Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Aceite de Almendras por SariCin

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola! Cómo que se está volviendo costumbre en mí publicar una nueva historia cada semana *risas*. Bueno, esta vez es uno original así no lo había publicado antes porque es mi primer original *sonrojo*. 

Además de ser el primero de esta categoría, también la primera historia que hice en el presente año.

Bien, espero y les guste.

 

Aceite de Almendras

Capítulo único.

 

Una imagen borrosa aparece frente a mí a la vez que siento como unas manos se ciernen sobre mi cuerpo. Son grandes, finas, de dedos delgados. Aunque fácilmente pueden conmigo, no me gustan. No. No son de mi agrado porque a diferencia de otras, éstas son extremadamente frías y hacen que tiemble. Todo mi cuerpo lo hace por temor porque presiente que algo no está bien.

 

—Ah…

 

Eso fue ¿un gemido? ¿salió de mí? ¿Por qué esas manos aun siguen recorriéndome? No lo entiendo, a pesar de que todo mi ser se niega, mi cuerpo se estremece y parecer estar ansiando más esas caricias. Pero no quiero, aunque se siente muy bien, no lo quiero. Yo no tengo porque estar aquí.

 

Abro mis ojos pero veo la misma imagen. Una silueta borrosa que está sobre mí. No logro distinguir lo que hay a mi alrededor, solo veo a esta persona frente a mí y la mortecina luz amarillenta sobre su piel. Es demasiado para mi vista y dejo que se cierren mis párpados que tan pesados los siento.

 

A pesar de no contar con mi vista de manera temporal, mi piel siente el tacto de él. Sí, creo que empiezo a recordar por qué estoy en esta situación. Sé que esa persona es un hombre porque las mujeres no van conmigo, nunca lo han hecho. Ni por todo el alcohol que pueda beber, no puedo estar de esta manera con una fémina. Así que mi compañero es hombre. Un hombre que está haciéndome reaccionar con sus toques y caricias sugestivas.

 

—No te preocupes, te haré olvidar todo.

 

Me susurra al oído pero no tengo idea de por qué lo dice. ¿cómo fue que llegué a esto? Necesito la respuesta y rápido. No quiero despertar en una cama desconocida y ver un techo que no es el mío otra vez…

 

—¡Ngh!

 

¡Él se ha reído! Pero lo ha hecho por mi reacción. Piensa que lo he hecho por que me ha gustado, pero eso no es verdad. Esa reacción ha sido porque ahora recuerdo algo. ¡Prometí que no lo haría de nuevo! Pero la carne es débil, bien me decía mi padre, que en paz descanse. Prometí que jamás me metería con tipos solo por despecho, por sentirme solo o por lo que sea, pero al parecer lo he vuelto a hacer y me doy vergüenza, más porque no tengo idea de cómo fue que llegué hasta aquí.

 

Sus grandes y frías manos siguen deleitándose con mi cuerpo, más específicamente con mi miembro, mientras su boca ha empezado un recorrido por mi cuello y conociéndome, no tardaré en estar jadeando como animal en celo. Si ya con el hecho de que esté masajeando mi pene estoy a punto de explotar, ahora con los besos y lamidas a mi cuello logrará derretirme de placer, ergo: ha tocado mi máximo punto de placer.

 

—Parece que lo disfrutas cariño —me dice rozando sus labios con los míos—, veamos que más tienes.

 

Y gracias a Dios me ha besado. Nunca en mi vida había deseado tanto que dejaran de atender a mi cuello. Lo hace demasiado bien, tanto como el beso que estoy recibiendo y que, sin intenciones de resistirme, estoy correspondiendo. Sin duda se nota que es alguien con mucha experiencia, ¿a cuántos más habrá besado ya? Me pregunto en tanto su lengua juega con la mía, iniciando una batalla por saber cual domina a cual.

 

Ahora es que me doy cuenta de que poco a poco voy recobrando mis sentidos. Me puedo mover más y —aunque aun veo borroso— ya logro distinguir lo que está cerca de mi a excepción de algo: la cara de mi atacante. ¿Atacante? ¡Eso es! Recuerdo algo más.

