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Experimentos Noé. por Sanaky kun

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      Seis de la mañana, el silencio rondaba los pasillos desiertos de absolutamente todo el edificio, la famosa nueva Orden Oscura, no tenía comparación con el anterior, ya no era un lúgubre castillo sobre un acantilado. Entre los Montes Grampianos (1) junto a la hermosa ciudad de Glasgow (2), allí era donde reposaba la nueva Orden, cercano a Londres, podía decirse que sí. El edificio, era magnifico, con más de 3000 metros cuadrados, podía decirse que era la instalación más grande de la localidad británica, se había procurado dejar la sección científica en un edificio adjunto al principal, más bien para evitar los desastres que provocaban los experimentos de Komui, la elegancia de la época clásica yacía en aquel edificio que lejos de ser lúgubre, era acogedor y hogareño, con una belleza sin igual, sin embargo, en la noche no podía apreciarse mucho semejante belleza, todos dormían placidamente puesto que aun faltaba media hora para levantarse y comenzar con el trabajo, lo único que no descansaba, eran las maquinas en la oficina de Komui, no las habían apagado por el simple motivo de tener a un prisionero muy particular allí, justo en el fondo de la sala, donde los documentos ya no mostraban un impedimento para la movilidad del personal, un gran recipiente lleno de un liquido púrpura burbujeante cubría un cuerpo encadenado de pies y manos, sedado completamente para que así solo pudiera estar conciente, sin poder escapar, y con una mascarilla de oxigeno cubriendo su nariz y boca, para que así pudiera mantenerse con vida bajo aquella agua que le mantenía aplacado, conectado a innumerables maquinas que hacían una muy lenta transferencia de sangre, almacenando algo espeso y viscoso de lívido color, los ojos de este permanecían cerrados, tenia los brazos algo entumecidos y los muslos acalambrados debido a la posición que tenia desde hacia ya cerca de cuatro días, su cabeza daba vueltas, estaba mareado inclusive con los ojos cerrados y conocía el motivo que aquellos malestares.

        Su cabello antes rizado, se encontraba suspendido en el agua dándole un aspecto extraño y su cutis antes semi-grisáceo estaba pálido, semejando prácticamente un color normal de piel, las marcas de su frente, habían casi desaparecido, él sabia que no andaba del todo bien.

 

      -“estoy mareado, las ganas de asesinar se han esfumado ¿Qué me esta ocurriendo? ¿Por qué? Quiero salir de aquí”-los pensamientos eran vagos, podía jurar que ya casi no podía escuchar su voz dentro de su mente, se sentía tan… fuera de lugar y vulnerable.

 

      Fue entonces que la hora de levantar había llegado, el movimiento en los pasillos, en las duchas de los cuartos, en las habitaciones mismas, en todo el edificio la paz de la noche había desaparecido, cerca de quince minutos después, un supervisor de cabello azul ingreso en su despacho, acercándose al cuerpo inerte del prisionero, mirando las maquinas, tomando notas en una libreta que conservaba todos los detalles del experimento, toda la orden esperaba que Komui supiera lo que hacía, no dudando de su capacidad, sino de su desquiciada manera de experimentar.

 

      -muy bien, Duque Tyki Mikk, te encuentras estable-la mano del chino se poso sobre el vidrio dando pequeñas palmaditas que hacían un sonido sordo dentro del agua, los ojos miel del prisionero se abrieron muy lentamente, había escuchado perfectamente lo dicho por el supervisor, pero no sabia a que se refería precisamente con aquello de “encontrase estable” se sentía tan débil-seis horas más y podremos sacarte de allí, tu transfusión de sangre será completa y entonces ya no serás un peligro para nosotros ¿no estas contento?

