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West Lake por Hisue

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Notas del capitulo:

Nada que decir esta vez, excepto disculpen por la tardanza y gracias por el apoyo!

Episodio 7


Mike observó el reloj colgado sobre la pizarra. Llevaba una hora escuchando la voz monótona del profesor de historia que leía con la cabeza prácticamente hundida en el libro. Sin importar que sea una prepa de ricos, no cambiaba el hecho que existieran profesores aburridos. Mike dejó escapar un suspiro, apoyó el rostro en la mano izquierda y siguió dibujando garabatos en los márgenes del cuaderno.


Sintió la mirada de Gabriel sobre él y después de un par de minutos, le miró de reojo. Hasta ese momento, Gabriel se mantenía con la cabeza sobre sus brazos en la silla, pero ahora había desviado el rostro y lo miraba. Mike se concentró en seguir haciendo cualquier cosa en su cuaderno, pero pasaron un par de minutos más y aun sentía la mirada de Gabe sobre su rostro.


-¿Tengo algo en la cara?- preguntó al fin, en un susurro, apenas desviando el rostro hacia Gabriel, que se encogió de hombros.


-Nada. Es solo que si no hago algo me voy a dormir.


-Gracioso- respondió Mike, inclinándose un poco sobre la mesa- Pensaba que estabas durmiendo.


-Solo tenía los ojos cerrados- dijo Gabriel.


No dejó de mirarlo ni un segundo y Mike tuvo que desviar los ojos, sintiéndose nervioso y avergonzado y rogando por no sonrojarse.


-¿Acaso mirarme es interesante?


-Es mejor que la alternativa- Mike se sonrojó esta vez y se mordió el interior de la mejilla para evitar que una sonrisa traicionera se le dibujase en la cara- No eras nada desagradable de mirar. Desde cierto ángulo, hasta eres lindo.


-¿Desde cierto ángulo? Tomare eso como un cumplido- dibujó unos cuantos espirales más en el cuaderno para distraerse, pero no pudo evitar dirigirle una furtiva mirada a Gabe y sonreírle.


-Si sigue así- dijo Gabe, mirando al profesor- Se me va a secar el cerebro. ¿Puedes hablarme de algo?


-¿Qué?


-Quiero distraerme- dijo Gabriel.


-Ah. ¿Tienes hobbies?- preguntó. No se le ocurría de qué podían hablar y además, como Gabe había dicho, esa clase era perfecta para matar ideas.


-Cantar en la ducha, pero el agua se asusta y se corta, así que ya no lo hago.


-Estaba hablando en serio.


-Y yo también.


Mike soltó una suave risa y mientras observaba a Gabriel recordó el sobre. Le invadió un sentimiento de culpa. Sea lo que fuera, él no tenía ningún derecho a intentar averiguarlo, aunque si repasaba los hechos, tampoco había sido su culpa. Él solo recogió el papel del suelo. Decidió que encontraría la forma de regresar ese papel a las cosas de Ericka, aunque a cada segundo creciera su curiosidad por el contenido.


Con el sonido del timbre se deja escuchar un suspiro de alivio generalizado, al que incluso Mike se une. Gabriel se levanta y estira los brazos, para después sobarse el cuello.


-¿Vas a ir a natación?


-Tengo que hacerlo- responde Mike mientras pone el cuaderno en su mochila. Mira a Ericka salir del aula.


-¿Sabes nadar?- pregunta Gabe. Suena ligeramente divertido.


-Por supuesto. No ganaría una medalla olímpica, pero sé. Te veo allá, entonces- dice, antes de salir prácticamente corriendo del aula.


-¿De qué hablabas con el novato?- Wade se acercó bostezando- Que me maten si esta es la clase más aburrida del mundo.


-De nada- contesta Gabriel, empezando a caminar hacia la salida- Estoy de acuerdo contigo.


-¿De nada? Wow, es un tema fabuloso para conversar. Deberíamos hacer que lo boten.


-No vamos a hacer que boten a un profesor. Y no te pienso decir de qué hablaba con Mike.


