-¡OH! Ya despertaste, que alivio ¿te sientes bien ahora?-la voz juguetona de un pelirrojo hizo presencia en la habitación, estaba sentado sobre una silla con las piernas cruzadas, sus manos se posaban en sus rodillas y su único ojo visible se veía claramente emocionado-¡oye Tyki! Deja de mirarme así… vamos, contéstame
-lo lamento, aun estoy algo sorprendido por todo esto, estoy bien, creo que puedo levantarme-las suaves palabras del ojimiel sacaron una sonrisa del pelirrojo que le coloco una bandeja en las piernas, en esta había un plato con dos rosquillas y una taza de leche caliente-¿el desayuno?
-sip, tienes que comer, después te enseñaremos la orden, ya paso la semana de reposo, me aburrid emaciado, comías y te dormías en seguida o ibas al baño y seguías durmiendo, entre eso también se contaba la ducha, el cambio de ropa y el tomar las medicinas ¡ya es hora que te levantes holgazán!-el moreno ex-Noé rió ante las caras que le ponía Lavi, era como si le estuviera reclamando ¿que quería que hiciera? Después de todo estaba cansado, pero ahora podía asegurar que estaba muy bien.
-no te molestes conmigo Bookman Jr. No fue mi culpa, los sedantes hicieron lo suyo-suspiro y comenzó a tomar la leche que estaba agradablemente endulzada-por cierto, no recuerdo que paso en el tren después que me capturaron ¿puedes contarme que ocurrió?
-¡no pensé que preguntarías eso! No te acuerdas por que paso un accidente, la verdad fue mi culpa-una suave risa nerviosa se escapa de los labios del ojiverde, el moreno alzo una ceja exigiendo una explicación a aquello-bueno, veras… ¿recuerdas cuando venia con una caja color morado?-el ojimiel asintió
-justo después, te tropezaste y desde allí que no recuerdo nada-la risa nerviosa del joven Bookman se hizo más fuerte, ocasionando cierto nerviosismo por parte de su compañero que se estaba llevando una rosquilla a la boca.
-no te culpo por no recordar, veras lo que paso fue que... yo venia con la caja morada ¿vale?...
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-¡Lavi! Ten cuidado con esa caja de anestésicos por favor-un joven exorcista albino se hacia a un lado algo preocupado por como venia el aprendiz de Bookman, ciertamente iba tambaleándose por que las vías del tren en aquella parte, no estaban muy buenas e incontables temblores hacían que mucha gente se sostuviera de las barandas y los asientos, incluido Yu Kanda que ya había sufrido una caída del asiento y se sujetaba a una baranda con tal de no caerse de nuevo, por otra parte un muy cabreado Noé permanecía encadenado al asiento, amordazado y mirándoles con algo de odio contenido.
-¡Conejo sujétate te caerás! ¿Qué aremos si a alguien le cae encima esa caja de somníferos? ¡Son para el lujurioso no para personas normales!-un japonés hablaba atropelladamente poniéndose de pie con dificultad.
-¡descuida! No pasara nada mira como manejo la situación-decía un muy confiado Lavi, alzando la caja levemente para que así le dejara mirar el suelo, pero no contó con un rebote del tren en una vía cortada, Kanda callo al suelo sentado nuevamente después de un fuerte golpe en su cabeza y rodó como dos asientos hacia abajo asta que pudo aferrarse a otra baranda, el albino por su parte solamente se había pegado un sentón sobre otra persona con la cual se disculpo, pero Lavi… ¡Pero Lavi! Por supuesto había tropezado con una maleta que se salio del porta equipajes, la caja se le callo de las manos y se fue directamente contra el prisionero que abrió los ojos a más no poder.
