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Sail Away por Yais

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Notas del fanfic:

Sail Away © The Rasmus & Naruto © Masashi Kishimoto

Notas del capitulo:

Esta es uno de los primeros shots de la serie – que prentedo hacer ¬¬U - “Bewitching Demons”, básicamente las andanzas de Kyuubi e Ichibi en diferentes momentos de su vida.

Sail Away

 

Amegakure era el nombre del lugar donde habían nacido, una aldea pequeña dentro de un país cuyo nombre era desconocido. Ubicada al noroeste de la gran nación del fuego, al noreste del país del viento y al sureste del país de la tierra. Ellos siempre estuvieron en medio de los grandes conflictos y la verdad era que esperaron morir en alguno; luchando por su villa y sus amigos.

Sin embargo, contra todas las expectativas, los tres terminaron habitando una pequeña cabaña perdida en el bosque. En ella, Nagato y Konana, pasaban los días viendo pasar la vida y el intranquilo sueño de Yahiko, la persona más importante sus vidas.

- Yakiho – susurró de manera apagada Nagato al verlo dormitar envuelto por la fiebre – ... por favor, resiste – él solía pasar horas en la habitación del mencionado apretando su mano con fuerza, pues sabía que no podía hacer algo más que eso.

 

Como era costumbre a esa hora, la puerta que daba acceso al cuerto rechinó al ser abierta - Nagato – la dulce voz de una chica interrumpió el silencio contemplativo en que se encontraba  – debes descansar, yo me encargo de él a partir de ahora – cuando giró la cabeza, pudo ver a una fémina alzar un cubo con agua y paños limpios.

Su nombre era Konan, una huérfana como ellos, de pelo azul oscuro y ojos negros. Se podía decir que en algún momento esbozó una sonrisa, pero ahora sólo se veían ojeras en su rostro pálido y demacrado de preocupación. Desde que Yahiko enfermó, ninguno volvió a reír.

- Estoy bien –  Nagato hizo silencio unos instantes para volver el rostro al durmiente – Ella ¿Cuánto tiempo más tardará? – él era pelinegro y sus ojos, también negros y profundos, no se atrevían a separarse de su amigo por más de un minuto.

Konan cambió el paño que refrescaba la frente de Yahiko, también impregnando su gesto de preocupación – Ya debería estar aquí –

Hacía algunos meses su amigo presentó los primeros síntomas de una enfermedad desconocida. Apenas unos días después cayó en cama para alucinar unas horas y jamás volver a levantarse o recuperar la conciencia. Era por ello que Nagato y Konan habían puesto todas sus esperanzas en Tsunade-hime, la médico nin con más renombre entre todas las naciones.

Durante la espera Yahiko lanzó pequeños quejido, producto de la fiebre y las pesadillas que hacían los corazones de sus amigos encogerse. – Aguanta un poco más – Nagato lo incitó a ser fuerte mientras acariciaba su mejilla con cariño.

 

El silenció entre los 2 se hizo y sólo se interrumpió cuando Konan remojó un paño nuevo en el cubo. No era un secreto que estaban con el alma pendiendo de un hilo pues, después de todo, ambos amaban a Yahiko.

 

Once upon a time we had a lot to fight for
We had a dream, we had a plan

 

Cuando Tsunade llegó al lugar, a pesar de estar agotada por el viaje tan largo, no se detuvo a descansar, se dedicó revisar a Yahiko de manera concienzuda. Una y otra vez checaba sus signos, sus síntomas y por cada segundo que pasaba su rostro se volvía más duro.

Konan y Nagato estaban unos pasos detrás de ella mientras, Shizune, la asistente de la rubia Tsunade, caminaba de un lado a otro y le otorgaba todo tipo de instrumentos. Estaba preocupada porque por cada prueba que hacía se daba cuenta de que el enfermo tenía muy pocas esperanzas de sobrevivir.

La rubia apretó los labios “Maldición, mil veces maldición”.

-Tsunade Sama – Shizune la llamó cuando la vio parada frente al cuerpo del muchacho. Era un chico tan joven y, lamentablemente, se daban cuenta de que no podrían hacer nada por él.

