Nunca he tenido problemas de concentración. Jamás. Soy de aquellas personas que prestan toda su atención a una única cosa sin dificultad, logrando un buen desempeño.
Usualmente el problema es que me concentro demasiado y ni siquiera oigo mi nombre cuando alguien me llama, por ejemplo. O hay veces en que me hablan mientras estoy ocupado con otras cosas y simplemente respondo "Sí..." y cuando termino, avergonzado, tengo que preguntar "Amn... ¿qué me decías?". Casi siempre me llevo un regaño o una mala cara, pero los que me conocen saben que no pueden esperar que reparta mi atención a un trabajo de física y a una conversación sobre música al 50%-50%.
Pero con él es distinto, ¡es que él es distinto!
Es toda una obra de arte andante, y no me refiero a su cuerpo -que está excelente-, sino a todo. En especial su rostro, sus ojos, sus pestañas.
Odioso él.
Cuando estoy haciendo un trabajo y él se sienta a mi lado y se pone hablar de sus amigos, del club de fútbol, o de cualquiera de esas cosas que él habla, es que no tengo idea ni de qué dice él ni qué escribo yo.
Siempre termino mirándolo, sin escribir, escuchando su voz, sin escuchar lo que dice, y analizando sus gestos.
En serio, ¡él es mi problema!
En Blanco
Me dirijo al departamento, haciendo un listado mental de las cosas que aún tengo pendientes. Dentro del caos que es esta universidad, mi organización me ha mantenido con vida.
- ¡Noah!.- No tengo que girar para saber que es él. Podría reconocer su voz entre una multitud. Para que vean que soy obsesivo...
Me giro para distinguir entre todos, como siempre, su cabello corto (no mucho) y en puntas, de color rojo escarlata, su cuerpo bien desarrollado, su estatura codiciada, sus ojos de una aleación entre verde y celeste, incluso a veces amarillo.
Dev es y seguirá siendo todo un espectáculo para la visión de cualquiera. Incluso hay cosas que no son fáciles de observar, pero que lo hacen aún más atractivo. Como, por ejemplo, el tatuaje trival en su espalda, más abajo del cuello, o el piercing en su lengua. Y aunque a mí no me gustan los piercings, el suyo lo hace simplemente más... sexy.
Maldita sea, estoy enamorado como un enfermo de él, y como si eso no fuera suficiente problema pareciera que él ni se entera. Es más, no tiene cuidado alguno en cambiarse de ropa frente a mi (y cada vez que lo hace debo buscar algo con lo que distraerme si no quiero que comience a notar lo nervioso que me pone), me habla de las chicas que tiene pensado llevarse a la cama el fin de semana, ¡me trata de su "hermano" gran parte del tiempo!
¡¡¡ Por favor, este tipo va a lograr enloquecerme!!!
He intentado de todo para olvidarlo, salir con alguien más, agigantar sus defectos: "demasiado rebelde para mí, chantajista, mal-pensado, mal-intencionado, promiscuo... y si no lo es tanto...pues, ¡de todos modos juega con la gente!", incluso lo he evitado a propósito e ignorado abiertamente, ¡pero se acerca a hablarme con una sonrisa y simplemente no puedo ignorarlo! El me hace daño todo el tiempo y sin saberlo, pero yo no puedo ni podré nunca hacerle sentir mal intencionadamente.
Lo único que me falta es empezar a intentar con el esoterismo... y no estoy descartando la idea por completo.
Jazmin, la única persona a la que le he contado esto, me dice que tengo dos opciones; si lo que deseo es alejarlo de mí (por mi propio bien, y eso hasta yo lo entiendo), debería decirle que me gusta y él se alejaría solo. Lo otro es intentar gustarle yo, ¡pero eso quedó descartado antes de que lo mencionara!
No puedo porque... somos tan distintos. El es completamente alocado, toma decisiones rápidas y nunca se arrepiente de ellas, no tiene miedo de decir lo que piensa, y aunque por increíble que parezca que sea de los mejores estudiantes de Ingeniería Civil, pareciera que no tiene idea de qué hará en su futuro, para colmo... ¡ni le importa!
Y yo... haaa... yo soy lo opuesto, me quedo callado para evitar problemas, soy respetuoso, tengo claro qué espero de mi vida, no soy tan inocente como parezco, pero sin duda he vivido menos de un tercio de lo que él ha hecho. Cuando estoy con él me siento infantil, aburrido y muy, pero muy predecible.
¿¡Qué debo hacer!? ¡¡Si sigo así me volveré loco!!
