Siniestro elogio a Robín mientras intentaba ver si reconocía al merodeador. El joven maravilla con gran habilidad movió los zoom de los aparatos de vigilancia enfocando mejor la imagen. Nightwing acaba de llegar, sonrió complacido al ver al disípalo de Batman trabajando. Este solo reacciono unos segundos después. Correspondiendo la sonrisa de su predecesor. Sin duda le caería muy bien su ayuda. El recién llegado se acomodo a su lado, sus dedos parecían bien adaptados al tablero. No tardaron en dar con el paradero del indeseado. Al parecer se dirigía a la sala de objetos confiscados.
Era alguien intentando recuperar su juguete. Dick se molesto. Estaba en ese lugar para saber algo de su mentor, no para ayudar a esa bola de neófitos en la tecnología. Además su idea de evitar un robo no era estando detrás de un ordenador.
Capitán Marvel se ofreció de inmediato intervenir. Siniestro asintió al tiempo que él mismo adjuntaba, un “te acompaño”. El ladrón no parecía tener poderes así que no lo golpearían mas de la cuenta, se las ingeniarían para acorralarlo, tal vez tuviera información del paradero de Batman.
Como lo habían previsto. El cleptómano se encerró en el área de incautaciones. Ahora los dos superhéroes se miraban preguntándose. ¿Tiramos la puerta?
El chico maravilla observo con detenimiento el lugar a través de los aparatos de vigilancia, nada se movía, y no existía otra salida, si quería escapar tendría pasar por los dos hombres en la puerta.
¿Qué demonios es eso? Grito su mente al ver una gran sombra que se acrecentaba en el interior de la sala. No los expondría. “Salgan de ahí”, dijo apremiante mientras dejaba la diadema de comunicación y corría rumbo al lugar en cuestión. Dick lo retuvo. Esa cosa parecía el Señor Fango en día de lluvia, estaba aumentando su masa corporal. Por las emergencias la mayoría de JLA estaba fuera. Y con Superman, Kara, Stuart y Diana en la parte exterior no había suficientes héroes para parar esa cosa.
¿Qué hacer? Nightwing siempre pensaba a futuro. Lo mejor sería quedarse y deshabilita el trasportador, Robín sintió. Siniestro y Capitán Marvel tendrían que resistir. No dejarían que abandone la Atalaya con lo que sea que quisiera llevarse. Serian la última línea de defensa. Bajaron rápidamente al recibidor de la nave.
La explosión mando por los aires a los dos hombres.
No fue nada difícil entrar, la vocecita se escuchaba muy cerca, pero Billy se mantuvo en su lugar, dejaría que se confiara. ¿Esta es la famosa liga de la justicia? Se pregunto en voz alta mientras, pensaba que los había glorificado demasiado. Con forme se iba acercando podía distinguir la figura del ladrón. Paso justo al lado de ellos. Capitán Marvel se levanto al tiempo que preparo su puño. No dejaría marchar al intruso así de fácil.
Dejo ir su puño contra el cleptómano. Cantaba victoria antes de tiempo.
Ahora por fin lo tenia de frente. Con una mano le sostenía el puño sin ninguna dificultad. Una exclamación de asombro murió en su garganta. Una certera patada en el abdomen lo lanzo lejos. ¿Cómo podía tener tal fuerza si solo era…?
Su cabello negro azulado le caía por sobre toda la espalda casi hasta las rodillas. Su traje era completamente negro por dentro, consistiendo en una blusa de cuello de alto, pantaloncillos cortos a medio mulso y una leve batita de color azul petróleo sin mangas encima, constituía todo su atuendo, coronado por un antifaz. Las botas hasta la rodilla le daban un toque infantil.
Pero si era solo una niña, Siniestro la miraba de arriba abajo sin saber qué hacer. Ella aprovecho su shock, paso justo a su lado corriendo sin esperar a que reaccionara. El grito de Billy lo regreso a la realidad.
El Capitán Marvel salió detrás de ella. Aun cuando él era mucho más alto y por consiguiente tenia la zancada más grande no lograba darle alcance. Además esa patada que le acomodara a Siniestro era una que él conocía. ¿Cómo no reconocerla? si fue la primera que Batman le coloco en un entrenamiento, más bien en una apuesta, la cual perdió; para que el murciélago aceptara una cita.
La plataforma estaba despejada, y la chica corría hacia ese lugar, muy seguramente con la idea de utilizar el transportador.