-¡AH!-Allen y Kanda gritaron, una expresión de horror, increíblemente parecida a la que pusieron Allen y Lavi la primera vez que vieron a Krory, pero esta vez los dos que habían gritado estaban blancos como el papel mismo y algo azules también, el albino se llevo las manos a la cabeza, una exclamación muda salio de su boca y soltó la baranda en un salto callo al suelo, termino rodando por el pasillo del tren asta que el espadachín le detuvo y le hizo sostener a la baranda que el mismo sujetaba, el Noé parecía alfiletero, las famosas jeringas automáticas de Komui hicieron su trabajo de inmediato inyectando el liquido a la sangre del Noé que se puso añil y cayo inconciente rápidamente, el único ojo verde del Bookman Jr. Se abrió enormemente en cuanto levanto la mirada y se pillo con la imagen del hombre agujereado por las jeringas y con espuma en la boca debido a una sobredosis.
-¡Tyki!-aquel grito salio de la garganta de los tres exorcistas al mismo tiempo, lo primero que les paso por la cabeza fue que estaba muerto, muerto y muerto, cabe decir que el viaje de vuelta a la Orden duraba una semana y media desde el sur de África y claro estaba que Tyki, se durmió la semana y media…
Y como no podía faltar de Allen y Kanda-¡Lavi idiota!, ¡Conejo Entupido!
Dejaron el ojo de Lavi igual que los del Viejo Bookman…
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-¡y eso fue lo que pasó!-concluyo el pelirrojo con una sonrisa y un gesto por parte de sus manos, una sutil aura depresiva rodeo el cuerpo del ex-Noé, su cabello desordenado daba más énfasis a el espasmo nervioso de su ojo izquierdo y al movimiento involuntario de su boca, un trozo de rosquilla colgaba de la boca temblorosa y Lavi ante aquella reacción solo se puso más nervioso.
-y… ¿lo dices tan tranquilo?-el ojiverde comenzaba a retroceder a medida que el moreno se le acercaba, la bandeja termino en el velador y un fuerte sonido se libero cuando las manos de Tyki golpearon la orilla de la cama-¿Cómo lo dices tan tranquilo? ¡Fue por eso que el viaje me pareció tan corto! ¡Me dormí una semana y media al hilo!
-oh, vamos cálmate, no falleciste, solo te dormiste-la risa del Bookman Jr. Se volvía cada vez más y más nerviosa, sus manos igualmente hacían un gesto moviéndose de lado a lado, intentando calmar al moreno que echaba chispa por los ojos-¡Tyki vamos perdóname!
El tic nervioso del moreno comenzó a reducirse levemente, no sentía deseos de asesinarle ni mucho menos, solo quería golpearle por ser tan descuidado ¡sabiendo que los calmantes de ese supervisor loco eran demasiado efectivos!
-solo por esta vez…-un suspiro de alivio salio de la boca del pelirrojo que se llevo una mano al pecho en cuanto noto como el moreno se ponía de pie con lentitud y abandonaba su cara de mal humor-ten más cuidado, ahora creo saber por que cuando me dormí me asuste tanto…
-lo lamento, pero velo por el lado positivo, ni te enteraste cuando Komui te coloco dentro de esa maquina tan monstruosa-los ojos miel se posaron sobre el con una rapidez pasmosa haciendo que el aludido sudara a mares.
-Lavi, la estas cagando…-afirmo nuevamente con un tic nervioso, ya no parecía el mismo Tyki Mikk, ahora se veía como un humano normal, aunque asta pare enfadarse, aquellos espasmos nerviosos no dejaban de tener elegancia.
-vale, vale, no digo nada más respecto a eso, pero no me pongas esa cara ¿si?...
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-¡Yu-chan!-vale, hoy había amanecido con hagas de joder al personal, un escalofrío recorrió completamente la espalda del japonés antes de sentir el peso del pelirrojo sobre el, haciendo que su nariz quedara a solo milímetros de su desayuno-¡te extrañe tanto Yu-chan!