- Hola, Dev.- Digo, intentando no demostrar tan obviamente cada cosa que se me pasa por la mente.
- ¿Vienes a la fiesta de Catherine?.- Me pregunta entusiasmado, como siempre, con grandes ojos y una sonrisa natural. Jamás le he visto serio.
- No, es que...
- ...tengo que estudiar.- Termina la frase por mí y pone los ojos en blanco.
- Exacto. ¿Y? si ya lo sabías no debiste preguntarme...- Me pongo a la defensiva.
Aunque me doliese creo que si él fuese quien se alejara de mí, sería más fácil olvidar todo.
- ¿Andas de malas?.- Enarca una ceja.- Responderé lo mismo que siempre: porque necesitas distraerte de tu mundo de números aburridos y complejos y enterarte de qué trata el mundo. Te aviso que no eres un hámster limitado a su jaulita de cristal.- Responde sarcástico, como hace cada vez que le molesta algo que digo. ¡Y odio tanto cuando me trata así! Me irrita más de lo que debiera, pues me hace sentir como si fuese un idiota...
- Ah, sí, claro... Veamos, ¿droga? ¿alcohol? ¿sexo? ¿cigarrillos? Que terrible que me pierda todo eso...-Ironizo y lamentablemente suena peor de lo que sonó en mi mente.
- Ya veo que no se te puede hablar hoy, es lo que te ganas por llenarte de stress.- Me mira enojado y se va sin despedirse.
Genial, logré sin querer lo que no puedo lograr cuando me lo propongo.
Llego al departamento que comparto con dos amigos más y entro a mi habitación, que aunque no muy espaciosa es más que cómoda. Dejo la mochila sobre la cama y me miro al espejo. ¡Ni siquiera mi aspecto me da posibilidades de lograr algo con él!
Veo a un chico flaco, de piel clara, cabello castaño claro y ojos oscuros.
Sólo me faltan los lentes de ratón de biblioteca y le pondría la guinda a la torta.
Intento olvidar el asunto por un rato.
Pienso en la maqueta que debo confeccionar, así que tomo algo de dinero para ir a comprar los materiales. Tomo también las llaves y antes de salir suspiro. No está siendo una buena semana, en verdad no.
Supongo que es verdad eso de que los polos opuestos se atraen, pero... esto está logrando hacerme verdaderamente infeliz. Quisiera y he intentado miles de veces verlo sólo como un amigo, mas me es imposible. No puedo... por mucho que lo intento.
Abajo del edificio me topo con el grupo de amigos de Dev, a quienes en realidad no conozco más que de nombre. Están todos conversando entre si y no notan mi presencia. Uno de ellos vive aquí, creo.
Distingo a Clarissa, a quien llaman simplemente "Klah". Es una chica de lindos ojos verdes filosos, de cabello negro con las puntas teñidas de azul, con mucho delineador y con varios piercings en la oreja y labios.
- ¿Y Dev?.- Alcanzo a oír que pregunta ella.
- Dijo que tenía algo que hacer.- Responde un chico con el pelo decolorado.
- Anda interesado en un chico al parecer.- Agrega una colorina.
- ¿Otro más? Ese loco se encapricha con cualquiera...
- Sí, jajaja. Después todos quedan llorando porque no duran más de una noche.
- No es cierto. Es sólo que aún no encuentra la persona que quiere.- Lo defiende Klah.
- Uuuuuy... se puso celosa.- Bromeó un moreno.
- Jajajaja.- Rieron los demás.
Según todos ella sería su compañera ideal, les gusta la misma música, ven la vida del mismo modo, actúan similar.
Le he preguntado varias veces por qué no salen, si el rumor de que Klah está loca por él lo conocen todos en la U. Con sencillez me ha dicho:
- La mayoría de la gente como yo sólo se comportan de este modo porque quieren llamar la atención. Son pocos los que disfrutan ser así. Ella es una mentira andante.- Luego se ríe, me mira y agrega: Tal vez yo también lo sea, ¿no?
En diferentes ocasiones hemos terminado en ese tema, aunque las palabras suelen quedar en el aire y paso a otro tema con rapidez.
Vuelvo a suspirar, sí, como por milésima vez en el día. Mi vida es un fiasco.
Al subir las escaleras hasta mi piso luego de una hora, ya con las bolsas con materiales en mis manos, me encuentro con una escena que me deja sin aliento y sin saber qué pensar.
Dev está sentado en el piso, con la espalda apoyada en la muralla opuesta a mi puerta, su rostro no está sonriente, parece molesto y perdido.