Nightwing y Robín le salieron al paso. Ella dio un respingo. Los dos hombres la miraban desafiantes y al mismo tiempo sorprendidos. La chiquilla no media menos de un metro y medio. Dick no perdió tiempo, golpeo las pantorrillas de la cleptómana para hacerla caer.
Ella chasqueo la lengua, se levanto tan rápido como cayo, primero se desharía de esos dos intentos infructuosos de Batman, nunca llego a tomarles aprecio. Golpeo limpiamente a Robín en una de sus piernas. Este soltó un leve quejido. La chica tenía mucha fuerza. Su pierna estaba entumida y el dolor se estaba propagando hacia su cadera. “Me ha golpeado en un nervio vital”. Grito su conciencia.
Nightwing contraataco de inmediato, si podía moverse de esa forma era mejor no dejarse llevar por su apariencia. Intento darle una patada, la cual la chica esquivo con una vuelta hacia atrás. Ella le sonrió con superioridad, se impulso con sus extremidades inferiores para llegar hasta los hombros del Guardián de Bludhaven. Y utilizando todo su peso logro levantar al hombre para lanzarlo lejos de la plataforma. No fue suerte el hecho de que este último se llevar consigo a Robín. Capitán Marvel, corrió en círculos a su derredor formando un pequeño remolino que anularía su defensa.
Y si, la levanto, pero eso no le impidió que dejando que su cuerpo fuera arrastrado adquiriera cierta velocidad, hasta quedar en algún punto cerca del veloz joven. Y de un buen puñetazo lo mando a dormir.
El pequeño huracán levantado había despejado la plataforma. Miro los controles desmontados, sin perder su postura, de su muñequera izquierda desplego una minicomputadora. Les sonrió de forma agria y desapareció.
Superman y los demás entraron en el segundo exacto en que Robín, Nightwing, Capitán Marvel se incorporaban. Siniestro entro en el salón de llegada de la Atalaya.
El hombre de acero miro el lugar, parecía como si la tercera guerra mundial los hubiera asolado. Por fuera la torre tenia múltiples daños y por dentro no estaba mejor.
El Kriptomano se preguntaba. ¿Qué era lo que los ataco? Su nerviosismo pronto se aria notar. Debía controlarse.
Se sentía perdido. Bruce era casi siempre el que llevaba la batuta en situaciones así, veía los detalles más relevantes de las circunstancias, ahora sentía estar en medio de un océano sin saber con certeza asía donde estaba el sur. No tenía ni la más mínima idea de cómo encontrar una conexión entre lo sucedido y el rapto del Guardián de Gotham. Aun más, recordaba que muchas veces sus decisiones los habrían conducido al desastre de no ser por el Murciélago. Ahora entendía ese comentario. “La próxima vez que deje a Superman al mando, golpéame con fuerza” (1). Eso era lo que Diana le había contado pasado unos días de su regreso a la Atalaya después de enfrentar a Darkseid.
Y si en ese momento le pareció gracioso, en ese instante deseaba que Bruce estuviera ahí para decírselo en su cara, y no solo eso, que se burlara de su forma de entregar todo en una sola palabra, por su confianza desmedida en las personas. Aceptaría cualquier comentario agrio con tal de verlo delante de él.
Cuando abrió los ojos, la gran cantidad de luz que lo rodeaba lo obligo a cerrarlos de nuevo. Sus pies y manos estaban firmemente atados. Las voces a su alrededor lo trastocaban, estaba demasiado mareado para poder enfocar cualquier cosa, incluso los sonidos más bien le parecían un zumbido extraño. Y con todo su autocontrol y entrenamiento se obligo a distinguir en palabras al aire.
Sin duda quien estaba más cerca de él era Lex Luthor. Su voz era inconfundible. Lograba discernir algo sobre un proyecto, mientras alguien más le aseguraba que solo necesitaba la muestra de sangre y… Acaso ese que hablaba, sino se equivocaba era, ¿Mr. Freeze? ¿Qué estaba haciendo alguien como el Dr. Victor Fries con ese lunático de Luthor?
Dos personas más se añadieron. Y los reconocía Jonathan Crane, el Espantapájaros y Pamela Lillian Isley conocida como Poison Ivi. Y por su puesto su gran amigo. El Joker.
Su piel se erizo y su corazón latió con fuerza, estaba a merced de los lunáticos más grandes de la historia.
