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Batman vs Superman por Wolfram Von Bielefeld

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Notas del capitulo:

primero que nada, muchisimas gracias por sus comentarios, espero desde lo hondo de este destartalado corazon que les guste, y que la disfruten tanto como yo escribiendola. mil gracias a quienes me an dejado comentario, para ellos aqui va el cap 4 que espero no tenga errores con respecto a los personajes

en todo caso ya saben sus opiniones son tomadas en cuenta, gracias y nos leemos

Superman salto a la defensiva, se colocó en pie casi quemándolo con la mirada. Lo que escuchaba no podía ser cierto

 

 

 

—Lo es. Planeo el ataque a la Atalaya, construyo los disruptores de poder. Luego se fue deshaciendo de los restantes. Y por último intento acabar con los clones que se crearon, incluyéndome. —Sus ojos tan parecidos a los de Bruce, lo desafiaban. —Fue un milagro que lográramos sobrevivir. Batman planeo todo de forma que no quedara rastro de nosotros.

 

 

 

—Me rehusó a creer que…

 

 

 

—Superman, se cómo se siente. Yo mismo me negué a creerlo. Pero las pruebas son contundentes. Bruce Wayne tenía acceso a todo. Incluso a tratar con Lex Luthor, quien fue solo un muñeco manipulable para él. Porque si bien le dejo llegar a la presidencia, el rey en la sombras era él. Hizo pensar a todo el mundo que todo su imperio se había perdido. Mentira. Todo su dinero y pertenencias estaban intactos en varias cuentas y bodegas bajo un seudónimo. Una vez el dijo algo muy cierto. “Soy la venganza, soy la noche, yo soy Batman”

 

 

 

—¿Venganza? —No sabía que tenía que ver eso

 

 

 

—Así es, Venganza. Quería que todos sufrieran como él. Sentía que el mundo entero olvido a Superman muy pronto. Y que no demostró suficiente duelo por su perdida. Pero no es que realmente le importara a ese extremo la defunción del hombre de Acero. Todo lo anterior solo fue producto del proyecto Dises. Mismo que ya está en marcha. Los detalles sobre el no los tengo claros. Y para serles sincero en mi mundo fue el mismo gobierno quien secuestro a Bruce Wayne, no Lex Luthor.

 

 

 

—¿En este momento él ya está infectado? —ese fue Stuart

 

 

 

—Me temo que sí. Pero como muchas de las enfermedades el detonante es una emoción fuerte. —Miro primero a su tutor y luego a Clark. — Eso es todo. Ahora solo queda saber qué es lo que harán.

 

 

 

Evitar que Superman muriera era una opción. Terry los cuestiono. ¿Están seguros de lograrlo? Quería que entendieran, hablan del hombre más fuerte, y si él murió fue porque no hubo otra alternativa para salvar al mundo. Acaso sugiriera que sacrificaran a Batman. Clark se estaba cansando de todo esa perorata. El Batman del futuro aclaro, que nunca insinuó tal alternativa, había muchas elecciones, porque lo que hicieran ya no es asunto suyo. De hecho hizo más de lo que debía.

 

 

 

—¿Pero si  viajaste del futuro hasta aquí es…?

 

 

 

—En primer lugar nosotros no viajamos, fuimos traídos por la fuerza. La hechicera llamada Tala nos arrastró a esta época. En el momento en que ella nos trajo estábamos a punto de…

 

 

 

—De matarme… —El guardián de Gotham entrecerró los ojos

 

 

 

—No encontramos otra salida, la única cura ya no existe de en donde venimos.

 

 

 

—Entonces si hay una cura.

 

 

 

—Claro que la hay.

 

 

 

—Y que esperas para decírnosla. —Shayera golpeo con los puños la mesa. Dos de sus mejores amigos estaban en peligro y ese joven parecía ser tan hermético como el mismo Batman.

 

 

 

—Eso no puedo hacerlo. Al menos no a todos. —Bruce se coloco en pie, con un leve movimiento le llamo para que lo siguiera. El chico lo hizo al tiempo que de forma automática se volvía a colocar la máscara.