La rubia suspiró y cuando miró al par de chicos que esperaban expectantes no tuvo que decir nada. Konan se llevó las manos a la boca y ahogó un sollozo mientras se dejaba caer al suelo, Nagato tembló – No… - apenas fue un susurro

- Lo siento – Tsunade dejó caer los hombros.

- ¡No! – repitió el pelinegro ahora alzando la voz – Tiene que curarlo, debe de haber una manera –

Tsunade sabía que eso era lo peor de ser médico – No hay poder humano que logre salvarlo, sólo queda esperar – odiaba que le pasara aquello, sentir la impotencia y romper las ilusiones de aquellos que ponían todas sus esperanzas en ella – sus órganos dejarán de funcionar uno por uno hasta que su corazón se detenga o sus pulmones colapsen. Su enfermedad no es avanzada pero aún no hay cura, he hecho todo lo que pude para que el fin llegue sin dolor –

Konan lanzó un berrido más fuerte, ya no podía contenerse; desde el suelo hipaba temblando los hombros.

 – Tranquila – Nagato se agachó para abrazarla, las lágrimas ya corrían silenciosas por su rostro – debemos ser fuertes – esa era la filosofía de Yahiko.

 

 

 

Tsunade le lanzó una mirada significativa a Shizune y ella asintió sacado un vial de su maletita – Tomen – se lo tendió al par – cuando llegue el momento deben dárselo – la chica la ignoró pero Nagato lo tomó, el líquido era de un gris plateado brillante.

 

Remember when I swore
My love is never ending

 

Las medico nin se excusaron con toda intención de retirarse. La atmosfera era opresora y lo mejor era darle privacidad a los dos jóvenes que no paraban de llorar.

- ¡Esperen! – Konan aún no se levantaba pero se atrevió a separarse del pecho de Nagato para mostrarles sus ojos rojos e hinchados - …dijo que no había poder humano que podría salvarlo, pero eso quiere decir que si no es humano, ¿Hay otra manera? – su pregunta fue desesperada y su amigo pelinegro saltó en el mismo lugar. ¿Qué decía?

Tsunade negó levemente – olviden lo que dije, lo mejor es que lo dejen estar – dio un par de pasos

- ¡Por favor! – Nagato soltó a Konan y gateó por el suelo antes de pegar la frente al piso de madera – Por favor – rogó - ¿Hay otra manera? –

La rubia sintió un nudo en la garganta y Shizune la miró con ojos enormes – No –

- Se lo ruego – Konan también pegó la frente al piso – Yahiko, Yahiko, sin él… - las lágrimas no la dejaron continuar.

-Tsunade sama – Shizune se adelantó para tomar el hombro de su superior, su amiga.

- Hay una manera – Tsunade escapó aquello como un susurro – pero el precio a pagar es muy alto –

- Lo que sea – Konan y Nagato hablaron al mismo tiempo

La rubia volvió a suspirar – Los bijuus – Ambos la miraron y solo vieron como la pelinegra incitaba a Tsunade a guardar silencio – de los 9 demonios más poderosos que hayan pisado la tierra, Ichibi y Kyuubi, ellos se dedican a hacer pactos con los humanos pero – los miró con ojos fijos y duros – ellos siempre piden el precio más alto – sus orbes marrones se ocultaron tras sus parpados y sus facciones envejecieron notablemente – lo más alto que puedan imaginar –

 

Despues de eso los jóvenes se quedaron estáticos, viendo como la mujer y su ayudante se retiraban. Ambos sabían que no había precio suficientemente alto por salvar la vida de su amigo.

 

And you and I will never die
Remember when I swore
We had it all

 

Cada día Yahiko empeoraba. Konan y Nagato hacían turnos para cuidarlo y hacer investigación, pero conseguir información relativa a los bijuus era imposible. Nadie conocía su ubicación, su apariencia o había sobrevivido lo suficiente para contarlo, todos sabían que su existencia era real, sin embargo, el secretismo era extremo.

- No nos daremos por vencidos – prometió Konan a Yahiko quien dormitaba. Esa noche había  sido la peor de todas y por fin había logrado hacer que los dolores en el chico pasaran.