 

      -“¿Qué mas te da? No puedo contestarte”-pensó el ojimiel mirando a el hombre que sonreía frente a el, se sentía tan cansado y aquello se notaba demasiado en sus facciones, aunque claramente la noticia de que pronto seria libre la causaba algo de felicidad-“así que era una transfusión de sangre, comprendo… ahora no soy un miembro de la familia Noé, soy un humano común y corriente, estuve todo este tiempo con una transfusión activa para que así se asegurara de que no quedara ningún rastro de mi sangre original, de ese modo, no seria una amenaza, vaya loco.”

 

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      -entonces Tyki será sacado del incubador biológico a las doce del día, me parece perfecto ¿es compatible?-el chino asintió, estaba sentado con los aprehensores del ex-Noé del placer-no puedo creerlo, compatible y además Noé, era toda una amenaza…

 

      -pero Lavi, ahora Hevlaska y los generales quieren convertirle en exorcista, por eso Komui se encargo de hacer aquel experimento, yo no estoy muy seguro-un albino se encontraba sentado junto a un japonés que permanecía mudo, sin siquiera abrir los ojos.

 

      -cállate Moyashi, si intenta algo le cortare la cabeza-si, esas fueron las únicas palabras del espadachín en absolutamente toda la conversación.

 

      -¡es Allen! ¡Maldita sea Kanda, la solución no esta en cortarle la cabeza!-las manos del inglés golpearon la mesa y se puso de pie frente al japonés dándole la bronca de su vida, haciendo que este cada vez retrocediera un poco más, con un tic nervioso en uno de sus ojos debido a el desplante que estaba teniendo Allen justo frente a el. Como odiaba que le gritase así y que además tuviera razón en lo que decía.

 

      -vamos chicos, no peleen, parecen un matrimonio en su aniversario numero treinta-Bookman Jr. No perdió el tiempo y detuvo la pelea antes de que ambos se tomaran la situación personalmente y comenzaran los golpes como siempre sucedía, consiguió que las miradas de ambos se posaran en el, una con evidente odio y la otra con una vergüenza más que notable-lo que tenemos que hacer, es sacar información del conde, luego hacer que Tyki mate Akumas, no a exorcistas y por ultimo, necesitamos a alguien que lo vigile y se quede con el todo el tiempo…

 

      -en eso tienes razón Lavi, sin embargo, cuando el Duque salga de la incubadora estará muy débil, por no decir que ni siquiera se podrá mantener en pie, también necesita alguien que lo cuide en su nueva habitación, ya saben, yo solo me encargo de salvarles la vida o por el contrario de arruinárselas, como hice con Tyki Mikk, pero no soy enfermero-el supervisor hablaba tranquilamente, dejando en claro lo que más necesitaría el ex-Noé y dejando en claro asta que punto llegaba el.

 

      -bueno, coloquemos tres papeles, dos estarán en blanco y uno tendrá una cruz, el que saque la cruz cuidara del lujurioso y Allen no hagas trampa-Lavi termino por decir aquello haciendo que Allen bajara la cabeza, pensando que con la suerte que tenia de mas le salía el papel y tendría que cuidar de un hombre, que ahora no era Noé, pero que eso segurito no le quitaba lo caliente. Los papelitos fueron puestos sobre la mesa luego de que Kanda marcara y doblara puesto que era el más fiable de los tres, los revolvieron sobre la mesa y tomaron un papelito cada uno, lo desdoblaron y los pusieron sobre la mesa, se miraron y luego suspiraron-bueno, no queda de otra… suerte

 

      -ten cuidado, suerte-fue lo único dicho por Kanda, el cual asta se compadecía del estorbo, parecía que por primera vez iba a sentir pena de alguien que le molestaba tanto.

 

      -Lavi, espero que no te pase nada, por favor cuídate… suerte-el albino finalmente hablo, efectivamente el pelirrojo tenia la cruz en su papel.

 

      -bueno, no creo que sea tan malo, no se preocupen, are mi mejor esfuerzo como futuro Bookman que soy-el japonés soltó una pequeña risa al ver el optimismo, a veces Lavi se parecía a Allen en pequeñas cosas que ni el mismo Komui notaba, pero se parecían-quedan quince minutos para las doce ¿nos vamos ya verdad Komui?