 

 

 

 

 

Caminaron por el pasillo, solo unos cuantos metros y luego entraron al que era el cubículo de Batman. El murciélago se quito la máscara y con gesto frio le hizo una seña para que tomara asiento.

 

 

 

—Ahora ya puedes decirme el resto. —Terry asintió al tiempo en que apretaba el signo rojo de Batman en su pecho. —Eso debe ser un sonar. ¿Cierto?

 

 

 

—No me gustan los oídos indiscretos. Bien, entonces terminemos con esto. El motivo de tu secuestro fue el Proyecto Dises. En un principio fue pensado para crear al superhéroe perfecto. Debía tener los poderes de Superman, el intelecto de Lex Luthor, y al mismo tiempo tu intuición y mente avispada. Se hicieron varios intentos por fusionar todo eso. Sin embargo el resultado era nulo,  la sangre Kriptoniana no lograba adherirse a la de Lex Luthor, ya contaminada por los efectos de la Kriptonita. Así que se pensó en un receptor. Tratar con Lex Luthor era impensable, su cáncer le impedía tener resistencia física. Y como secuestrar a Superman no era viable, pues. Tú ganaste por descarte. Estuviste al igual que aquí, desaparecido por solo dos días. Todos enterados de tu carácter poco social no encontraron raro esa ausencia. Solo Superman intentó indagar, pero con lo reservado que eres ni a él le contaste de lo sucedido. Cabe destacar que ellos no te dejaron ir, escapaste. Dentro de ti ya se encontraba lo que ellos llamaron “semilla”, estando en fase uno. Esa “semilla” no contenía material genético de nadie más que el tuyo, pero estaba lista para recibir el del segundo “padre” por así decirlo. Siendo tu no dejaste que eso te intimidara y realizaste diferentes exámenes. Todos ellos arrojaron el mismo resultado. Tenias cuarenta y ocho horas para ingresar el siguiente código o esta explotaría en tus entrañas convirtiéndose en asido. Además de eso, el ADN insertado debía ser de Superman o Lex Luthor. Tardaste más de lo debido en calibrar tus opciones. Al final te decidiste por el que se encontraba más cerca.

 

 

 

—Superman.

 

 

 

—Con una aguja de Kriptonita lograste extraer un poco de su sangre. Te la inyectaste justo a tiempo. Tu cuerpo asimiló la “semilla” como algo permanente y al parecer nada dañino. Claro que eso despertó aun más el interés del que dice ser tu mejor amigo. Supiste manejarlo. Lo corriste de tu lado. Cuando el murió ustedes no se hablaban. Tal vez ese fue el motivo principal por el cual destruiste a la JLA. Te lo recordaba. Y a decir verdad, nunca supiste como lidiar con tus sentimientos.

 

 

 

—Fue por eso que permití que Luthor subiera al gobierno, él desmantelaría Cadmus. —ignoro el último comentario.

 

 

 

—Sí. Ya que si ese proyecto continuaba tú no estarías a salvo en ningún lugar. Con forme el tiempo pasaba aquello que se encontraba en tu interior crecía de forma casi imperceptible. Lo que sería la  gestación de nueve meses se convirtieron en once años. Lo bueno de eso era que mientras crecía el producto tú no envejecías. Y solo hasta el último mes se dio el crecimiento total del feto.

 

 

 

—Me estás diciendo que estaba embarazado. —Parecía tan impoluto como siempre.

 

 

 

—No encuentro otra forma de llamarlo. —dijo desviando la mirada. —Nadie se enteró de eso. Como ya te dije tu cuerpo fue el mismo hasta el último mes. En el cual nadie supo de ti. Regresaste como si nada, y todo siguió su rumbo.

 

 

 

—Que fue de ese… producto.

