REGLA 2. LAS REGLAS IMPUESTAS A LA FUERZA NO FUNCIONAN
- Las reglas son simples, así que espero no tener que repetírtelas- Naruto lo miró enojado, y la furia en sus venas se incendió golpeando con fuerza la pared tras el rubio, dejándola hundida- Te estoy haciendo un favor al dejarte quedar, así que deberías ser un poco más agradecido…
- Okay, okay…- Dijo asustado a la vez que una sonrisa nerviosa se apoderaba de su rostro.
Sasuke sonrió agradecido. El miedo de Naruto era lo único por lo que todavía estaba con ropa, pues la mirada azul deslizándose por su cuerpo le indicaba los deseos del chico de desvestirlo y follarlo hasta el cansancio, detenidos por el natural miedo de todo ser humano a morir.
Se pasó las manos por las orejas, mandándolas hacia atrás y al soltarlas, estas regresaron tiernamente a su posición original, sacando una dulce sonrisa de los labios canelas de rubio, que permanecía sentado en una de las tantas sillas de la sala, con los codos sobre las rodillas y la barbilla apoyada en sus manos entrelazadas.
- En ese caso te las voy a decir- Respondió el neko tratando de ignorar la expresión de su acompañante y la razón por la que tenía tal expresión- 1: No vas a tocar nada a no ser que sea extremadamente necesario, algo de vida o muerte… ¡Y nunca en mi contra!
- ¡Entendido!- respondió el rubio con un abrumador gesto militar que le dio flojera corregir
- 2: No vas a volver a hablar sobre recuperar mi amor, y por tanto no vas a hacer nada con ese fin. Tienes que aceptar que eso ha terminado- Un bufido molesto le respondió, por lo que, sacó la navaja con la que había amenazado a Naruto en la preparatoria, amenazando al rubio con ella, hasta escuchar
- ¡Entendido!-
- 3: Nada de ponerte amoroso conmigo. No besos, no abrazos, no caricias y SOBRETODO, no meterte a la cama conmigo. Me tocas y dejarás de ser un humano para volverte restos que se pudren en una fosa común- Naruto quedó con una expresión algo difícil de leer, por lo que no pudo evitar quedarse mirándolo fijamente y ladear la cabeza como un minino, tratando de descifrarla
- Y…esto… ¿desde cuándo entran en vigencia las reglas?- Preguntó el rubio haciendo que el moreno regresara a su posición original todavía más confundido-
- No las he dicho todas, así que supongo que después de que termine esta convers…- Hubiera terminado la frase si los labios de Naruto no le hubieran silenciado, mientras las manos canelas le sujetaban las caderas con fuerza, impidiéndole huir de aquel contacto entre sus miembros a través de la tela del pantalón-i…idiota…que…
La lengua del rubio se estaba moviendo acelerada en el interior de su boca, empapando sus labios y su mentón de cálida saliva que resbalaba de la comisura de su boca abierta, mientras la lengua parecía incitarle a seguir el juego, el cuerpo caliente empezaba a pasarle la temperatura de manera apasionante y las manos en la cadera le recordaban algunos momentos indecorosos de su pasado…
- ¡Idiota aléjate!- Fue lo primero que dijo cuando salió del trance en el que lo había puesto aquel beso, usando todas sus fuerzas de minino para empujar a Naruto, logrando lanzarlo contra una de las paredes del fondo del apartamento con una fuerza tal que las cosas colgadas en ella cayeron sobre el ojiazul- ¿no te dije que no hicieras eso o eras hombre muerto?
- Dijiste que las reglas entraban en vigencia cuando la conversación terminara. Tenía que aprovechar mi última oportunidad ¿no crees?-
Las mejillas de Sasuke se sonrojaron bajo los mechones negros que le cubrían, tratando de retomar la compostura a la vez que se sentaba en el otro sillón de la sala, poniendo su mano derecha en su frente, como si tratara de controlar un pensamiento abrasador que le hacía daño.