 

- ¡Konan! – Nagato irrumpió en la habitación con un grito y una sonrisa emocionada. Ella sabía no había forma de que él hiciera ese gesto a menos que…

- ¡Lo tienes! – se paró sacando fuerzas de donde antes no había – ¿Lo encontraste? – 

- Si – el recién llegado agitó un pergamino por el aire. Estaba cansado, había corrido desde la aldea del sonido y peleado con un grupo de ninjas que lo perseguían por robar uno de sus jutsus prohibidos – Con esto los invocaremos –

 

Ninguno quiso esperar, las manos de Nagato temblaron cuando lanzó el papiro al suelo y mordió su pulgar - kuchiyose no jutsu – no tenían idea de las consecuencias de hacer eso, pero fuese cuales fueran, necesitaban a Yahiko.

 

 

I'll sail away, it's time to leave
Rainy days, are yours to keep

 

 

El clima en la habitación cambió. El viento comenzó a correr como si estuviesen a mitad de una tormenta de arena y todo se sintió caliente, sofocante. El fuego comenzó a quemar las paredes e instintivamente ambos, Konan y Nagato, se hicieron hacia atrás para proteger el desvalido cuerpo de su amigo.

 

- ¿Quién nos ha llamado? – fue una voz rasposa la que siseo y el remolino paró para comenzar a formar el cuerpo de una persona – Niños – exclamó y la arena cambió a los tonos de una piel pálida, cabellos negros, largos; y ojos amarillos con una pupila alargada cual serpiente.

El fuego también paró y de la misma manera tomó forma. El rojo lamía las extremidades y torso de otro joven de cabellos blancos, ojos rasgados, enmarcados en líneas negras; y marcas rojas escurriendo de sus ojos, como un surco de lágrimas.

Las llamas se extinguieron por completo, el viento dejó de soplar  y el cuarto volvió a la normalidad, como si nada hubiese pasado.

Konan y Nagato sintieron la garganta cerrársele, no podían hablar, aquellas presencias eran impresionantes y opresoras.

 

El peliblanco avanzó y los chicos temblaron. Sus pasos hicieron eco en la habitación y cuando quedó a menos de un metro de ellos los ignoró centrando su vista en el pergamino de invocación en el suelo. Lo miró con enfado y al hacer un gesto de mano le prendió fuego para hacerlo cenizas – Lo habías destruido – gruñó y miró de reojo al otro que esbozó una sonrisa maliciosa.

- Estoy seguro que lo hice – su tono era desenfadado, como si aquello no le importara y centró su mirada en los otros ocupantes de la habitación, podía sentir el olor a miedo, tristeza, muerte y… - Tsunade estuvo aquí –

- Lo sé – rebatió irritado el peliblanco, aquello era evidente. ¿Quién más podría hablar de ellos de cualquier forma? Más cuando podía sentir como el humano al fondo se debatía entre la vida y la muerte.

 

-Nosotros – Nagato encontró el valor para hablar – por favor, tenemos una petición –

- ¿Puedo adivinar? – el pelilargo lazó un tono burlón – Él está muriendo y quieren que le salvemos la vida - 

Konan no podía hablar pero asintió, Nagato la tomó de la mano para infundirle valor.

- Niños – repitió – tenemos cara de genios de la lámpara maravillosa –

- Pagaremos lo que sea – Nagato lucia firme, necesitaban serlo, sus palabras desesperadas reflejaban un anhelo innegable

-Lo que sea- habló el peliblablanco - ¿Hasta su propia vida? – su voz fue profunda y los chicos temblaron.

- S..si – aquello le costó a Konan

- Hasta nuestra vida – la voz de Nagato tembló levemente

- Kyuubi - llamó el pelilargo al otro, se podía advertir un tono divertido

Pero el Kyuubi lo ignoró - Tu rinnegan – señaló al joven – y salvaremos su vida –

Nagato se sorprendió pero no se permitió dudarlo – Si, lo que pidan –

El hombre sonrió de manera macabra – entonces encárgate Ichibi –

- Pero es un niño débil – se quejó el mencionado arrugando la nariz – va a consumir energía mantenerlo sano –

- Haz lo que te ordeno – amonestó Kyuubi y el mencionado pateó el suelo un poco enfadado.