-¡No me llames así!-el japonés de un impulso alzo la cabeza y la parte de atrás de esta dio en todos los dientes del joven Bookman que se llevo una mano a los dientes con dos lagrimas en los ojos, el espadachín por su parte coloco una de sus manos sobre la parte afectada de su cabeza-¡vez lo que provocas conejo estúpido!
-Kanda, hace cuatro días que no veías a Lavi, tranquilízate-la voz suave y aniñada de un inglés se hizo presente llamando la atención de los presentes al igual que la del ex-Noé que no había hablado en ningún momento.
-¡esos cuatro días fueron los más felices de mi vida!-exclamo con enojo mirando fulminante a el ojiverde que retrocedió y se escondió tras Tyki que le observaba con la boca hacia un lado y los ojos impregnados en duda como diciendo “¿Qué tengo que ver yo en todo esto para que te escondas tras de mi?”
-¡Kanda!-el albino le reclamo nuevamente y el de cabello azabache le miro con impaciencia, asta que se decidió a suspirar-es suficiente, siempre peleando con el pobre Lavi, el solo quiere ser simpático contigo…
-simpático, si como no… -susurro para si mismo, pero detuvo sus insultos puesto que los ojos del albino le escrutaban diabólicamente, era la misma mirad que ponía cuando jugaba Póker y eso le ponía de los nervios.
-¡Así que aquí estaban!-los cuatro muchachos de inmediato voltearon al escuchar aquella voz tan familiar, Komui se acercaba con su taza de café en mano, era seguido de cerca por Reever que tenia unas ojeras nunca antes vistas, todo lo contrario al supervisor que estaba más fresco que una lechuga-¡los estaba buscando!
-¿para que si se puede saber?-pregunto el espadachín llevándose su taza de te a la boca para poder beber algo antes de que se enfriase.
-¿no es obvio? Tenemos que darle a Tyki su arma anti-Akuma-y los cuatro muchachos soltaron un suspiro ¿no podía al menos dejarles desayunar tranquilamente? ¿Era mucho pedir un desayuno en paz?-muévanse, coman de una buena vez.
-vamos nosotros Tyki, ya desayunamos, dejemos que Allen y Yu coman en paz-Lavi hablo calmadamente, mirando los ojos miel de su compañero que asintió y le sonrió, definitivamente, ya no era el mismo Noé de antes.
-muévanse, muévanse, tenemos trabajo que hacer, tengo que examinar a Tyki primero para ver como va la mutación-Allen y Kanda se despidieron de los dos que marcharon junto a Komui, el departamento científico estaba como siempre. Hecho un desastre.
-¡Supervisor! ¡Limpia tu maldito escritorio de una vez!-ese por supuesto era Reever, estaba siendo aplastado por una cantidad incontable de libros, y sobre el escritorio permanecían aun rumas enormes de libros, por lo menos tendrían unos cuatro metros de alto, los dos jóvenes que habían entrado recién junto a Komui se sorprendieron de ver al pobre hombre allí.
-¿Reever? ¿Qué haces botado allí abajo? ¡Eres el líder del escuadrón! ¿Por qué estas allí?-el aludido miro fulminantemente a el supervisor que siguió observándole tontamente, el pelirrojo con el ojimiel se espantaron por aquella cara.
-¡¿de quien crees que es la culpa!? Dejaste estas pilas de libros increíblemente altas, cuando quise tomar unos libros esta se vino abajo y sobre mi-los gritos del hombre se escuchaban llenos de dolor y resentimiento, el moreno ex-Noé fue el primero en reaccionar, se coloco de rodillas frente a Reever y comenzó a sacar los libros apilándolos junto a el para así poder sacar a el líder de escuadrón que ni moverse podía, podo después se le unió Lavi.