 

      -así es, tenemos que estar allí cuando la incubadora deje libre el cuerpo-Allen miraba atentamente como el pelirrojo sonreía para darle algo de tranquilidad, estaba tenso, a pesar de ya no ser una amenaza, aun quedaba algo del miedo oculto en el pasado.

 

      -Moyashi-susurro el japonés acercándose al oído de su compañero exorcista, el cual de inmediato le presto atención-tengo un mal presentimiento…

 

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      -Timcanpy-murmura Allen al ver como el pequeño Golem se ocultaba entre sus ropas con algo de susto, a su lado, estaba Kanda observando como su compañero tomaba por las alitas al Golem dorado que lloraba incansablemente-vamos no pasara nada, tranquilízate, el Golem de Kanda esta tranquilito ¿vez?-apunta al hombro de Kanda donde el pequeño Golem murciélago permanecía posado-tranquilo ¿vale? Estoy contigo…-abraso al pequeño contra su pecho consiguiendo que este se apaciguara, el japonés solo suspiro y atrajo al más joven hacia el, haciendo que el costado del menor se pegara a su pecho, colocando su mano derecha en el hombro derecho del albino que solamente lo miro-¿Kanda?

 

      -tranquilízate guisante, tu igual estas nervioso-el inglés no dijo nada, era más que obvio que lo estaba, pero era por su amigo pelirrojo que permanecía al lado de la incubadora, puesto que tenia que hacerse cargo del conde-no le pasara nada al conejo ya veras…

 

      -gracias por ser amable esta vez, Kanda-dijo sinceramente el menor apoyando su cabeza en el hombro del japonés que no le rechazo, únicamente suspiro con una pequeña sonrisa en el rostro.

 

      -solo por esta vez, garbanzo, se repetirá solo cuando te pase algo muy terrible, cosa que ocurrirá solo si te violan-el menor solo se rió un poco, eso era lo que temía le pasara a de ojos verdes, estando con aquel hombre cualquier cosa podía esperarse, no por nada había sido el Noé del placer, quizás ya no tenia poderes, pero seguía siendo un calentón pervertido y Lavi, no era feo, por ningún lado que se le mirara, aunque a el realmente le gustaran de cabello oscuro y mirada penetrante.

 

      -cuenta regresiva de 102 horas a terminado, extrayendo liquido anestésico-la maquina relato sus funciones mientras extraía el liquido púrpura que anteriormente estaba rodeando al prisionero-destruyendo sangre contaminada-la sangre fue introducida en un incinerador que la quemo rápidamente asta dejarla completamente seca, sin capacidad de inyectaran nuevamente ni mucho menos-soltando extensiones de drenaje y alimentación venosa-alrededor de cincuenta agujas se separaron del cuerpo pálido que sencillamente soltó un pequeño quejido ante el dolor, de inmediato, unos pequeños tapones impidieron que aquellos puntillos en su piel comenzaran a sangrar, parchando después todas las heridas-precediendo a la liberación del huésped-el cuerpo del conde callo pesadamente sin energías al suelo, siendo recibido por los brazos del pelirrojo que cubrió aquella desnudez con una manta, podía sentir la respiración pausada y débil de aquel hombre en su cuello, parecía estar muy cansado, se atrevía a decir que incluso parecía a punto de morir fue entonces que la maquina se apago.

 

      -Komui, esta muy débil, pareciera que fuera a morir-el chino solamente suspiro y se acerco a el pelirrojo, el cual tomo al ex–Noé con algo de dificultad, recostándolo en la camilla que habían preparado para el.