Evito sacudir levemente la cabeza, no quería llamar la atención. Los pasos alejándose le dieron el pie para abrir los ojos sin peligro. El lugar era simplemente una sala blanca, a sus derecha podía ver varios paneles de control, sin duda estaban monitoreando sus signos vitales, sus músculos estaban intactos, no sentía ninguna incomodidad o dolor. Se habían esforzado mucho por llevarlo hasta ahí sin causarle daño.
Intento soltarse, todos sus artilugios fueron removidos sin dejarle nada. Seguramente escanearon sus traje para…
“No puede ser ellos saben quién…” Grito su mente y su corazón dio un vuelco. Cerró los ojos con dolor e impotencia, apretó las manos lo más que pudo, sentía tanta rabia, tanto coraje que…
Sus captores se retiraron sumidos en su propia conversación sin notar que se encontraba despierto. Aun así no podía dejar pasar por alto su angustia.
Una voz que se le hacía familiar pero no lograba identificarla, hablo muy cerca de él, asegurándole que ellos aun no sabían quién era. Se viro lo más que sus ataduras se lo permitieron. Le ordeno mostrarse, su tono seguía teniendo ese toque de autoridad.
Ella simplemente camino hasta estar a la vista, aun llevaba puesto su uniforme, el mismo con el que había irrumpido en el Atalaya. Sin embargo al estar bajo su mirada solo bajo los ojos. El Guardián de Gotham volvió a repetir la pregunta. Esa chiquilla no la recordaba de ningún lado y sin embargo algo dentro de él se estremeció con tanta fuerza que casi podía sentir el sudor recorrerle la frente.
La niña se notaba nerviosa, con una de sus manos enrollaba un trozo de pelo. Sus pies estaban juntos y aun así se podía notar el leve temblor. De piel blanca, complexión delgada o hasta menuda. El labio superior un poco más delgado que el inferior, rosados claro está, por la tierna edad. “Bonita”. Se dijo a si mismo casi con ternura.
Ternura.
TERNURA.
Desde cuando Batman podía pensar con ternura. El podía ver mucho en las personas, sentir empatía por ellas, pero nunca podría volver a generar ese tipo de sentimientos como la ternura, el cariño o el amor. Esas eran palabras que ahora carecían de significado. Porque el reía, si, y esa era la máscara que Bruce Wayne lleva en su vida a plena luz, porque el verdadero, aquel hombre que era real, era Batman, el impasible, el indiferente, el metódico, el ermitaño, el hermético y hasta el huraño.
No permitía que nadie se acercara más de lo debido. ¿Para qué? No era necesario, su misión en la vida era mucho más fácil sin trabas sentimentales de por medio. Y si se permitía ser parte de la JLA, bien había planteado los términos. “Medio tiempo”. Dijo enfatizando sus palabras en aquella ocasión. No contarían con él para cosas menores. Muchos lo miraron con cara de disgusto, otros simplemente entendieron que era mucha socialización para él y bueno los restantes, más bien el único, Superman simplemente lo atribuyo a que no le gustaba estar encerrado.
“Cierto”, pensó en aquella época. Lo concia si no bien, pues. “La lucha se hace”. Palabras del mismo kriptoniano. Como odiaba cuando acertaba en algo. Y sin embargo de vez en cuando se daba el lujo de sonreír de verdad cuando Clark celebraba más de lo debido un comentario atinado a su persona, o hacia una buena deducción. Era como un niño pequeño jugando al detective.
Y de algún modo extraño, esa niña se lo recordaba, su cabello era del mismo color que el del kriptoniano. Negro azulado. Además de la piel blanca. Y si podía volar o tenía algún otro tipo de poderes pues…
Lucifer. Fue la palabra suelta al aire. Se identificaba. Aunque eso tampoco le decía mucho. Se lo hizo saber. Y ella pareció ruborizarse antes de contestar, que por ahora no podía decirle más. Se notaba contenta. Su boca mostraba una tímida sonrisa. Y si su instinto no le fallaba, y eso era casi imposible esa jovencita tenía intenciones de abrazarlo.
Y ahora le aseguraba que no tardarían en ir por él, al tiempo que le mostraba el localizador de Robín. Tenía sus dudas pero estaba por comenzar con su interrogatorio, ella siguió hablando. Le aclaro que si no le había sacado era porque no podía hacerlo sola, pues no era un saco de plumas. Además de que ese lugar estaba lleno de un millón y medio de villanos. Incluso para él sería difícil salir, la base se encontraba completamente equipada con tecnología LexCorp, y sin mencionar a sus lindos amigos. Quienes más de uno tendrían gusto de darle una paliza.
