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West Lake por Hisue

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Notas del capitulo:

De nuevo, solo actualizo la mitad de mis historias, aunque esta vez la combinacion es diferente XDD. 

Lo unico que tengo que decir de este cap es que esta cooorto. XDD.

Ahora, seccion en donde hablo de mi (que se pueden saltar). Esta semana me enfermé, lo cual es una lata porque me dio gripe. Gripe. En verano. Con una temperatura infernal y que te obliga a tomar cosas heladas. Y con gripe, T_T. No se porque siempre me da gripe en el verano.

Episodio 8


Wade caminaba por los pasillos. Llevaba los audífonos puestos y apenas miraba por donde caminaba. Chocó contra alguien y volvió a la realidad.


-Oye, disculpa- dijo, sin que su voz mostrara rastro alguno de arrepentimiento. Bajó la mirada y vio a Kristy de cuclillas recogiendo un cuaderno. Una sonrisa se formo de forma automática en el rostro de Wade- Hey, Kristy, ¿quieres ayuda?- preguntó, pero no se movió de su lugar.


-No la necesito- dijo ella. Se levantó y se arregló el cabello- Mucho menos de ti.


-¿Estamos molestos hoy?


Ella lo atravesó con la mirada, pero Wade no hizo el amago de inmutarse.


-¿Qué pasa entre tú y Gabe?- preguntó. Wade enarcó una ceja.


-¿De qué hablas?- preguntó, acentuando su sonrisa.


-Me escuchaste.


-Oh- Wade se golpeó la frente con la palma de la mano- Lo siento, acabo de acordarme. Lo preguntas porque él termino contigo ¿cierto? Pero, Kristy algunas personas no necesitan acostarse con otra para que alguien, en especial alguien aburrido y con baja autoestima, les deje de gustar. Que es lo que pasó entre tú y Gabe.


Kristy alzó la mano derecha, dispuesta a abofetearlo, pero Wade detuvo el golpe y le sostuvo la muñeca.


-Tú- dijo ella, apretando los dientes- Algún día todo te saldrá al revés. Gabe se va a enamorar y va a dejar de elegirte a ti por encima de cualquiera. Dejará de hacer lo que tú quieras. Te apartará. Después de todo, ni siquiera eres su amigo. Eres solo un negocio. Eres igual que tu madre, una relación que conviene mantener.


-En serio- Wade se inclinó hacia ella y le habló al oído. Su voz dejó de tener todo rastro de diversión- ¿Piensas que no se eso? Fuimos educados para usarnos, Kristy.


La soltó y se dirigió al aula en donde iba en primer lugar. Vio a Mike sentado con una expresión casi triste en su rostro y sus ojos buscaron a Gabriel. Estaba en el último lugar de la clase, en el que nunca se sentaba. Se acercó y se sentó en la silla delante de Gabriel, girándose para verlo.


-Wade- llamó Gabriel, sin apartar la mirada de la ventana- ¿Tú odias a tus padres?


-Veamos- dijo Wade, apoyando su rostro en la mano izquierda- Mis padres se odian. Mi padre tuvo una amante y una hija fuera de su matrimonio que ni siquiera se molestó en ocultar y tuve que vivir sabiendo que competía con ella, que debía odiarla. Se gritaban cada día. Mi padre decía “tu hijo” como si fuera una lacra, sin mencionar que mi mamá era la amante del padre de mi mejor amigo- Frunció el ceño, como si decidiera algo- No, no tengo ninguna razón para hacerlo.


Gabriel lo miró. No había esperado una respuesta en serio de Wade.


-Esperaba que dijeras “si” o “no”.


-Perdona. No es lo mío lucir como la víctima- giró la cabeza un segundo y miro a Mike- Es por eso que Mike tiene esa cara de muerto.


-¿Qué tiene que ver Mike con esto?


-Que Mike se da cuenta que algo te pasa, pero recuerda que no puede meterse en tus asuntos.


Gabriel dejó escapar un suspiro. No tenía ganas de pensar en sus recién descubiertas dudas hacia Mike.


-¿Por qué me lo preguntas?- preguntó Wade.


Gabriel se encogió de hombros y Wade frunció el ceño.


-¿Cuándo me vas a decir que te está pasando?


-No pasa nada.


-Estás hablando conmigo, Gabe y no con una chica prospecto de novia. Conmigo. ¿Cuándo me dirás que pasa?


-No te importa, Wade.