 

      -es porque estaba conciente y únicamente era alimentado con minerales que se inyectaban a la sangre, pero como la maquina estaba trabajando drenando su sangre, muchos minerales se fueron antes de poder ser absorbidos, ahora hay que cuidarle, tu te encargaras de eso, tiene que tener reposo toda esta semana, asegúrate de que tenga una dieta balanceada y con muchos nutrientes, le daremos calmantes en pastillas, tambien le daremos unos químicos que mutaran su cuerpo levemente para que así ya no pueda producir sangre Noé, procura que las tome-dijo dándole unas cajas llenas de lenitivos y químicos de nombres impronunciables, los cuales el pelirrojo tomo y miro, eran de 500 MG, eran bastante fuertes, seguramente tambien eran para mitigar el dolor de la transfusión a demás de la mutación-eso es todo llévalo a tu habitación, si necesitas otra cama avisa, abajo en la bodega deben haber camas extra.

 

      -esta bien, lo llevare en la camilla, luego le pediré a Allen o Yu que la traigan, no creo poderme el peso de Tyki-una sonrisa divertida se mostró en el rostro del de ojos verdes, haciendo que sus compañeros sonrieran tambien, aquel aprendiz de Bookman nunca dejaría de ser así, por eso muchos lo querían.

 

      -N-ni… ni que… estuviera… gordo como el conde Milenario… B-Bookman Jr.-Tyki hablo con mucha dificultad, llamando de inmediato la atención de los presentes, el pelirrojo le apretó la nariz impidiendo que respirara por esta obligándole a que abriera la boca para coger aire.

 

      -tu te callas, pesas mucho, yo cuidare de ti, así que por el momento enmudécete y recupérate-el ojimiel llevo sus manos a su nariz, intentando separar aquella mano de aquel lugar, sin conseguirlo, no tenia fuerzas, el ojiverde alejo su mano y se llevo a el conde de allí, camino por los pasillos de la orden arrascando la camilla en compañía de Kanda y Allen que le seguían de cerca, ambos sonreían al ver como Lavi tarareaba una canción, no se veía nada afectado por tener que cuidar del lujurioso hombre-bien, esta es mi habitación, esta llena de libros así que si te incomoda puedes irte a la mierda…

 

      El japonés y el inglés rieron, sin poder contenerse, después de todo seguía siendo Lavi, no se podía pedir menos de él, dejo al nuevo integrante de la familia sobre su cama y lo arropo un poco dando la camilla a los dos muchachos que quedaron fuera de la habitación esperando por las palabras del Bookman Jr.

 

      -bien, iremos a dejar esto de vuelta a la enfermería, cuida bien el experimento de Komui-Kanda tomo la camilla y se fue con el albino que caminaba junto a el con Timcanpy volando feliz al lado del Golem oscurito del espadachín.

 

      -que tengan un buen día traigan algo de comer más tarde por favor, que sea algo saludable-recibió una respuesta afirmativa por parte del albino y sencillamente sonrío, al menos ahora podría hacer su trabajo con algo más de calma, después de todo dudaba mucho que aquel hombre le quitara mucho tiempo-bien Tyki, vamos a ponerte una camisa y a secarte mejor el cuerpo, si duermes así enfermaras-los ojos miel siguieron los movimientos del cuerpo contrario que saco una camisa blanca y grande de su armario, a el le quedaría perfecta, pero quizás al joven Bookman le quedaba algo grande, aquella ropa venia de una caja que habían comprado para  uso del ex-Noé, se dejo hacer, permitió que el pelirrojo lo sentara y le secara el torso, que le colocara la ropa interior, la camisa y que luego le arropara, no tenia fuerzas para nada, ni para moverse, ni para hablar, mucho menos para quejarse-bien, ahora duerme, descansa, no creo que hallas dormido mucho estando conectado a esas horrorosas maquinas de Komui…

 

      Valla que tenia razón, no había dormido, sencillamente no podía en esos días, cuando recién lo habían sedado había dormido por culpa de los fuertes lenitivos que le hacían permanecer inmóvil, pero luego, cuando su conciencia volvió y pudo abrir los ojos levemente, no pudo dormir más debido al dolor y la impotencia, pero ahora no se sentía así, se sentía confortable el hecho de estar en aquel lugar, era como si estuviera en su propia casa, algo muy distinto a como se sentía en las Tres Estrellas, la Orden, era infinitamente más calida, incluso sin aquella chimenea que no calentaba el frío ambiente de aquella maligna mansión donde remotamente vivía.