- Tienes que arreglarme esa pared ¿lo entiendes verdad?- Preguntó el moreno haciendo que el rubio se levantara cojeando y con una sonrisa
- Déjamelo a mí- respondió a la vez que levantaba su dedo pulgar
- Claro que te lo dejo a ti, tu eres el culpable- Respondió el neko hundiéndose en el sillón- Ahora… La última regla de la que quería hablarte es que…No puedes meterte en mi vida
- ¿Eh? Pero si soy parte de ella- Respondió el rubio a la vez que levantaba un antiguo diploma de Sasuke para colgarlo de la alta puntilla
- No es cierto. FUISTE es una palabra más adecuada para tu situación. Yo ahora tengo una novia respetable, un apartamento respetable, amigos respetables y un trabajo respetable. Ya que te metiste con mi apartamento y me es imposible sacarte, al menos puedo mantenerte alejado de todo lo demás. No te metas con mi prometida, no te metas con mis amigos y ni se te ocurra meterte en mi trabajo ¿Lo has oído?-
- ¿Quieres entonces que sea tu amor prohibido, del que no puedes hablar? Un amor oscuro que viene del pasado y se robara tu corazón en frente de todos- Dijo el rubio saltando a su lado para recibir un firme golpe
- ¡NO GRACIAS!-Gritó devolviéndolo a la pared que quería que arreglara, de un solo golpe- Te dejo quedarte porque eres mi amigo-
- ¡Aghhh! Amigo, amigo y amigo ¿sabes decir otra palabra distinta? Porque no has usado ninguna otra para referirte a mi- Dijo algo indignado el rubio- Era tu novio, tu amante, tu seme…-
La última palabra justificó el que el pesado diccionario de mecánica que al ser el objeto cercano menos útil para Sasuke, volara por los aires hasta estrellarse en esa rubia cabeza despeinada, sacando un enorme chichón.
- Te lo advierto. No te metas con mi vida-
El rubio asintió sin ganas, sobándose la cabeza herida, antes de que Sasuke se pusiera la chaqueta de paño y dejando el maletín que siempre llevaba al trabajo a un lado de la puerta, saliera de la casa dejándolo en medio del silencio que apenas se cortaba por el ruido de los autos corriendo raudos por la desocupada carretera y los apurados pero poco comunes pasos por la acera.
REGLAS PARA CONVIVIR CON UN EX-NOVIO
La respiración del rubio contra su cuello, las manos que al haberle quitado la chaqueta de paño ya seguían con el cinturón, los dientes tratando de una manera infructuosa pero erótica de quitar el nudo de la corbata, el perfecto cuerpo al descubierto y solo para él…parpadeó y se encontró soñando despierto frente a la pantalla de su computador, en la que se veían las diminutas letras del contrato de un nuevo programa de ventas para el producto nuevo de su empresa.
Estaba acalorado, sudando a chorros, así que se quitó la chaqueta dejándola colgada del espaldar de la silla en la que se puso a dar vueltas, tratando de tranquilizarse. Sus orejas estaban inquietas, era como si algo terrible fuese a pasar en cualquier momento.
Los carros seguían pasando por la lejana calle, el trabajo de sus subordinados que permanecían a tan solo un par de metros de él, separados por una pared de ver aquellas orejas que siempre ocultaba con recelo continuaba…incluso el sonido de las teclas cayendo ante los dedos de su secretaria, haciendo el sonido de la lluvia para sus oídos continuaba, por lo que comenzó a preguntarse si su intuición estaría fallando… nada malo estaba pasando, a excepción de sus húmedas fantasías que esperaba, desaparecieran cuanto antes para seguir con su trabajo…
De pronto, los pasos afuera dejaron de sonar, el trabajo de sus subordinados se detuvo y hasta los dedos de su secretaria frenaron, opacados todos los sonidos por el de pasos firmes y certeros, acompasados con el tic tac del reloj que tenía en la pared. La secretaria dijo algo que no alcanzó a entender del todo y una voz excitante respondió “somos amigos de la infancia”, lo cual solo le hizo entrar aún más en pánico.
- Sasuke-kuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuun- La voz alargada del rubio entrando por su puerta le hizo entrar en pánico a la vez que se cubría las orejas de afán, levantándose de un salto para cerrar la puerta por la que su secretaria lo miraba confundida
- Idiota, idiota, idiota ¿Po-por qué diablos creíste que podías venir?- preguntó indignado a la vez que le golpeaba con una revista que encontró cerca
- Da-datte*, olvidaste esto en casa- respondió el rubio mostrándole el maletín con un gesto sumiso
- B-A-K-A N-A-R-U-T-O – respondió indignado a la vez que cogía el maletín para golpearlo- ¿No pudiste figurarte en tu cabecita idiota que lo dejé porque no lo necesitaba?