-No creo que haya sido algo importante- Wade esbozó una sonrisa traviesa antes de pasar el brazo por el cuello de Gabriel y acercarlo a su rostro- Te gusta, ¿verdad?


-Mike es agradable.


-Oh, vamos, sabes a lo que me refiero- dijo Wade afirmando su agarre en el cuello de Gabe- Él te gusta.


-¿Qué te importa eso? No soy yo el que lo para siguiendo, sino tú.


-No me desvíes el tema- Wade hizo un gesto como restándole importancia con la mano que tiene libre- Yo no soy el que anda confundido, ya sabes. A mí me gustan las chicas. Y a ti… aun no lo decides.


Gabriel le sonrió, de forma cínica.


-¿Intentas psicoanalizarme?


-No. Pero yo diría que de los dos, eres el que necesita psicólogo.


-Dios. Ha hablado la persona más madura sobre la faz de la tierra.


Wade soltó a Gabriel en cuanto cruzaron la puerta del gimnasio, en donde tenían la piscina y recorrió el lugar con la mirada. Soltó una risa en cuanto vio a Julie. Esta vestía aún el uniforme de la escuela.


-¿Dónde está Mike?- preguntó Wade, al no ubicarlo.


-Tal vez cambiándose. Deberíamos hacer lo mismo. Vamos.


-Ok, jefe, ok- dijo Wade riendo y empezó a caminar detrás de Gabriel hacia los vestidores. Julie empezó a caminar también y se detuvo antes de entrar al vestidor de las chicas.


-¿Dónde está Mike?- preguntó.


-Debe estar cambiándose- respondió Gabriel, deteniéndose también delante de la puerta para contestar. Apenas termino de hablar cruzó la puerta.


Mike se cambió y espero sentado en el piso. Julie se puso a su lado y Mike la miró, elevando la mirada. Una sonrisa se forma automáticamente en su rostro al ver su expresión incomoda. Julie vestía lo mismo que las demás chicas, el traje de baño de una sola pieza azul oscuro que, al contrario de las camisetas de siempre, no ocultaban nada de sus pechos.


-Eres bonita- le dijo Mike, sonriendo y notando que tampoco llevaba lentes. Julie bufó.


Wade se acercó a ambos y observo a Julie con una sonrisa. Ella tenía los brazos cruzados sobre el pecho, pero Wade podía ver a más de uno mirándola con más intenciones de las necesarias. Hizo el amago de tocarla y ella apartó su mano antes de que lo hiciera.


-Por favor, Wade, aclaremos. Yo no soy la hermanita menor ni tú eres el hermano mayor sobre protector.  


-Si, en especial porque soy menor que tú- contestó Wade, sonriendo.


-Bueno, ya sabes, mi madre se adelantó a la tuya.


Mike deseó fundirse en la pared y agradeció que Gabriel se acercara cuando Wade empezaba a contestarle  a Julie. Puso su mano en el hombro izquierdo de Wade y miró a Mike.


-Ignóralos. O mejor, vete. Te contagiaran su mala onda.


-Cállate, Gabriel- dijeron ambos al mismo tiempo.


-Estamos compenetrados, hermanita. Ya sabes, la sangre llama.


-Basta por ahora – dijo Gabriel, jalando a Wade hacia atrás- No sé porque pelean tanto. Hasta hablan igual. Siempre repiten “ya sabes, ya sabes”.


Mike los miró a los tres, cayendo en cuanto que Gabriel tenía razón. Ahora que los miraba cerca y juntos, a pesar del diferente color de ojos, tenían el mismo color de cabello y las mismas líneas marcando el rostro. Gabriel arrastró a Wade fuera de allí y Julie suspiró de alivio.


Mike se quedó observando como en grupos de tres los alumnos se metían al agua. Cuando llegó su turno, Wade le palmeó la espalda, como si estuviera en una competencia real. Mike se sumergió en el agua deseando poder quedarse allí, en vez de empezar a nadar inmediatamente. Por lo menos llegó segundo. A Ericka le tocó al mismo tiempo que Wade y Gabriel, en el penúltimo grupo. 