Frunció el seño con molestia, esa niña no tenía sentido del humor y su sarcasmo lo estaba dejando helado. Ahora comprendía un poco más a Superman cada que este le pedía que se comprara un poco de humor. Y ahí estaba de nuevo, acaso no podía apartarlo de su mente ni aun en una situación como esa.
El estremecimiento del edificio le hizo saber que los miembros de la Liga llegaban. Superman destrozo el techo, como siempre su figura se mostraba fuerte e imponente. Levitando se acerco hasta él, de un fuerte tirón, retiro lo que lo mantenía prisionero. Batman no agradeció, sin embargo cuando sus ojos se encontraron con los azulinos del hombre de acero sitio una gran necesidad de besarlo. Su cerebro gritaba, “este no es el momento”, pero su cuerpo era otro cantar. Sus alientos ya se entremezclaban, sus bocas se encontraban demasiado cerca como para resistirse. Solo unos milímetros mas y…
Su momento mágico se murió, Flash entro sosteniendo entre sus brazos a la niña que segundos antes se encontraba conversando con él. El Caballero Oscuro no dijo nada, y haciendo un leve movimiento de cabeza le indicaba que se la llevarían con ellos. Les tomo solo unos minutos salir de ahí.
En la sala de juntas privada, esa en donde solo los siete fundadores se reunían, un asunto se discutía. El problema principal, era que ahora sabiendo el tiempo trascurrido desde su secuestro y los incidentes acaecidos, Batman dudaba que su cuerpo estuviera intacto, algo le decía que debía llegar a la Batcueva y realizarse exámenes exhaustivos. Pero sus compañeros parecían reacios en dejarle marchar. La niña que trajeran se encontraba sedada y bajo vigilancia.
Un leve aroma llamo su atención, sus sentidos se agudizaron, aunque su vista estaba puesta en la discusión en donde Green Lantern exponía su punto, a un Flash que no le gustaba la idea de dañar a un niño así fuera por conseguir información. Porque a pesar de lo entrenada que estuviera, eso era. Una niña. El Señor de la noche intentaba distinguir quién era su visitante invisible. Por debajo de la mesa saco un bumerán, con la elegancia y puntería que solo él podía tener dio en una de las orejas del intruso. Los otros seis miembros de la mesa se colocaron en pie al ver materializarse a…
Chica Halcón dio un grito ahogado. Lo que tenían delante era una copia de Batman
El murciélago de Gotham, camino hasta llegar a su altura. Entrecerró los ojos y luego sin quitar la vista del su clon, soltó de forma fría. “Terry McGinnis”.
Solo Green Lantern, sabia de que hablaba. Él también recordaba esa versión futurista de su compañero (2). Y si él se encontraba ahí significaba, problemas y grandes.
Si no se equivocaba, y eso rara la vez pasaba, ese chico estaba conectado a toda esa serie de eventos que se estaban apilando sin significado aparente. Aun peor su instinto le gritaba que las respuestas pronto las tendría y no le gustarían en lo mas mínimo. Así que siguiendo su lógica. “Al mal paso darle prisa”. Le pidió que no demorara más en decirles el motivo de su vistita.
El joven asintió ante la petición y retiro su capucha. Nuevamente un jadeo fue retenido, pero esta vez fue Superman. Ese joven era la réplica exacta de Bruce. No estaba preparado para lo que pronto escucharía.
Tomo aire, lo que debía relatarles era demasiado complicado. Tal vez sería mejor solo decirles que todos morirán. Pero sonaría muy brusco. Sonrió, para luego recobrar ese temple ecuánime. Aunque en realidad no le importaba. Sin embargo se trataba no solo de su destino, sino el de todo el mundo. Por tanto creyó mejor ir por partes. Estaban mirándolo, esos siete pares de ojos, cuyos dueños son conocidos como los fundadores de JLA.