- Etto… No- respondió el rubio después de pensar un poco, haciendo que los golpes sobre su cuerpo aumentaran- Demo, Sasuke-kun, también es cierto que yo vine…porque…quería verte-
- ¿Eh?- Preguntó confundido al notar que la distancia entre su “amigo” y él se había disminuido drásticamente, dejándole contra el escritorio, sintiendo la respiración del rubio contra su piel, y la calidez de aquel cuerpo contra el suyo- ¿No-no te dije acaso que si hacías esto estaría muerto?
- Me dijiste muchas cosas, pero no las escuché- Confesó el ojiazul a la vez que lamía lentamente los labios del neko, humedeciéndolos eróticamente- Estaba demasiado ocupado viendo lo atractivo que te has vuelto-
El volumen de su voz había disminuido hasta volverse un delicado susurro apenas audible, acariciando sus labios temblorosos. Trató de levantar la mano para golpearlo, pero el rubio anticipándose a tal ataque usó sus manos para sujetar las del neko, entrelazando sus dedos en medio de unas delicadas caricias.
- Te voy…te voy a sacar de mi casa…te voy a…demandar…- Gimió el neko, sacándole una risa divertida al ojiazul cuya lengua había descendido, lamiéndole ahora el cuello
- Nunca, voy a dejar que te vayas de mi lado otra vez-
Odiaba que la única persona con la llave de su corazón, jugara de esa manera con él, como si quisiera lastimarlo más, mucho más que antes. Era tan doloroso pensar que la persona que amaba, había sido tan predecible como para que su familia le leyera…
Cuando llegó al aeropuerto en el que estaba el avión con el que abandonaría Japón, con las lágrimas en los ojos y aquel collar que ganó en un estúpido juego de romances, ajustado fuertemente en su mano, su madre se llenó de indignación y su padre le golpeó en la mano, tirando aquel collar a un lado, y pisándole la mano cuando trató de recogerlo.
Dijeron que no le llamaría…y no lo llamó
Dijeron que no respondería a sus cartas…y no respondió.
Dijeron que luego trataría de seducirlo nuevamente…y eso estaba haciendo.
- No más, por favor- las manos de Sasuke, temblorosas y llenas de un dolor oculto se cernieron en los brazos del rubio quien dejó de acariciarlo por un momento para verlo a los ojos…
- ¿Estás bien?- No, no estaba bien. Estaba temblando como un chiquillo, aferrándose con fuerza a él- No tienes por qué temer Sasuke…Yo te amo-
No tenía ninguna respuesta programada en su mente para esa situación, jamás se imaginó estar nuevamente en esa situación y sin embargo, ahí estaba… La mano de Naruto se apoyó en su barbilla obligándolo a acercarse a él y besarlo…
- Sasuke-kun- la puerta se abrió intempestivamente para mostrar a una chica que Naruto jamás creyó, se volvería a encontrar en su vida y que lo dejó congelado- ¿N-Naruto? ¡Qué diablos le estás haciendo a MI Sasuke!
- ¿K-Karin?- la pelirroja de lentes negros lo miraba con desdén mientras sus dientes rechinaban y sus manos arrugaban instintivamente una hoja de papel que tenía entre sus manos
RECORDEMOS A KARIN: En el capítulo del día de la mujer, Naruto aparece tirándole bolitas de papel porque se cree la gran mujer madura cuando en realidad no es más que una…ustedes entienden. Además Sasuke hace un comentario de que ella era la vocalista de su pequeña banda en el instituto, papel que le dan a Naruto por estar ella en su día libre… AHORA, SIGAMOS CON LA HISTORIA xDD
- Veo que recuerdas a mi novia- Respondió Sasuke señalando a la impulsiva chica que inmediatamente golpeó a Naruto a un lado para asegurarse de que Sasuke estuviera en buenas condiciones
- ¡Sasuke-kun! Qué bueno que te encuentras puro- Dijo con un acento un tanto infantil a la vez que miraba sonrojada el trasero del neko haciendo que Naruto se levantara enojado
- ¿Qué…qué diablos tratas de decir? La unión de nuestros cuerpos es lo único puro en el mundo, put*- Respondió el rubio enojado tratando de empujarla a un lado haciendo que la chica le rasguñara con sus largas uñas pintadas de rosa
- Kyaa, Sasuke-kun. Mi uña se rompió por culpa de ese idiota- Dijo la chica afligida al ver la manera en la que se había dañado su perfecto manicure- Me lo voy a llevar para que no intente ensuciarte…-
Antes de que Naruto se diera cuenta, los dedos de la pelirroja estaban firmemente cernidos a su mejilla, arrastrándole fuera de la oficina de Sasuke sin que pudiera hacer nada para evitar el ser alejado de su querido amor…