-Córtate el pelo, Wade- dijo el profesor mientras anotaba quien sabe que en la libreta.


-Tal vez algún día.


Mike se levantó y Julie lo observó estrujándose el cabello mojado.


-Me voy por un momento- le dijo. Ella sólo asintió.


Mike se deslizó hasta el vestuario de hombres y tomo el sobre de su mochila después de secarse las manos. Isabelle Barnett. Nunca le habían mencionado a la madre de Gabriel. Según aquella página estaba muerta. Cerró los ojos, repitiéndose que aquello no le interesaba y corrió hacia el vestidor de las chicas. Entró y cerró la puerta, buscando las cosas de Ericka con la mirada. Reconoció la mochila negra que ella usaba y la cogió. Dentro, había un celular de última generación, un Ipod y una laptop además de los cuadernos. Mike cogió uno al azar, decidiendo que lo mejor era dejar el dichoso sobre allí. Cuando abrió el cuaderno una hoja suelta arrugada cayó al suelo.


-Diablos- mascullo Mike inclinándose a cogerla. Mike alcanzo a ver el encabezado de la hoja. Decía para mamá  y Mike reconoció la letra de Gabriel- Diablos, Mike. Deja eso.


Respiró y puso la hoja y el sobre en el cuaderno y salió del vestidor. Caminó hasta su lugar, aunque la practica había terminado.


-¿Qué hacías?- le preguntó Julie, tomándolo de la muñeca y caminado junto a él.


-Nada- respondió Mike, mirándola de reojo. Estaba seguro que ella sabía algo sobre Isabelle, pero no estaba seguro si debía preguntarle.


-¿Seguro? ¿Estabas escapando de clase? Eso es malo- ella sonrió y por un segundo su tono y su voz fueron idénticos a los de Wade. Mike sonrió al notarlo. Ella le dio un golpe amistoso en el brazo.


-Tengo malas compañías- respondió, siguiéndole la broma- No debí juntarme contigo en primer lugar.


-Hey, eso dolió- dijo ella. Se despidió con un gesto de la mano y entro al vestidor. Mike hizo lo mismo. Caminó hasta las duchas, se metió en un cubículo y dejo que el agua de la ducha corriera en su cuerpo. El agua siempre lo relajaba y lo ayudaba a pensar, aunque también hacia que se le olvidara la noción del tiempo. Cuando salió, no parecía haber nadie en el vestidor. Mike se sentó en una banca para amarrarse las zapatillas.


-¿Aun sigues aquí?- levantó la mirada al escuchar la voz de Gabriel.


-Tú también- dijo, bajando la mirada. Si no lo hacía, se quedaría mucho tiempo viendo el torso desnudo de Gabriel. El sólo pensarlo hizo que se sonrojara. Se terminó de atar los cordones y se levantó, dispuesto a irse, sin levantar la mirada.


-¿Pasa algo?- preguntó Gabriel, detrás de él y poniendo una mano en su hombre- Pareces… alterado.


-No pasa nada- Mike se soltó de su agarre y cuando estaba a punto de abrir la puerta, se dio cuenta que olvidaba su mochila. Regreso sobre sus pasos- Olvidé la mochila.


Respondió a la mirada interrogante de Gabriel, que seguía sin camiseta y se secaba el cabello con una toalla que dejó tirada en la banca, para ver su propia mochila y rebuscar dentro. Mike lo observó, llevándose un dedo a los labios, mientras estaba de espaldas. Este no era un buen momento para descubrir que sus hormonas adolescente estabas vivas y funcionando. Decidió coger la mochila e irse, pero cuando Gabe se volteó con la camisa en las manos y una sonrisa, siguió observando los músculos en su cuerpo, definidos aunque suaves y el agua que resbalaba por su torso.


-Ya me iba- dijo, reaccionando. Cogió la mochila, ignorando la mirada extrañada de Gabriel y cuando pensó que al fin podía salir de allí, tropezó. Quiso maldecir, porque Gabe lo había cogido y ahora estaba prácticamente abrazado a él, que para variar reía.