– Pero el sacrificio será mío – A pesar de mostrar desacuerdo, más bien parecía actuación porque como si nada pasó de largo entre Konan y Nagato para pararse a un costado del durmiente Yahiko. Cerró los ojos y juntó las manos.

- ¿El sacrificio? – Nagato preguntó sin entender, pero su pregunta no fue contestada pues Ichibi comenzó a desplegar peligrosas oleadas de chakra y tanto él como Konan tuvieron que hacerse hacia atrás para evitar el evidente peligro que representaba.

El cuerpo del pelilargo brilló, la arena se arremolinó y Yahiko lanzó un grito adolorido cuando todo el brillo y arena se lanzaron sobre él, traspasando el brillo de un cuerpo a otro.

 

Los jóvenes impactados sólo escucharon el ruido sordo del cuerpo del demonio cayendo al suelo, pero no lo asimilaron pues en ese instante Yahiko tosió y abrió los ojos.

- ¡Yahiko! – Nagato y Konan corrieron al encuentro de su amigo y este sonrió un poco adolorido

- ¿Qué pasó? – Los ojos de Konan se anegaron en lágrimas, no creía que volvería a escuchar aquel inocente y juguetón tono de voz. Lo ahogó en un abrazo – Espera, espera ¡Me matas Konan! – la separó de él y ella respondió con una sonrisa - ¿Nagato? – Yahiko miró a su otro compañero sintiendo que lo miraba de una forma bastante extraña - ¿También estas llorando? – eso no se lo creía

- Maldición Yahiko tú, no tienes idea – y en el arrebató lo tomó del cuello de la playera y lo besó. El chico se aferró a Nagato de vuelta, para él había sido como cerrar los ojos y volver a abrirlos, pero se daba cuenta de que había pasado mucho tiempo desde que había probado aquellos labios.

Konan se hizo hacia atrás, un poco dolida, pero aquello ya lo sabía.

 

- Valla – la exclamación de Kyuubi no Youko los sobresaltó - ¿Quién lo diría? – era burla pura. Sarcasmo, pues en su calidad de demonio podía leer los sentimientos humanos, los más puros y por supuesto los más oscuros.

- ¿Quién eres?- Yahiko intentó pararse para proteger a sus amigos, sentía oleadas malignas en aquella presencia.

- Mi pago – demandó Youko a Nagato al tiempo que concentraba en su mano una masa de chakra en forma de una bola de llamas.

Nagato miró a su amigo pensando que aquella sería la última vez que lo vería pues, al final, sus ojos eran el pago por la salud del chico.

- ¿Qué haces? – cuestionó Yahiko intentando detenerlo al ver que Nagato daba un paso hacia delante.

- Tómalos – le dijo a Kyuubi haciendo un movimiento brusco para que el recién despierto lo soltara.

El zorro sonrió y lanzó la esfera de fuego contra el pecho del pelinegro. Los otros chicos lanzaron un grito de sorpresa, pero ninguno fue tan alto como el de dolor que Nagato hizo sonar por todo el lugar.

- ¡Nagato! – Yahiko saltó de la cama para ir donde su amigo acababa de caer de rodillas al suelo - ¿Estas bien? –

- Na..Nagato – Konan tembló y ninguno tomó en cuenta como el cuerpo del peliblanco caía al suelo.

- ¿Qué es lo que pasa Konan?, responde – Yahiko miró a la chica mientras abrazaba el cuerpo de Nagato, parecía en estado de shock.

- Nosotros, no sabíamos que hacer –

- ¿Qué hacer de qué?, ¿Konan, quién es ese? – señaló el cuerpo del peliblanco tirado en el suelo.

Pero no contestó, pues al momento Nagato pareció reaccionar y miró fijo a los ojos de Yahiko – duele – comentó con su típico tono bajo y los jóvenes dejaron salir un suspiro de alivio.

 

Fade away, the night is calling my name
You will stay, I'll sail away

 

Detrás de ellos se escuchó un cuerpo moverse y toser.