Sasuke en cambio quedó con un gesto entre satisfecho y desesperado, que la mayoría entenderían como pensativo, rascándose las negras orejas a la vez que se mordía el labio inferior molesto. Sus queridas reglas no habían funcionado como se lo había imaginado; Naruto acababa de irrumpir en su trabajo respetable y en su novia respetable, ambas al mismo tiempo…ah, y ahora esa pelirroja debía de estar por llevarlo ante sus amigos para terminar de darle el tour por aquellas cosas “respetables” que tanto había querido proteger… Y no había pasado ni una semana de ese “vivir juntos”…
La tarde pasó sin mayores contratiempos, y se encontró saliendo del departamento casi a medianoche, con el maletín que nunca había necesitado en una mano y la chaqueta en la otra mano. Se despidió de su secretaria, besó cariñosamente a su novia y bajando las escaleras, llegó hasta el parqueadero…
- Sasuke, ayuda…- Realmente lo último que se esperaba era encontrar a Naruto escondido en la parte de atrás del auto, bajo la cojinería, seguramente huyendo de Karin
- No te dije que no tocaras nada- Respondió el moreno algo indignado a la vez que se giraba enojado haciendo que el rubio temblara
- Da-datte, dijiste que si era en caso de vida o muerte si podía…- Respondió el rubio- ¡No sabes lo difícil que es escapar de ella, parecía una ninja, apareciendo a cada lado al que trataba de esconderme, como si tuviera alguna especie de poder de rastreo y me oliera!
- Apestas. Creo que cualquiera podría rastrarte por medio de tu olor- Respondió el moreno con una sonrisa perversa a la vez que encendía el auto, escuchando con satisfacción el rumor del motor que encendía
- Gracias por el comentario Sasuke- respondió el ojiazul sarcástico- Pero tu decías que mi olor era excitante
- Hace muuuuuuuuuuucho tiempo, cuando todavía te bañabas- respondió el moreno ignorándolo para empezar a atender a la conducción de su auto, sacándolo del parqueadero
- Si tu no me dejas bañarme contigo- Respondió el ojiazul haciendo un puchero- ¿Qué te parece si me bañas cuando lleguemos a casa? Y asegúrate de frotar bien fuerte mi miembro, que está que arde de solo verte-
- ¡HECCHI**¡- respondió el moreno enojado a la vez que le pegaba un puño directo a la mandíbula
- Sasuke-kun, eres cruel…-
Lo que Sasuke no sabía, era que Naruto igual se iba a meter esa y todas las noches a su cama, sin que él pudiese hacer mucho para evitarlo…
Regla 2. Las reglas impuestas a la fuerza no funcionan
EXTRA 1. HUYENDO DE KARIN
Apenas tuvo la oportunidad se escapó de las garras de Karin, y usando sus piernas para lo que servían, corrió en busca de la salida con desesperación, siendo seguido a algunos metros por la mujer de camisa de empresaria lila y pantalón negro de lycra ajustada, escondiéndose en alguna matera cercana para perderla de vista.
- ¡Aquí!- la chica solo respiró al aire y se giró instintivamente hacia las plantas, encontrándose con aquellos firmes ojos azules que temblaban de pánico
Evadiendo los intentos de captura de la pelirroja, Naruto saltó fuera de la matera, corriendo en zigzag entre las paredes que dividían las diferentes oficinas, terminando escondido bajo el escritorio de alguna oficina vacía.
Lo único que se escuchaba era la nariz resoplante de la chica que inhalaba como si tratara de drogarse a punta de succionar el aire por su nariz, acercándose y acercándose hasta terminar a su lado, obligándolo a huir nuevamente, metiéndose al elevador y oprimiendo botones en todas direcciones para terminar en cualquier plante, ocultándose de nuevo…
Pero esa nariz le perseguía a donde fuera… arriba, abajo. Esa nariz era todo, rastreándolo sin descanso, haciéndolo huir asustado, hasta terminar en el parqueadero, estrellándose con cada pilar en medio de la oscuridad, mientras los tacones le perseguían, cual película de terror, seguidos por la respiración tan profunda que asustaba, de la empresaria.
Finalmente se metió en el auto de Sasuke, esperando poder huir de ella allí, y quizás porque el olor de Sasuke estaba en todo el lugar, la chica finalmente perdió el rastro (eso o no quiso irrumpir en el auto de su amado) y demasiado asustado ante la idea de huir, se quedó hasta que Sasuke entró…