En la sala común de Gryffindor junto a la chimenea se perciben 2 siluetas una un poco más baja que la otra.
- Herms, hace mucho tiempo que somos amigas verdad? - pregunta la mas alta
- Si Ginny desde primer año, porque preguntas? - Notando a su amiga con la mirada baja, tal vez algo melancólica?
- Hermione, yo te quiero mucho, eres para mí más que una amiga - le dijo la más pequeña de los Weasley a la castaña, mirándola a los ojos con sus cachetes encendidos del mismo color de su cabello.
La prefecta la miro sorprendida tratando de asimilar cada una de las palabras de la menor, después de un momento respondió – Yo también te quiero mucho Ginny eres como la hermanita menos que siempre quise tener - dijo tratando de poner una sonrisa.
- Pero Herms, no lo estas entendiendo, mi cariño no es como el de una hermana - con lagrimas en los ojos a punto de derramarse, pero aun reteniéndolas para no hacer el momento mas difícil de lo que ya era – lo que yo siento por ti es amor - dijo al fin tajantemente sin una pisca de duda.
La castaña no supo que responder solo se quedo mirando a la menor, tratando de comprender como una tranquila tarde pudo terminar en eso, trato de hilar algo coherente en su mente para responderle a Ginny pero la voz no le salía – Ginny yo, yo te quiero mucho en serio que si, pero lamento no poder corresponder tus sentimientos, yo…- la castaña no pudo terminar de hablar, porque la menor al escuchar el rechazo salir de sus labios, salió corriendo de la sala común, con el llanto esta vez incontenible.
La prefecta solo se quedo ahí sentada en el suelo viendo como la otra se iba corriendo, quería ir tras ella y decirle que todo estaría bien, que seguirían siendo las mejores amigas si ella aun lo deseaba, pero sabia que Ginny necesitaría tiempo para calmarse y que correr tras ella no era lo mejor en el momento.
- Perdóname Ginny pero mi corazón ya esta ocupado por alguien mas…..- dijo con melancolía antes de cerrar los ojos y suspirar con pesadez – Y no creo que se lo merezca…-
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Salió corriendo tan rápido como pudo, te comportaste de una manera muy cobarde Ginny, donde quedo todo ese orgullo Gryffindor que te distingue, repetía una voz en su cabeza, no paro de correr hasta detenerse en los baños de mujeres sabia que ahí estaría sola. – Soy una tonta como pude esperar que Hermione se fuera a fijar en mí, ella no me mira de esa manera - seguía llorando. – Me mira como su mejor amiga, si me quiere de alguna forma - sonrió para si misma mientras trataba de hacerse sentir mejor con ella. – Además que puedo esperar si ella no es como yo…. - Ginny siempre tuvo claro que ella no terminaría felizmente casada como su madre soñaba, desde su primer año en Hogwarts supo que prefería los labios finamente delineados de una mujer, su cuerpo delicado y sensual a uno musculoso de algún chico. – Yo puedo soportar que Hermione no me ame porque este enamorada de algún chico, yo no puedo culparla si no entiende mis sentimientos por ser mujer -. Dijo finalmente la pelirroja cansada de estar llorando y levantándose con ese coraje que caracteriza a los de su casa, aunque aun así prefería no encontrarse con ella en esos momentos.
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Una Hermione angustiada buscaba por el castillo a su mejor amiga y compañera de casa. – Ginny ya se tardo, donde estará, tengo que encontrarla y explicarle lo que paso -, se repetía en voz baja para tratar de calmarse.
- A donde vas tan apurada Granger? - Se oyó una voz a su espalda tan decidida y con tanta autoridad que la prefecta no pudo evitar reconocerla.
- Muy lejos de ti Parkinson, no tengo tiempo para ti ahora - dijo la castaña
Pansy la sujeto fuertemente del brazo y la obligo a darle la cara – Quien te crees ratón de biblioteca?, vas a aprender a respetarme y quien sabe a lo mejor y te gustara - sonrió de una manera seductora arrinconándola contra la pared, la prefecta quería zafarse del agarre pero siendo la morena mas alta que esta, se lo impidió y la tomo con mas fuerzas de las muñecas poniéndoselas a un lado de la cabeza. – Así me gusta mas Granger, aprende cual es tu lugar - le dijo mirándola a los ojos son su mirada de superioridad, en la que se podía notar algo de deseo?, para después posar sus ojos sobre los labios de la Gryffindor.
- Suéltame ya Parkinson - Fueron las palabras que sacaron a Pansy de su ensoñación
- Oblígame Granger - Contesto la slytherin acercándose peligrosamente a la castaña, esta solo pudo quedarse estática sintiendo la respiración de la morena tan cerca de su rostro, entonces noto que sus muñecas ya no eran presas de Parkinson, las manos de Pansy habían viajado, una hasta su cintura y la otra a su barbilla, la cual sostenía con tanta delicadeza que creyó imposible que fue la princesa serpiente, quien estuviera con ella, entonces cuando Hermione pudo mirar por primera vez los ojos de la chica con detenimiento, esos ojos negros como la noche, esta vez no pudo ver en ellos esas acostumbradas muestras de desprecio o burla, solo pudo distinguir algo que ni ella misma era capaz de entender un brillo especial, un brillo que le estaba dedicando solo a ella, la castaña solo pudo cerrar sus ojos y sintió como levente la otra posaba sus labios en los de ella, al principio fue solo un roce, en el que las dos sintieron un cosquilleo recorriéndoles el cuerpo, poco a poco el beso fue cobrando fuerza sus labios fueron abriéndose y apresando con fuerza los de lo su compañera, la castaña solo pudo poner sus brazos alrededor del cuello de Pansy y acercarla mas hacia ella, por su parte la slytherin solo abrazaba su cintura, como su la vida se le fuera en ello, duraron un rato así, hasta que el oxigeno les fue necesario, aunque ninguna de las 2 quería separarse no les quedo otra alternativa y deshicieron el abrazo, se miraron mutuamente hasta que la morena hablo.
- Esa fue tu mejor forma de obligarme Granger? - pregunto la slytherin de una manera seductora mirando fijamente esos ojos color miel que le encantaban.
- Hermione que estas haciendo aquí? - Pregunto Harry viendo la extraña conversación que parecía sostener su amiga con la serpiente.
- Nada Harry, ya me iba - dijo una confundida Hermione, antes de dirigirse hacia el moreno de gafas, echo una ultima mirada a Parkinson y se fue con Harry. – Harry no has visto a Ginny o si? – fueron las ultimas palabras que la morena escucho de la Gryffindor antes de perderla de vista por el pasillo.
-Weasley- dijo con coraje la serpiente, para después sonreír y con malicia y regresar a su sala común.