que ya te habías olvidado de hacer eso- dijo.

-No fastidies- murmuró Gabe- Cuéntame. ¿Cómo está?

-Bien, dadas las circunstancias- respondió Wade- La atienden bien y la dejan salir al patio todos los días, eso me dijo. No pude hablar mucho con ella porque tenía poco tiempo y tuve que sobornar a una enfermera. Me dijo que te dijera…

Se detuvo y Gabriel se las arregló para mirarlo, sin dejar de recostarse en su hombro.

-¿Qué?

-Es tu cumpleaños, te lo diré mañana o te enfadarás- Wade sonrió, moviendo su mano para apretar uno de los hombros de Gabriel- Pero dijo otras cosas. Quería saber cómo estaba su pequeño niño, esas son sus palabras no mías, y que tanto había cambiado y si seguía gustándole el chocolate y si todavía recogía gatos para criarlos a escondidas en el jardín. Si comías bien y dormías ocho horas diarias y te abrigabas…

-Basta- interrumpió Gabriel, apartándose de Wade, sintiéndose incómodo al ser tratado después de tanto tiempo.

-Mañana te diré los detalles que quieras. Vamos a la fiesta- Wade se levantó de un salto y caminó sin esperar a que Gabriel se moviera.

Gabe avanzó un par de pasos, detuvo a Gabe por un hombro y volvió a apoyarse en él, rodeándolo con los brazos. Wade rodó los ojos.

-¿Sabes? Estas cosas estaban bien cuando éramos niños, pero ahora resultan incómodas.

-Tú siempre lo haces.

-Bueno, pero tú eres gay. Que me agarres asi me da algo de miedo.

-No seas idiota. Nunca pensaría en ti de esa manera- Wade se rio entre dientes- Gracias- murmuró Gabriel antes de soltarlo.

-¿Por qué?- preguntó. Gabriel se encogió de hombros, soltó a Wade y abrió la puerta de la azotea, sin decir nada más.

---

-No sé cómo me convenciste para venir- Alan bufó, sentándose en una mesa apartada.

-Lo siento- rió Julie- Pero no hay mucha gente a la que le agrade aquí- volvió a reír, mirando de reojo a Mike, que mantenía una expresión triste en su rostro. Julie se sentó a su lado y Alan se levantó.

-Traeré algo de beber- dijo.

-Oye, Mike- empezó a decir Julie- ¿Por qué estás así?

Mike negó con la cabeza. No se sentía con ganas de hablar y además, una parte de él, se sentía patético por sentirse así. Gabriel se acercó a ellos, sonriendo.

-Desaparecieron- dijo, tendiéndole una soda a Julie- ¿Por qué están tan apartados?

Gabriel se fijó en la mirada apagada de Mike y se le acercó.

-¿Qué pasa?- preguntó, preocupado. Mike le dirigió una mirada a Julie, que se alejó, encogiéndose de hombros.

-Julie me dijo lo de ese beso… que era como un recuerdo de tu madre- dijo Mike. Quería preguntarle de que estaban hablando él y Wade en la azotea, pero no quería que supiera que estaba viéndolos en ese momento.

-Sí, es cierto- admitió Gabe- ¿Estás triste por eso?

-Yo… pensé… me preocupé por ti, eso es todo- dijo, bajando los ojos. Gabriel lo tomó de la muñeca y tiró delicadamente de él, obligándolo a levantarse y seguirlo. Gabe se detuvo al llegar al baño, hizo entrar a Mike y cerró la puerta detrás de él.

-No necesitas preocuparte por mí- le dijo. La música que sonaba en el lugar se escuchaba algo lejana, algo que Gabe agradeció, no le gustaba hablar entre tanto ruido.

-Pero…- dijo Mike- Te molestó, ¿o no?

Gabriel rio sin poder evitarlo. Se sentía demasiado aliviado como para fingir estar triste.

-Está bien- dijo. Se acercó a Mike, sabiendo que la mejor forma de hacer que dejara de discutir era dándole una cosa más interesante en la que ocuparse. Acercó su boca al cuello de Mike, respirando sobre su piel antes de lamerla.

-Gabe- murmuró Mike- No hagas eso.

-¿Por qué no?- susurró Gabriel, deslizando su boca por el cuello de Mike, hasta su hombro- Es mi cumpleaños. Estoy un poco caprichoso hoy.