Cuando se giraron pudieron ver al pelilargo, que antes había caído inconsciente, intentar incorporarse al tiempo que de su boca escurrían hilillos de sangre que iban a parar a un charco significativo en el suelo.

El recién consiente alzó la mirada y penas pudo enfocar, todo el cuerpo le dolía, hizo una mueca lastimera – malditos animales – y después de eso volvió a toser sangre.

El pelilargo respiraba dificultoso, ya había visto a los jóvenes, sin embargo su mirada estaba fija en el cuerpo del peliblanco tirado unos metros más atrás – Jiraya – susurró y como pudo se arrastró para encontrarse con él.

 

Jiraya lanzó un quejido y se hizo a un lado para evitar que la sangre que brotaba a borbotones de su boca lo siguiera ahogando – Oro…baka – no tenía fuerza para decir su nombre por completo - ¿Qué pa…? – alargó una mano y acarició la mejilla de su compañero en cuanto lo tuvo a su alcance.

- Cambi…aron de host – jadeó – no tenemos tiempo –

- Suficiente para que sepas que es tu culpa – ni aún al borde de la muerte dejaría de recordárselo.

Orochimaru bufó como pudo – lo siento – recargó la cabeza en su pecho – lo si…ento – volvió a toser sangre

- Ya no importa – el líquido rojo se escurrió por las comisuras de sus labios y acarició sus cabellos con mucho esfuerzo – eso… me gusta de ti –

Orochimaru sonrió y medio miró a los chicos confundidos – Yo, Jiraya me… guss..ta..ria – apretó un puño pero sabiéndose impotente dejó escapar gemido. Era irónico, pues cuando él los puso en aquella situación había buscado en eternidad aquello que ahora se les escapaba, la vida.

- En… otra vi..da se.rá – Reconfortó el peliblanco entendiendo a que se refería, esos bijuus habían jugado con ellos y evidentemente jugarían con los niños frente a ellos. Una lástima por ser tan jóvenes y doloroso por saber que Tsunade los había puesto en aquella situación -Te amo - Dejó que el aire saliera en un último suspiro, solo le quedaba fuerza para eso y a esas alturas, egoístamente, prefería gastarlas en aquello que quería decir, más que advertirle a aquellos niños.

Orochimaru cerró los ojos, quería responder de la misma manera pero ya no podía… sería en otra vida.

 

 

Once upon a time we used to burn candles
We had a place to call a home

 

 

Los tres chicos miraron anonadados la escena, aquel par acababa de morir.

- ¿Qué es lo que está pasando? – Quiso saber  Yahiko, no entendía nada, además le comenzaba a doler la cabeza.

- Nosotros… – Nagato intentaba entender, pero Yahiko se lanzó para atrás

- ¡NO! – Gritó tomándose la cabeza – No – repitió y parecía que era doloroso

-¡Yahiko!- Konan intentó calmarlo y más cuando vio comenzaba a llorar

- No te acerques Konan, huye –

- ¿Qué? – La chica no entendía nada

- ¡Huye! – Yahiko se golpeó la cabeza contra la pared

La peliazul miró a Nagato con una interrogación pero al muchacho le temblaba todo el cuerpo  – ¡Vete! –

Konan no sabía qué hacer, sin embargo sus amigos parecían desesperados y comenzaba a asustarse. Dio un par de pasos hacia atrás y cuando estaba a punto de saltar para salir corriendo un par de brazos la apresaron dejándola inmóvil – ¡Nagato! – exclamó sorprendida - ¿Qué ocurre? –

- El sacrificio – Yahiko había dejado de golpearse, caminaba hacia donde ellos estaban con un gesto aterrado – pa…ra… terminar el rito… debemos matar a alguien importante para nosotros –

Konan abrió los ojos, su respiración se aceleró y a sus espaldas escuchó los sollozos de Nagato – Konan – gimió lastimero y la chica sintió oleadas de completo terror antes de dejar caer los brazos a los lados.

 

Hicieron silenció unos segundos que parecieron minutos.