 

 

 

—Lo mandaste a Tamizira. Las amazonas entrenaron y  educaron al fruto de las que ellas consideraban los mejores amigos de su princesa. La Isla Paraíso desapareció un poco después de terminada su instrucción. Fue llevado al Tíbet con tu maestro. Ahí terminó su adiestramiento. Para en ese entonces ya  tenía trece años y pronto demostraría su herencia Kriptoniana, ya que igual que su padre Superman, estos se desarrollaron hasta la adolescencia. Aunque las niñas maduran más rápido

 

 

 

—Niñas… es mujer…

 

 

 

—Lucifer, es tu hija y de Superman. —espero por alguna reacción o mueca, nada. —Ella es el último superhéroe nacido. El que tendría que tomar el lugar del Clark en la nueva Liga.

 

 

 

—Pero y entonces la cura.

 

 

 

—Eso no es más que para controlarte. La Semilla tenía efectos secundarios, además está el hecho de que un hombre embarazado era ilógico en tu mente. Comenzaste a sufrir de sicosis, tus cambios de ánimo no eran tan drásticos, pero tu personalidad se dividió en dos, el Bruce Wayne que todos conocían, Batman, quien luchaba por la justicia. Y otra más que solo pensaba en sus desgracias y en la venganza contra aquellos que protegía y que te habían traicionado. Fue por ello que tarde mucho en dar con la respuesta de este rompecabezas, y la cura es solo para evitar que te desquicies y te conviertas en un genocida. La semilla muy a nuestro pesar no puede ser removida. 

 

 

 

—No puedo creer que con tanta tecnología no pueda…

 

 

 

—La tecnología sería de ayuda, si no fuera porque esa cosa lleva tu código genético, en el momento en que la insertaron paso a ser parte de tu cuerpo, un órgano más. Si la retiras sería igual que quitarte un riñón o el estomago. Todo tú ser resentiría la falta y no te aseguro que pudieras seguir peleando. Y si lo vez de forma positiva evitará tu envejecimiento por once años.  

 

 

 

—Digamos que lo veo de ese modo, ¿Cuál es la cura?

 

 

 

—En nuestro tiempo tu solo te inyectaste la sangre de Clark, eso fue un factor importante en el tiempo de desarrollo del nonato. Ten en cuenta, eso que llevas está diseñado para asimilar otro ADN mas, por tanto quedo incompleto, desequilibrando tu cuerpo y mente. Así que hablando de forma sistemática. Pues digamos que la salida viable según tus informes es: Uno logras quitarle un poco de sangre a Luthor  para completar la secuencia, teniendo en cuenta que en la mayoría de las simulaciones el resultado sería que la herencia de Lex se impondría adquiriendo su ideología en cuanto a expectativas o proyectos de vida, es decir muchas ganas de dominar al mundo. Cosa que estaría al alcance de sus manos si le agregas los poderes de Superman….  O dos: que sea solo tuyo y de Clark, claro que tendrías que duplicar al código ya ingresado de otra manera… tu tendrías que… pues… tú… sabes, otras maneras... —estaba dándole vueltas al asunto, sus manos se movían de forma indicadora a la acción que no deseaba nombrar. Pero al parecer el murciélago de  Gotham no entendía o no quería hacerlo. Se canso de eso y tomando todo su valor lo dijo de golpe. —¡Maldición!, sabes que es vergonzoso. —Su rostro estaba completamente colorado. —¡Ya! Tienes que tener sexo con Superman. —con o sin sonar, eso debió escucharse bastante claro para los que estaban parados fuera de la habitación.

 

 

 

Un golpe en la puerta le confirmo que estaba en lo cierto. Se apresuró a abrirla. Los otros seis fundadores estaban parados mirándolo con cara sorprendida. Y el golpe fue, la cabeza de Flash al desmayarse.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Parados los dos frente a frente se notaba la clara diferencia de estatura y musculatura. Y aunque los dos eran tremendamente apuestos, para Diana, Bruce dejaba atrás al súper hombre. Repasaba la frase que había escuchado salir fuerte y clara. Aun no se hacía a la idea de que Superman y Batman tuvieran que… impensable. Se dijo mentalmente mientras retiraba la vista de los dos protagonistas que se sostenían la mirada sin decirse nada. Observo a los otros cuatro.