-Espera- Mike tiró de la camisa de Gabriel, intentado que dejara de besarlo- Hablaste de algo con Wade- dijo, en un susurro- Y tú estabas llorando.

Gabriel se detuvo abruptamente y se separó del cuerpo de Mike, que había bajado la cabeza y evitaba mirarlo. Gabriel quiso reclamarle por haberlo seguido, pero viéndolo así, luciendo tan triste, lo hizo cambiar de opinión.

-Me preocupé…- Mike jugó con sus manos, antes de seguir hablando- Sé que no hablas de tus asuntos, pero me gustaría que confíes en mí y me dijeras que pasó.

-Lo siento- susurró Gabriel. Mike alzó la vista, decepcionado- No quiero mentirte, así que no diré nada. Porque no puedo hacerlo. Lo siento, Mike.

Mike parpadeó, tratando de entender que significaba todo eso. Gabriel lo besó de nuevo, en los labios esta vez, suavemente, como si intentara disculparse y Mike cerró los ojos. No quería eso. No quería causar que Gabriel se sintiera mal o triste por su culpa. Lo abrazó, pegándose a su cuerpo.

-Está bien- susurró. Gabriel dejó escapar una risa aliviada y se separó.

-Por cierto, aún no me has dado nada- dijo, sonriendo.

-¿Eh?- Mike lo miró, como si no entendiera de que hablaba- Julie dijo que no te importaba recibir regalos.

-Julie…- murmuró Gabriel- Pero… entonces…

-Pero te compré algo- interrumpió Mike, riendo- Julie dijo…

-No digas ese nombre de nuevo, ¿quieres? Y puedes quedarte con lo que sea que te haya hecho comprar- bromeó Gabe.

Mike empezó a reír, sacando una pequeña caja forrada del bolsillo de sus jeans.

-Bien, si no lo quieres.

-Yo estaba pensando en otra clase de regalo- dijo Gabriel, mirando la caja con atención. Hizo el ademán de acercarse y Mike retrocedió, poniéndose fuera de su alcance.

-Feliz cumpleaños- dijo, estirando la caja que Gabriel cogió. Rasgó el papel y abrió la caja, sonriendo al ver lo que había dentro. Él le había dado una cadena parecida a Mike y aunque esta era de fantasía y debía haber costado infinitamente menos, Gabriel se sintió feliz.

Se colgó la cadena con el dije en forma de “G” en el cuello y estiró una mano para retirar de debajo de la camiseta la cadena de Mike.

-Gracias- susurró, inclinándose para besar a Mike.

---

-Creo que veo doble- dijo Julie, poniendo su mano derecha delante de su rostro. Alan la miró,  rodando los ojos.

-Deja de tomar- dijo, a lo que Julie movió una mano, restándole importancia a su estado.

-Por eso te traje. Para que me lleves a casa- Julie se echó a reír y giró la cabeza a ambos lados-¿Dónde está Mike?

Alan se encogió de hombros. Julie intentó enfocar sus ojos. Vio a Wade, junto a Ericka, pero Gabriel no estaba allí y supuso que Mike estaba con él. Decidió seguir bebiendo y preocuparse por encontrarlo cuando estuviera a punto de irse.

---

Gabriel se apoyó en el hombro de Wade. Por más que lo había intentado, no podía dejar de pensar en su conversación pendiente. Quería que esa noche terminara rápido para poder interrogar a Wade por horas.

-¿Y Mike?- preguntó Wade, pasándose una mano por el rostro. Tenía la sensación de que si se paraba empezaría a tambalearse.

-Se fue con Julie- contestó Gabriel, señalando la mesa de Julie. Habían estado juntos un rato, pero Gabriel había decidido volver a la fiesta y Mike había sido arrastrado por Katherine a la pista de baile. Ahora, ella bebía junto a Julie como si fueran amigas de toda la vida.

-El alcohol hace milagros- dijo Wade, riendo entre dientes y apartando a Gabriel de su cuerpo. Le dio una cerveza que Gabe recibió, mirando con el ceño fruncido como Kate abrazaba a Mike efusivamente, haciendo que sus pechos se restregaran al cuerpo del chico. Se levantó, pero descubrió que no podía tener en pie.

-Ya es hora de irnos- dijo Alan. Consideraba que Julie había tenido suficiente alcohol por hoy, estaba empezando a decir incoherencias sobre su madre, su viejo y otras cosas más que Alan no lograba entender, pero a las que Katherine asentía con entusiasmo.

