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West Lake por Hisue

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Notas del capitulo:

Ya sé que dije que iba a publicar la semana pasada, y tenía el capítulo, pero no me convencía.... y quería terminar el próximo, así que lo siento por la tardanza. Sorry ><

Bueno, nuevo capi. Es algo freak xD

Capítulo 54

 

Alan chasqueó la lengua. Había notado la mirada de Julie clavada en él cada vez que ella creía que no se daba cuenta y estaba empezando a ser molesto.

-¿Qué, Julie? -preguntó, aunque podía adivinar la razón. Julie se encogió de hombros, apoyando las manos en el respaldo de la silla. Alan alzó la vista hacia ella un momento y volvió a mirar hacia abajo, a sus cuadernos.

-Es que no lo entiendo -dijo, después de llevarse el pulgar a los labios y dudar por un par de minutos-. ¿Mike?

-No sé de qué hablas -Alan apoyó el rostro en una mano, fingiendo que prestaba atención a su cuaderno. No necesitaba ver para saber que Julie estaba moviendo la cabeza en negación.

-Ya. Y yo soy idiota. Sólo dime que no es por Gabriel o algún tipo de venganza hacia él, o algo.

Alan alzó la cabeza, clavando sus ojos en los de Julie, hasta que ella suspiró.

-Eso es lo más estúpido que te he escuchado decir. ¿Por qué yo...? -se interrumpió cuando notó que Mike se acercaba a ellos y tomaba asiento, suspirando.

-¿Y esa cara? -inquirió Julie.

-Nada -contestó Mike-. Gabe insiste en que me va a comprar el disfraz, y hemos discutido por eso. No sé. Parece que cree que ahora puede...

-¿Regalarte lo que se le antoje? -interrumpió Julie, con una sonrisa de burla-. ¿Y te enojas por eso?

-Julie, pensé que lo entenderías -replicó Mike, dejando caer con más fuerza de la necesaria sus libros en la mesa.

-Oye, después de años de sentirme menos, decidí que lo mejor era aprovecharse de eso. No te sientas mal por unos cuantos dólares.

-Si pensaras eso de verdad, aceptarías llevar el apellido de tu padre -apuntó Alan, esbozando una leve sonrisa-. Podrías aprovecharte de su dinero.

-¡Eso! ¿Ves? Alan está de mi lado -dijo Mike, sonriendo y posando su mano en el hombro de Alan. Éste lo miró, devolviéndole la sonrisa. Julie se lamió los labios, pensando que era el momento perfecto para hacer una broma que a la vez avergonzara a Mike y dejara en evidencia a Alan. Pero aún era amiga de ambos y no quería incomodarlos, no demasiado, al menos. Se limitó a bufar y a señalar a Mike con un lapicero.

-Esas son cosas diferentes. Yo odio al tipo, y tú amas a Gabriel. Desde mi punto de vista, el que te pague un par de cosas está perfectamente justificado.

-¿Que me pague? -repitió Mike-. Lo haces sonar como si yo hiciera un trabajo al estar con él.

-Y yo pensando que tanta insistencia en que los acompañe era para estudiar. Si van a seguir con esto, me voy -Alan se levantó, malhumorado. Escucharlos hablar de Barnett era odioso en circunstancias normales, ahora le resulta insoportable. 

-Lo siento, lo siento. Tienes razón, tenemos que estudiar -Mike alzó la cabeza para poder mirarlo a los ojos-. Sabes que es por tu bien.

-Mis tutores se distraen con charlas amorosas por mi bien -ironizó. 

-Bah, deja los celos -dijo Julie, sin poder contenerse.

Alan volvió a sentarse, lanzando a Julie una mirada furiosa que Mike no logró ver. No era agradable que ella supiera lo que sentía, en especial porque si la conocía, le iba a insistir hasta que hablara y era lo que Alan menos quería. Si fuera por él, se cambiaría de cuarto, y evitaría ver a Mike tanto como pudiera.

---

-¿Vas a ir a la fiesta? -preguntó Mike. Se habían quedado hasta tarde estudiando, tratando que Alan se ponga al día con la mayor parte de temas y había sido agradable ver que cuando se concentraba, le era más fácil entender los conceptos. No como él y Julie lo hacían, pero lo suficiente para aprobar con pocas complicaciones. Ahora, sin embargo, caminaban lado a lado rumbo al cuarto y el silencio se le hacía incómodo.

-No creo -contestó-. Probablemente salga por allí.

-Vaya -dijo Mike. Alan ya no tomaba como antes, aunque su consumo de cigarrillos seguía igual. De cualquier forma, le parecía triste que no pudiera divertirse con ellos.

-Supongo que tú irás -comentó Alan, metiendo las manos en los bolsillos de sus jeans.

-No me gustan las fiestas -Mike se encogió de hombros-. Pero iré.

-Barnett hace que te gusten las fiestas -replicó Alan. Su voz sonó mucho más amarga de lo que pretendía y se arrepintió al ver la expresión de tristeza que cruzó el rostro de Mike, reemplazado al instante por una de furia.

-No es eso -espetó-. Sé que tienes problemas con Gabe, pero deberías mantenerlos fuera cuando hablas conmigo.

