- Yo también te amo…. Y te prometo que todo seria diferente…- tú me miraste feliz… tan radiante… como hace un año… como siempre.
- Rei-chaan~ ¿quieres ver mi regalo?- me pregunto mientras se colgaba de mi cuello… - lo hice yo solito…- me dijo mientras me tomaba de la mano y me guiaba hasta el comedor, donde había una mesa adornada fantásticamente, con velas y la vajilla blanca puesta, Uruha me obligo a sentarme en una de las sillas, y el se fue a la cocina, regreso con una charola y la puso en medio de la mesa… la destapo dejando ver una exquisita cena.
- Tú lo hiciste todo?...- le pregunte mientras me servía comida, olía realmente bien.
- Si…bueno Uke me dijo como hacerlo, pero yo lo hice todo- me dijo con orgullo mientras un lindo sonrojo se apoderaba de sus mejillas.
- Te quedo delicioso, cariño…- le dije mientras acariciaba con mi mano la suave y delicada piel de su rostro, el cual inmediatamente se cubrió de un tono carmesí como las fresas que tanto odiaba el vocal de nuestra banda.
La cena transcurrió tranquila, una plática bastante amena, risas incontenibles acompañadas de una comida deliciosa. El manto de la noche cubriéndonos, embriagándonos con su imperturbable oscuridad, haciendo que las velas de la habitación la bañaran de una sensual luz rojiza, bastante agradable a la vista.
- Aki-chan~… espérame un momento…- dijo poniéndose de pie, mientras se dirigía a la habitación principal. Comencé a recoger la mesa, llevando los platos al lava vajillas.
- Akiraaa, puedes venir un momento…
~~~
El de la bandita, no tardó mucho en responder al llamado de su pareja, se dirigió lentamente a la habitación aun sin poder creer que lo que estaba viviendo no era un sueño, ello veía como una segunda oportunidad que le daba la vida, llego frente a la puerta y la abrió despacio… el cuarto estaba apenas iluminado por una luz tenue provenientes de velas rojas, las cuales formaban un caminito que tenía como fin la puerta del baño, Reita dio un rápido chequeo a la habitación la cual estaba totalmente ordenada y en el aire se respiraba un delicioso aroma, seguramente era despedido por las velas, su corazón latió emocionado sintiéndose como colegiala enamorada, y es que sabía que al final de ese caminito está el amor de su vida, como la olla de oro al final del arcoíris.
Camino entre el caminito, y tomo la perilla de la puerta, sus piernas temblaron y con mucha emoción abrió la puerta del baño. Si creía que lo había visto todo estaba muy equivocado… en el baño había más velas rojas y blancas, el agradable aroma era más embriagante y fuerte que afuera… Uruha estaba recargado en el lavabo de piedra, que también servía de tocador, , llevaba una bata de seda negra y su piel brillaba ligeramente… seguramente llevaba puesto algún aceite.
Reita se quedó pasmado ante tal escena… Uruha demasiado hermoso y sexi, el ahora atontándole los sentidos, y su corazón latiendo de prisa…
- Aki… no piensas acercarte…- pregunto de forma lasciva el castaño, mientras con su mano derecha acariciaba su brazo izquierdo que estaba tapado con la obscura tela, Reita salió de su trance y se acercó lentamente a su pareja.
El rubio llego hasta donde su pareja, aprisiono el cuerpo de este y lo sentó en el lavabo posicionándose entre sus atractivas piernas, comenzó a acariciar su rostro, pasando por su mejilla y delineando esos carnosos labios con la punta de sus dedos, para después atrapar esa boca con sus labios, siguiendo un ritmo lento y lleno de amor que pronto los dejaría sin aire, se separaron un momento para recobrar la respiración, y no tardaron mucho en unirse en un nuevo ósculo que esta vez era un poco más apasionado.
Sus respiraciones ya estaban a punto de convertirse en jadeos…el de la bandita comenzó a acariciar las piernas que tenía a sus costados, sintió que estaban inusualmente suaves debido al aceite que Uruha se había untado; mientras que el más alto sentía como cada poro de su piel enardecía al sentir las manos de su bajista acariciando su cuerpo, decidió que ya era tiempo de quitar la estorbosa ropa, así que comenzó a desabrocharle la camisa, se la quitó con cuidado pero de forma veloz, lanzándola al suelo, después recargo su cabeza en el cuello del de la bandita y comenzó a probar la deliciosa piel de este.
El rubio se estremeció al sentir la tibia lengua de su pato, que recorría gustosa su pecho y sus hombros, dejando a su paso alguna que otra marquita rojiza, mientras él se dedicaba con extrema devoción a palpar toda la piel que podía, comenzando a acariciar las pantorrillas, subiendo hasta los muslos, arrimando la tela de la bata hacia arriba, para dirigirse a las caderas, donde lentamente comenzó a masajear esa zona, acercándose al duro miembro del castaño, pero sin llegar a tocar.
Reita se pegó más al cuerpo de su amado, comenzó a bajar lentamente la molesta bata, observando la hermosa piel que se mostraba a su disposición… comenzó a recorrerla con sus manos, para después hacerlo con la boca… saboreando ese agradable sabor a frutas que tenía la piel del guitarrista.