Mike logró separarse de Katherine y asintió, mostrándose de acuerdo con Alan.

-Tiene razón Julie, vámonos.

Se levantó de la mesa, agradeciendo el no haber tomado tanto y le tendió la mano a Julie. Katherine se quejó y Alan, bufando, la ayudó a levantarse, haciendo que se apoyara en él para caminar.

-Eres el primer chico al que veo sentirse incomodo porque Kate lo abraza- dijo Alan, mientras ambos caminaban a la salida. Katherine iba casi dormida, arrastrando los pies y Mike había tenido que rodear a Julie con los brazos para ayudarla a caminar- ¿Qué pasa contigo?

-No quería morir- dijo Mike- Su novio seguro me mataría si intento algo- dijo, mintiendo a medias.

-Ese idiota de Luke- murmuró Alan. Alan abrió la puerta trasera de su auto e hizo que Katherine entrara en él, para luego ayudar a subir a Julie.

-Sube de una vez- ordenó a Mike, señalando el asiento de copiloto. Mike rodeó el auto y puso la mano en la puerta, pero la voz de Gabriel detrás de él le impidió hacerlo.

-Oye, Mike- llamó. Alan frunció el ceño y se apoyó en el auto- Ven conmigo.

Mike fue hacia él. Gabriel lo tomó de la muñeca y se las arregló para caminar tirando de Mike hasta quedar fuera de la vista de Alan.

-¿No vas a regresar conmigo?- preguntó Gabriel, apoyando las manos en los hombros de Mike.

-Yo… tengo que ayudar a Julie- se disculpó. Gabriel estaba más borracho que en el momento en que se separaron y parecía a punto de caerse.

-Bien- murmuró, sin soltarse e inclinándose hacia él. Lo besó y su aliento a alcohol inundó los pulmones de Mike.

-¿Qué haces?- preguntó Mike, mientras Gabriel besaba su cuello y tiraba de su camiseta para descubrir su hombro izquierdo.

-Te vi con Kate- susurró Gabriel- Te estaba abrazando.

Mike intentó apartarlo, pero su intento quedó olvidado al sentir los labios de Gabe cerrarse en uno de sus hombros, mientras sus manos le acariciaban la cintura.

-Quiero que estés  conmigo- balbuceó Gabriel, abrazándose a Mike.

-Estás borracho- susurró Mike- Te veré mañana, ¿vale?- dijo, en tono conciliador, tratando de que Gabriel se aleje.  Gabriel no pareció escucharlo y lo volvió a besar, apoyándose en la pared para no perder el equilibrio.

-Gabe, alguien puede venir- susurró Mike. Se convenció a si mismo que era mala idea seguir cerca de Gabriel y se escapó de su abrazo- ¿Cómo vas a regresar?

Gabriel se paso una mano por la frente y se encogió de hombros, dejando escapar una risita tonta. Ericka apareció detrás de ellos. Había tomado, pero no estaba ebria. Le dio un golpe en la nuca a Gabriel y se dirigió a Mike.

-Yo me encargo de él. Por favor, lleva a Kate a su cuarto. Esta es la llave- le tendió una llave y Mike asintió, regresando al lugar donde se estacionaba el auto de Alan, suspirando aliviado al ver que este aún no se iba.

-Te tardaste- dijo Alan- Sube de una vez.

Mike frunció el ceño, pero no replicó, se limitó a deslizarse dentro del auto y esperar a que Alan entrara. Miró hacia el asiento trasero y vio que Katherine se había dormido, con la cabeza echada hacia atrás. Julie se masajeaba la frente, murmurando entre dientes.

-¿Qué tanto quería Barnett?- preguntó Alan, mientras arrancaba.

-Sólo nos despedimos- contestó Mike escuetamente.

-Pues sí que fue una larga despedida- Alan le dio una mirada a Mike, que lucía incomodo- Tú y Barnett son buenos amigos, ¿no?

-Sí- respondió Mike, desviando los ojos hacia la ventana. Alan puso música a bajo volumen y Mike agradeció que fuera un rock menos pesado del que solía poner en el cuarto. Estaba melancólico aún, pensando en que tendría que ocultar Gabriel y recordando su rostro lloroso. No es que no supiera que tenía que llorar alguna vez, pero le había sorprendido. Si estaba recordando a su madre, era lógico que llorara, pero entonces, ¿Por qué también lucía feliz?