 

Fue hoy después de mi trabajo, cuando me dirigía a casa. Desde que terminé mi turno en el bar sentía que algo no iba bien así que me apresuré y salí lo más rápido posible del local. Entonces al doblar la primera esquina alguien me sujetó por detrás y…¿Y qué? ¿por qué mi mente es una nebulosa? Al paso que voy terminaré siendo violado por un desconocido (ni tanto porque me está gustando bastante).

 

—De-deten…te —digo rompiendo el beso.

 

—¿Oh? Así que ya puedes hablar. Bien, me parece perfecto porque podré oírte suplicar por más cariño.

 

¿Qué clase de enfermo mental le dice eso a su victima de manera tan sensual y provocativa? ¿Qué no se supone que un violador lo hace rudo y doloroso? Ahora entiendo menos.

 

Se ha separado de mí y parece buscar algo pero inmediatamente regresa y se posiciona entre mis piernas. Bien, lo que me tenía ha llegado. Este es el momento en que la verdadera pasión comenzará a fluir. Tengo que admitir que soy muy lascivo en cuanto a sexo se refiere y por eso mismo todos mis compañeros nunca querían terminar conmigo, aunque solo estuve con ellos una noche. Siempre me pedían que me quedara a su lado porque yo les había dado el mejor coito de sus vidas. Pero siempre rechacé a todos, no porque no quisiera seguir teniendo relaciones, sino porque yo los veía a todos como un momento de satisfacción, no más.

 

Y no es que sea muy experimentado con esto, aunque si he tenido bastantes amantes. Es solo que me dejo llevar y consumir por la pasión. Disfruto cada caricia o beso que me dan y lo expreso mediante todo de mí: mi mirada llena de lujuria, deseosa por más, mi cuerpo dispuesto a todo que tiembla en ansiada excitación y mi voz que se hace sexy (según me dijo uno de mis ex) y ronca por el placer. Por eso es que digo que lo bueno está por empezar.

 

Un dulce aroma llega a mis fosas nasales y aunque tardo en reconocerlo sé lo que es: almendras. Es aceite de almendras. Lo supe bien porque es mi favorito, es el que usaba en la preparatoria sobre mi cabello, que por aquel entonces era largo. Por eso lo utilizaba, para olerlo siempre, porque me recordaba a mi primer amor, el primero y único, el que en la primera navidad que pasamos juntos me regaló ese aceite, porque le gustaba ese aroma. 

 

—Espero y no te moleste que utilice esto para prepararte dulzura, porque a mí me encanta esta fragancia —me dice tomando mi barbilla con una de sus manos y depositando un pequeño beso sobre mis labios. Yo solo me dejo hacer. Ya me he rendido y me tiene a su merced. Lo único que deseo es que ya sea de mañana, porque aunque lo disfrute, no quiero seguir haciendo lo mismo ya que prometí no volver a hacerlo. No si no es con la persona que amo.

 

Ha metido dos de sus dedos en mi ano. Aunque ha dolido, gracias al aceite puede moverlos a placer, y no me quejo, tambien me gusta.  Los abre como si de unas tijeras se tratara y eso me emociona. Los adentra un poco más y casi me corro.

 

—¡Oh Dios! —grito por puro placer. A él parecer excitarle verme así, pero no puedo hacer otra cosa más que gemir. Ha tocado un punto muy sensible dentro de mí y eso ocasiona que pida más. Ahora entiendo eso de olvidar todo, esto es tan maravilloso que casi hasta puedo olvidar cómo me llamo.

 

—Si que estás caliente —me dice sacando sus dedos, yo solo suspiro en reproche—, pero no te preocupes que ahora te haré gritar y no querrás que me detenga.

 

En este momento soy consciente de dónde estoy. Claramente es una habitación de hotel, y uno muy lujoso puedo notar, pero cuando me dispongo a ver la cara de mi supuesto violador me voltea de espalda hacia él, impidiéndome así verle el rostro.