Uruha soltó un suave gemido, su miembro estaba bastante necesitado de atención… el bajista lo noto, y sonrió lascivamente mientras deslizaba su mano hacia la hombría del castaño… comenzó a masajear la punta, suavemente… demasiado lento, provocando que el castaño ahogara un gemido en su cuello…
- Ah… Aki m-más ra-rápido…- apenas y pudo pronunciar el guitarrista, a la vez que Reita no se hacía del rogar y comenzó a aumentar la velocidad de su mano, propiciando que los gemidos del más alto se hicieran más escandaloso… para sus oídos mas deliciosos, sin embargo ese vaivén no duro mucho, Uruha arqueo la espalda y se corrió en la mano del bajista.
Shima Intento regular su respiración, mientras que su novio limpiaba con su lengua la esencia que tenía en su mano… Uruha unió sus labios con Reita en un beso profundo y un tanto salvaje… el guitarrista se bajó del lavabo y comenzó a quitarle los pantalones y la ropa interior a su novio, dejándolo completamente desnudo para después terminarse de quitar la bata.
Después de que ambos quedaron desnudos, Reita aprisiono el cuerpo de su pareja con la pared del baño, Shima al sentir la fría pared se estremeció y entre abrió la boca, el rubio aprovecho e introdujo con desespero su lengua en aquella húmeda cavidad… Uruha de alguna forma logro amarrar la cintura de Reita con sus piernas, colocando sus brazos alrededor del cuello del bajista, mientras simulaba embestidas… haciendo una deliciosa fracción entre sus miembros.
El bajista estaba enloquecido de placer, necesitaba de una vez por todas hacer suyo ese hermoso cuerpo, y por la cara de placer que tenía el guitarro entendió que se encontraban en igualdad de condicione, así que sin más preámbulos o preparación dirigió su miembro a la entrada del guitarrista, uniéndose a su cuerpo pero también a su alma, entregándose amor convertido en insaciables caricias, en miradas segadas por el placer y cuerpos necesitados del otro… Reita espero a que su patito se acostumbrara y cuando este dio suaves movimientos de cadera el bajista comprendió que era hora de moverse.
Ambos comenzaron un agradable y excitante vaivén, arrancándole roncos y sensuales gemidos a ambos, pues en esa posición el bajista tocaba ese punto exacto, sin embargo, de repente, Uruha se despegó del cuerpo de su novio, el cual lo miro confundido… sin embargo esta mueca no le duro mucho pues vio como Uruha se hundía en la tina de baño abriendo las piernas, indicándole con la mirada que se acercara a continuar lo que estaban haciendo.
El rubio no se hizo del rogar y rápidamente ingreso a la tina, sintiendo el agradable textura del agua, lentamente fue posicionándose sobre el cuerpo del más alto, tocando su piel mojada, extasiándose con el agradable sensación que les daba el tocarse dentro de aquel líquido vital… adentrándose nuevamente en él, sintiendo las paredes de aquella zona rozar con su miembro, comenzó a moverse cada vez más rápido…
- No lo a-agás…- dijo Reita al ver que Uruha dirigía su mano para masturbarse…- no quiero q-que t-te cooorras, ah-aún.
Shima se sentía en la gloria, pero su miembro estaba punzante y le dolía… tenía una gran necesidad de ser atendido, pero decidió hacerle caso a su bajista… así que solo se limitó a sentir las certeras embestidas, y los delicados besos que el rubio le propinaba.
Dos… tres embestidas más y Reita se corrió dentro del cuerpo del más alto, el cual sintió algo tibio en su interior… Reita sin detenerse si quiera a apaciguar su respiración tomo a Uruha de los brazos para hacer que se sentara…. Haciendo algo que hizo que el guitarrista casi muriera de la impresión… se sentó en el miembro de Uruha, sin preparación y sin imaginarse cuanto iba dolerle…se aguantó esa doliente sensación, que el guitarrista lo hiciera para siempre suyo, esa era su promesa… para él era como tirar su orgullo de hombre a la basura, pero a estas alturas… tenía claro que por ese hermoso castaño perdería hasta la vida, se había dado cuenta que su amo era mucho más grande que cualquier otro sentimiento que pudiera tener... Uruha comenzó a moverse lentamente, mientras las lágrimas de placer y felicidad recorrían su rostro, el mensaje de esa acción, era promesa, ese sacrificio lo había entendido perfectamente… ahora sabía que no era una ilusión, ni las mismas falsas esperanzas de siempre… Reita, por alguna razón había cambiado.
Uruha no resistió demasiadas embestidas… para él era demasiado placer tomar ese cuerpo, ver la expresión de Reita sonrojado aguantándose el dolor mientras se susurraban “Te Amo”…, con un fuerte gemido se vino dentro del bajista, el cual se dejó caer lentamente en el cuerpo de su pareja.
Estuvieron varios minutos así, disfrutando del agua tibia, después se dieron un baño entre carisias, suaves besos y bellas palabras. Para después irse a la cama… Uruha se acurruco en esos brazos protectores, que sentía más cálidos que nunca, cerrando sus ojos, aspirando el aroma del bajista.
- Sabes Uru?...Hoy dejo mi orgullo… te entrego mi vida, seré tuyo por siempre….- susurro para después quedarse dormido.
- Te amo Aki….-
Fin~~
Perdóname perdi el rumbo termine en un mundo cruel...
Perdóname hoy dejo mi orgullo, TE ENTREGO MI VIDA...
Despegue mis pies de la tierra, me fui a volar y te deje... al regresar sentí la caída.