Mike se adelantó, su buen humor olvidado. Todo sería perfecto con Alan si no estuviera siempre tan molesto con Gabe. Abrió la puerta y dejó caer la mochila en la cama, con los brazos abiertos. Alan entró detrás de él y lo observó, tratando de encontrar algo en él que le atrajera. No era el físico, le seguía pareciendo demasiado enclenque, demasiado delgado. Era su forma de ser, su amabilidad, su facilidad para sonreír, e incluso su expresión cuando se enfadaba. Debió darse cuenta que Mike era especial desde aquella vez que le habló de su familia. Nunca hacía eso con nadie.

-¿Te pasa algo? -preguntó Mike, incorporándose y examinando su expresión. Alan se preguntó si había abandonado su enojo tan rápido, pero siendo él, era posible.

-No -contestó-. Sólo cansancio.

Mike lo vio marchar hacia el baño, preguntándose qué le sucedía. Había notado que a veces parecía ido, casi triste, justo como ahora y eso le incomodaba. Se preguntó si tendría que ver de nuevo con su padre, pero cuando Alan regresó del baño, no se atrevió a preguntar. Además, se suponía que estaba enfadado con él. Lo vio sentarse en el escritorio, tomar un cuaderno y coger un lápiz, antes de ponerse a escribir. Después de un rato en el que intentó dormir, Mike se puso de pie y trató de ver por encima de su hombro. Notó algunas líneas, lo suficiente para saber que era un dibujo y se inclinó más hasta que su cuerpo chocó con el hombro de Alan. Éste se giró, con un insulto listo en los labios, que no llegó a pronunciar al encontrarse con el rostro de Mike demasiado cerca.

-Perdón -susurró Mike, desviando los ojos hacia el dibujo. Una de sus manos se sostuvo de la silla, rozando con los nudillos la espalda de Alan. El dibujo era una mujer sobre una roca, la falda de vestido ancha y con vuelos, y aunque sólo estaba dibujada con lápiz, Mike podía notar el movimiento y la expresión de nostalgia en el rostro incompleto-. Es muy hermosa.

-Sí -contestó Alan, mirando su perfil. Mike desvió los ojos de nuevo, con la intención de preguntar quién era o porqué estaba dibujando, pero no dijo nada. Se quedó mirando la expresión de Alan, suavizada por una sonrisa que no era de burla, ni sardónica. No veía una sonrisa así desde que salieron al cine. Sus ojos se encontraron y Mike abrió los labios, dispuesto a decir algo. Alan bajó la vista hacia su boca, antes de regresar sus ojos al dibujo.

-No sabía que dibujaras -murmuró Mike. El momento había sido extraño, casi pensó que Alan estaba mirando sus labios, aunque tal cosa era imposible. Se alejó un poco, de todas maneras, nervioso.

-Sólo hago bocetos -dijo Alan, quitándole importancia.

-Eres muy bueno en eso -notando su incomodidad, Mike agregó-, cuando yo intento dibujar me quedan unos garabatos horribles.

-Puedo notarlo, por las cosas que haces en biología -cerró el cuaderno, deseando que Mike se fuera a dormir de una vez. Si seguía tan cerca podría hacer algo de lo que se arrepentiría después. La idea de besarlo nunca había sido tan fuerte como ahora. Tamborileó los dedos sobre la mesa, para distraerse.

-Podrías dibujar mis trabajos, cuando lo necesite. Como pago por enseñarte matemáticas.

-O podrías ir a dormir -apuntó-, hace unos minutos decías que estabas muerto.

Mike abrió la boca, luciendo indignado por el cambio en el tono de Alan. Suspiró, antes de decir nada, creyendo que tal vez le estaba molestando mientras intentaba dibujar.

-Lo siento -se disculpó, causando que Alan parpadeara, confuso-. Perdón, supongo que es molesto tener a alguien mirando a tus espaldas mientras dibujas.

Mike se alejó, y Alan sólo lo miró, parpadeando. Regresó su atención al dibujo después de unos momentos. Era mejor concentrarse en eso, el papel y el lápiz en sus manos, en vez de pensar en lo cerca que habían estado y lo muy apetecibles que lucían sus labios, a esa distancia.

---

-No entiendo porqué estoy haciendo esto -Susan se cruzó de brazos, ladeando el rostro.

-Porque eres perfecta y estaríamos perdidos sin ti. Y porque vi que organizaste la fiesta de tu prima -contestó Wade, uniendo las manos como si se dispusiera a rezar-. Lo que remarca aún más que eres perfecta y estaríamos perdidos sin ti. Te necesitamos.

Ericka lo miró, negando con la cabeza.

-Mira, tenemos una semana para organizar la fiesta, sólo queremos saber si te unes -dijo, tomando el brazo de Wade para obligarlo a sentarse nuevamente.

-¿Los profesores no ayudarán? -preguntó Susan.

-No, sólo nosotros, fue el trato. Claro que si algo sale mal, será nuestra culpa -fue Gabriel el que habló esta vez, mientras revisaba servicios de catering en la web. Giró el rostro para observar a Susan, que llevó sus manos a su cintura y sonrío.

-Nada sale mal en mi guardia, Barnett.

Ericka sonrió también. Con lo mal que le caía Susan, tenía que admitir que hacía las cosas bien, y le ayudaría a controlar al grupo de idiotas que les ayudaría. No es que no confiara en ellos, pero se distraían con cualquier cosa.

