Estaba débil, apenas podía moverse, de nada servía el que fungiera fortaleza, con solo ver su intento de sonreírle dolía, el médico no le había querido dar los detalles de su enfermedad, era un tumor o x cosa, para estar seguro tenía que hacerse unos nuevos análisis que tardarían en estar listos en al menos un mes, sabía que eso era solo un pretexto seguro no había ni tiempo para asarlos y si fuera así sería demasiado tarde, Sai se moriría y no sabría porque, él tenía que contarle antes de que la etapa crítica llegara, su impotencia crecía a cada instante y no aguanto un minuto más sollozando, los ojos del pelinegro menor le contemplaban con gratitud, esa gratitud que siempre mostraba, en forma de su espantosa y falsa sonrisa que le clavaba agujas en el corazón, le dolía tanto que le tuviera lastima y no solo eso sino porque también él, la sentía por si mismo, de su garganta broto ese reproche, porqué se mantenía en silencio desde que supo su condición, porque no le hablaba de ese hecho tan importante, sentía que ni para eso servía, ya hacia un mes de que había sido hospitalizado y Sai solo empeoraba a cada momento, solo podía mantenerse a su lado manteniendo en alto la fe y la esperanza que había crecido a costa de su convivencia con el otro.
Entendía el temor de declarar tal verdad pero que lograba con ocultárselo, solo hacer que se lo reprochara después o quizás irse sin que él lo supiera, hasta ahora notaba aquel comportamiento que para él era normal en Sai pero no, ocultaba esa tristeza y dudas frente a sus ojos en esa mascara de seguridad y sonrisa hueca, hueca y seca, sedienta de comprensión que no había percibido asta ahora, sobo su cien con inquietud tratando de mantener la calma y no mostrar debilidad, poso su mirada en la cansada de su amante nuevamente, esperando tranquilizarlo, más en la mirada de su koi ya no había vida, parecía casi inerte como el de una estatua pero a pesar de ello parecía querer susurrar algo con sus pocas fuerzas, captando su atención sostuvo su mano con cuidado, cosa que apenas había logrado hacer bien, era un inútil refiriéndose a cuidar de alguien, Sai lo miro retirando su mano para pasar de largo a tocar el rostro intranquilo del mayor atrapado en el estrés y confusión esforzando una sonrisa real que a ambos les dolía en lo mas hondo de su corazón, Susurrando en ella un quejido agonizante y penoso, “estarás bien”…….
Como si hubiera perdido la esperanza o sabía no había alguna, se reuso a mirarlo a los ojos y leer su mirada, sostuvo su mano con fuerza, si tan solo hubiera sospechado lo que paso ese día, no hubiera desperdiciado el tiempo, sin embargo ya no se puede volver al ayer, en aquel entonces donde solo existía el disfrutar cada segundo con los amigos ets, ahora que esto surco su mente pensó el cómo le estará yendo a naruto, desde aquel incidente lo había estado evitando, sabía que no tenia perdón pero quizás el ya lo había de ver olvidado, había echo mal en no haberse disculpado en persona esa ver, pero realmente estaba avergonzado, ahora era el quien necesita un consejo, que irónico sonaba eso, se dispuso a ir a ver a su posible a un amigo, no sin antes tratar de reanimar a Sai sin excito, deposito por ultimo un beso en los labios de su amado que lo despidió con su apacible sonrisa apenas visible, que lo izo sonreír, no esquimaria en perder tiempo lejos de su lado solo una visita rápida, se apresuro y de paso tomo un suéter, el invierto ya estaba en su apogeo sin mencionar era el más crudo que estaba viviendo, a su mente vino un remoto recuerdo que lo izo entristecer, en una tarde así, le había conocido, aunque en un principio solo lo había elegido por un mero pasatiempo.
