Mi dulce rubio
Ban conduce en la ruta más tranquila en los alrededores de Tokio, piensa acerca de cómo va a conseguir trabajo si su compañero ni siquiera le habla. Mira la hora en el celular y notó que pasaron 2 horas desde que se despertó, sintió un poco de soledad. Observa un rato el paisaje, admirando la belleza que desprende en la mañana, los rayos de sol son tan radiantes que su cara siente calidez. Cierra la ventanilla, debido a que el frío empieza a percibirse, al fin llegan los días fríos de Diciembre.
En unos momentos, comienza a recordar cuando Ginji trajo esa novedad al Honky Tonk, la alegría en la cual confirmó su noviazgo fue un golpe duro para el castaño, como si un cuchillo le atravesara el corazón.
FLASH BACK…
- ¡Hola! ¡Buenos días! – entra al local con una sonrisa de oreja a oreja
- Vaya, Sr. Ginji, se lo ve muy animado hoy – comentó Natsumi lavando los platos
- Si, es que no sólo el día esta bello para salir sino que les tengo que contar algo – se sienta en unas de las sillas que están en la barra
- ¿Y cuál es esa grandiosa noticia? – dice el castaño apoyando su cabeza en la palma de la mano
- ¿Recuerdan a la chica que traje hace unos días atrás?
- Ah si, Yukiko Bing – mira Paul al rubio, bajando el periódico - ¿Qué sucede con ella?
- Bueno… es que… - se pone nervioso
- Habla ya, idiota
- Yukiko aceptó ser mi novia – contentó espera la reacción de todos
- ¿¡En serio!? ¡Ahhhhhhh, Sr. Ginji! – abraza fuerte al rubio – Estoy muy contenta, al fin tienes novia, ya me imagino como van caminando tomados de la mano
- Hahaha gracias, Natsumi – responde al abrazo
- No te emociones mucho, las chicas son duras de controlar pero… – le regala una sonrisa leve – Felicidades – mira a Ban quien se le veía una cara sorprendida, como si lo que dijo el rubio era mentira, pero tose y oculta su dolor
- Vaya, espero que no sea una molestia cuando se trate de trabajo, anguila eléctrica – levanta una ceja
- No te preocupes, Ban – lo mira apenas con un ojo debido a que el otro intenta protegerse del pelo de Natsumi
- Si es así, entonces cuídala bien… esa chica se nota que vale oro – le acaricia la cabeza a su manera, presionándolo para abajo
- ¡Ahhh, Ban-chan! Dueleeeeee
FIN DEL FLASH BACK…
Al terminar de recordar, no notó que llegó a Kita. Recorrió bastante, tenía que volver al Honky Tonk para ver si hay nuevas noticias sobre algún trabajo en la cual necesita urgentemente. Pasa una hora de viaje hasta llegar a Shinjuku; se veía que hay pocos autos, en un día como este lo único invadido son las tiendas. Al llegar, apaga el auto, se baja y entra al local; la presencia de Ginji hizo que el ambiente se volviera un poco pesado. Camina hasta la barra y se sienta, alejado del rubio a unas 2 o 3 sillas; mira a su amigo con el mentón apoyado sobre la mano. Los minutos pasan, Paul no entiende porque esos dos no se hablan, en eso el castaño se levanta de su asiento.
- Ban… - mira como el mayor se dirige hacia las escaleras
- Ven – abre la puerta y comienza a subir, el rubio duda por unos segundos pero se decide en seguirlo
Al llegar a la habitación, vio a su amigo sentado sobre la cama, cierra la puerta y se sienta al frente. Cada uno en su lado, viéndose el uno al otro. Ginji observa hacia un costado, no es tonto, sabe que si o si algo va a pasar después de la conversación.