-Perfecto, porque en la mía tampoco -dijo, causando que Gabriel soltara una risita.

-Si se ponen a pelear, que sea con blusas transparentes y agua incluida, por favor -sugirió Wade. Ambas bufaron, y Ericka le golpeó en la cabeza con un cuaderno.

-Yo iré con el catering, Susie, tienes la decoración. Wade, encárgate de conseguir música. Pídele ayuda a Katherine. Ericka, diriges a todos, que cada cosa esté lista antes del viernes. Si necesitan ayuda, pídanla en las clases, o en quiénes confíen. Cada grupo será responsabilidad suya. Creo que es mejor mantenerlo con pocas personas -dijo Gabriel, y alzó el rostro para observar los rostros que lo observaban. Enarcó las cejas, esperando algún reclamo y sonrió cuando los vio asentir-. Perfecto. Y una cosa más, no molesten a los becados.  

-Necesito hacer unas llamadas -dijo Susan, esbozando una mueca-. Los veré luego, reportándome y esas cosas. Y no te preocupes. Nadie va a acercarse un metro a tu novio. Puede que su frágil mente se distraiga con el esfuerzo y pierda la beca, y no queremos eso.

-Lo mismo digo -Wade la siguió, abriendo su celular a la par que salía del aula, revisando webs de músicos locales. Se dio la vuelta cuando ya tenía medio cuerpo fuera del salón-. Digo lo mismo con respecto a irme, no lo que dijo de Mike -aclaró. Vio a Adriana y cerró la puerta, corriendo para alcanzarla.

-Hola, cariño -saludó, cogiéndola por la cintura e inclinándose para darle un beso en la mejilla.

-Hola -dijo ella, riendo-. ¿Puedes soltarme? Tengo que ir a clases.

-En realidad, tengo una pregunta para ti -dijo Wade, dejándola libre.

-Dispara -contestó ella. Imitó un arma con las manos, sonriendo. 

-¿Conoces algún buen DJ por aquí? -preguntó. 

-Oh, es por la fiesta de Halloween -Adriana se llevó un dedo a la barbilla, pensando-. ¿No van a contratar a alguien súper famoso o algo así? Pensé que ése era más su estilo.

-No hay mucho tiempo, así que no lo creo.

-Averiguaré si hay alguien disponible -aceptó ella, asintiendo con la cabeza.

-Eres genial. Tráeme precios, nombres y números de contactos para mañana en la mañana. Y si puedes conseguir grabaciones de sus performance, serías mucho más genial.

-¡Hey! -exclamó Adriana, golpeando el costado de Wade con el codo-. Te estoy haciendo un favor, no siguiendo órdenes.

Gabriel se acercó a ellos y Adriana alzó la mano para saludarlo, algo que éste correspondió con un seco movimiento de cabeza. Ella bajó la mano, ocultando las manos detrás de la espalda.

-Ven conmigo, Wade. Es urgente.

Wade se extrañó al notar el ceño fruncido de su amigo. Había estado de buen humor hace sólo unos minutos. Se volvió hacia Adriana, inclinándose para darle un beso en la frente.

-Nos vemos después. Nuestro querido líder me necesita.

Ella le dio un beso en la mejilla antes de irse, y Wade se volvió hacia Gabriel, esperando una explicación en silencio.

-Tienes que ir a la enfermería -dijo Gabriel-. Tu madre me llamó, van a tomar una muestra de sangre. Dijo que tú sabías.

-¿Tan pronto? -preguntó Wade. No habían pasado ni dos días desde que escuchó la charla de sus padres-. ¿Y porque no me llamó a mí directamente?

-No sé, asumo que creyó que cambiarías de opinión, o te enojarías. O tal vez no quería pelear contigo.

Wade enarcó una ceja, incrédulo.

-Pensé que se tomarían más tiempo -comentó, caminando al lado de Gabriel.

-Ninguno confía en el otro, así que mi padre hizo de mediador. Ambos confían en la doctora que tenemos, pero aún así, han mandado a sus abogados a vigilar. Están locos, si me preguntas.

-Nada que no supiéramos ya -bromeó Wade.

Gabriel abrió la puerta de la enfermería al llegar y Wade bufó al ver a Julie sentada allí, en una de las sillas de la recepción. Ella alzó los ojos hacia ellos, abriendo las manos, en un gesto de rendición.

-No pensé que aceptarías venir -comentó Gabriel al verla. De pie, dos hombres de traje paseaban por la sala, y Gabe se esforzó en ignorarlos.

-Tuve a mi madre media hora al teléfono pidiéndolo. Cree que es mancillar su honor, pero al mismo tiempo parece que no quiere darle a Joanna motivos para burlarse -soltó una risa seca, antes de añadir-. Más motivos, es decir.

-Esto es sencillamente genial -murmuró Wade, mirando de reojo al par de abogados. Nunca iba a entender por qué sus padres no se divorciaban y se dividían todo. A él podían dejarlo como residente permanente del colegio, no le molestaría.