—Dentro de dos años llegara, lo que muchos denominaron como el pre apocalipsis. Sin duda de forma acertada. —Comenzó al fin. — Se preguntaran. ¿Cuál es ese hecho que marcará la diferencia? —Se quedo callado un momento. Debía plantear las cosas sin dar muchos detalles o alteraría la historia. —La muerte de Superman. Puedo ver por sus rostros que eso les conmocionó. Pero en realidad esa reacción es minúscula a ver su cuerpo ser completamente engullido por un sol rojo. No puedo darles detalles, de ese incidente, por si tratan preguntar. —Le estaba costando mucho resumir una serie de eventos que darían pie a una vida insufrible en el planeta. —Tres meses después la Liga de la Justicia será eliminada, por lo menos en un cincuenta por ciento. —Entendía las millones de preguntas que se amontonaban en sus cabezas y que seguramente hacían esfuerzos titánicos por contener. — Todos aquellos que tienen súper poderes morirán dejando la Atalaya a cargo de seres normales. —Las manos de más de uno en esa mesa se estrujaron, dio un suspiro y lanzo algo a la mesa. —¿Eso se les hace conocido? — Todos miraron lo que parecía una aguja, el murciélago fue quien lo tomó para examinarlo, el chico sonrió, su mentor siempre se aria resaltar, aun estando entre héroes tan poderosos.
—Es un disruptor de poder —contestó completamente seguro de su análisis. —En realidad una réplica exacta del diseño de Luthor en miniatura (3)…
—Pero eso es…—el comentario de Green Lantern se corto.
—Tal vez ahora será imposible, pero dentro del par de años que estamos hablando encontraran la forma de encogerlo lo suficiente para que un millón de ellos quepan en una caja de cerillos. —Estaban sorprendidos. —Estos mismos fueron los que utilizamos para entrar, es decir una vez insertado en el cuerpo de la persona el efecto dura cerca de diez minutos. En pocas palabras era como si una persona normal intentara frenar a Batman. —Superman estaba comenzando a molestarse. Y pudo notar en las miradas de los otros cuatro, excluyendo al Caballero Oscuro, que se sentían igual.
—Fue con esto que lograron salir de la Atalaya. —Bruce dijo lo que todos pensaban ese joven era tan responsable del asalto como lo era la niña en la enfermería. Nadie agrego nada, sabían que sin ese hecho y el rastreador de Robín hubieran tardado mucho en encontrar a Batman.
—Sí. E igual pueden tomarlo como una demostración de cómo los mataran. Los dejarán primero sin poderes. Una vez depurada la liga, por decirlo así y con Batman como único dirigente, la JLA estará viendo sus últimos momentos. Se intentara buscar a los responsables de aquella matanza. Les sorprenderá saber que ninguno de sus actuales adversarios fue el responsable. Muy por el contrario, los miembros restantes poco a poco comenzarán a desaparecer. Sin motivo ni razón. Ya sea en misiones o porque se creen insuficientes, poco calificados e incluso habrá quien asegurará que sin Superman la Liga no tiene sentido. Sea como sea. Simplemente un día la Atalaya estará vacía. —El silencio reino en aquel lugar. Uno porque no sabía cómo continuar y los otros porque temían la desenlace. Su preciosa Liga, todo por lo que habían luchado, se desvanecería en un corto lapso. —Los sobrevivientes del pre apocalipsis no fueron afortunados, porque ellos podrán ver el Armagedón. Segunda etapa de nuestra cronología. El día del juicio, fue la explosión a gran escala de todos los villanos que ustedes por años contuvieron. Para en ese entonces ya no existía lugar seguro en la tierra, casi todos los sectores estaban siendo dominados. En la política Lex Luthor se colocó a la cabeza, dejando en su gabinete a personas que si bien no eran útiles para un buen gobierno, si lo seguían fielmente y hacían cuanto decían, el monopolio de la tecnología fue decayendo cada vez más, cosa que convino a muchos, porque de esa forma tenían poca competencia, pronto el tener un artículo que implicara la mínima tecnología era tan costoso que nadie se podía dar el lujo de costearlo. Así las masas comenzaron a rezagarse en sentido de modernidad. El plan era sencillo, los convertirían en seres completamente manipulables por medio de la analfabetización. Sin educación las insurrecciones en contra de un sistema opresor se fueron extinguiendo. —El joven hizo una pausa, sus ojos recayeron en su predecesor. —¿Ellos saben quién eres? —Pregunto con algo de temor. El Guardián de Gotham afirmo con la cabeza al tiempo que sus manos se entrelazaban sobre la mesa de forma elegante. —Bruce Wayne de forma poco llamativa invirtió en