ME DUELE…
Llegue a casa con mis ojos rojos. Había llorado tanto en el camino, no me importaba que la gente me viera así. En ese momento solo tenía algo que punzaba mi corazón, una apuñalada que se hacía más profunda. Pero...YA NO ERA EL MISMO NARUTO.
¿Por qué vuelvo a casa sonriendo?
_Si Sasuke me mintió.
_Lo hizo de nuevo con Gaara.
¿Pero saben qué?
Algo paso en el camino… vayamos por parte. Empezaba un nuevo día ...
Pues, cuando vi a Sasuke en el salón casi vacío, recién comenzaban a ocuparlos nuestros compañeros. Me acerque a él y le pregunte ¿Qué hiciste ayer? Me fui de la escuela porque pensé que te habías ido.
Mentí.
Quería ver que respondía.
Y lo que dijo, fue otro dolor acumulado en mi pecho.
—Lo siento, Dobe. Tenía algo que hacer en la biblioteca, pero descuida yo te avisare si vuelve a pasar.
¡POR DIOS SASUKE!
¡Me estas mintiendo!
¡¡A la persona que te ama!!
¿Algo en la biblioteca?
¡¡¡Que estupideces…yo estuve en la biblioteca y tú en el salón revolcándote con Gaara!!!
Esas eran las palabras correctas que deseaba gritarle, pero claro yo no podía decirlas. Conozco a Sasuke lo suficiente como para entender que si lo acuso de algo sin pruebas y le pido explicaciones…me dejara.
Me dejara y no volverá a mi lado, y tendrá completamente la libertad para acostarse con todo el instituto.
Soy un idiota.
Un idiota enamorado.
Desde luego ante esa aclaración suya le sonreí. Él me atrajo a su cuerpo y me beso apasionadamente, le correspondí gustoso.
Pero algo dentro de mí…ya no era igual.
Y eso se debía a que no era el único que compartía sus labios. Me separe de golpe.
—¿Qué pasa?
Él me veía asombrado por mi repentina acción.
—Yo…no me siento bien, iré a la enfermería-le sonreí falsamente.
—Te acompaño-dijo de inmediato.
—¡¡NO!!
Lo siguiente me asusto. Todos me miraban sorprendidos. ¡Le había gritado a Sasuke! Jamás de los jamases le había gritado así, derecho yo nunca había experimentado el enojo. Pero de alguna forma algo en mi cuerpo que desconocía…comenzaba a crecer dentro de mí.
Y yo me preguntaba ¿Qué era?
Nunca quise pelear o meterme en discusiones. Era un alumno perfecto, prestaba atención a clases, me comportaba correctamente, ayudaba al prójimo, respetaba a todos y amaba fielmente a mi novio.
¿Entonces por qué? ¿Por qué eso nacía de repente dentro de mí?
Sasuke ante mi grito había dado un paso atrás. Y me miraba igual que los demás ¿Jamás lo esperaste? Yo tampoco lo vi…
—Lo siento…-dije algo apenado-Pero quiero ir solo ¿No te molesta verdad?-pregunte con la voz baja.
El se acerco y acaricio mi mejilla con una de sus manos. Increíble que te muestres así después de haberme hecho semejante atrocidad.
Me sorprendí ante mi pensamiento, al sentir el tacto de su piel en la mía. Algo como eso no debería molestarme, ¡Pero me molestaba!
—Ve…y me dices luego si estás bien.
Yo asentí y Salí a la enfermería. Era seguro que perdería las primeras dos horas, Shizune la encargada del lugar me recibió cordialmente y me izo recostarme en la camilla. Para saber que era lo que molestaba en mi cuerpo.
—Dime, ¿Qué es lo que te duele?
Esa pregunta…me dejo un poco descolocado.
No me dolía físicamente. Me dolía espiritualmente.
Quería decirle que de mi corazón solo quedaban fragmentos muy pequeños porque Sasuke había tenido la desfachatez de romperlo.
—No me duele nada…pero me siento extraño-admití mirándola a los ojos.
—Si no estás mal, no deberías saltarte las clases.
Vaya si me escuchaba. Le dije que estoy raro y yo esperando una ayuda u opinión.
NADA.
Me retire en silencio y comencé mi caminata por los pasillos. De repente a mi mente vinieron esos recuerdos, Sasuke haciéndolo con Gaara. Tuve que sostenerme de la pared, eso me hacía muy mal, me acerque al baño y comprobé en el espejo mi dolor.
Estaba llorando.
No podía entrar así al salón.
No quería dar la lástima.
Me senté en el frio piso apoyándome contra el azulejo del baño y sin darme cuenta caí dormido. No sé cuanto habrá pasado después de eso, pero escuche perfectamente el timbre de recreo. Me levante de golpe y refregué mis ojos, de repente escuche voces…muy cerca. Por alguna razón me encerré en una de las cabinas subiendo al retrete para que no vieran mis pies.
No sé porque lo hice.
Mi cuerpo se movió solo.
Pero jamás espere que estar en ese momento dentro del baño de hombres, también me causara una dolorosa situación.
¿Por qué lo digo?
Porque el que entraba al baño era nada menos que el amor de mi vida y su “Amante”.