Contadas son las veces que lo encuentro así y muero de pena al pensar que parece como un perro rebelde que escapa de casa, pero que es infeliz pues se ha perdido.
Hay veces en que está desorientado y no me lo dice, pero se acerca a mí en vez de a sus amigos cuando está así. No sé si pensar que es porque no quiere mostrarse débil frente a ellos y busca refugiarse mientras se siente de ese modo, o si en verdad soy yo quien le inspira algo de confianza verdadera.
- ¿Qué haces?.- Pregunto, pasando una bolsa a la otra mano para sacar las llaves.
- Te espero para que redimas tu comportamiento.- Me dice, y aún me mira algo molesto.
- Pasa.- Abro la puerta y se dirige a mi pieza, al pasar por mi lado dice:
- No entiendo un ejercicio de álgebra.
- Haaa... siempre soy tu último recurso, ¿cierto?
Ya en mi habitación, y sobre mi escritorio, deja un libro grueso con una página marcada y un signo de pregunta sobre el ejercicio 4.
Aunque vamos en distintas carreras llevamos los mismo años, y en ciertos ramos nos pasan contenidos si no iguales, muy similares. Tengo más facilidades que él en lo que respecta a matemática.
- ¿No ibas a la fiesta?.- Pregunto, por decir algo, mientras busco unos lápices.
- Se me pegó tu manía de la responsabilidad...- Hizo un silencio.- Y corrió el rumor de una prueba.- Dijo al fin.
- Ajá.
Me siento en la silla del escritorio, mientras él se sienta en mi cama.
- Está demás decirte que no me hables mientras lo resuelvo, porque me desconcentras.- Le advertí, igual que siempre.- Luego te digo cómo lo hice.
- Sí, sí...- Siempre respondiendo lo mismo.
Es un ejercicio muy largo, más que complicado, es en verdad muy, muy largo.
Dev soporta callado un minuto y luego se remueve de su lugar y se para a mi lado, eso lo sé porque percibo su aliento cerca de mí.
Para serle útil me olvido de su presencia y me concentro al máximo, aunque sea él, esta vez lo ignoraré por completo.
- Te odio, Noah, haces que parezca tan fácil.
- Sí.- Respondo automáticamente.
- ¿Por qué estabas hoy tan intratable e irritable?
- Mnn...- Ni le escucho.
- ¿Crees que la loca de Amalia es bonita?
- Claro.- Respondo, luego de cinco segundos muevo la cabeza y lo miro.- No, claro que no. ¡Y deja de hablarme, ya te lo pedí!
- Ya, ya.- Me mira con frustración.
- ...
- Eres bueno en todo, pero de verdad no puedes hacer dos cosas a la vez, ¿no?
- Si quieres algo de verdad bien hecho...-hago una pausa mientras mentalmente realizo una multiplicación, luego de un rato termino la oración-...debes dedicarte a una sola cosa con toda tu atención.
- Te sigo envidiando.
- Ajá.
- Ya ni me escuchas, ¿no?
- Sí.
- Noah...
- Ya.
- ¿Puedo besarte?
- Está bien.
- ¿En serio?
- Mn...
- No te quejes.
- Bueno...-Sonrío- ¡Terminé!
Dos segundos y reacciono, ¿¡qué dijo!?
Me giro para verlo entre enojado e impresionado, pero es tarde, tiene una mano en mi nuca y la otra en mi barbilla, me empuja con suavidad y sus labios ya están aprisionando lo míos. No pasa un segundo y logra que abra la boca al morderme con suavidad, introduce su lengua caliente y no tiene piedad de mí al recorrerla toda.
Ni siquiera tengo tiempo de actuar, ni de alejarlo, ni de participar, ¡nada!
Cuando se aleja un instante para respirar lo alejo de mí, muy enojado.
- ¿¡Pero qué demonios te ocurre!? ¿¡Por qué hiciste eso, imbécil!?
- Te pedí permiso y me dijiste que sí.- Me responde con sencillez. No sonríe, sino que me mira seriamente. Yo ya me he parado y estoy a un metro de él, mirándolo impresionado.
- ¿Te estás burlando de mí...?.- Le pregunto. Recuerdo inmediatamente la conversación de sus amigos y no puedo creer que sea capaz de hacerme algo así.
- ¿De qué hablas?.- Responde enojado.
- ¡Esto no tiene sentido! ¿¡Por qué lo haces!?.-Sólo pensar que está jugando conmigo...
- ¡No seas idiota! ¡Yo sólo...!