-¿Reever-san esta bien?-fue la pregunta del pelirrojo en cuanto consiguieron sacar al hombre de bajo los libros, este suspiro y se sacudió un poco la ropa, asintiendo con la cabeza-que bien…
-oigan, Tyki, Lavi, muévanse-Komui abrió una puerta y tras esta se pudo ver el laboratorio, ambos suspiraron y se encaminaron despidiéndose de Reever con la mano, ingresaron, tomando asiento en donde el supervisor les dijo, se veía increíblemente calmado, las herramientas para examinar a Tyki ya hacían sobre una mesa quirúrgica-bien, Tyki, vamos a examinarte ¿recuerdas las caras deformes que ponías antes?
-b-bueno, por supuesto que si, pero ya no puedo ponerlas, la piel y los músculos no me lo permiten-aquello saco una sonrisa del peliazúl.
-bueno, eso quiere decir que la mutación va bien, veras, cuando estabas dentro de la maquina, procuramos cambiar el código genético de todas tus celular, incluyendo las neuronas que eran nuestra prioridad, con ello, todas las capacidades Noé que poseía tu cuerpo se desvanecieron puesto que ahora posees el ADN de un simple humano común y corriente, por ello estas tomando tantas pastillas-el moreno asintió ante aquella explicación, la primera prueba fue verle las pupilas, debían estar seguros de que su dilatación fuera la normal, para ver si las drogas estaban haciendo bien o mal su trabajo.
-parece que Komui se esforzó mucho esta vez con un experimento-el Bookman Jr. Hablo como si nada, observando a su compañero ser examinado, todo se veía rutinario asta que toco el turno de las muestras de sangre, los resultados fueron casi inmediatos y salieron con buen diagnostico, el tratamiento duraría aproximadamente un año más.
-y yo que odio los medicamentos-susurro el moreno, llevándose las manos a la cabeza, entre sus dedos tomo su cabello ondulado y lo jalo levemente sintiéndose invadido por las medicinas.
-vamos ¿eres feliz aquí, no?-la sonrisa juguetona de Lavi se hizo presente, aquella frase tenia mucha razón, el era feliz en la Orden, aquella semana donde estuvo en cama bajo los cuidados del pelirrojo, había aprendido a sentirse a gusto en la orden, era feliz, como nunca antes lo había sido.
-si, lo soy, por lo menos junto a ti Lavi, lo soy-el de ojos verdes se sonrojo levemente ante aquella frase, quizás demostraba más cariño del que pudiera imaginar-esta bien entonces ¿soy compatible con aquella inocencia que no pude destruir el día de mi captura?
-así es, por lo que sabemos, la habilidad de tu inocencia, consiste en generar ataques a larga distancia con algún tipo de objeto cortante, algo así como las agujas del maestro de Lavi-Komui comenzó a explicar, colocando el fragmento de inocencia frente a el moreno que lo tomo entre sus manos, analizando lo que se le estaba informando, se le notaba algo confuso, quizás intrigado-¿ocurre algo?
-me gustan las cartas ¿es posible hacerlas de algún material cortante?-los ojos oscuros del supervisor se abrieron grandemente, era una idea claramente fantástica, podía forjar un arma con aquellas características, no específicamente una baraja de cartas, pero hojas de material filoso con formas de cartas, cosa que parezcan simples naipes, con capacidad de adjuntarse y así elevar el nivel del arma, era posible y compatible con las características de la inocencia.
-déjamelo a mi-la decisión se apodero de los ojos oscuros de Komui, parecían llenos de una extraña emoción, como si hubiera descubierto un tesoro único en el mundo, como si hubiera visto el mismísimo paraíso, sin llegar a morir-tendré tu arma en pocos minutos…
-¿ya tengo la confianza de la Orden?-el azabache negó levemente con la cabeza, haciendo que el moreno se entristeciera levemente por la noticia.