-Creo que no te ataste bien los cordones- dijo, sin dejar de reír.


Mike alzó el rostro, tratando de lucir enfadado. Gabriel lo observó. Mike tenía un lindo rostro, un rostro suave, delicado, que no dejaba de serlo ni cuando fruncía el ceño o sus labios formaban una línea recta. O sea, como ahora mismo. Era delgado, aunque no escuálido. Se dio cuenta que llevaba observándolo más de un minuto, sin soltarlo y sin decir ni una palabra. Mike abrió la boca, aunque no creía que decir algo fuera una buena idea y además, intentaba asimilar que estaba pasando allí. Un golpe en la puerta los sobresalto a ambos. Mike podía oír su corazón latiendo en sus oídos, Gabriel lo soltó al fin, se puso la camiseta y se dirigió hacia la puerta.


-Hey- saludó Wade. Vio a Mike sonrojado y sonrió, antes de acercarse a él y rodearlo por los hombros- Si hubiera sabido que estabas aquí, no hubiera interrumpido- le dijo en un susurro.


Gabriel los observó. No sabía porque, pero ver aquello le enfadaba. Simplemente no soportaba ver a Wade abrazar, tocar o estar demasiado cerca de Mike. Se acercó en dos zancadas y lo tomó del cuello de la camiseta para apartarlo de Mike.


-¿Querías algo?


-Ericka te busca. La escuché preguntando por ti- dijo Wade.


-Te veo después Mike- dijo Gabriel antes de salir. Mike asintió.


-Creo que se enojo porque interrumpí- dijo Wade, aunque no se notaba ni arrepentido, ni incómodo. Sólo divertido.


-No interrumpiste nada- dijo Mike, saliendo del vestidor.


Wade salió junto con él, pero fue detrás de Gabriel apenas lo diviso. Mike los observó. Wade se colgó del cuello de Gabriel apenas llegó a su altura. Viéndolos así, parecían cualquier cosa, menos mejores amigos.


-No puedo estar celoso- murmuró, deseando golpearse la cabeza contra la pared.


Gabriel observó a Wade con el ceño fruncido, lo apartó de su cuerpo, enojado.


-Hey, ¿Qué te pasa?- preguntó Wade.


-Luego dices que no te gusta- dijo Gabriel.


-¿Quién? ¿Mike? No me gusta, ¿Por qué piensas que me gusta?


-Tal vez porque no desaprovechas ninguna oportunidad para tocarlo.


-Vamos, vamos, también estoy encima de ti todo el tiempo. Te abrazo y eso. No significa que me gustes.


Gabriel negó con la cabeza.


-Eso es diferente.


-¿Diferente cómo? Para mí es lo mismo.


-No, no es lo mismo.


-Esto solo tiene un nombre, Gabe- dijo Wade, volviendo a colgarse de su cuello y hablándole al oído. Gabriel giró el rostro para observarlo- Celos. Estás celoso.


-Eso es estúpido. ¿Por qué tendría celos?


-No te gusta que toque a Mike. Te preocupas por Mike, te agrada Mike y te da cólera que yo lo acapare. Estás celoso de mí.


Wade lo soltó y esbozó una sonrisa orgullosa.


-Tengo mejores cosas que hacer que escucharte- dijo Gabriel, alejándose- Y no estoy celoso.


---


-Tierra a Mike- Julie movió la mano delante del rostro de Mike. Estaba sentado afuera del edificio, apoyado sobre un árbol. Mike la miró.


-Hola- dijo.


-¿Qué haces aquí afuera?


-Es más tranquilo afuera.


-Son las seis de la tarde. Extrañamente, a esta hora no hay nadie merodeando por los pasillos. No necesitabas salir para estar tranquilo.


-¿Me gusta más afuera?


Julie se sentó a su lado, estirando las piernas.


-¿No te pasa nada?


-No, Julie. Nada.


-Es que a veces pareces ido.