Mientras Wade divagaba, Julie se levantó y dio un par de palmadas en el brazo, para indicarle que podían entrar. Ninguno de los dos dijo nada mientras se sentaban y la enfermera tomaba una muestra de su sangre. Wade le dio una mirada al líquido rojizo, sintiendo que se enfadaba a cada segundo más. Escuchó un bufido y levantó la mirada para encontrar a Julie cruzada de brazos, con los dientes apretados, furiosa. Wade esbozó una sonrisa torcida. Creía que podía llegar a quererla, si pudiera tener la oportunidad, había pasado la infancia con ella, y se divertían los pocos momentos en los que se olvidaban de su parentesco. Si sus padres no lo hubieran hecho todo tan mal, él no tendría que sentir por ella la envidia y la rabia habituales.

-Tendrán los resultados en una semana o dos -dijo la doctora, cuando ambos se pusieron de pie.

-No estoy emocionada, eso puedo asegurarlo -murmuró Julie, caminando a grandes zancadas hacia la puerta. Wade la siguió y pasó sin detenerse hasta la salida.

-Gracias por todo -dijo Gabriel a la doctora, antes de seguirlos.

-Si me preguntan, espero que salgan negativos -comentó Julie, cuando los tres estuvieron fuera de la enfermería. Gabriel la miró, preguntándose si debía decir algo-.Tal vez así me dejarían en paz.

Se alejó antes que ninguno de los dos contestara y Wade sacudió la cabeza.

-Julie tiene razón -dijo. Gabriel chasqueó la lengua.

-Ni lo menciones. Lo peor que podría pasar es que no seas hijo de mi tío. 

-Hablas como mi madre -dijo Wade, dejando escapar un suspiro cansado-. Aunque supongo que no es de extrañar que estés de su lado.  

-Como sea -Gabriel se encogió de hombros. No era que esté del lado de nadie, sólo trataba de pensar en un escenario que no le dé problemas a Wade. Tampoco quería que el examen de Julie sea negativo, su vida sería mucho más difícil si era así. Su madre perdería el empleo, sólo para empezar-. Tenemos que regresar a preparar una fiesta. Piensa en tus padres después. 

---

Mike entró a la tienda de disfraces, mirando con aprehensión a los lados. Gabriel, detrás de él, silbaba entre dientes, pareciendo bastante feliz. Mike había pasado bastante tiempo tratando de convencerlo que no era necesario comprarle un disfraz, pero sólo logró que aceptara alquilarlo.

-No te enojes, Mike -dijo, interrumpiendo su silbido-. Esto no es nada, lo sabes.

-Cada vez que dices eso sólo me siento peor -murmuró Mike, mirando a Julie a quien Gabriel también le iba a pagar el disfraz. A diferencia de él, a ella no parecía afectarlo. Mike sabía que Edward Lorenz se ofreció a regalarle uno, pero ella se negó.

-Quiero disfrazarme de pirata -anunció, acercándose a ellos con un sombrero y un parche en las manos-. Llevar una espada, ser un bandido. Vivir una vida de libertad.

-Tendrías que tener una pierna de palo y un garfio. El paquete completo -bromeó Gabriel.

-¿De qué te vas a disfrazar tú? -preguntó Mike. Él no recordaba haberse disfrazado desde que era un niño de nueve años. Y ahora, no estaba muy seguro de qué usar.

-Es una sorpresa -Gabriel sonrió-. Mejor que empieces a mirar, Mike.

Mike suspiró y siguió a Julie a través de los pasillos, mirando las máscaras y los trajes. No podía decidirse por uno. Wade se acercó a él, caminando detrás con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta y mirando por encima de su hombro. Mike aún no entendía porqué había venido.

-Mike, has recorrido este sitio como dos veces, elige algo. Me aburro. Ya he visto todo.

-Nadie te dijo que vinieras -suspiró Mike, dejando en su sitio una cabeza de hombre lobo.

-Era eso, o quedarme a escuchar a Ericka gritar a todo el mundo. Prefiero esto.

Mike cogió una máscara del monstruo de Frankenstein, que desechó con un suspiro.

-Las fiestas no son lo mío- murmuró. Wade retrocedió un par de pasos cuando Julie se acercó y fue a reunirse con Gabriel, que también curioseaba entre los disfraces.

-No me digas que también vas a comprar uno aquí.

-No, ya tengo el mío. Mike insistió en sólo alquilar el traje, así que...

-Algo que espero haga pronto.

Para alivio de Wade, Julie y Mike se decidieron por algo minutos después, pero no les dejaron ver los trajes.

-Tú no quieres decirme de qué vas a ir -argumentó Mike, manteniendo la bolsa sobre su pecho. Gabriel se cruzó de brazos, bufando.

-Sí, pero he pagado el tuyo -replicó-. Tengo derecho a verlo.

-¡Yo no te dije que lo pagaras! -reclamó Mike, esbozando una sonrisa para dar a entender que bromeaba.

-Verlos me da jaqueca -Julie se adelantó, negando con la cabeza, provocando que Wade riera y le diera alcance.

-No eres mi persona preferida, pero prefiero cualquier cosa a sus coqueteos -su celular vibró en el bolsillo, y Wade leyó el mensaje, girándose hacia Gabe-. Sue quiere que regresemos al colegio. Y Ericka opina que nos matará, porque se suponía que ayudaríamos.

-Les dije que se podrían tomar la tarde libre y nosotros nos encargaríamos de todo al regresar. Pero las dos son unas malditas controladoras. Diles que llegamos en media hora.

