Miró atentamente por la ventana mientras llovia terriblemente fuerte encima de la ciudad. Una mujer jalaba a un niño desobediente hacía el interior de una tienda de verduras, un hombre corría intentando cubrirse de las gotas de agua con su portafolio negro. Dos adolescentes caminaban juntos debajo de una sombrilla roja mientras se dirigian a un taxi.
La calle se veía gris,el piso estaba completamente negro por el agua, el cielo estaba cubierto por la leve neblina que empezaba a formarse y el viento sacudía los árboles los cuales, con la oscuridad parecian haberse tornado negros.
Suspiro mientras una lágrima corría por su mejilla y caía encima de su blanca mano. Levantó su brazó y la limpió moviendo levemente su cabello pelirrojo y lanzó un leve sollozo mientras un nudo se formaba en su garganta. Su pecho le dolía.
Recargó su frente en el cristal empañado de su ventana y cerró los ojos fuertemente. Un año. Ya habia pasado un año y seguía tan triste como si hubiese pasado hace algunos instantes, aunque eso no lo sabia bien ya que desde que estaba solo el tiempo se habia detenido, y con el, su sufrimiento y dolor.
Las heridas no parecian cerrar nunca, sentía que al pasar los días se iban abriendo más y cada vez que regresaba al pasado sentia como un cuchillo se clavaba en ellas. Y con ello se sentia tan debil, tan inmaduro tan... tan infantil. ¿Qué estaba haciendo mal? ¿Por qué no podia ser feliz...?
Sabia que si estaba solo era su culpa, habia decidido alejarse de todos por miedo a que lo lastimaran, pero también en el fondo el no queria alejarse de la única persona que le habia brindado cariño y amabilidad... aunque hubiese sido una mentira, habia sido su mayor felicidad. No sabia porque amaba a un mentiroso, no sabia porque no podía odiar a la persona que lo habia abandonado y de inmediato comprendió que habia sido el mismo el que se habia encerrado y habia alejado a todos... a él.
Miró su celular insistentemente deseando que por casualidad sonara y poder escuchar la voz de su amado
-Miku- Dijó audiblemente mientras se levantaba y se dirigía al buró a un lado de su cama para tomar su celular entre sus manos -Te extraño demasiado ¿Tú me extrañaras? ¿Recordaras a Takuya... o más bien... a la persona que solía ser Takuya?- De repente un aire tenso se vino encima de él y las lágrimas calientes empezarón a salir de nuevo haciendo arder sus ojos. No entendía por qué, pero le dolía, le dolía no haber sido feliz con su primer amor, siempre creció pensando que se casaría con la primera persona que el amara en verdad, y todos esos sueños infantiles se habian roto sin compasión alguna al conocerlo. Quería sacarse el corazón, porque odiaba sentir eso por aquel chico castaño, pero sabia de antemano que no podía hacer nada y se resignaba a siempre sufrir por él. Mediocre. Se sentía inutil por no poder hacer nada contra sus sentimientos, al menos no se habia hundido en el dolor, aún habia hecho su vida aparte, aún sonreía, pero cuando se daba cuenta, ya recordaba que le habia falta algo... más bien alguien
~Recuerdo
-¿Te gusta este Taku-chan?- Miku sostenía sonriente un traje de etiqueta de color negro
-Uhmmm...- Takuya se quedó serio mirando el traje
Estaban en una tienda con algunos modelos de trajes de etiqueta, todos parecian muy caros aunque realmente habia muy pocos. Las paredes eran de cristal y la tienda estaba llena de espejos. Se veía todo muy lujoso
-¡Vamos pruebatelo!- El castaño rio levemente y jaló a Takuya dentro de un vestidor
-¡Espera Miku-suk...!-
Dentro del vestidor Takuya quedó abrazado por Miku, su cabeza descansaba en su pecho.
El vocalista se acercó al oido del guitarrista y le susurró dulcemente
-Mi novio tiene que verse lindo para mi cumpleaños-
El pelirrojo sonrió languidamente y un leve calor se apodero de sus mejillas. Se desvistió lentamente después de que Miku salió del vestidor y se vió al espejo con el traje elegante
Se sentía incomodo, sabia que esa ropa no estaba hecha para él
-¿Taku?- Miku entró tranquilamente al vestidor
-Ahh...- El pelirrojo no pudó articular palabra
-Es que tardaste mucho, me preocupe- Miku lo miró de arriba a abajo -Me gusta... más bien dicho, me gustas- Sonrió infantilmente
-Gracias Miku-suke- Takuya sonrió sonrojado
-No estás convencido- El mayor infló sus mejillas para luego mirarlo serio -Me gustas, de verdad-
-Me siento algo incomodo, no estoy acostumbrado a muchas cosas...- El menor se miró detalladamente al espejo
-Te acostumbraras a todo~- Dijo eso último en un tono cantarín -No estabas acostumbrado a que alguien te quisiera ¡Yo te quiero! ¿Hace falta algo para que te acostumbres?- Se acercó a Takuya y lo besó en la mejilla
El mayor arrastro al guitarrista fuera del vestidor y Takuya se vio por primera vez a la luz. Se veía realmente apuesto, al menos así lo pensaba él. Era la primera vez que pensaba así de si mismo.