Mike se rascó la nuca. Su curiosidad lo tenía así, así que decidió preguntarle a Julie.


-¿Qué sabes de la madre de Gabriel?


Julie frunció el ceño, extrañada.


-¿Por qué la pregunta?


-Es que nunca la mencionan. Y el otro día conocí a la madre de Wade.


Julie bufó, Mike no supo si ante la mención de Wade o de su madre, o de ambos.


-Esa mujer- dijo Julie- es odiosa. La madre de Gabe está muerta- dijo, muy rápido y se levanto- Si quieres caerle bien, no la menciones, no te pongas en plan “entiendo lo que te pasa” o “lo siento” porque lo más probable es que te ignore, en el mejor de los casos y no te dirija la palabra en un mes.


-Está bien. Sólo preguntaba- dijo Mike. Julie asintió y se fue.


Mike se recostó en el pasto y cerró los ojos. Recordó sin querer el momento en los vestidores, preguntándose porque Gabriel no se había apartado al instante. Volvió adentro en cuanto empezó a oscurecer, aunque no tenía ganas de estar solo en su cuarto. Antes de darse cuenta estaba frente a la habitación de Gabriel. Levantó la mano, soltando un suspiro y tocó. Wade abrió la puerta con la misma expresión de burlona alegría de siempre.


-¡Hola! Pasa- se apartó y lo dejó pasar.


Mike echó un vistazo alrededor. La cama de Wade estaba llena de libros y cuadernos y Gabriel miraba algo en la laptop sentado en el escritorio.


-Tenemos visita- anunció Wade.


Gabriel miró hacia atrás, vio a Mike, le hizo un gesto con la cabeza en forma de saludo y regresó su atención a la laptop. Le regresó a la mente el momento del día anterior y la posterior conversación con Wade. Sólo estaba seguro que él no estaba celoso. Además, si lo estaba (en el remoto caso) debía preguntarse si era de Wade o por Wade. Si era por Wade, eso significaba que era él quien le gustaba y por eso se enojaba al verlo tan cerca de Mike. Giró la silla y observó a Wade. Sonreía mientras le enseñaba libros a Mike y los acomodaba sobre el escritorio. Gabriel estaba seguro que a pesar del comportamiento revoltoso de su amigo, sería feliz viviendo en una biblioteca. Era más que obvio que lo apreciaba, por algo era su mejor amigo, pero que le guste Wade, en un sentido más allá que la amistad, solo sería posible en otra realidad. Lo que le dejaba la otra alternativa, que significaría que a él le gustaba Mike. Mike era agradable, dulce y eso, pero de ahí a gustar…


Suspiró, aburrido de hacer conjeturas. Se acercó a la cama y tomó un libro al azar.


-Por cierto, Gabe- dijo Wade- No me acompañaste a comprar el libro.


-Puedes ir tu solo- respondió Gabriel.


-¡Genial! ¡Puedo ir con Mike!


Mike levantó la mirada.


-¿Por qué conmigo?- preguntó- Es solo un libro.


-Lo tenías en las manos cuando te mojaron y por ende, mojaron al libro. Es casi tu culpa.


-¿En serio?- preguntó Gabriel, ojeando el libro- Si estamos así, podríamos decir que fue tu culpa por mandarlo a la biblioteca, en primer lugar.


-¿La culpa no sería de quienes mojaron el libro?- preguntó Mike. Por un segundo, Gabriel y Wade se miraron con la misma furia contenida que habían tenido sus ojos la mañana del domingo pasado- Si quieres te acompaño, Wade.


-¡Ese es mi chico!- antes de que Mike pudiera reaccionar, Wade había llegado a su lado y lo abrazaba tan fuerte que pensó que lo asfixiaría- ¿No es lindo este chico?


Gabriel le mantuvo la mirada a Wade que le sonreía desde el hombro izquierdo de Mike en donde apoyaba su cabeza.


-El chico lindo morirá de asfixia- dijo y Wade soltó a Mike.