 

 

 

Jhon parecía no dar su aprobación o desaprobación al asunto, es mas parecía indiferente, sin embargo. ¿Que sabían ellos sobre su civilización marciana? Absolutamente nada. Esa fue la respuesta. Stuart, el Green Lantern tenía una cara de pocos amigos, con los brazos cruzados que se apretaban cada cierto tiempo; como si estuviera disertando entre decir algo o callárselo; era quien parecía estar más incomodo con toda esa situación. Shayera mantenía una sonrisa picará, la misma que apareció en cuanto escucho aquella declaración por pate del Batman del futuro, es mas se notaba que sus ojos brillaban, estaba conteniéndose de preguntar una sarta de tonterías. Flash aun estaba inconsciente. El hombre más rápido del planeta, tenía sentido del humor, siempre relajado. Pero para todos quedo claro que fue a él a quien más le incomodo y afectó la noticia.

 

 

 

 —Hablemos en privado. —dijo Superman caminando hacia la salida.

 

 

 

Nadie se interpuso u opuso peros. Era obvio que ese tema no podía ser expuesto sobre una mesa de debate. Jhon se movió unos segundos después, alcanzándolos antes de que se perdieran en el pasillo.

 

 

 

—No sería mala idea que se dijeran algunas verdades. —Los dos héroes lo miraron consternados. —No es mi asunto, no me gusta entrometerme en problemas sentimentales. Pero esto no solo los afecta a ustedes. Piensen por los demás y para su futuro, una palabra bien podría hacer la diferencia. Es momento de ser sinceros.

 

 

 

—Cualquier decisión que tomen deberán hacérnosla saber. —Green Lantern los miraba intentando parecer ecuánime. —Los apoyaremos. Después de todo somos amigos. —Eso le costó decirlo. Pero sabían que era sincero.

 

 

 

—Pues para mí que ya se tardaron. —Shayera les regaló una sonrisa. —Es obvio que están hechos el uno para el otro. Saben en Tanagar no es mal vista una relación así. Para nosotros el solo hecho de que exista un sentimiento tan hermoso como el amor, lo disculpa todo.

 

 

 

Ante esas dulces palabras Clark le devolvió la sonrisa y asintió con la cabeza, Bruce solo apretó los labios y dio media vuelta. Había mucho que discutir, empezando por poner fin o punto y aparte a su primera pelea o apuesta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hasta elegir un lugar tranquilo se convertía en una tarea titánica cuando se trataba de esos dos. Y aunque por lo regular era Batman quien desidia; como, cuando y donde. Solo por esta vez Clark quería tener opinión.  En la fortaleza de la soledad. Sugirió el Kriptoniano. Mientras el murciélago lo miraba feo. Él prefería un lugar menos luminoso y aséptico. Algo un poco más a su estilo.

 

 

 

Solo a los vampiros les gusta la luz del sol más que a Batman (1). Pensó Superman cruzando los brazos en forma molesta. Y de inmediato se apresuró a preguntar en que sitio le parecía adecuado a Bruce. Se conformaba con que no fuera en la Batcueva. Para su mala suerte el sitio elegido era un peor.

 

 

 

Demente solitario. Ese calificativo le iba bien al Guardián de Gotham. ¿A quién en su sano juicio se le ocurría tener una conversación importante en un edificio abandonado?

 

 

 

Privacidad. Esa fue su respuesta. Un suspiro fue la aceptación de hombre de acero. Levanto un sillón maltrecho, tomo asiento de la mala forma. Batman prefirió quedarse de pie. Esperando a ver quien comenzaba la discusión.

 

 

 

El era bueno, excelente desentrañando misterios, asiendo de detective, infiltrándose y descubriendo aquellas cosas que las personas se esmeraban por esconder. Y sin embargo la excepción era Clark y él mismo. Cuando estaban juntos nada estaba claro, era como si el Kriptoniano lo trasportara a un mundo diferente, en donde dos más dos eran cinco. Nada tenía lógica.