 

- No llores Nagato – la peliazul le sonrió a Yahiko – Yo, estoy feliz de dar mi vida por la tuya, eso fue lo que elegimos –

- Lo siento – Yahiko rebuscó entre la ropa de la chica y sacó una kunai – Perdoname, Konan –

- No hay nada que perdonar, solo sean felices – cerró los ojos, se iría con una expresión serena.

 

Every day was like a gift
Once upon a time

 

Yahiko alzó la kunai, sus ojos estaban anegados por las lágrimas antes de cortar con ella el aire y la yugular de Konan. La sangre chorreo empapándole el cuerpo – Konan – sus manos temblaron y su cuerpo comenzó a estremecerse en espasmos, él había matado a su amiga.

Dejó caer la kunai al tiempo que Nagato soltaba el cuerpo de la chica y caía al suelo.

El chico se abrazó a sí mismo, la sangre escurría por su ropa y empapaba el piso haciendo un enorme charco rojo. No podía dejar de ver a la chica y se balanceaba ligeramente hacia el frente – Konan, Konan, Konan –

 

 

Remember when you swore
Your love is never ending

 

 

- Basta Ichibi – el pelinegro que antes había sido Nagato tenía un gesto vacío, casi molesto de ver como el cuerpo que perteneció a Yahiko caía de rodillas al piso, murmurando cosas inteligibles.

- Eres un amargado Kyuubi – Ichibi ladeó el rostro y cuando miró a su interlocutor tenía una sonrisa adornándole el rostro – tiene unas sensaciones muy deliciosas – se limpió la sangre que había caído sobre su rostro con los dedos y luego los lamió.

El zorro sonrió y tomándolo de la barbilla lo besó – más te vale que ya no haya otro de esos pergaminos, hacer esto me fastidia –

- ¡Te fastidia! – Ichibi hizo un mohín de disgusto - ¡Tienes el rinnegan! – reclamó

El pelinegro bufó – Como si lo necesitara –

- Dámelo entonces – retó burlón pero el Kyuubi lo ignoró, ahora irían a divertirse a otro lado.

- Los humanos son estúpidos – Tanuki miró de soslayo el cuerpo de sus antiguos Jinchurikis – menos Tsunade, esa vieja sí que es una bruja –

Kyuubi rió – Claro que lo es-  tomó de la mano de su compañero y apretó contra sí – pero luego nos encargaremos de ella, ahora quiero estrenar este nuevo cuerpo tuyo–

Tanuki sonrió - ¿Esta vez me dejarás… – y no terminó la pregunta pero el apretón en su trasero terminaba la oración perfectamente.

- Claro que no, Ichi – era un el tono condescendiente que solo usaba con él. Su pareja y amante por la eternidad.

- Baka – pero aún después de insultarlo lo abrazó gustoso

Y se desaparecieron en un remolino de fuego y arena.

 

I'm grateful to die
To live once again

 

.::Fin::.

 

Notas finales:

¡Saludos!! ^___^… estoy segura de que les encantó!! XDDD [Es sarcasmo, sé que está bastante flojo porque lo escribí de manera impulsiva].

Aclaraciones – Que tal vez no necesiten, pero bueno bue -

·Al principio los Jinchuriki de Ichibi y Kyuubi son Orochimaru y Jiraya respectivamente
·Lo que Konan y Nagato pidieron a Kyuubi fue que Yahiko viviera, jamás especificaron como querían que lo hiciera, así que él hizo que Ichibi tomara a Yahiko como su Jinchuriki para que sus habilidades lo mantuvieran con vida. Le pidió a Nagato su rinnegan, pero también se refería a su cuerpo… a él no se le da eso de sacar los ojos.
·Se refieren a Tsunade como alguien inteligente porque ella debió haber muerto cuando se adueñaron de los cuerpos de Jiraya y Orochimaru –como parte del sacrificio, algo debió hacer ella para seguir con vida – y como vieja bruja porque uso la ingenuidad y desesperación de los niños de Ame para liberar a sus amigos.

Adoro a Konan, es la chica más genial de la serie de Naruto.

Si les gusto ¡Comentarios! Y si no… pues igual, así me dicen ¿porque no? XD.

 

Yais


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