-Gracias- dijo Mike. Se levantó de la cama y se paró al lado de Gabriel- ¿¡Querías matarme!?


-No seas exagerado, era un abrazo.


-Olvídalo, no pienso acompañarte a ningún lado. No quiero arriesgarme a otra explosión efusiva.


-¡Bien dicho!- celebró Gabriel. Cerró el libro y lo dejo en la fila que estaba apilada sobre el escritorio.


-¡Luces!- se escucho desde afuera.


-¿Qué somos, una cárcel?- grito Wade.


-Wade, te daremos un castigo, no importa quién sea tu padre. Apaga las luces.


-Ok, señor- volvió a gritar Wade.


-Tengo que regresar a mi habitación- Mike observó el reloj- Los veo mañana.


-Te acompaño- Gabriel abrió la puerta y empezó a caminar- Vamos.


-Puedo ir solo- dijo Mike, mientras caminaban.


-Lo sé- fue la única respuesta de Gabriel.


Gabriel lo observó de reojo. Mike parecía estar a punto de preguntar algo, pero no parecía decidirse.


-¿Aun estás molesto?- le preguntó.


-¿Por qué?- preguntó a su vez Mike. No podía quitarse de la cabeza ese bendito sobre con el nombre de la madre de Gabe en él, ni aquella hoja que parecía de carta.


-Por lo que te dije. Lo de… no meterse en mi vida.


-No- negó con la cabeza- Bueno, es un poco incómodo. Pero no.


-Bien- Gabriel sonrió, una sonrisa de alivio como si le hubieran quitado un peso de encima. Mike le regresó la sonrisa, sintiéndose culpable por haber pensado en abrir ese sobre. Gabe tenía razón, era su vida y él no tenía ningún derecho a conocerla.


-Te veo maña…- Gabriel apoyó la mano en el umbral de la puerta justo en el momento en que Mike se giraba para despedirse. Mike dejó de hablar y tragó saliva.


-Michael- Mike levantó la cabeza. Era la primera vez que lo llamaba por su nombre completo y su voz sonaba extrañamente seria- ¿A ti te gusta Wade?


No supo por qué lo pregunto, a decir verdad, Gabriel no tenía ni idea de lo que iba a preguntar hasta que lo dijo, pero aun así le mantuvo la mirada a Mike, exigiendo una respuesta en silencio. Mike no supo que responder al principio, no esperaba que le preguntara eso.


-¿Te gusta?- volvió a preguntar Gabriel. Mike sacudió la cabeza, primero lentamente y luego negando de forma casi frenética.


-¡No! ¿Por qué me preguntas eso?


Gabriel negó con la cabeza, como queriendo decir “por nada”.


-Pero te gustan los chicos- siguió diciendo- ¿verdad?


-¿Es eso un problema?- preguntó, a la defensiva.


-No. No tiene porque serlo. Buenas noches.


Gabriel se alejó. Se dejó caer en su cama, mirando al techo con el ceño fruncido. ¿Pero a qué demonios había venido eso? A él no tenía porque importarle quien le gustaba a Mike. Ni mucho menos tenía derecho a exigirle una respuesta.


-Dios, no puede ser- susurró en la oscuridad. Si eso era cierto, entonces ¿Le gustaba Mike? ¿Le… gustaba? Deseo poder hablar con alguien, pero descarto a Wade al segundo. Si se lo decía, lo único que obtendría era una burla y un “te lo dije”.


Mike se apoyó en la puerta de su habitación, dejando escapar el aire que no sabía que estaba conteniendo. ¿Por qué Gabriel le había preguntado aquello?


-Tal vez- movió la cabeza, negando- No, no, no, no. No te hagas ilusiones, Mike.


Pero… se había quedado cerca de nuevo, mirándolo como si quisiera leer en su mente y casi exigiéndole que respondiera. Trato de no pensar en que por un momento, al ver a Gabe tan cerca de su rostro, había esperado que lo besara. Se dejó caer en la cama y miró al techo. Y justo pasaba eso cuando empezaba a dudar si Gabriel le gustaba de verdad.


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