 

 

 

—Creo que  lo más importante es aclarar que la apuesta ya se termino. No solo por el tiempo que fijamos, si no porque…

 

 

 

—Entiendo. —Clark cruzo las piernas. —sin embargo aun no hemos…

 

 

 

—Eso ya no tiene importancia. —Batman miro por la ventana. —Ahora hay otro problema aun más importante. Además quiero que entiendas que esto no tiene futuro.

 

 

 

Bajo la cabeza, Batman no siempre debía tener la razón (2), cierto, pero encontrar una forma de refutar su juicio era imposible. El Guardián de Gotham era un héroe frio, hermético y sin expresiones. Su alter ego el millonario Bruce Wayne era todo lo contrario, risueño, parlanchín y  mujeriego. Podría decirse que esa parte de él no le agradaba del todo. Pero siendo cualquiera de los dos, ese hombre se preocupaba por los demás desinteresadamente. Era una buena persona. Dedicado a proteger a su prójimo. A prestar ayuda a quien la necesitara, sin importar sus propias limitaciones. Batman es un hombre. Solo un ser humano si poderes o habilidades especiales. Pero con el coraje y el valor suficiente para enfrentar a cualquiera. Determinación, voluntad e inteligencia que lo colocaron no solo como un miembro de JLA, sino como el cerebro del grupo y en más de una ocasión como su salvador. (3) y tal vez fue eso lo que lo hacía amarlo de manera tan desesperada. Elogiaba su sentido del deber y su inquebrantable espíritu.  Respetaba su liderazgo y discernimiento analítico de las cosas. Sin menospreciar para nada su físico atractivo, elegante y a veces algo altanero. Bruce Wayne no se parecía a nadie, simplemente Batman era único, inigualable, irrepetible. Aun Terry siendo su clon no lograba captar ni la milésima parte de su encanto e inteligencia.  Aun para él, Superman, parecía tan inalcanzable, lejano. Ahora podía entender un poco a las personas que lo observaban volar por los cielos. Siempre mirando asía arriba, deseando poder hacerlo también, entendiendo que jamás lograrían llegar hasta su persona. Siendo un Dios entre los hombres. Y ni aun con todo ese poder lograba llegara a quien realmente deseaba. Tal vez incluso eso era lo que le impedía esta a su lado.  

 

 

 

Era de locos. Clark se puso en pie. Estaba arto de solo pensar tantas cosas sin poder decirlas, además siempre hablaban mejor cuando peleaban, era como si se relajaran en ese momento. Y pues dado el lugar en el que se encontraban se podían permitir ese desahogo. Fue Bruce quien soltó el primer golpe animado por la sonrisa socarrona del Kriptoniano.

 

 

 

Se suponía que tendría que poner fin a su discusión, pero en lugar de eso ahora los puños hablaban por ellos. Si bien los de Superman llevan más fuerza los de Batman no eran con almohadón de plumas. El murciélago de Gotham había logrado introducir en sus guantes minúsculas partículas de kriptonita que si bien no lo ponían en el mismo nivel si le aseguraba causarle daño.

 

 

 

Tenían tantas cosas que decirse y sin embargo las callaban porque no sabían cómo expresarlas. Al menos en el caso de Caballero Oscuro porque cosa muy aparte era el hombre de acero, que más que por los golpes, su cuerpo temblaba con el simple hecho de imaginar alguna palabra hiriente saliendo de aquellos labios tan deliciosos e igualmente venenosos.  Sin duda seria un daño aun más grande que esos puños que en cada golpe le escocían la piel.

 

 

 

Era extraño, pero estando en medio de esa batalla se compenetraban mejor, era como hablar un idioma en común, un punto en el que encontraban equilibrio. Esquivando, eludiendo y atacando no tenía importancia si uno era el sol y el otro la luna, era como un eclipse en donde los dos estaban juntos y complementados.

 

 

 

—Quiero que sepas que todo este tiempo jamás pensé en llegar a este punto. —dijo el murciélago. – Siempre creí que en cualquier momento simplemente terminaría esta relación extraña. Pero tu…—Dijo al tiempo en que se agachaba para no recibir de lleno un puñetazo en plena cara.