Wade hizo un saludo militar, y procedió a escribir el mensaje. Mike subió al asiento trasero, evitando la discusión con Gabriel. En el viaje de ida, Wade y Julie compartieron el asiento y entre miradas, sarcasmos e indirectas, nadie pudo relajarse. Julie se sentó a su lado, pareciendo más feliz que antes. Al final, compró el traje de pirata, a pesar que tuvo que comprar una blusa de otro traje, puesto que el disfraz era de hombre, y ninguna de las camisas le quedaba bien. El suyo era mucho más discreto. Wade puso música apenas Gabriel arrancó, y éste enarcó una ceja ante la elección.

-¿Qué fue de Depeche Mode y esas cosas que escuchabas? -preguntó. En el asiento trasero, Julie empezó a cantar en voz baja. Mike no conocía la canción, aunque era bastante movida.

-A Adriana le gusta. Y te aseguro que tiene argumentos muy convincentes para que me guste también -esbozó una sonrisa pícara, antes de añadir-. Y es un buen cantante. No sé cómo no lo había escuchado antes.

-Es mucho mejor que lo que escucha Alan -comentó Julie-. Él es como “ruido, ruido, más ruido y un poco más de ruido”.

-Cierto -asintió Mike-. Creo que es por eso que no se concentra, se pone a escuchar eso mientras estudia, es imposible pensar en otra cosa.

Gabriel los miró por el retrovisor, mientras ambos charlaban y bromeaban. No era la primera vez que ellos hablaban de Garton, pero esta vez notó la cantidad de veces que lo mencionaban, y se enfadó un poco, sin motivo. No podía esperar que Mike piense en él a cada momento del día, pero podría ser amigo de alguien que no fuera Garton. Se distrajo con la voz de Wade empezando a cantar un poco más alto, y para su sorpresa, Julie le siguió. Ambos soltaron una carcajada cuando desafinaron, y Gabriel se sintió secretamente complacido de verlos así, sin el mal humor que ambos habían tenido durante la semana, provocado por los dichosos exámenes.

-Billy Idol nos mataría si nos escuchara -rió Julie.

-Yo quiero matarte -bromeó Mike, llevándose las manos a los oídos-. En serio, Julie, cantas terrible.

-“So let's sink another drink, cause it'll give me time to think”-Gabriel cantó, tamborileando los dedos sobre el volante. Mike lo miró, sorprendido al escuchar al notar que su voz no era mala.

-Pensé que no conocías a Billy Idol -dijo Wade.

-No, pero todo el mundo conoce esa canción -contestó. Miró a Mike a través del espejo retrovisor, lamiéndose los labios antes de hablar-, ¿sabías que dicen que va sobre masturbación?

Mike se sonrojó y Julie rodó los ojos, lo que instó a Gabriel a seguir hablando.

-Creo que es divertido, pero...

-Pero siempre hay que recordar los beneficios de compartir experiencias -interrumpió Wade, soltando una carcajada. Gabriel sonrió, lamentando que la mirada de Mike se volviera un poco reprobadora. Hicieron el camino al colegio compartiendo canciones, descubriendo que a Mike le gustaba Nelly Furtado -y se avergonzaba de admitirlo-, y que Julie tenía ciertas preferencias por la música en español, porque gracias a eso se le hizo más fácil aprenderlo. Gabriel no tenía ningún gusto en específico y cambiaba según su humor. Cuando estacionaron, sonaba Maneater, una canción que Julie apuntó sería perfecta para Wade si éste fuera una chica, una afirmación que él recibió con una sonrisa orgullosa. Antes de separarse, Gabriel se acercó a Mike y plantó un beso en su boca, sonriendo al ver que éste se sonrojaba.

-Te veo en la noche -susurró sobre sus labios. 

---

Julie se ajustó el sombrero en la cabeza, dejando caer su cabello en una cola. Entró al gimnasio, no tan entusiasmada al ver que Alan no tenía pensado acompañarlos, pero decidida a distraerse. Cuando se quedaba calmada, pensaba en los resultados del examen que debían llegar en unos días. Siempre había odiado ser hija de Edward Lorenz, pero nunca cruzó por su mente la posibilidad que no lo fuera, hasta ahora. Le había dicho a Gabe que esperaba que el resultado sea negativo, pero ahora estaba insegura. ¿Qué pensaría de su madre si era negativo? ¿Y podría seguir allí, en el colegio? Se lamió los labios, repitiéndose que todo lo que siempre había querido era ser libre de ese apellido, y se volvió a mirar a Mike, buscando algo qué decir para distraerse. Mike se encontraba mirando la decoración, murciélagos y falsa tela de araña colgando del techo, sonriendo. Había elegido vestirse de jedi, por el simple hecho de encontrar demasiado extravagantes el resto de disfraces. Vio a Katherine, y la saludó con la mano.

-Vamos allá -dijo a Julie.

-Bueno, Katherine es la más amable de todas -suspiró Julie. Se acercaron a la mesa, notando el traje que usaba. Llevaba una túnica blanca, que dejaba al descubierto uno de sus hombros y un cinturón dorado y pulseras en ambas manos. Sobre el cabello peinando en una trenza lucía una corona de flores. Con todo, el disfraz de Katherine era simple en comparación al de Ericka. Vestía un traje ceñido al cuerpo, en rojo y dorado, con el dibujo de un pájaro en el pecho, y llevaba el cabello suelto y alborotado.