 

      -oye, Bookman Jr.-el pelirrojo inmediatamente le miro en cuanto escucho su débil voz-¿todos los rincones de este edificio son tan calidos?

 

      -por supuesto, todos nosotros somos una familia, la calidez de este lugar es la calidez de una familia muy grande, por eso… se siente así en todos los rincones de la Orden-explico el más joven sentándose a los pies de la cama.

 

      -es extraño, en la casa del Conde Milenario no se sentía esta sensación, me gusta… quiero quedarme aquí-murmuro y callo dormido generando una sonrisa divertida del Bookman Jr. Las manos del pelirrojo arreglaron aquella ondulada cabellera, acomodándola para que no le molestara al dormir.

 

      -descuida, no te iras… ahora eres exorcista…

 

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      -me párese algo irreal lo que esta pasando, nunca imagine que aquel tipo seria nuestro compañero-un grupo de tres personas permanecía sentado conversando en el comedor de la Orden, la voz que acababa de hablar pertenecía a un hombre alto, de cabello negro y chasquilla albina, procuraba jugar con los tallarines de su almuerzo, se notaba algo confundido.

 

      -todos estamos igual Krory, pero Komui-nii-san asegura que asta la personalidad le cambiara ahora que no posee sangre Noé-ahora era una chica de cabello negro la que hablaba, podía ver como su hermano comía apresuradamente junto con los demás miembros del departamento científico, estaba increíblemente entusiasmado examinando la única gota de sangre Noé existente en el laboratorio,  no iba a arriesgarse a tener mas de una, así que el resto como todos saben fue incinerado, la pelinegra suspiro tomando otro pequeño sorbo de su té.

 

      -es que Komui-san a veces hace cosas muy locas, como Komurin y eso hace que la Orden se sienta algo insegura-todos observaron a Miranda, que fue la que acababa de hablar y no la culpaban por pensar así, muchos en la Orden pensaban igual ¡es que Komui era un desastre a veces! Pero de algo estaban seguros, esta vez se lo estaba tomando en serio, de lo contrario, Reever y el escuadrón científico lo tendrían en un ataúd hecho a la medida.

 

      -dejen de preocuparse, todo estará bien-termino por decir un albino que venia con una bandeja gigante llena de comida, a su lado, estaba el japonés con su peculiar Soba suspirando, el albino seguía igual de glotón, lo que le frustraba era que no engordara.

 

      -¡Allen-kun, Kanda!-Lenalee sonrío ante la llegada de sus compañeros-¿Cómo esta Lavi? Me entere por mi hermano que el se encargaría de cuidar a Tyki…

 

      -en cuanto almorcemos le iremos a dejar algo de comer a esos dos, el conejo estaba ocupado con los trabajos que le dejo el viejo Bookman ese, aunque cuando le dejamos se veía feliz, ya saben el lujurioso parecía estropajo, ni moverse podía estará durmiendo y el conejo trabajando como idiota-el japonés se permitió hablar en lugar del albino que tenia la boca llena de comida y sencillamente asentía dándole la razón al espadachín, todos escucharon atentamente lo que Kanda decía y luego le vieron comiendo una pequeña porción de sus fideos.

 

      -ya veo, así que Lavi-kun tuvo que hacerse cargo-la suave voz de Miranda hizo presencia, una humeante taza de té permanecía entre sus manos, al igual que una linda sonrisa que adornaba su rostro, Krory por su parte suspiraba algo aliviado por la información.