Se acerca a mí a paso decidido y no logro escapar. Me toma con fuerza por los hombros, incluso más molesto que yo, con tanta fuerza que duele.
- ¡No soporto que creas que me burlo de ti!.- Me acerca a él y me vuelve a besar.- Te amo imbécil, eso es.
Su respiración agitada, su cara seria, sus cejas casi juntas, la intensidad de su mirada... sus palabras.
Ni siquiera estoy pensando en nada.
Me abraza con fuerza.
- Estoy enamorado de ti.- Le digo.
Se aleja sólo lo suficiente para mirarme a la cara con ojos grandes y semblante sorprendido.
- Tú nunca te diste cuenta de lo que yo sentía. No sé si creerte cuando me dices que me amas.- Vuelve a mostrarse confuso.- No sé si tengas el mismo concepto que yo de "amar"... ni siquiera sé si lo que me dices podría llegar a ser verdad, suena demasiado bueno para mí.- Sonrío muy forzadamente.
Yo sé cómo es Dev, muchas veces exagera o sobre-reacciona. Lo conozco y sé que puedo ser sólo una obsesión de último minuto. Se entusiasma con facilidad y luego... abandona todo. No quiero ni podría soportar ser un capricho pasajero.
Lo peor es que puede auto-convencerse de que soy el amor de su vida. Logra engañarse a sí mismo para luego engañar a su presa.
- Escucha, yo... cuando digo "estoy enamorado de ti", significa que no paro de pensar en ti, que aunque hay veces en que me ofendes cuando me hablas -sin intención, claro- yo te perdono rápidamente, cosa que no soportaría que nadie más hiciese. Yo te quiero tanto... me gustas de una forma en que ha dolido demasiado todo este tiempo...
Hubo mucho silencio, pero hace tiempo estoy mirando el suelo y no sé qué reacción tiene su cara.
- ¿A qué quieres llegar? ¿Es que ni siquiera soy confiable cuando eres la única persona a la que le he dicho eso en mi vida?
- No. No es eso... es sólo que...
- Siempre me haces sentir como un niño que no sabe nada.- Me recrimina.- ¡No estoy hablando por hablar!
- Dev...- ¿Cómo saber si todo esto es verdad y no estoy sólo soñando?
- Pareces siempre tan seguro cuando hablas y sabes exactamente qué hacer... cuando desapruebas lo que hago es como si reprendieras a un hermano menor por no saber lo que quiere del mundo. ¡Y odio aún más cuando no crees lo que te digo! ¡¡A ti jamás te he mentido!!
- Espera, Dev...- No era a esto a lo que quería llegar.
- ¿Cómo no me crees si te lo he intentado decir tantas veces? ¡De tantos modos distintos! Todo este tiempo... yo...- Me mira muy enojado.
- Oye.- Hago que me vuelva a mirar.- ...lo siento. No es desconfianza, es miedo.
- ¿Miedo de qué?.- Aún me observa con su semblante molesto y voz áspera.
- De pensar que puedo ser sólo un "antojo".
Camino y me siento en la cama. Miro al piso con detención y no vuelvo a levantar el rostro.
- ¿Cómo podría creer que te interesas en mí? Somos tan distintos y tú me has tratado como un amigo de toda la vida, a pesar de conocernos hace dos años.
- Si fuera por eso...-Se arrodilla frente a mí y acaricia mi mejilla.- ...yo tampoco debería creerte cuando me dices que estás enamorado de mí.- Por fin me sonríe de nuevo, aunque algo dolido de todos modos.
- Es diferente.
- No lo es.
- Claro que sí. ¿¡Siquiera puedes llevar la cuenta de con cuántas personas has salido!?.- Me estoy desesperando.- ¡Yo me rendí completamente cuando ibas en la cuarta! Y dejé de contar... y eso sucedió hace tanto, tanto tiempo.
- No te voy a mentir, yo no me enamoré de ti en cuanto te conocí, pero... hace un año que no puedo sacarte de mi mente. Yo no quise intentar nada contigo porque por la forma en que me tratas siempre, nunca creí posible interesarte. Además... sé muy bien que has intentado alejarte de mí varias veces, y de verdad tenía planeado dejarte hacerlo, pero... cuando comenzabas a ignorarme sentía tanto miedo... no sé a qué. Yo sólo no podía tenerte demasiado lejos.
Entre la pausa que hace se sienta a mi lado y remueve mi cabello suavemente.
