Que fascinante lugar, la calidez del ambiente, el sonido de las olas, el cielo estrellado y él a mi lado, maravillándose con cada elemento que divisaba en aquel entorno.
- Eres fantástico, te amo por ser tan inteligente, sin duda fue una gran idea el venir aquí
- Todo lo hago por ti mi amor, tú eres quien me inspira a hacer cada cosa todos los días, sin ti no podría vivir
- Te amo
- Yo también
Me acerqué a él y lo besé, faltaban poco minutos para que comenzara el nuevo año, y era genial tener a quien más amo a mi lado. Fuimos egoístas, apagamos nuestros móviles para no recibir llamadas, y reservé la casa más apartada que había para que así nadie nos molestara.
Nuestra ropa era liviana, hacía calor y estábamos con una botella de champaña cerca para brindar cuando fuera el momento.
Juntos, tomados de la mano mirando hacia el mar, no encendimos ni siquiera la televisión o la radio para saber cuando sería año nuevo, lo sabríamos al ver los fuegos artificiales, aquel era un método más especial, más nuestro.
- ¡Mira Yuu! - me dijo Takashi, el primer fuego artificial había roto el silencio y se expandía por gran parte del cielo - ¡Feliz año nuevo amor!
- ¡Feliz año nuevo! - nos abrazamos contentos, abrimos la champaña y brindamos
- Que este sea otro feliz año para nosotros y que cumplamos todos nuestros deseos
- Que así sea - dije y comencé a beber
Nos quedamos viendo el espectáculo, era tan bonito ver el cielo lleno de colores y de luces, de formas maravillosas. Cuando vimos uno de los fuegos artificiales con forma de corazón nos besamos, en aquel momento todo era perfecto.
Takashi se sacó los zapatos y se acercó al mar para mojarse los pies.
- El agua está exquisita, pienso que deberíamos bañarnos
- ¿Enserio? Entonces apurémonos y vamos a ponernos nuestros shorts
- Amor, de repente eres tan ingenuo. No se tú, pero aprovecharé la ocasión de que estamos solos - dijo y comenzó a quitarse la ropa, arrojándomela para que la dejara en un lugar en donde no se mojara.
Se internó más en el mar y el agua ya le llegaba hasta la cintura.
- ¿Vas a quedarte ahí parado? ¿Por qué vienes y me haces compañía?
Me quité mis prendas rápidamente y fui corriendo para estar junto a él.
Nos pusimos a jugar tirándonos agua, no mentía, el agua estaba exquisita. De improviso comenzó a besarme ansiosamente, pasando sus manos por todo mi cuerpo. Sus caricias producían que mi cuerpo reaccionara, quería compartir con mi amante el placer que sentía en aquel momento, así que tomé su pene y comencé a masturbarlo. Dejó de besarme y gimió junto a mi oído, su cálido aliento chocaba contra mi oreja, todo ello provocaba que mi miembro se pusiera duro. No dejaba de sorprenderme el cómo habíamos pasado de jugar inocentemente a calentarnos.
- Ahhh así Yuu, mmm quiero que me lo metas - amaba el lenguaje sucio que utilizaba Takashi en momentos como ese, así que no tuve problema en cumplir su deseo
- S-si amor
Lo tomé y el puso sus piernas entorno a mi cintura. Intenté penetrarlo, pero aunque el oleaje no era fuerte, dificultaba totalmente mi objetivo.
Takashi se dio cuenta de esto y miró por todas partes en busca de un lugar en el que pudiésemos hacerlo sin inconvenientes.
- ¡Ahí, vamos ahí!
Miré hacia donde indicaba Takashi y vi un roquerío. Fuimos hasta allí y nos dimos cuenta de que varias de las rocas eran perfectamente lisas, lo cual ayudaría a que no estuviéramos incómodos.
Hice que se sentara al borde de una de las rocas y el separó sus piernas.
- ¿Aquí esta bien?
- Si, tan solo métemelo
Puse mi miembro en su entrada y lo penetré cuidadosamente. Como siempre, no tuve que esperar algún tipo de señal ya que el comenzó a mover sus caderas. Se veía tan sexy con su cuerpo mojado gimiendo ante la intromisión de mi miembro. Sentí que Takashi estaba más dilatado que nunca, mi pene se deslizaba fácilmente en su interior, ni con lubricante había tenido un acceso así.
Lo penetré cada vez más fuerte, sus gemidos aumentaban a medida que le proporcionaba caricias.
