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Memories por leu

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Notas del fanfic:

DBSK

Es una pareja inusual...realmente no se como evolucione la historia...asi que me la iré sacando de la manga n.n

2U (HoCHun)

Amo esta pareja

Notas del capitulo:

Está medio aburrido jeje...

Espero les guste

Ya era un poco tarde. Esta vez la profesora se había pasado de la hora de clase. Corrí  velozmente a la biblioteca, cogí los libros que necesitaría para mi tarea y me dirigí al mostrador.


-Joven Jung. Siempre con prisa –me dijo la señora Lee mientras añadía el préstamo de esos libros a mi cuenta. Yo solo atine a sonreírle. -Aquí tienes –me extendió los libros y me devolvió mi credencial


-Gracias –tome mis cosas, hice una reverencia y me despedí dedicándole una sonrisa –Nos vemos pronto.


 Salí corriendo hacia mi trabajo. Por suerte la tienda donde trabajaba no quedaba lejos.


-Yunho. Corriendo otra vez –dijo mi jefa con una sonrisa al verme entrar –Necesito que me ayudes a reacomodar algunos exhibidores para el evento del fin de semana. Ve a dejar tus cosas, te espero en la bodega.


Dejé mis cosas en mi pequeño loker y me dirigí a la bodega.


-Mira –me dijo señalando dos paquetes enormes –estos son los exhibidores que irán en la entrada. Por favor sácalos, ármalos, llénalos y colócalos en su lugar. Los CD’S los dejé detrás del mostrador.


-¿A dónde moveré los que están en la entrada?


-Ponlos cerca del área de videojuegos


-Ok


No me llevó micho tiempo el armarlos y acomodarlos. En cuanto terminé, me dispuse a colocar los CD’S revisar que estuvieran completos. Estaba tan concentrado en mi tarea que no me percate del cliente que acababa de entrar, no hasta que pasó a un lado de mí.


-Buenas tardes, bienvenido –salude cortésmente, él simplemente me vio unos instantes y siguió caminando.


Sus ojos eran tan extraños…no…extraños no…se veían vacios, su ropa se veía algo sucia al igual que sus manos y algunas partes de su rostro, estaba extremadamente delgado, su piel era blanca y su cabello negro caía hasta sus hombros. Realmente estaba intrigado con aquel ser. Vagaba por todos los pasillos como un alma en pena, no veía absolutamente nada, en todo momento su mirada se mantuvo perdida en cualquier parte de las paredes hasta que por fin tomó un CD.


Lo miro durante…quien sabe cuánto tiempo. Yo había terminado de acomodar la mercancía y él aún permanecía en la misma posición, con el mismo disco entre sus manos. Me acerque para ayudarle.


-Que buen gusto –dije una vez que estuve a su lado y observe el CD que sostenía –Es una gran colección de grandes piezas y reconocidos pianistas, le puedo decir que si es amante de este bellos instrumento, quedara sorprendido con las interpretaciones -Volteó a verme, aquellos ojos vacios me causaban escalofrío.


-Piano… -dijo en un tono de voz tan bajo que apenas si alcance a oírlo. Volvió su vista de nuevo al CD y pude observar una lágrima escapar de sus ojos.


-¿Se encuentra bien? –pregunte algo asustado. No hizo caso, dejó el disco en su lugar y salió en silencio de la tienda. Lo seguí con la mirada a través de los ventanales hasta que le perdí.


Ese chico realmente me intrigo. Su mirada vacía y aquella reacción al decir “piano” no era normal. Sacudí un poco mi cabeza, encogí mis hombros y regrese al mostrador.


La tarde paso como siempre. Visitantes que solo observaban y unos más que compraban. Mi jefa casi no salía de su oficina. La tienda no era muy grande así que yo era su único empleado. Ella se ocupaba del negocio durante las mañanas hasta que yo llegaba. En los momentos en los que no tenía algo que hacer, iba por mis cuadernos y libros para ir adelantando mis deberes escolares.


-Yunho –su voz me saco de concentración –ya es tarde, ya es hora de cerrar.


-¿Oh? –vi hacia todos lados…la tienda estaba sola y el azul cielo ahora era obscuro –lo siento, me distraje con mi tarea


-Sí, lo noté –rió divertida –cierra por favor. Las cuentas las dejas en mi oficina. Nos vemos mañana.


En cuanto mi jefa salió cerré el local, conté el dinero y cheque que cuadrara con las ventas anotadas, lo guarde en una pequeña bolsa y lo dejé en su oficina. Regrese al mostrador por mis libros y cuadernos, apague las luces, me dirigí a mi loker, saqué mis cosas y me puse mi chamarra.


Caminaba tranquilamente por la calle hacia la parada de autobuses para ir a mi casa. Saque un cigarrillo y lo encendí en lo que esperaba el bus.


La noche realmente se veía hermosa, las estrellas brillaban más de lo normal, o por lo menos así lo sentía yo. Me recargue en uno de los postes de la parada y di una gran bocanada al cigarrillo. El sabor a cereza que dejaban en mis labios a cada fumada me encantaba. Estaba tranquilamente perdido en el aroma y el sabor de mi cigarrillo que me sobresalte al escuchar algunos gritos en un callejón cercano.


Movido por la curiosidad me acerque lentamente a aquella calle. Me detuve justo en la esquina, ocultándome, solo para observar.


-¡Tú! Imbécil –y soltó un puñetazo en el rostro del aludido, tirándolo al piso -¿Cómo es posible que no hayas traído ni una sola moneda? –El tono de su voz era realmente de cólera – ¿Piensas qué te protejo de gratis? Te salve de morir desangrado en la basura, ahora tienes que trabajar para pagarme esa deuda o terminare vendiéndote…


Aquel cuerpo en el suelo no se movía en lo absoluto. El hombre que minutos antes gritaba lo tomo con fuerza del brazo y lo levanto. Con la mano libre tomo el mentón del muchacho y lo alzó.


-Aunque viéndote bien –movía el rostro del joven observando sus perfiles –no eres nada despreciable. Tienes una cara muy linda, una piel muy blanca y aunque estas un poco flaco, pagarían una buena suma de dinero por ti. Y qué decir de estos labios tan carnosos –toco con su pulgar aquella parte descrita


En un movimiento rápido, acorraló al pobre muchacho entre su cuerpo y la pared. Fue hasta ese momento, y gracias a la luz de la luna, que pude ver bien el rostro de los dos hombres. Mis ojos se abrieron por completo al reconocer a la víctima. Era el joven de mirada vacía de la tarde.


-Tienes algo tan extraño que llama demasiado la atención…me pregunto… ¿A qué sabrán tus labios? –y lo beso


El pobre chico temblaba e intentaba quitárselo de en sima, pero su débil cuerpo no se lo permitía. Estaba a punto de intervenir cuando aquel sujeto lo soltó.


-Lindos labios, saben bien –lo tomó de nuevo del mentón haciendo que el joven le mirara a los ojos –Escúchame bien. No quiero volver a verte por aquí. Por tu bien será mejor que así sea o en verdad te venderé –se alejo y lo empujo tirándolo de nuevo. Se dio  la vuelta y entró por un hueco en una casa abandonada.


Me quedé observando al joven. Mi cabeza se debatía entre acercarme o no. Decidí que no era mi problema así que regrese a la parada. Mi cigarro se había terminado, estaba a punto de sacar otro cuando él se acercaba. Su mirada seguía perdida en la distancia, sin notar mi presencia. Avanzó unos paso más y cuando estuvo a mi altura, cayó en mis brazos.

Notas finales:

Espero sus críticas y comentarios

Gracias por leer (y comentae *w*)


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