El vocal le dio una sonrisa amable, llena de ternura y calidez para después no decir nada.
~Fin del recuerdo
Para ese instante las lágrimas ya habian empapado sus mejillas blancas y suaves. Los sollozos ya no podían disimularse y los espasmos en el pecho ya eran incontrolables y profundos.
-¡Miku... Miku, Miku!- Gritó fuertemente y después sintió que su voz se quebró. Entonces un momento de desesperación entró en él, queria morirse, queria llorar, queria volverse loco. Ya no quería sentir dolor, deseaba que esos sentimientos crueles se fueran lejos, que lo dejaran en paz
-Él... él ya hizo su vida, Takuya- Se dijó a si mismo en forma de regaño -Y sin embargo tú sigues esperando como iluso el día que el regrese, el día que el se arrepienta de haberte dejado... cuando tu sabes que nunca llegara-
Fue la primera persona que le enseño a sonreir, la que lo alejó de una relación que solo lo lastimaba. Fue la persona que le prometía cosas que parecian reales, la que parecía sincera a sus ojos, la que le mostraba sus defectos y sus virtudes y le alegraba el día con sus torpesas pero a veces también con sus comentarios dulces, la que estaba pendiente de él en una medida suficiente, la persona que hacia que Takuya esperara por horas y horas a lado del telefono esperando una llamada, le habia enseñado tanto, ... le habia cambiado la vida y el pelirrojo no habia hecho nada especial para merecerlo. Al contrario lo habia desaprovechado, no aprendio a darse cuenta cuando la gente finge estar bien cuando no es la verdad... y ese habia sido uno de los defectos que se quedarón en el guitarrista
Podia sonreir y reir como si fuera la persona más feliz del mundo, pero en el fondo de si mismo su corazón se rompia a cada instante, cada vez más. A pesar de todo eso a veces, intentaba con todas sus fuerzas recordar las veces que Miku lo habia hecho llorar, las veces que lo habia hecho sentir mal con sus comentarios, sus largas ausencias, y su a veces demasiado desinteres por tantas cosas que para Takuya eran importantes. Sus mentiras. Sus crueles y terribles mentiras que alejaron al menor de él, pero en momentos también pensaba en la persona maravillosa que le habia enseñado muchas cosas, que habia cambiado su vida de una manera extraordinaria y entonces era ahí cuando su corazón de oprimia y la tristeza embargaba su vida
~Recuerdo
-¿Miku-suke?- Takuya y el mencionado estaba acostados en un jardín, el cesped verde claro se sacudía levemente mientras pasaba el viento. El cielo azul estaba despejado, solo unas nubes blancas se acercaban a lo lejos.
-¿Dime?- El castaño miró detalladamente el cielo
-Te extraño- Cerró los ojos y suspiro -Muchas veces no te puedo ver...-
-Lo siento- Lo interrumpió el mayor y posó su mano blanca encima de la del guitarrista -Yo también te he extrañado-
-Quisiera estar cerca de ti más seguido- Sonió de lado el menor y miró de reojo a Miku
-Se que va a sonar cursi lo que te dire- El mayor soltó una risita -Mientras miremos el mismo cielo nunca estaremos separados. No te dejaré...-
~Fin del Recuerdo
-Me equivoque- Takuya suspiró levemente y se sentó en su cama. Su llanto se detuvo lentamente hasta desaparecer.
Tomó su telefono celular y lo abrió, buscó entre sus contactos a Miku y borró su numero
-Me enamore del Miku perfecto, no del Miku que me mintió... no de la persona que existe ahora. En si Miku, mi Miku solo existió en mis fantasias-
Se acostó en su cama y sonrió con un sentimiento contenido en su pecho. Estaba feliz.
Aún queria escuchar la voz de su Miku, queria volver a abrazarlo una vez más, queria volver a escuchar el 'Se tú mismo y te iré queriendo cada día más'
Queria volver a encontrarse con esa persona, pero sabia que era imposible. Deseaba poder agradecerle todo lo que lo hizo cambiar
-En si... hizo que yo fuera una persona buena- Sonrió infantilmente y miró hacia el cielo -Gracias Miku-suke, por haber cambiado mi vida-
Se levantó y se dirigió a su cocina. De una alacena sacó un frasco negro, luego un bote blanco y tomó una taza que estaba cerca del lavaplatos.
Encendió la estufa y puso a calentar algo de leche. Seguía lloviendo.
Dejó de recordar a Miku por unos instantes e inhaló el aire frió y fresco que rodeaba su cocina. Abrió el frasco negro y lanzó algo de cafe en polvo a la leche y empezó a mezclar con una cuchara.
Miró hacia la ventana y sonrió mientras examinaba el cielo gris que se asomaba todavia en su ventana, a punto de ser consumido por la noche oscura.
Apagó la estufa y con cuidado vertió el cafe en una taza, luego tomó el bote blanco y sacó algo de azucar con una cuchara para después vertirla en la taza y seguir mezclando.
Al darse la vuelta creyó haber visto a Miku, sentado en una de las sillas sonriendole como aquella vez en la tienda de trajes. Negó con la cabeza mientras sonreía
-A Miku le gustaba el café...Me pregunto si le gustará todavia-