varios proyectos para el constante desarrollo de Wayne Tech. Cosa que le costó su libertad. Semanas después de que Empresas Wayne anunciara un producto que muchos considerarían el mayor avance de la historia, no solo por su practicidad, si no por su accesibilidad, el ya Presidente Luthor encontró, de forma poco fiable, pruebas que implicaban al millonario de Gotham con varios asuntos ilegales. Todo lo perteneciente a Bruce Wayne fue confiscado. — El murciélago entrecerró los ojos. Sabía que eso le dolería en el ego a su tutor, pero era la verdad y si pensaba ayudarlo debía ser franco. —Entre ellos la Batcueva. Luthor mantuvo en secreto la identidad de Bruce. No porque considerara inapropiado el divulgarlo, sino porque entendía que si lo revelaba muchos lo apoyarían. En menos de un mes todo lo que la familia Wayne construyó, los actos de beneficencia, los avances médicos y tecnológicos, todo paso a manos del gobierno, más bien a las de Luthor. Fue perseguido por años. Las cuentas privadas fueron censuradas, los capitales e ingresos cesaron. El que en algún tiempo fue considerado el hombre más rico de América, se convirtió en un pobre fugitivo. —Tomo una bocanada de aire. Sin duda esos hechos marcaron a más personas de las que él podía recordar. —El proyecto Cadmus por aquel entonces había sido abandonado, en su lugar se llevaban a cabo dos más. El proyecto Disas, y Batman del futuro. Cuyos resultados fueron, —corrigió, — fuimos ella y yo. —Los siete fundadores entendieron a quien se refería. —Bruce Wayne ya era demasiado mayor cuando yo lo conocí y me convertí en el sucesor a ese gran nombre. Así que lo que a continuación voy a relatarles bien podría ser una versión no tan confiable de lo que fueron esos proyectos y sus secuelas. —Asintieron. — El proyecto Batman del futuro fue puesto en marcha una vez que la JLA fuera completamente desmantelada. Los anteriores miembros ahora trabajaban por separado. Batman no era la excepción. Pero tomen en cuenta que él no es más que un mortal, una persona sin poderes. Su cuerpo no tolero tal desgaste. Digamos que salió de circulación después de un encuentro nada favorable para él. Se busco una pareja que tuviera el perfil psicológico de la pareja Wayne, un poco del ADN de Batman y un año después nací yo. Para no largar mucho esto solo diré que soy el clon de Batman en más de un sentido. Buscando mi venganza fue como di con Bruce, le robe el traje de Batman y me convertí en el Caballero de la Noche. El me enseño todo lo que se. Se convirtió en mi tutor. Mi entrenamiento en Gotham solo tenía como propósito prepárame para formar parte de la nueva Liga de la Justicia.
—¿Entonces algunos más sobrevivieron? —Casi vio el alivio en el rostro de la que llamaban Chica Halcón
—Podría decirse que sí. Pero eso sería una mentira. —Nuevamente el silencio se instaló. —verán, los nuevos miembros eran al igual que yo solo copias, en la época de la cual provenimos ya no existen héroes nacidos, únicamente los creados, los copiados, de la que se considero la era de oro. Los integrantes fueron obviamente eran replicas de los siete fundadores o eso se pensó en un principio, ya que no existían muestras ni de Jhon el extraterrestre ni de Superman. La última muestra del llamado hombre de acero se perdió cuando Superchico murió en el pre apocalipsis y ni hablar de Kara quien desapareció (4). La liga estaba incompleta. Aun sabiendo eso, no estaban en un momento que les permitiera detenerse a pensar en minoridades, o al menos así lo consideraron. Nos mandaron a luchar sin experiencia previa. Más a ellos que a mí. Era nuestra tercera batalla. Las cosas se veían mal, estaba seguro que no lograríamos salir de ahí. Si tuviera que decir los niveles de capacitación, pues pensémoslo de esta forma, ellos estarían en un nivel cinco, y yo en el quince. La diferencia era grande. Pero los del proyecto no darían marcha atrás. Ella apareció como salida de la nada. Y con su ayuda pude sacar a todos los demás. Cosa que no les gusto, pero estaban vivos para librar otro raund. Y ya que saben cómo está la situación. Viene lo más difícil. Ustedes saben que una de las especialidades de Batman es encontrar lo que nadie puede. Así pues me dedique a indagar en el pasado buscando la fuente de todos estos males. Y la ayeé, pero aquello me trajo horribles consecuencias. —Suspiró de forma ruidosa. Ahora solo debía decir lo último. Y aunque le parecía tonto. Le dolía pronunciar esas palabras. —El responsable de la destrucción total de la JLA fue… fue Batman.
Continuara…