 

      -¡estoy satisfecho!-la voz del inglés mostraba total satisfacción al haber devorado la montaña de comida, se sobaba el estomago y esbozaba una radiante sonrisa que saco una risa nerviosa a todos ¿no se indigestaba por comer tanto?

 

      -Fregona con patas, realmente tienes un agujero negro en tu estomago-las palabras del espadachín consiguieron que Allen le sacara la lengua, el de cabello largo y azabache le miro mal, con un tic nervioso en su ojo y con un aura asesina rodeándole-¿en que quedamos Moyashi?...

 

      -¡en que no nos molestaríamos! Pero acabas de llamarme fregona con patas y yo solo acepte que me llamaras “Moyashi”-su compañero bufo, dándole la razón a regaña dientes, dejo su plato ya acabado sobre el mesón, colocándose de pie para pedir al cocinero la comida de Lavi y Tyki, viendo como el albino tomaba sus bandejas y las iba a dejar sobre el mostrador de la loza sucia.

 

      A los pocos minutos se despidieron de sus compañeros, caminando por los pasillos cada uno con una bandeja, en ambas, se mostraba una porción de tallarines, un trozo de carne, al parecer se trataba de pavo y de postre había un tutti fruti de frutillas con durazno y uvas, se veía bastante suculento, aunque claramente en la bandeja del “enfermo” había una sopa, puesto que Jerry suponía la necesitaría y valla que tenia razón, tocaron la puerta de la habitación y Lavi les abrió con una sonrisa adornando su alegre y juguetón rostro, ambos entraron y acomodaron las bandejas en el escritorio desocupado del pelirrojo, después de eso se sentaron en unos sillones que reposaban casi olvidados al lado de un estante lleno de libros seguramente pertenecientes a Bookman o Lavi, este ultimo de inmediato, despertó a el moreno que sencillamente le miro y saludo con una expresión de agotamiento, el ojiverde le ayudo a sentarse y le dio de comer puesto que este tenia el cuerpo trémulo y el liquido de la sopa goteaba debido a sus temblores, el albino y el espadachín sencillamente observaron a su compañero dar de comer al nuevo integrante de la familia, no podían creer que aquel sujeto se viera tan consumido, pensar que les había costado dos días poder atraparle.

 

      -oye, Tyki-el moreno miro al albino que era el que le había hablado-¿Cómo te sientes?

 

      -bien, solo algo cansado ¿te digo algo Allen Walker?-el de ojos grises asintió con una sonrisa, una tibieza inmensa rodeaba la expresión del ex-Noé, así que le entro curiosidad lo que quería decirle-la Orden oscura, es calida…

 

      -¿a que te refieres?-pregunto el albino al no comprender del todo aquellas cinco palabras, el pelirrojo sonrío, mientras que Kanda observaba atentamente al moreno que cerró los ojos suspirando.

 

      -veras, donde el Conde Milenario vive, se hace llamar “Tres Estrellas” es un arca, justo allí tiene una gran mansión y tiene una enorme chimenea en una de sus habitaciones, la Orden oscura no tiene chimenea, pero aun así es calida-el ojimiel abrió levemente sus ojos y los fijo en los grises del exorcista albino-por el contrario, en la casa del Conde si hay chimenea, pero es terriblemente fría, tanto… que duele…

 

      El albino guardo silencio, no sabiendo que decir, estaba algo impresionado por las palabras, las decía tan sinceramente, no parecía una mentira y el japonés también estaba impresionado, su rostro inexpresivo se mantenía clavado en la mirada perdida el moreno que solo observaba un punto muerto en la habitación, por otro lado, Lavi sonreía, aquel Noé parecía haber recuperado su corazón a pesar de todo.

 

      -no quiero marcharme de este lugar-siguió hablando después de un momento, sorprendiendo más a los recién llegados que no daban crédito a aquellas palabras, parecían tan irreales, pero a la vez verídicas que se sentían confundidos-aquí, me siento… en casa…

 

      -ya veo…

 

Continuara…

 


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