- Es cierto que somos muy distintos, pero el hecho de que fueras así me hizo pensar en ti de otra forma. Nunca me importó que mis amigos hablaran sobre las personas con las que había salido, pero jamás soporté que dijeran la mínima cosa sobre ti. Noah,-me obliga a mirarlo- te respeto más que a nadie. Nunca pensé que realmente me declararía algún día, si no fuera por... ¡el idiota de Iván!, yo jamás te hubiese dicho nada, pero es que ya no soporto cuando se te acerca, como te mira, ¡y como tú hablas con él de una forma tan distinta a como lo haces conmigo!
Lo miro fijamente sin saber qué pensar verdaderamente; este chico me atonta de una manera en que no logro unir dos ideas en mi cabeza. ¿Qué tiene que ver Iván en todo esto?
- No sé de lo que hablas, en verdad, yo... no tengo idea de por qué mencionas a Iván en esto, pero...
- ¿De verdad no sabes?.- Se levanta irritado nuevamente.- Cuando estás con él ambos se ríen todo el tiempo, tú hablas mucho y siempre que lo mencionas a alguien más no sólo dices su nombre, siempre, siempre agregas un adjetivo diciendo que es la persona más graciosa que conoces, que lo pasas bien, que...- Todo lo dice enojado.- ¡Ya no aguanto! ¡Nunca has sido así conmigo! He intentado de todo para llamar tu atención... y tú continúas pensando en mí como el chico que no sabe quién es en esta vida. ¿Acaso no es así?
- Iván es la persona más graciosa que conozco, lo es.- Afirmo.- Y tú eres el chico que, al menos así lo demuestras, no tiene intención de querer lograr algo con su vida...- Me mira y no logro distinguir un sentimiento en sus ojos. Se debate entre el odio, la ira, la decepción y la tristeza.- ¿Pero sabes? El está lleno de defectos, muchos más que los tuyos. El es manipulador, mentiroso, finge demasiado bien, tanto como tú y hace mucho daño con facilidad... con él sólo puedo reír, porque no me atrevo a arriesgarme a conocerlo más. Contigo... bueno, tú eres otro caso. Si no hablo tanto cuando estoy contigo es porque no puedo. Tú absorbes toda mi atención, completamente Dev. Es increíble que nunca se me ocurra qué decirte...
Un silencio abrumador nos rodea y un escalofrío me recorre la espalda cuando su mirada más penetrante parece atravesarme. Sus ojos son en este momento más azules que cualquiera de los otros colores que luchan por sobresalir. Cada paso que da para acercarse a mí provoca que mi piel se erice. Voy viendo como la distancia desaparece poco a poco y eso logra que mi corazón se revuelque no sólo con ansiedad, también con miedo, con desesperación porque hace tiempo perdí la noción de qué sucede. Ni siquiera lo entiendo, ¿está todo sucediendo así como yo lo percibo? Quizás sea un sueño...
Mientras por primera vez en estos minutos logro pensar en la posibilidad de que esto no esté pasando, su respiración a escasos centímetros de mi rostro me trae de vuelta a la habitación. Ha apoyado una de sus rodillas en la cama a mi costado y está tan cerca que yo... me siento perdido en sus ojos.
- Dime, con sinceridad, qué piensas de mí.- Me pide, con toda la seriedad que nunca le vi usar.
- Creo que... que eres la persona más atractiva de este mundo.- Instantáneamente sus labios sobre los míos logran que me ahogue en sentimientos encontrados y termine irremediablemente a su merced.
¿Tiene algún caso resistirme ya? ¿Qué importa saber si está siendo verdadero al hablar conmigo o es sólo el resultado de esas dotes magníficas de conquista de las que dispone? Lo sé, es un conquistador. Me dirá exactamente lo que yo quiera oír, porque siempre sabe cómo hacer caer a cualquiera. He sabido de tantas personas a las que les ha hecho creer que está enamorado y luego descubren que sólo es un gran actor.
Con él nunca sabrás cuánto se le puede creer...
Si soy un capricho de una noche, que aproveche de saciarse de mí hoy, porque mañana no sé qué pasará. Que se complazca de haber doblegado todo intento de razonamiento en mí y haberme arrojado al acantilado de las sensaciones carnales.
Algún día sabré si fue bueno o no dejarme llevar, pero por el momento no queda voluntad en mí. Disfruto de él como jamás ni en mi imaginación pude.
Seré o no seré uno más de la lista. Representaré alguna vez algo.
No sé, no sé nada. Sólo él logra que mi mente siempre esté en blanco. Blanco como una hoja sin contenido, una mente sin pensamientos, un universo sin vida.
Completamente en blanco.