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Esa tarde recién salía de la casa de naruto, aun estaba muy sorprendido y a la vez divertido por lo que le había confesado, en aquel entonces su laso de amistad era bastante fuerte, cosa que ahora lamentaba no fuera igual, el estaba saliendo con un chico y le pedía consejos sobre sexo, apenas a las 3 semanas de estar saliendo con él, ese chico al que había apodado su amigo, su mapachito, ridículo nombrecito aunque le ajustaba bien, su amigo era un bobo, como era posible que ya estuviera pensando en eso, se estaba dando cuenta que estaba siendo protector y dejo el tema aunque no pudo evitar reírse en toda la charla, entendía que él quisiera estar preparado, pero él como se lo preguntaba era delirante, se daba entender que aun era todo un niñato, no sabía nada de una relación, en fin eso le izo pensar barias cosas, necesitaba compañía, aunque para ser honesto, no estaba interesado en una relación seria, con una pareja fija y ser fiel, eso no era lo suyo, lo suyo era divertirse tener más de una pareja con quien pudiera pasar un par de noches , las parejas de una noche eran las mejor.
Se sentó en una de esas bancas publicas y prendió un cigarrillo para relajarse de todo ese estrés acumulado a la vez que le daba una calada y después expulsar el humo consecutivamente, contaminando su cuerpo con las toxinas y le quitaba el frió, en esos días crudos y fríos lo mejor era el sexo, para calentar el cuerpo principalmente, a pesar de haber mucho movimiento en las calles se mantenía externo a estas, había posiblemente alguna celebración en puerta y al observar a tanta gente pasar frente suyo pudo captar a un joven de su gusto, sonrió y se mantuvo acechante, estudiándolo de cerca, el estaba con una chica, el color oxigenado de su cabello pelirosa aturdía la vista, que asco de tipa, al parecer era su novia, *que desperdicio* paso por su mente al ver cómo ella se aferraba a él, una buena opción y una vez que este se separo de su acompañante que le despidió con un beso apasionado, dejándolo literalmente libre a su asecho se dispuso a actuar, definitivamente quería conocerlo, claro está en la cama, cuando estuvo cerca suyo estudio su anatomia con una mirada seductora y incitante a su receptor que lo observaba, el solo sonrió con su conocida sonrisa, eso no era un no, el saludo y acepto la invitación que le ofrecida hiendo se a un hotel, fue más fácil de lo que él había pensado, contemplando que tenia pareja.
diálogos seductores comenzaron el acto, de sus bocas solo salían incontables jadeos y suspiros, despojados de sus ropas se conducían al sendero del placer, cada gemido soltado insistía a indagar mas, jamás había tenido una sesión tan productiva, era de notarse el no era un principiante cosa que al mayor le gusto bastante, la noche se consumió entre tanto frenesí, una y otra vez el azabache se encontró acabando dentro y fuera del adictivo cuerpo de su compañero, al terminar por 4 vez finalmente se inspiro a pedir su nombre, Sai se llamaba, sasu sonrió y sostuvo un abrasador beso sediento de una ronda mas.
Cuando se despedían noto que llevaba con sigo barios lienzos y pintura, impulsivamente pregunto que si era parte de su oficio a lo que el contexto un no, solo era su pasatiempo de tiempo libre, le gustaba pintar a sus amantes, el mayor rió con acústica, acaso pensara pintarle, pensó, mas Sai pareció leer su mente y menciono, -no vale la pena pintar a un amante con el que solo compartiste la cama una vez…, esto causo una extraña sensación en el mayor cosa que interpreto en enojo, se sentía poca cosa, alguien que solo conseguiría eso en su vida, aunque de hecho esos pensamientos venían de su corazón, en uno de esos lienzos estaba esa chichilla de quien hacia un rato se despedía y de la cual lo había tomado, injustamente rompió sus lienzos en frustración, haría sufrir a esa tipa, pero al caso no vio en Sai ninguna señal de incomodidad ante lo que había hecho, lo que le resulto extraño y le dio por entender que no le importaba ella ni nadie.
continuara-.....