- Mmmm así Yuu, ahhh ¡M-más!
Rasguñaba suavemente mi espalda, con su lengua lamía el lóbulo de mi oreja. Escuchar sus gemidos y suspiros tan cerca de mi oído era mucho mejor que tomar cualquier afrodisíaco.
No aguanté más y me corrí llenándolo por completo. Seguí moviéndome y el finalmente también se corrió.
- Amor, ayúdame a bajar
Salí de su interior y lo obedecí. Por un momento pensé que se había aburrido y que no lo haríamos más por esa noche, sin embargo deseché aquel pensamiento cuando lo vi de espaldas a mí, apoyándose con sus manos en el roquerío con sus caderas levemente alzadas.
- Hagámoslo otra vez Yuu, quiero sentirte
Sonreí de soslayo lujuriosamente y me acerqué a él. Mi Takashi nunca tenía suficiente, ¿no era eso cierto? ¿por qué no empezar el año dándole una lección?
- ¿Quieres sentirme? Pues claro que me sentirás
Lo penetré de una vez, mi pene se deslizaba sin dificultad. Debía hacer algo para “castigar” al insaciable de mi novio. Lo agarré fuertemente por las caderas e hice mis embestidas más bruscas. Con una de mis manos apreté su miembro, ante lo cual profirió un gemido de dolor.
Con la otra mano me puse rasguñar sin delicadeza el pecho de mi novio. Besé sus hombros y luego mordisqueé uno de ellos dejando una notorio marca de mis dientes.
- ¡Ahh! Yuu, duele
- ¿No te gusta?
- S-si me gusta
- ¿Lo quieres más fuerte?
- No, ahhhh, así está b-bien
- Amor, sinceramente no pienso lo mismo
Saqué todas las fuerzas que me quedaban y lo penetré salvajemente, el agua no me ayudaba en nada a cumplir mi objetivo, sin embargo condicionaba otro factor erótico en aquel instante.
Estábamos completamente solos, eso era más que claro, pero el pensar que existía la posibilidad de que alguien nos viera aumentaba mi libido.
- Yuu, no más por favor ¡ahhhh! es suficiente
Lo ignoré y seguí en lo mío, me calentaba demasiado dominarlo de tal manera.
- Ya voy a…. ¡Ahhhhhhhhh!
´
Takashi se corrió nuevamente manchando las rocas. Su cuerpo sufrió una gran serie de espasmos. Yo también me sentía al límite y no tardé mucho más en correrme.
Cargué mi peso sobre él durante un momento, necesitaba normalizar mi respiración. Cuando me aparté de él vi una sustancia rojiza en el agua. El permanecía en la misma posición, lo que aproveché para examinar su entrada. Evidentemente mis fuertes embestidas lo habían hecho sangrar, me sentí un poco culpable por ello.
- Takashi, ¿estás bien? - le pregunté dulcemente
- No, para nada. No te voy a negar que lo disfruté, pero me duele todo. Fuiste muy malo, ¿lo sabes?
- Si, lo se. ¿Qué puedo hacer por ti?
- Estoy cansado, quiero dormir. Tendrás que llevarme hasta la casa
- No hay problema amor
Lo tomé en brazos al estilo “recién casados” y me lo llevé.
Cuando llegamos lo metí en la bañera y limpié todo su cuerpo cuidadosamente. Luego le puse su pijama (que solo consistía en unos shorts) y le sequé el cabello. Nuevamente lo tomé en brazos y lo llevé a la cama. Me acosté junto a él y me abrazó.
- Agradece que no te mato, casi me dejas inválido
- ¿En serio? - le pregunté divertido - Perdóname, no quería ser así contigo
- Está bien, mira que podríamos haberlo hecho toda la noche, pero ya que me duele todo tendremos que dormir
- Takashi, a mi me basta sólo una vez contigo para estar satisfecho, nunca me aburro de tu cuerpo, pero nunca siento que necesito más de lo que me das
- Amor, eres tan lindo. Ya, vamos a dormir, estoy cansadísimo
- Yo también
Nos dimos un beso y dormimos abrazados.
Estuvimos un par de días sin hacerlo, Takashi aún se sentía adolorido. Se quejó todo el tiempo ya que dejé varias marcas en su cuerpo, por lo que no podía bañarse en público.
Luego las cosas tomaron su curso normal, lo hacíamos a cada momento, y para cuando terminaron las vacaciones pensé que ya no habían más posiciones que probar.