¡Hola! Antes de empezar a leer, por favor lean esto: hablando con varias personitas, todas coincidieron en que no era buena idea que les pusiera el capitulo seis así como así, como les llegue a mencionar en “Traumas”; por lo que, aquí tienen de nuevo los primeros capítulos ¡Mil perdones!
The GazettE no es de mi propiedad, si no que es de ellos mismos y de Phonetical Syndicalism Company :D así como tampoco las demás bandas que lleguen a aparecer por aquí.
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Capitulo 1
Vorágine.-
Realmente estaba aburrido, acostado en su sillón de piel de tigre y hojeando una de las tantas revista de música que tenía; aquella era la más nueva, acababa de salir apenas hace unas horas. En la portada se podía ver así mismo, posando con su nuevo look, cómo si la cámara no le estuviera fotografiando; ya en el artículo interior, venían promocionando el nuevo single, que saldría a mediados de abril. Se había sorprendido de la popularidad que habían ganado, realmente nunca se lo esperó (y mucho menos el haber llegado al primer puesto en el Oridecon en la primera semana); una sonrisa tranquila apareció en su rostro, habían pasado por tantos problemas, acumulados desde el tour Repeated Countless Error.
Sus pensamientos no se estaban quietos. Vagando de un lado para otro al igual que sus ojos, que se cernían alrededor de sus compañeros, pero con mayor atención se fijó en el otro rubio del grupo, y una enorme ira lo carcomió.
Ese imbécil ya lo tenía harto… terriblemente harto y, de no ser por Aoi, quien lo calmaba, ya hubiera dejado a the GazettE sin bajista y eso… oh, eso al final lo terminaría lamentando.
Con lentitud, se fue irguiendo sobre su cómodo asiento, sin dejar de lado la revista, abierta donde aparecía la entrevista que le hubieran hecho en aquél mismo lugar ¿Estás feliz con todo lo que has logrado? Fue una de las preguntas del cuestionario y, con rapidez, simplemente contesto Si; la verdad, aún no estaba seguro de eso, sentía un profundo vacío en su pecho, como si no hubiera comido…
… cómo aquel horrible hueco que sintió al llevar a dormir a sabu-chan. Uruha le había dicho que eso se llamaba “soledad”, y entonces lo odio.
Había pasado ya mucho tiempo desde aquél triste momento, aun recordaba el sufrimiento de su primer mascota hasta el momento de la inyección; pero ahora tenía a Koro-chan revoloteando a su lado y jalando de la campana del vaquero, aún cuando estuviera cocinando. Por ello, menos entendía aquel sentimiento. Sólo entendía que desde hace dos meses, odiaba a Reita con toda su alma y, que nada en el mundo, lo haría más feliz que el verlo caer del escenario (tomando en cuenta que el rubio tenía n pésimo equilibrio de sí mismo, y por ello, trataba de no acercarse mucho a ninguna orilla).
Comenzó a caminar hacía su cuarto, dejando la revista en un buró alto para que Koro-chan no la alcanzase y así, la pobre no viera su fin en el bote de basura cómo las demás publicaciones. En aquellas hojas, se podía observar claramente la nueva batería de Kai.
En el transcurso, se fue deshaciendo de las prendas que traía encima, sin llegar a dejarlas regadas en el suelo, y entró directamente al cuarto de aseo, anexo a su habitación. “Un baño antes de dormir siempre es relajante” pensó, abriendo llave del agua caliente.
Después de dejar que lo frío saliera, se metió sin mucha ceremonia bajo el chorro de agua, permitiendo que mojase su cabello y, de esta manera, cada mechón se pegara a su rostro. En un movimiento bastante sensual, apartó con su mano aquellos cabellos; sintiendo cómo aquel líquido ardiendo recorría su piel, como las manos de una mujer, estremeciéndolo de placer. Sus manos se perdieron en su cabello, alborotándolo para que no quedara parte alguna sin mojar. Con los ojos cerrados, permaneció en aquella posición, disfrutando del agua golpeando su cuerpo, haciéndolo sentir relajado.
Con lentitud, abrió los ojos, centrándolos en algún punto de la pared, y entonces aquello que hubiera tratado de alejar de su mente, volvió; tal cual rayo golpeando un árbol. Ahogo un grito furico, y estrelló su puño en el mosaico, insensible al posible dolor que aquello pudiera haber provocado. “Odioso” siseó, con veneno en la voz y afilando la mirada.
Molesto con todo aquello, y más consigo mismo por no poder alejarlo, salió de la ducha; tomando con furia la toalla colgada en la puerta y, de esa manera, se fue secando, dándose jalones de pelo cuando no controlaba sus manos ni sus impulsos.
Una vez seco, lanzó la toalla a la cama, cubriendo el pequeño cuerpo de Koro-chan, quien descansaba cual conejo tomando el sol; pero él no había notado eso, y se puso a buscar ropa que ponerse: unos bóxers negros y una camiseta blanca fue su sencilla elección. Extrañamente, el estar sumergido entre toda la ropa de su closet –el cual parecía un campo de guerra- le tranquilizó lo suficiente, como para suavizar sus movimientos.
Estaba… relajado.
Sin meterse debajo de las sabanas, cómo siempre hiciera, se acomodó sobre la cama, dejando descansar su cabeza en la almohada. Su mirada estaba fija en el techo “Mañana será un día largo” fue su único pensamiento antes de caer rendido por todo lo sucedido en el día.
Continuará.
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¡Y vamos con el dos~!
Kiel