Wade se giró y miró al frente. Allí estaba de nuevo el tono cansado en la voz de Gabriel. No se molestó en prestar atención a la clase, más aún porque era biología y odiaba el curso. En vez de eso le dio vueltas al comportamiento de Gabe. Esto se estaba convirtiendo en un asunto más grande que un acertijo que resolver. Miró a Ericka. Ella lo sabía. Su madre también. Cuando la clase terminó, Gabriel le extendió un cuaderno delante del rostro.


-¿Qué?- preguntó Wade, con el ceño fruncido.


-Son los apuntes. No atendiste nada de la clase.


Wade tomó el cuaderno, de mala gana y lo puso en la mochila. Tendría que faltar a la próxima clase si quería hablar con Ericka.


Mike miró hacia Wade al final de la clase. Tenía una extraña, en él, expresión enojada. Preguntarse que estaba pasando era inútil, así que suspiró y salió del salón. Tenían quince minutos antes de ir a Literatura. Gabriel lo alcanzó en el pasillo.


-Hola- saludó. Mike movió la cabeza en respuesta y lo miró, solo para constatar que seguía luciendo igual de mal que en la mañana. 


Para molestia de Gabriel, se dio cuenta que no sabía que decir. No sabía cómo empezar una conversación con Mike. Casi era patético. Rodó los ojos y negó con la cabeza. El chico le gustaba, el chico no le gustaba. Era mejor lidiar con situaciones adolescentes, en todo caso, era mejor que la alternativa.


-¿Qué tal la clase?


-¿Intentas…?- preguntó Mike, a su vez- ¿Intentas empezar una conversación conmigo?


-Seehh, pero hasta yo me doy cuenta que no funciona.


-No es eso. Es solo que intentas… o sea, no se supone que deberías intentar.


Gabriel se rió y atrajo a Mike con un brazo hacia su cuerpo. Mike le sonrío, sin saber que decir. Después de todo, esa era la forma en cómo Gabriel abrazaba a Wade y no lo había visto hacerlo con nadie más.


-¿Y tú tienes alguna idea? Porque si yo intentaba conversar, era porque no sabía de qué.


-¿El mundo se destruirá en el 2012?


-Tenemos poco tiempo, ¿eh?


-¿Qué harías si fuera cierto?- preguntó Mike, sin dejar de sonreír, en tono de broma. Pero Gabe lo soltó y puso las manos en los bolsillos. La expresión enojada regresó a su rostro.


-Muchas cosas- dijo al fin.


---


Wade soltó un suspiro. Se iba a perder literatura, pero bueno. Caminó hacia las habitaciones de las chicas, buscando el cuarto de Ericka. Cuando vio a Julie bufó y negó con la cabeza.


-Que mal. Justo cuando no quería verte.


-Si te hace sentir mejor, yo tampoco quiero verte. ¿Qué haces aquí?


-Me salto las clases.


-¿Vas a faltar a Literatura? ¿Por qué?


Wade se rascó la cabeza. En su mundo, si Gabriel estaba mal hablaba con él y si él estaba mal, hablaba con Gabriel, pero si Gabe no hablaba, eso le dejaba sin alternativas.


-Le pasa algo a Gabe- dijo al fin. Julie lo miró, luciendo levemente interesada- Debes haberte dado cuenta. Es más que “obedezco a papá”.


-Me di cuenta- dijo ella, bajando los brazos que tenia cruzados sobre el pecho.


-Pero no me quiere decir que es.


-Todo el mundo tiene secretos, Wade- dijo Julie, encogiéndose de hombros.


-Nosotros no. Hasta ahora. Quiero saber que es.


Julie hizo el amago de irse, pero Wade la detuvo cogiéndola de la muñeca.


-Quiero entrar al cuarto de Ericka. Ella sabe algo y desde hace meses le envía sobres a Gabe. Nunca sé de qué.


-No voy a ayudarte a eso.


-¿Por qué no?


-Porque… porque no es mi problema. Tal vez es un asunto personal. Deberías respetar si Gabe no quiere decírtelo. Si intentas hacerlo-intentó amenazar- le diré a Ericka.


-Dios, eres una tremenda mala hermana- dijo él, recobrando su tono bromista.