-¿Eres Fénix? -preguntó Julie, cuando ella se acercó, portando dos vasos de fresco. Puso uno en frente de Katherine y asintió.

-Katherine es Afrodita -dijo-. Y esperen a ver a Hela.

-Ahora me siento mal por mi disfraz -murmuró Mike, aunque era todo lo contrario. No quería destacar. Julie asintió con la cabeza un par de veces, antes de sentarse, arreglando la espada que colgaba sobre su cadera para que no le incomodase.

-Como sea, son unos exagerados. He visto a alguien vestido de orco y apostaría un brazo que la máscara es de ésas de silicona que usaron en las películas. Quiero algo de beber.

Ericka la miró, enarcando una ceja.

-Estás loca si crees que yo te voy a traer algo de beber -dijo, después de un momento en silencio.

-Yo tengo algo para mi hermanita -exclamó Wade, acercándose. Le tendió un vaso de jugo que Julie cogió, tratando de descifrar quién era. Wade llevaba el rostro pintado de blanco y sombra oscura bajo los ojos, vestía de negro y había pintura negra en sus labios, también.

-¡Eres el cuervo! -exclamó Mike. Wade le rodeó los hombros con un brazo, asintiendo.

-¿Y tú eres Anakin o Luke? Di Anakin y reinemos en el lado oscuro de la fuerza -bromeó, antes de soltarlo-. Con su permiso, señoras, y en vista que no acerté en vestirme como el amor de ninguna... voy en busca de mi novia muerta.

Realizó una reverencia exagerada, antes de alejarse.

-¿Han visto a Gabe? -preguntó Mike, mirando a su alrededor.

-Está con Hela, ultimando detalles -contestó Ericka. Para ese momento, la música había subido de volumen y ella hizo un gesto de fastidio. Si había algo que odiaba de las fiestas era la incapacidad de conversar a no ser que sea a gritos. Mike no alcanzó a preguntar quién era Hela, Katherine se levantó de la silla de un salto, arrastrando a Ericka con ella hacia la pista de baile y Mike tomó asiento al lado de Julie, ambos observando a las dos chicas.

-Deberíamos bailar -comentó Julie. Mike no dio señales de haberla oído y Julie miró hacia el frente, entendiendo la razón de su repentina cara de ido. Susan caminaba hacia ellos, en un ceñido traje verde oscuro escotado marcando sus curvas, un antifaz ocultando su rostro, una capa del mismo color y una peluca negra. Gabriel iba a su lado. Su ropa no era tan extravagante como las de Susan, ahora que estaban más cerca, Julie alcanzó a ver que ella llevaba colgado un collar con un dije en forma de calavera y pulseras con los mismos adornos. En cambio, Gabe vestía pantalones de cuero negro y botas altas, una camisa purpura con los dos primeros botones abiertos y un abrigo largo de color negro. Cuando llegó a la mesa y sonrió y Julie pudo notar los colmillos, dejó escapar un bufido.

-¿Un vampiro, Gabe? ¿No podrías elegir algo más tópico?

-Eso le dije yo -comentó Wade, apareciendo detrás de Gabriel-. Y no sé si es Lestat o el idiota de Crepúsculo. Le sugerí que llevaba glitter, con el rostro malhumorado que lleva casi siempre, puede pasar como un emo estúpido.

Gabriel pasó un brazo por su cuello y apretó, haciendo que Wade riera, de manera entrecortada.

-Cállate. Y técnicamente soy Deacon Frost.

-¡Deacon es un viejo! -reclamó Wade, apretando sus dedos sobre el brazo que Gabriel mantenía en su cuello-. ¡No le creas a las películas!

-¿Quién es Deacon? -preguntó Mike. Gabriel soltó a Wade y corrió una silla para sentarse a su lado. A la luz, Mike notó las mechas rubias en su pelo y admiró el contraste, casi embobado. Lo único que lamentaba eran las lentillas rojas, el profundo verde en los ojos de Gabe era su color favorito.

-Es un vampiro, ¿has visto Blade?

-Es el tipo que se convierte en una masa amorfa al final -colaboró Wade. Gabriel se limitó a alzar un dedo en su dirección.

-Eres el villano -dijo Mike. Alzó una mano para tocar su cabello y Gabriel se inclinó hacia ella, asintiendo.

-Y tú eres... ¿Luke o Anakin?

-Creo que Luke -contestó Mike-. No tengo deseos de ser una masa amorfa al final. 

Susan carraspeó, llamando su atención.

-Chicos, les recuerdo que están en público. Y no puedo comprender que un disfraz que ni siquiera es el correcto de un vampiro, les atraiga más que el mío.

-Te aseguro que el tuyo me atrae mucho -murmuró Wade-. Sabes, soy un muerto. Técnicamente estoy a tu servicio. Vivo en tu reino. 

-Sólo cuida a tu amigo, cielo -ronroneó-. O su secreto va a llegar a oídos no gratos muy pronto.

Se alejó, haciendo ondear su cabello y Julie sorbió su refresco, antes de hablar.

-Bueno, tiene razón en eso -comentó. Gabriel se apartó de la mano de Mike, chasqueando la lengua, antes de quitarle el refresco a Julie de las manos.

-¿Quieres bailar? -preguntó Wade, extendiendo la mano hacia ella.