 

 

 

—Se supone que nuestra apuesta era precisamente para eso, si yo ganaba tu me darían la oportunidad de llegar a estar contigo de una forma que no fuera tan física. Me dejarías entrar a ese mundo tan oscuro en el que vives. – Sus ojos azules claros se encontraron con aquellos más oscuros. Una patada lo mando al suelo. —Quiero encontrar en ti ese rayo de luz que te ata a una ilusión. Yo quiero ser esa ilusión. —Sonó muy convencido. Sus brazos lo apresaron en una llave evitando que se moviera. —Bruce deja que te quiera y permíteme ver si puedes quererme de la misma manera. —Con un rápido movimiento se impulso desasiendo el agarre. 

 

 

 

—Porque siempre dices cosas cursis. —Desvió la mira, costándole un buen puñetazo. —Nada cambiara mi forma de ser o de pensar, si quisieras estar de verdad conmigo eso ya lo sabrías, no intentes ver mas allá de la noche eterna que me rodea, porque no lo hay.  Soy Batman. —Le regreso el golpe, primero en un costado y luego en la mandíbula.

 

 

 

—Que lo seas no significa que por ello debas renunciar a todo, a tu felicidad. —Intento patearlo pero fue eludido, en una fracción de segundo lo tomo del brazo aproximándolo más a su persona.

 

 

 

—¿Y tú lo eres? —Sonrió de forma amarga —No me creo nada de lo que dices. No es por mí, es por ti mismo por quien deseas sacarme de la oscuridad. Porque eres un héroe. Pero sábete esto, no te necesito. —con un cabezazo que muy seguramente le dolió mas a él que a Clark lo aparto.

 

 

 

—Se que has a prendido a vivir en ella pero… —lo miro de lejos, respiraba agitado y mucho de la construcción estaba deshecha. Ahora sabía que Batman había tenido en cuenta ese posible desenlace de su “platica”

 

 

 

—No he aprendido a vivir en ella, yo soy ella. Soy todo lo contrario a ti. Resígnate, no puedo, no quiero abandonar lo que soy, cuanto menos por ti. —Estaba molesto, esa plática estaba tomando rumbos inesperados, saco un bumerán y lo lanzo, Superman lo esquivo, pero este no iba dirigido a él, el artilugio se enterró en uno de los pilares y exploto.

 

 

 

—No te estoy pidiendo que lo hagas por mí. —Reclamo mientras intentaba ver a través de todo ese polvo.

 

 

 

—Entonces que es lo que quieres, desde que nos concinos tenemos muchos desacuerdos y ninguno se interpuso en nuestro trabajo antes de aquel día. —la voz del murciélago parecía salir de todas parte y de ninguna.  

 

 

 

—Aquel día…. Porque no lo dices como lo que fue. Nuestro primer encuentro más allá de las palabras o los puños. Fue la primera vez que me permitiste tocarte, que pude sentirte entre mis brazos. —solo con esas palabras podía rememorar su dulce aroma, su piel suave como la seda. Su embriagante esencia.

 

 

 

—Basta de lo que quieres, piensa en lo que yo necesito. —Cuanto más debía soportar esos discursos sin sentido.

 

 

 

—Pero tú no necitas nada, porque todo puede ser prescindible para ti, incluso tu familia. —Por fin dio con él, atravesó un muro antes de tirarle un buen puñetazo, es que Batman podía ser tan cerrado para algunos temas. Que no entendía que lo único que deseaba era estar a su lado.

 

 

 

—No te metas con lo que no conoces. —Como podía decirle eso. No sabía nada de él y si conocía su identidad secreta eso no le daba el derecho para opinar sobre su vida, que podía saber de soledad, sufrimiento y abandono un chico que creció bajo el resguardo del amor filial, que encontró un buen trabajo y sin duda tenia las cosas fáciles. Como podía siquiera pensar que sabría comprenderlo cuando sus manos estaban limpias, muy diferentes a las de él que se encontraban manchadas de la sangre de muchos tanto desconocidos como cercanos.