-No quiero problemas por tu culpa- dijo Julie. Tomó a Wade de la mano y tiró de él- Vamos a clase- dijo, desviando la mirada para no ver la sonrisa satisfecha de Wade. Tiró de su mano hasta que llegaron al pasillo, pero Wade hizo presión en ella y Julie se detuvo. Se regresó a mirarlo y de repente, le pareció que habían retrocedió varios años. Wade tenía una expresión que era extraño verla. Una sonrisa avergonzada y melancólica.


-No quiero ir a clase- dijo. Agachó el rostro y cuando lo volvió a alzar, la sonrisa de burla estaba de nuevo en sus facciones.


-Falta tú solo- dijo Julie, soltando su mano.


-Eres demasiado aburrida, ¿en serio compartimos genes?


-Desearía que no fuera así.


Julie hizo el amago de irse, pero regresó sobre sus pasos. Lo quisiera o no, había vivido viendo a Wade y sus cambios de humor y su sonrisa ahora decía “TRISTE” como si tuviera una señal de neón en ella.


-¿No estás triste sólo por lo que le pasa a Gabe o sí?


---


Mike se sentó en su habitual asiento al lado derecho de Gabriel. Para la clase de literatura, Julie se sentaba delante de su asiento, pero no estaba allí hoy. Mike dio un vistazo alrededor y se dio cuenta que Wade tampoco estaba.


-¿Dónde está Wade?- le preguntó a Gabriel.


Este se encogió de hombros en respuesta. Mike suspiro, preguntándose cuando pasaría el estado depresivo de Gabriel y si descubriría algún día la razón. Gabriel apoyo su rostro en la mano derecha y se miró la palma de la mano izquierda. Mike lo observo de reojo mientras lo hacía. Gabriel se dio cuenta de su mirada fija y flexionó la mano.


-Wade- empezó a decir en voz baja- Creo que se enojó conmigo, de nuevo.


Miró a Mike y se dio cuenta que no quería hablar de Wade y mucho menos con él. El chico le había dicho que no le gustaba Wade, pero Gabriel no estaba tan seguro. Mike sonreía de más cuando estaba con Wade y se veía más animado incluso a pesar de las bromas pesadas de su mejor amigo. Desvió el rostro y regresó su atención a la profesora. Su mente regreso a la carta que guardaba bajo llave y a la llamada de esta mañana culpable de su creciente mal humor. La carta.


---


-No entiendo porque no quieres decírselo a Wade- dijo Ericka. Era de noche y estaban en la biblioteca, sin hacer nada en particular. Gabriel se estiró en el asiento- No me salgas con eso de que no es su problema- volvió a decir Ericka, atajando el intento de réplica de Gabriel- ¿Por qué te miras tanto la mano?


Gabriel bajo la mano izquierda, luciendo un poco avergonzado. Casi ni se había dado cuenta que había estado con los ojos fijos en la palma de su mano todo ese rato.


-Si se lo dijeras- siguió Ericka- Nos ahorraríamos el tenerle dando vueltas por allí, intentando descubrir que pasa.


-Es un problema de mi familia, Ericka. Nadie más tiene que ver con esto.


-Pienso que sería mejor si tuvieras alguien con quien desahogarte. Verte con esa expresión es molesto.


Gabriel se encogió de hombros. Ericka negó con la cabeza.


-Pensé que ustedes eran mejores amigos. Pero parece que es tal y como tu padre dice, Wade y tú se llevan bien porque les conviene.


-Wade no eres tú- dijo Gabriel, su voz dejaba entrever un tinte de molestia- Tú si eres mi amiga porque te conviene.


Ericka puso las manos detrás de su nuca y se arrecostó en el asiento.


-Lo sé. Pero, entonces, ¿Qué planeas hacer? A mí me conviene que sigas como hasta ahora, entrenándote como futuro presidente de las empresas de tu padre. Pero no quieres hacer eso, ¿verdad? Y aun no entiendo porque no quieres decirle a Wade.


-Ya te lo dije- dijo Gabriel, inclinándose sobre la mesa- Es un problema de mi familia. Mío y de mi familia. Wade no tiene porque involucrarse.


Ericka dejó escapar un suspiro, negando con la cabeza.


-Creo que estarías mejor si Wade lo sabe también- se encogió de hombros y abrió las palmas de las manos- Reconozcámoslo, no soy buena consolándote.


-Ya sé que ti corazón es frio como el hielo, Ericka. Pero estoy bien, en serio.


-Aja. Lo que tú digas- dijo Ericka, dando a entender todo lo contrario.


-Te envidio- Gabriel esbozó una sonrisa- Tú no tienes por qué preocuparte por cosas como esta, como dirigir un imperio. Puedes hacer lo que quieras.