-Llegamos- anunció Alan. Mike se restregó los ojos y bajó del auto. Alan ayudó a bajar a Julie  y luego, esta se apoyó en el hombro de Mike, tratando de enfocar la vista.

Alan sacó a Katherine del auto, bufando al ver que estaba dormida.

-Me pregunto si la puedo llevar arrastrando- dijo. Julie murmuro un “no” que se escuchó apenas y Mike negó con la cabeza.

Alan la cargó y avanzó detrás de Mike, preguntándose porque tenía que hacerse responsable de ella. Mike retiró la llave que Ericka le había dado de su bolsillo y observó el número.

-Es el 305- dijo.

Cuando llegaron, Julie se apoyó en la pared y se deslizó hasta el suelo. Mike la observó, con una sonrisa condescendiente, agradeciendo el no estar ebrio. Apostaba que Alan no habría tenido problemas para arrastrarlo por todo el colegio hasta su cuarto, o dejarlo durmiendo afuera.

Mike abrió la puerta y Alan entró, depositó a Katherine en la cama más cercana y esta se hizo un ovillo, sin despertar. Alan la cubrió con la sabana y salió del cuarto, ignorando la mirada que le pareció complacida de Mike.

-No pensé que fueras asi de amable.

-Sólo la cubrí- respondió Alan, inclinándose y cogiendo a Julie de un brazo- Pero si quieres regreso y la dejo tirada en el piso para que sigas manteniendo tu mala opinión de mí.

Mike bufó, fastidiado no por el comentario, sino por el tono de Alan.

-Es que nunca eres amable con nadie- dijo, en un torpe intento de disculpa.

-No tengo porque- replicó Alan, adelantándose.

Mike lo siguió en silencio y sintiéndose cada vez más adormecido. Se restregó los ojos, reaccionando cuando Alan le habló.

-Oye, sostenla- ordenó Alan. Mike cogió a Julie, recordando algo de repente.

-¿Tienes la llave?- preguntó.

-No- respondió Alan.

-¿Y cómo vas a…?- se interrumpió al ver que Alan sacaba una horquilla de sus jeans y manipula la cerradura con ella. Después de unos momentos, la puerta se abrió y Alan sonrió, orgulloso.

-¿Acaso no lo has hecho nunca?- preguntó, con una sonrisa burlona. Julie balbuceó algo mientras Alan la acostaba en la cama y le arreglaba el desordenado cabello.

-Sólo los delincuentes hacen eso- respondió Mike, cuando ya iban de camino a su cuarto. A Alan no pareció importarle el apelativo.

-Es sólo cuestión de práctica, pero no te preocupes, no voy a robar nada que tengas bajo llave- dijo, abriendo la puerta del cuarto.

Mike se tiró en su cama, sintiendo que el poco alcohol que tenía en la sangre se evaporaba. Miró al techo, deseando haber bebido un poco más, porque ahora no tenía sueño y su mente regresaba una y otra vez al Gabriel llorando y a Wade abrazándolo mientras lo hacía. Sintió un tirón desagradable en el estómago y giró el rostro para observar a Alan, que se había puesto los audífonos. Mike había aprendido que cuando lo hacía, el resto del mundo dejaba de ser importante para Alan. Dejó escapar un suspiro y decidió cerrar los ojos e intentar dormir.

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Clay entró a su cuarto, sosteniendo a Wade que estaba medio dormido. Lo dejó sobre su cama y se sentó a su lado, acomodándole el cabello que le caía por el rostro. Consideró alejarse por un momento, pero sus dedos se deslizaron solos desde la frente de Wade hasta su mejilla y Clay se mordió el labio inferior, mientras delineaba el contorno de su rostro con un dedo, sonriendo ante la expresión pacifica en su rostro, que contrastaba con su usual sonrisa de burla.

Llevó sus dedos hasta los labios entreabiertos de Wade, sintiendo el aliento cálido rozarlos y se inclinó hacia él. No pasaba nada si lo besaba ahora. Quería hacerlo desde el día en que lo vio en persona. Respiró sobre los labios de Wade, pero antes de besarlo este se removió y susurró una palabra que hizo que Clay se detuviera.

-Mamá- repitió Wade, haciéndose un ovillo sobre la cama. Clay se incorporó y volvió a acariciarle la frente.

-Eres más tierno de lo que aparentas, ¿no?- susurró Clay. Acarició los labios de Wade, desistiendo de besarlo. De alguna forma, no le apetecía besarlo cuando sabía que este soñaba con su madre.


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