 

 

 

—Lo sabría si me lo dijeras. Pero nunca hablas, dejas que todos saquen conclusiones por su propia cuenta. —Bruce se limpio la sangre que asomaba de la comisura de sus labios con el dorso de su mano. ¡Dios! Incluso ese tipo de gestos se le hacían tan sexys.

 

 

 

—Y eso es malo, es mejor dejar que piensen por sí mismos. Así no tengo que… —sus ojos lo miraban desafiantes.

 

 

 

—Responder. – Completo por él.  —Pero al hacer eso juegas con su mente. No importa que tanto divaguen nunca lograr llegar realmente a lo que eres, y por ello siempre estarás solo. Terminaras solo. —se cayó de golpe, al parecer esas palabras lograron lastimar mucho a Batman.

 

 

 

—Eso nunca ha sido problema para mí —No le dejaría ver el temblor que provoco en su interior.

 

 

 

—No  ahora que eres joven, todo el mundo pelea por un poco de tu atención, pero cuando seas viejo y… —tenía que decirlo, esa pequeña grieta de dolor podría ser su única oportunidad de llegar al corazón de Bruce.

 

 

 

—Cuando sea viejo tú no estarás. Así que deja de joderme la existencia. —casi susurro, y sin medir consecuencias coloco una bomba y salió por la ventana a toda prisa.

 

 

 

—¿Es eso lo que te molesta? —su interrogante fue recibida por la oscuridad y el silencio antes de la detonación.

 

 

 

—¿Y si fuera eso? — en el techo del edificio de junto, su capa ondeaba, era una sombra entre la noche.

 

 

 

—El ingenioso eres tu, encuentra una forma… —lo apreso entre sus brazos de forma cariñosa. Toda su furia se había ido al saber que en realidad lo que ese hombre tenía era miedo. Porque aunque su cuerpo y espíritu crecieron, sus sentimientos seguían siendo los de ese chiquillo desamparado en plena noche. Sin saber que  hacer o decir. Como enfrentar una nueva emoción.

 

 

 

—¿Una forma de qué? ¿De estar juntos? No vez que es imposible. Tu eres sincero, yo solo secretos, eres amable, yo frio. Tú eres un boy scout, y yo… bueno para que decirlo. No quiero tener algo para luego volver a perderlo… —dijo, en medio de todo ese discernimiento lo soltó sin querer. Sus labios se movieron más rápido que su razón. Y su corazón lloro por los remordimientos pasados, por las heridas que aun sangraban. —A cambio recibió beso en la mejilla.

 

 

 

—Bruce siempre estaré… —quería decirle que nunca lo dejaría.

 

 

 

—Ese. Siempre, durara hasta dentro de dos años y luego… —Batman siempre encontraba como lastimarlo.

 

 

 

—Pero nada está escrito y yo…—es que no entendía que lo último que moría era la esperanza. Y que si tenían solo dos años, era precisamente por eso que debían aprovechar el tiempo, no malgastar sus fuerzas en golpearse mutuamente. Que para ser sinceros era lo último que pensaba estando a solas con Bruce.

 

 

 

Los dos estaban lastimados y sangrando. Su furor aun no se desvanecía, sin embargo ya no les apetecía los golpes. Cambiarían de estrategia. Y Bruce pensaba que el sexo no era tan mala opción.

 

 

 

Los labios del murciélago asaltaron la boca del hombre de acero este no se resistió. Hasta el sabor acérrimo de la sangre podía ser un mangar si partencia a Bruce Wayne. A Batman.

 

 

 

Continuara…

 

 

Notas finales:

(1)Frase de Alfred en “Los Olvidados” Serie Batman.


(2) Darkseid: anochecer


(3)Solo un sueño. Desventurados. La Liga de la justicia, orígenes secretos. Etc.


 


les recuerdo que estos son los nombres de los cap en los que he me basado o a los  hechos que hacen referencia los personajes.


 


Viva Batman, Larga vida a Bruce Wayne..... jajajajjajaja de hecho eso era lo que estaba pensando cuando escribi este cap ajajajaja


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