-Pues yo te envidio.


-¿Me envidias? ¿Mi vida?- el tono de Gabriel dejaba en claro su escepticismo.


-No a ti o tu vida. Envidio tu oportunidad. Yo- Ericka sonrió de forma amarga- Soy la cuarta hija de un tipo que piensa que las mujeres no son capaces de nada que no sea lavar los platos y ser un adorno para su brazo.


-Nos estamos poniendo demasiados depresivos- Gabriel se puso de pie- Creo que si voy a dirigir las empresas de mi padre, Ericka. Por lo menos será bueno para ti.


-Gracias- dijo Ericka, mientras Gabriel se retiraba de la biblioteca. Suspiró nuevamente, sintiéndose levemente preocupada por Gabe, aunque de cualquier manera no podía hacer nada por ayudar.


-Como dice Wade- se dijo en voz baja, caminando hacia su cuarto- No deberíamos pensar en cosas como esas en la adolescencia. 


---


Mike abrió los ojos y se los restregó con el dorso de la mano. Se levantó lentamente de la cama, agradecido de que fuera sábado y preguntándose si la depresión de Gabriel, que al parecer había deprimido también a Wade, ya había terminado. Salió al patio, vacío a esas horas de la mañana y caminó hasta el lindero del bosque que rodeaba el colegio. Era una buena imagen. El aire era puro y trasmitía una sensación de paz. Mike caminó un par de metros y apoyó la espalda en el tronco de un árbol.


-¿Qué haces aquí?- escuchó que le preguntaban. Desvió el rostro y vio a Gabriel sentado a unos metros de él.


-¿Qué haces tú aquí?- preguntó a su vez, acercándose a Gabriel.


-Escondite numero tres- dijo Gabriel, dándole a su voz un tono teatral- Al descubierto. Eres bueno. Tengo que reconocerlo.


-Lo siento por eso- Mike sonrió levemente- Sólo salí a caminar. Este lugar es pacífico- Gabriel asintió- ¿Qué… que haces aquí?- balbuceó Mike. Había recordado de pronto la intensidad de la mirada de Gabe mientras le preguntaba si Wade le gustaba. Trató de no ponerse nervioso.


-Vine a pensar- contestó Gabriel- Este lugar aclara mis ideas.


-Es por lo que sea que te pasara el jueves, ¿verdad?


-Sí.


Mike se mordió el labio. Sabía que no podía preguntar qué había pasado y aquello lo enojaba y lo frustraba a la vez.


-Michael- Mike se sentó al lado de Gabriel, examinando su rostro. Que lo llamara por su nombre completo y con ese tono serio lo ponía nervioso.


-¿Sí?- preguntó.


Gabriel observó como un leve sonrojo cubría las mejillas de Mike cuando inclinó su rostro hacia él. Tenía muchas cosas en la cabeza. Su padre, la carta, su madre, su futuro, sus sueños. Demasiadas cosas que no quería tener en la cabeza, en las que no quería pensar. ¿Por qué no podía preocuparse por definir sus gustos románticos? ¿Por chicas, por sacar diez? Le hubiera gustado sólo poder pensar en Mike y en la confusión que le provocaba. Quería hacerlo. Mike se echó hacia atrás sólo un par de centímetros y Gabriel estiró la mano y alcanzó su nuca, obligándolo a permanecer en su sitio. Los celos y sus dudas se mezclaron en su mente. Alcanzó los labios de Mike y los rozó levemente con los suyos. Mike abrió los ojos, sorprendido, pero Gabriel no le dio tiempo a reaccionar. Se movió contra su boca, suavemente y su lengua empujó sus labios cerrados sólo un poco y otro poco más, hasta que cedieron y la lengua de Gabriel se coló en su boca y Mike se estremeció, cerró los ojos cuando su lengua chocó contra la de Gabe y una de sus manos se sostuvo de la camiseta de este.


-¡Gabriel! ¡Gabe!- la voz de Ericka gritando los hizo separarse. Mike se levantó azorado y Ericka apareció en su campo de visión.


-Aquí estabas- dijo ella, ignorando a Mike- Katherine quiere que vayamos con ella a su casa- dijo, señalando hacia el instituto y con un deje de incredulidad en la voz. Gabriel se levantó, asintiendo con demasiada fuerza y se alejó detrás de ella. Solo podía pensar en qué demonios acababa de hacer.


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