Julie le miró como si le hubiera crecido otra cabeza de repente y desechó el ofrecimiento con una risa despectiva.

-Ya, claro. Prefiero quedarme sentada aquí todo el día.

Por un momento, Wade pareció enfadarse, pero su sonrisa regresó de nueva cuenta. Se encogió de hombros y sonrió cuando Adriana se acercó a ellos. Llevaba un vestido blanco rasgado y maquillaje roto simulando sangre en el rostro y a pesar de eso, todavía se veía bien. Wade admiró el escote, antes de inclinarse ante ella, ofreciéndole su mano.

-Mi novia muerta.

-Me gustaría decir que sé quién eres, pero no lo sé -contestó, mordiéndose los labios para no reírse ante la mueca de indignación que Wade puso.

-Permíteme instruirte -murmuró. Adriana tomó su mano y ambos se alejaron hacia la pista.

-Al menos, podrías bailar conmigo -propuso Gabriel, observando que Julie seguía con el ceño fruncido.

-Gracias, pero no -replicó ella. Se levantó, decidida a irse de allí. No tenía humor para fiestas y si se quedaba, sólo le arruinaría la noche a Mike. Llegó hasta la puerta y estuvo a punto de cruzar cuando alguien le cogió el antebrazo, impidiéndole salir. Julie se giró, enfadada, dispuesta a golpear a quién sea que la estuviera reteniendo y se encontró con los ojos marrones de Alan.

-Sabía que intentarías irte de aquí.

-No tienes disfraz -señaló ella, mirando los jeans negros y el suéter azul oscuro que él llevaba. Era lo suficientemente ajustado para notar los músculos de sus brazos y sus pectorales y lucía bien en él.

-No pensaba venir -dijo él, soltando su brazo-. Pero luego noté tu rostro esta mañana. Andas ida desde que te hicieron ese examen.

Julie suspiró, cruzando los brazos sobre su pecho.

-¿Viniste por eso?

-Creo que si te vas, a esconderte en tu cuarto, perderás. Y pensé que no te importaba el resultado -Alan enarcó una ceja, esbozando a la vez una sonrisa de burla. Julie se la regresó.

-Pensé que venías para poder ver a Mike -bromeó. 

-No se dónde sacas esa idea -replicó Alan, dejando que ella cambiara la charla. Volvió a tomarle la mano, caminando con ella hacia la pista de baila. Incluso aunque la música no era de su gusto, no podía dejar a Julie con esa expresión de derrota en el rostro. Al menos, deberían poder distraerse esa noche. Y si quería ver a Mike, bueno, eso era sólo un agregado.

---

Gabriel recorrió el salón con la mirada, buscando a Mike. Se había mantenido repartiendo su atención entre él y el resto de las personas, pero después del último baile con Katherine, lo había perdido de vista. Sintió un peso en su hombro y no tuvo que girarse para saber que era Wade, un poco pasado de copas.

-Sabía que el alcohol era mala idea -murmuró. Wade le rodeó los hombros con una brazo, soltando una risita.

-Eres tan aburrido. Eres la persona más aburrida que conozco, ¿por qué eres tan aburrido?

-Estás borracho -replicó Gabe. Caminó en dirección a su mesa, con una mano en la cintura de su amigo, prácticamente arrastrándolo, y lo dejó caer sobre una silla. Wade apoyó los codos en la mesa, sonriendo.

-No estoy tan borracho. ¿Buscas a Mike?

-Ya lo vi -contestó Gabriel. Mike estaba en una mesa a pocos metros de él, pero por la música no alcanzaba a escuchar de qué hablaban él, Julie y Garton. Sólo podía notar que se estaba riendo, al parecer a costa de Garton, si tenía que juzgar por la expresión de molestia que éste mantenía.

-Y se está divirtiendo -comentó Wade-, se ve más feliz que cuando está contigo.

Gabriel regresó mirarlo, frunciendo el ceño y Wade alzó las manos en señal de paz, aunque su sonrisa delataba que no se arrepentía de lo que había dicho. Volvió a mirar hacia Mike, prestando más atención a su rostro sonriente. Lucía feliz, era cierto, pero eso no significaba que fuera más feliz que cuando estaba con él. Maldiciendo a Wade en voz baja, se acercó a la mesa y robó el vaso de jugo de las manos de Julie, antes que ella pudiera tomarlo.

-Esto tiene alcohol, Julie. Pensé que no tolerabas el alcohol.

-Oh, cállate -espetó ella. Mike alzó los ojos hacia él, esbozando una sonrisa tímida. Gabriel se acercó a él, dejando caer la mano derecha en su cabello.

-Ya es tarde -le dijo, inclinándose para hablarle al oído-. Podríamos irnos de aquí.

-¿Irnos? -preguntó Mike, mirando hacia Julie. No quería dejarla sola cuando sabía que estaba un poco deprimida.

-Vete, Mike, estaré bien -dijo ella, al notar su mirada. Gabriel se inclinó y rozó sus labios contra el cuello de Mike por un segundo antes de alejarse.

-Ella estará bien -dijo-. Ven conmigo.