- Ban-chan ¿es verdad lo que pusiste en la carta? – dice sin verlo a los ojos
- Ginji… me gustaría decirte que no pero… - baja la mirada – Esa chica llegó justo a tiempo haha, como si fuera tu protección hacia mí – su voz tiembla levemente
- Ban… - lo mira al escucha el tono de su amigo, se queda sorprendido
- Diría que es mejor que estés con ella que conmigo, porque ella es mejor que yo y porque serás el dominante de la pareja, podrás tener buen sexo y además ella tiene muchas cosas en común contigo que yo no tengo – baja más la cabeza – Hahaha vaya, contradigo todo lo que puse en la carta, que idiota que soy – se ríe para cubrir el dolor pero inútilmente su esfuerzo cae en vano al sentir una lagrima correr por su mejilla – Ah…
- … - su corazón late con fuerza
- Mírame, llorando hahaha – se limpia los ojos para que dejar de llorar
- ¿Sabes? Después de una semana de estar como compañeros de trabajo, me di cuenta que me comenzaste a gustar, no sólo por tu actitud sino por como eres físicamente – el castaño levanta la mirada, escuchando atentamente – Cada semana se volvía emocionante, cuando dormíamos escuchaba tu respiración y me volvía loco, cuando tomabas café me encantaba escuchar como hacías el sonido al tomar, mi corazón latía con mucha fuerza pero pasaron meses y vos no te diste cuenta de cómo te miraba o de cómo… te daba mis afectos – sonríe – Lo único que recibía era un insulto tuyo o un golpe, pero tome eso como un cariño, como una caricia o como un ‘‘Te quiero mucho’’ – sus ojos se ponen bastante húmedos – Vaya, recordar eso me hace doler un poco – se refriega los ojos con el brazo, enseguida siente un abrazo fuerte
- Lo siento, no sabia que me mirabas con esa clase de ojos
- Hehehe no importa, igual casi me olvide de ti desde que comencé a salir con Yukiko… - esconde su rostro en el pecho de Ban – Pero…
- ¿Pero? – al escuchar esa palabra, siente que la siguiente oración será una esperanza grande para al fin saber si Ginji se quedara con él o con la chica
- Pero al leer tu carta… - llora con más fuerza, esconde más su rostro, intenta de hablar fuerte y claro para poder confesar - …sentí que me volví a enamorar de ti, todo el esfuerzo que hice fue en vano por culpa de esa carta – aprieta la remera del castaño con la mano – Por favor... no me lastimes porque prometo electrocutarte mil veces hasta que estés todo cocinado, baka – se endereza y lo ve a los ojos – Me sentí muy celoso cuando mirabas a las mujeres o cuando le hacías cosas a Hevn-san
- … - no podía creer que Ginji sintió lo mismo que él cuando lo veía cariñoso con Yukiko; abraza con más fuerza al joven – Baka, te prometo no volver hacer - su corazón late con fuerza, no podía soportar tanta alegría, tanta emoción
- Ban-chan… - dice con la voz temblorosa – Te quiero mucho
- Yo también te quiero mucho – se separa un poco de él, sonríe al ver la inocente cara del joven – Mírate, hasta llorando te ves tierno – ambos se ríen, el castaño se para correctamente seguido por el rubio, quien se está limpiando las lagrimas con el brazo nuevamente
- Che, Ban-chan...
- ¿Qué? – siente que lo besan en la boca, un dulce beso que lo vuelve débil – Tsk, un poco más y mi corazón se derrite
- Hahaha no exageres – dice con un tono más agradable
- Mierda, es la primera vez que mi corazón late con tanta fuerza – se toca el pecho
- Yo siempre siento eso cuando estoy mirando un paisaje muy bonito
- ¿Dices que soy bonito? – sonríe engreídamente
- ¡No quise decir eso!
- Ah, no sé, lo dijiste – le da la espalda y se pone las manos en la cintura – Soy una hermoso paisaje para ti
- ¡Ban-chan, no seas engreído! – se tira encima suyo
- ¡Ay! Quítate, anguila eléctrica – intenta de separarse de él
- No hasta que dejes de ser engreído – dice en forma de chibi Ginji
- ¡Ahhh, nunca dejare de ser engreído! – ambos chicos pelean en el piso
- Ban-chan… - el rubio se calma
- ¿Eh? – lo mira con los ojos bien abiertos - ¿Qué pasa, Gin?
- ¿Cómo haré con Yukiko? – mira el techo recostado en el piso
- Bueno, no soy un rompecorazones pero se hacer muy buenos planes – se sienta en el piso y mira a su amigo
- No seas duro con ella, es una buena chica y me dolería que salga lastimada
- Como quieras… - cierra los ojos medio molesta, pensando en un plan, en seguida siente un abrazo por detrás de la espalda
- No te enojes, Ban-chan – apoya su cabeza en la espalda del castaño – Sólo no quiero que se sienta abandonada, o sea, quiero dejarla pero a la vez que se sienta querida
- Pides cosas complicadas, Ginji – lo mira con ojos asesinos
- Hahaha lo sé – sonríe mostrando sus dientes
Un pájaro observa la escena, siente que terminó su deber y despliega sus alas para volar. Toma carrera y salta para flotar en el aire, se dirige hacia una mansión muy familiar. Se detiene en una mano, comienza a canturrear como si estuviera hablando, el hombre comprende lo que dice.
- Entonces es así como termina todo esto – le acaricia un poco la cabeza con mucha suavidad – Los humanos son tan ignorantes que no escuchan lo que tienen que decir los animales – se para – Creó que Kazuki le gustara esta noticia
CONTINUARA…-