 

—No cariño, si te dejo verme ya no será lo mismo. Es más excitante de esta forma.

 

Y tiene razón. El hecho de que no sepa con quien lo estoy haciendo me excita todavía más, también lo hace la posición en la que me tomará. Y de una sola embestida me penetra. He gritado tanto de dolor como de placer. Es una combinación tan gratificante que si no fuera porque no me agrada mucho sufrir, diría que soy sadomasoquista. Nunca nadie me lo ha hecho de esta manera porque no me gusta, pero algo de esta persona me impide negarle nada. Quizá sea su voz ronca por la excitación que gime en mi oído, o el trato gentil que tiene hacia mí, tan gentil que casi se podría decir que me esta haciendo el amor; o pueden ser esas manos tan suaves y calidas que me transmiten seguridad. Un momento. Esas manos ¿ahora son calidas?, ¿será por el sexo? ¡No! No eran sus manos las que eran frías, sino mi cuerpo entumecido por la droga que debió darme para traerme hasta aquí lo que me impedía sentir la calidez que fluye no solo de sus manos, sino de todo su cuerpo en sí.

 

Las embestidas han ido de lentas a rápidas. Me está volviendo loco y ya no creo poder aguantar un minuto más. Necesito alcanzar el alivio pronto. Una de sus manos toma mi miembro y comienza a frotarlo nuevamente, la que tiene libre la entrelaza con una de las mías y presiento que él también esta próximo a su final.

 

El ritmo aumenta cada vez mas y en una de sus acometidas ha tocado de nuevo ese punto que me ha hecho delirar. Y por si fuera poco, ahora me esta besando el cuello. ¡Mi tan sensible cuello! 

 

—¡Te amo, Chris! —Y en un arrebato de placer, pasión, éxtasis o lo  que sea, en el clímax he gritado el nombre de la única persona a la que he amado y quedo a merced de Morfeo y sus polvos del sueño…

 

*~*

 

—Tonto, gritando el nombre de alguien a quien no has visto por más de seis años —dijo el atacante—. Pero no importa, te extrañé  Alex —acercándose al oído del mencionado—, y también te amo —susurró y pensó en que quizá Alex lo odiaría a la mañana siguiente cuando se enterara que él planeó lo del “secuestro”, pero era inevitable. Después de todo el tiempo que tuvo que pasar fuera del país por fin regresaba a casa, junto a la persona que amaba y que si no fuera por un pequeño cuadernito de pasta violeta, no se hubiera dado el valor para, bueno, ya saben.

 

Epilogo.

 

Tuve un extraño sueño. Soñé que era Christopher el que había pasado la noche conmigo y no habíamos tenido sexo, sino que habíamos hecho el amor, como siempre quise hacer desde que me enamoré de él, pero eso es imposible. Chris está muy lejos, estudiando en el extranjero desde hace seis años y es improbable que él esté aquí. En mi sueño tambien vi que él me abrazaba tan cariñosamente como solía hacerlo, los dos estábamos desnudos sobre la cama, cubiertos con una sábana, de frente el uno al otro. Entonces, creyendo que todo era una ilusión le acaricie el rostro y él abrió sus ojos, tan negros como siempre. Me sonrío y me besó dulcemente en los labios. Yo cerré mis ojos y me volví a dormir.

 

Pero es solo un sueño, producto de mi deseo por ver a Chris y recordarlo durante toda la noche. Además del hecho de que creí verlo salir del bar en donde trabajo minutos antes de terminar mi turno. Si, en definitiva fue solo un sueño…

 

Por otra parte, nadie supo ni sabe de mi amor por él, solo mi viejo diario que perdí el día en que él se fue al extranjero. Me encantaba ese diario…

 

FIN

 

**Terminado el  primero de Enero del 2011, a las 7:32 a.m. 

 

 

Notas finales:

Bien, ¿qué les pareció? La verdad es que a mí aun no me convence pero bueno, es obvio ya que apenas empiezo con esto de las historias originales *risas*

Espero y les haya gustado. Nos estamos leyendo! Que tengan un buen fin de semana. Bye~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).