-aun no, tu tratamiento no esta completo aun, pero al parecer tu lógica humana ha vuelto, eso es suficiente para que nosotros si te tengamos confianza, no desperdicies esta oportunidad que te a dado la luz, no traiciones a la Orden, somos tu familia y nunca permitiremos que algo malo pase a las personas que amas-aquellas palabras terminaron por aniquilar lo poco que quedaba de Noé en la mente del ojimiel, la Orden Oscura le estaba asegurando la seguridad de aquellos tres, el Conde jamás le prometió algo parecido, entonces comprendió todo, al Conde no le importaba la seguridad de su familia los Noé, solo le importaba la destrucción y el cumplimiento de sus metas, no importaba el precio, no importaba pasar sobre los humanos, fueran queridos por el o no.
-juro que mi corazón ahora esta puesto en la Orden por voluntad propia, jamás traicionare a mi familia, por que esta me quiere…-el pelirrojo sonrío ante las palabras de su nuevo compañero y algo enternecido recordó todas las peleas que había tenido con el-tengo que pedir disculpas a Allen…
-¡Vamos a buscarlo!-las alegres palabras del ojiverde resonaron en todo el estudio, Komui les miro algo confundido, la verdad es que tenia que forjar el arma de Tyki así que no le dio mucha importancia cuando los dos jóvenes salieron corriendo por la puerta de su despacho en busca del albino, la inocencia quedo sobre sus manos y sonrío.
-bien pequeña inocencia, vamos a transformarte…
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-¡Corre, Tyki, corre!-decía el pelirrojo tomando la mano del moreno que corría tras el, en los pasillos muchos buscadores y exorcistas les veían pasar divertidos por la sonrisa algo nerviosa del nuevo miembro, al parecer aun no se acostumbraba al joven Bookman que siempre era muy enérgico-¡Allen! ¡Espéranos!
-Lavi, Tyki ¿Qué ocurre, por qué corren?-el albino detuvo su andar al escuchar como le llamaban y a su vez, su compañero también se detuvo, el cual era nada más ni nada menos que Kanda, al parecer ambos no se habían separado ni un solo segundo en aquel día.
-es un conejo, le gusta saltar por todas partes-murmuro el espadachín sacando una sutil risa del más joven que le sonrío alegremente.
-Tyki quiere hablar contigo, Allen-Lavi hablo atropelladamente en cuanto estuvo frente a sus compañeros, un dedo del albino se apunto a si mismo con una cara de duda, no sabia por que el moreno deseaba hablar con el-vamos a sentarnos boja los árboles, el día esta perfecto para eso, así ustedes hablan tranquilos y todos nos relajamos un poco, después de todo, después debemos partir nuevamente, junto a Lenalee y los demás para seguir exterminando los Akuma que quedan…
-el conejo tiene razón, esta misma tarde partimos nuevamente, después de todo lo único que teníamos que esperar era a que el lujurioso se recuperara-las palabras del espadachín fueron escuchadas atentamente y en cuestión de minutos ya estaban bajo un árbol, sentados y respirando relajadamente algo de aire fresco.
-entonces Tyki ¿Qué querías decirme?-el moreno se acerco a el albino y termino por arrodillarse, apoyando la cabeza en el suelo, dejando a el joven exorcista terriblemente impactado ¿Qué ocurría?-¿Tyki?
-por favor discúlpame-pronuncio, el más joven seguía sin entender ¿perdonarle el que?-discúlpame por haber intentado asesinarte aquella vez en China, lamento haber destrozado tu inocencia, perdóname.
-ah, así que se trataba de eso, no te preocupes, recupere mi inocencia y ahora estoy bien, te agradezco de cierta forma el que hayas destruido mi brazo, de no ser así nunca abría aprendido lo que aprendí, así que no te preocupes, estas perdonado desde hace mucho ya, a demás, el Conde Milenario ya no es estovo, tenemos la certeza de poder superarle-el ex-Noé sonrío agradecido, mostrando ante los demás un aparte dulce de su personalidad, los tres muchachos sonrieron igualmente, era una escena algo irreal a decir verdad.
-vámonos, muchachos… Lenalee nos espera…
Continuara…