—Aquí no…Sasuke…
Podía escuchar la voz entrecortada…¿Se estaban besando?
—mmm…nadie nos vera…
—Pero…¿Y Naruto?
No podía evitar mi temblor ante la mención de mi nombre. ¿Qué dirías Sasuke? Y lo siguiente acabo con todo mi sentir.
—Está en la enfermería…no vendrá aquí…
PORQUE SASUKE…PORQUE ERES TAN FRIO…
ME HAS ROTO…COMPLETAMENTE.
¿No me amabas?
¿Me usabas?
—¿Y si alguien entra al baño?
—Ssshh…Gaara…cerré con traba..jeje…además tienen los baños de arriba.
Si, tal como escucharon era el mismo tipo con mi Sasuke. Luego de eso solo pude escuchar torpes movimientos, golpeándose cosas en el camino.
Suspiros.
Gemidos.
Yo me tapaba la boca para no soltar el llanto. A pesar de no emitir sonido por mis labios, mis ojos llorosos salpicando y deslizándose por mis mejillas lo decía todo.
Tenía la certeza que se habían encerrado en una de las cabinas. Pero aun así no me daba el coraje de abrir la puerta y correr de allí.
Me estaba muriendo.
Sentía mi corazón desfallecer.
Las fuerzas ya no estaban.
Cada grito de placer que daba el pelirrojo y el nombre de mi amado en sus labios con cada embestida me rompían.
Hasta sospechaba que ya no tenía nada que se rompiera en mi interior.
Me sentía…
HUECO.
VACÍO.
UNA EXTRAÑA SENSACIÓN.
El timbre duraba 15 minutos. Asique tenían de sobra…
Por fin mi tormento acababa.
—AAAAAHHH SASUKE…ME VENGOOO…
—YO TAMBIÉN…
Tape mis oídos como pude. Ya nos mas por favor…
Eres tan falso…
Cuando me besas y me haces el amor.
¿Me pregunto qué piensas cuando lo hacemos?
¿Pensara en Gaara o en sus otras parejas?
Todo había terminado. Escuchaba como se acomodaban sus uniformes y luego se iban del baño.
Yo seque mis ojos con la manga y una vez controlando que nadie estuviera, Salí y me plante frente al espejo a mojarme el rostro para quitarme mi horrenda expresión.
Pero mientras las gotas cristalinas de agua llegaban a mi piel, mas lagrimas salían de mis zafiros ojos.
¿Porque me engañaba?
¿Soy feo?
Me mire al espejo observando cada detalle de mi rostro y mi figura.
Rubio, cabellos que eran dorados al sol.
Ojos azules.
Delgado pero con buen contorno.
Mis labios rosados y finos.
Una gran sonrisa.
Sonreí amargamente. ¿Qué tenía Gaara o los demás que yo no pudiera darle?
Una vez me tranquilice Salí y recorrí los pasillos, cualquiera que me viera diría: “Pareces un zombi”
Si caminaba como tal y tenía la cara como uno. Que me importa, últimamente ya nada me importaba.
No quería entrar a clases. ¿Saben lo que icé?
Me escape de la escuela. Dejando mi mochila…
Si era estúpido. Pero no quería verle la cara a Sasuke. No quería verle la cara a Gaara, no quería verle la cara a NADIE…
Agradecí infinitamente que no estuviera el portero de la salida allí. Salí sin que nadie me viera, en el camino a casa no pude evitar sollozar.
Demonios.
No puedo dejar de llorar.
Y como si fuera poco.
La lluvia me topo con la guardia baja, las gotas comenzaron a mojar mi uniforme y todo mi cuerpo. No tenía lugar donde resguardarme, aproveche la llovisna para soltar todo mi llanto.
Y como un vago durmiendo en la calle, me senté a un lado de la vereda escondiendo mi cabeza entre mis piernas.
Llore.
Seguí llorando.
E incluso algunos quejidos dolorosos se desprendieron de mi corazón.
¿Porque…Sasuke porque me engañabas?
Era lo único que escapaba de mis labios fríos.
Algo me extraño en ese momento, no sentía que las gotas me salpicaran en mi cabeza. Y estaba seguro que no paraba de llover, porque escuchaba claramente el sonido golpeando la calle.
—Naruto…
Esa voz.
Levante mi rostro lloroso viendo la persona que estaba al frente, en su mano llevaba un paraguas. Ahora comprendía porque el de no sentir el agua deslizándose por mi cuerpo. Su rostro reflejaba angustia, si, debo verme horrible pensé.
Pero no podía cambiarlo.
—¿Por qué…estas aquí fuera del escuela y en medio de esta lluvia?
Yo no dije nada.
Me levante y lo abrace causando que tirara accidentalmente el paraguas y nos mojáramos los dos.
Mis lágrimas se confundían con la llovizna pero aun así…él lo noto.
—¿Por qué lloras…Naruto?
Sentí sus brazos alrededor de mi espalda. Se sentía bien…quería apoyo en ese momento.
Quería que alguien me escuchara. Y quien mejor… que…su hermano.
—ITACHI…Necesito tu ayuda…
(CONTINUARA)