Mike miró a Julie, quién se encogió de hombros, antes de asentir. Si fuera por ella, preferiría que Mike se quede, compartiendo bromas y obligándolo a tomar, pero él quería irse. Le era suficiente con saber que se preocupaba por ella lo suficiente como para considerar no ir con Gabriel para asegurarse que estaba bien. Se volvió a Alan cuando ambos se marcharon, mirándolo fijamente.

-Eso no debió haber sido agradable para ti.

-No sé de qué estás hablando -replicó Alan.

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-Al fin -suspiró Gabriel, mientras besaba a Mike en el cuello. No se había quitado los colmillos y éste se quejó un poco al sentirlos presionarse contra su piel. Gabriel se separó, el tiempo necesario para abrir la puerta de su cuarto.

-¿Estás seguro que no prefieres seguir en la fiesta? Parecía que te divertías y no me molesta -comentó Mike. Gabriel enarcó una ceja.

-¿En serio? Lo único que quería era estar contigo -se acercó a Mike, esbozando una sonrisa traviesa-. Y también quería verte en algún provocador disfraz -murmuró, posando sus manos en el traje y empezando a abrirlo-. Pero no me molesta éste. Puedes ser un jedi, y yo puedo intentar corromperte.

Mike se sonrojó. Volvió a sentir los labios y la lengua húmeda de Gabriel sobre su cuello, y la leve presión de los colmillos.

-No te has quitado los colmillos -señaló, empujándolo hacia atrás.

-Pero soy un vampiro -replicó Gabriel, sonriendo-. Si me los quito, no lo seguiría siendo.

Mike lo observó, preguntándose si ésa era una discusión que podría ganar. Lo dudaba, Gabriel estaba un poco tomado, o al menos más que él mismo, y parecía dispuesto a seguir con el juego. Y él no quería negarse, en realidad. Sentía su miembro pulsar debajo de las ropas, y estaba casi desesperado por sentir algo más. Miró los ojos de Gabriel, ahora rojos por efectos de las lentillas y su cabello desordenado, las brillos rubios contrastando con su natural color negro. El disfraz le daba un aire más peligroso del que Mike estaba acostumbrado y no reclamó cuando volvió a besarle el cuello, en vez de eso le soltó le quitó el abrigo, para después desabotonar la camisa y pasar las manos por sus pectorales.

Gabriel se dejó caer en la cama, apoyando su peso en los codos. Se lamió los labios mientras veía a Mike trepar y captó un leve atisbo de inseguridad en su mirada, pero desapareció mientras Mike se inclinaba sobre él, rozando sus labios y marcando un camino de besos hacia abajo. Gabriel gimió al sentir su lengua en uno de sus pezones. Mike se detuvo, sólo para sentarse a horcajadas sobre él y quitarse la túnica y el jubón.

-No había notado que llevaras tanta ropa encima -murmuró Gabriel, incorporándose apara ayudarle a quitarse la camisa. Pasó los dedos por su tórax, sonriendo al sentir a Mike temblar. Le gustaba saber que le afectaba la manera en que le tocaba. Le gustaban todas sus reacciones, desde sus sonrojos habituales, hasta sus leves gemidos. Le besó el estómago, y lo hizo acostarse en la cama

-Te extrañe tanto -suspiró.

-No me he ido a ninguna parte -contestó Mike. Gimió al sentir el peso de Gabriel sobre él, sus miembros frotándose juntos a cada movimiento.

-Te estabas divirtiendo con Julie -susurró. Mike no contestó esta vez, estaba demasiado ocupado tratando de desabrochar sus jeans, y el aliento caliente de Gabe en su cuello y el roce de sus labios mientras hablaba no le ayudaban a enfocarse-. ¿Me escuchaste?

-Julie es mi amiga -dijo Mike, asintiendo-, pero sólo quería estar contigo. Yo sólo... no... -se interrumpió, y se mordió los labios, cerrando los ojos cuando sintió un par de dedos introducirse en su cuerpo. No había notado cuando Gabriel cogió el lubricante, sólo jadeó por el contraste entre el frío del gel y lo caliente que se sentía su piel. Gabe terminó de desnudarlo y Mike estiró los brazos para cogerle el rostro y atraerlo hacia él. Besó sus labios por un momento antes de dejar caer la cabeza hacia atrás, gimiendo mientras Gabriel lo penetraba. Sintió un pinchazo en su cuello, seguido de un dolor leve que notó apenas, Gabriel presionaba los dientes en su cuello y él apenas lo  sintió, perdido en la sensación de sus embestidas, incapaz de hacer nada más que gemir y pedir por más.

Gabriel se quitó los colmillos y buscó sus labios, ahogando sus propios jadeos en la boca de Mike, aumentando la velocidad de sus embestidas cuando éste le rodeó con las piernas. Eso era todo lo que quería, pensó. Mike y sus gemidos y su nombre en sus labios, entre jadeos.  

 

Notas finales:

Empezamos con la referencia:

- La canción que cantan en el auto es Dancing with myself, de Billy Idol. Y sí, dicen que va de masturbación xDD
- Ericka está disfrazada de Fénix Oscuro. Si leen Marvel, lo sabrán.

- Hela

- Creo que todos conocen al Cuervo de Brandon Lee xD

- Deacon Frost es un villano de Blade -la primera película-, pero en los cómics es un hombre mayor.

(Bueno, ya, y perdonen por dejar ver un poco de mi frikismo xD)
(Nos vemos la próxima semana)


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