Con poco y nada me conformaba
El cabello castaño suave y terso paso a mi lado sin ningún remordimiento por causarme un hormigueo, embriagándome con su aroma a primavera, me quede con unas profundas ansias de hablarle, otro intento más que no daba fruto haciéndome sentir más tonta, como lograr que me mire, que sepa que estoy aquí, sin embargo mis intentos no pasaban de toparme con ella en el pasillo, repitiendo en mi cabeza un saludo que nunca llegaba, pasaba a su lado, mi garganta se cerraba las palabras se agolpaban y estrujaban en mi boca, mi propia debilidad era mi enemigo invisible.
“estoy hundida en mi pasado, polvoriento volviéndome tan impotente”
Suspire aturdida cuando dejaría de ser una sombra ante sus ojos, me siento en un rincón del salón para escuchar su voz y sumida en ese timbre melodioso y cálido simulaba que solo hablaba para mi… Olvide mencionarlo ella era mi profesora yo una más de sus alumnas, solo su presencia provocaba en mi algo distinto, me volvía débil y silenciosa incapaz de comportarme como la chica fuerte inteligente frívola y arrogante que siempre solía ser, le temía por qué me hacía sentir tantas cosas… Le temía por que mi pecho se abría de par en par, dejando al descubierto mi frágil corazón.
Aunque parezca increíble enormes emociones iban y venían… Explicarlo? pues no hay palabras para explicar lo intangible ¿o sí? Solo sé que ella inundaba mi corazón al punto de ahogarlo y asfixiarlo, constantemente me encontraba entre la luz y la oscuridad… Así me hacia sentir su sonrisa, podía iluminar completamente mi día, sin embargo, todo podía cambiar en un instante cuando no la veía… La soledad me embriagaba y con ella llegaba la oscuridad.
Sé que es tonto… No lo niego, pero quien no se ha vuelto torpe o se a sentido insignificante por culpa del amor, te hace sentir tan inmenso que el mundo a tus pies se inclina, para después dejarte caer de una altura inimaginable estrujando todo tu ser por completo.
Recostada en mi cama planeo el siguiente intento por robarle unas palabras, si lo sé el fin será el mismo “no me atrevería hablarle” lograr estar en la misma habitación ya era como sacarse la lotería.
Estoy literalmente muriendo de hambre… hambre de tu amor
Nanoha Takamachi era el nombre de mi tormento… Nanoha… Nanoha tiene un sabor entre miel y amargo, amor y dolor, angustia y desesperación… Así la amo aunque sus ojos no me vean.
A pesar de todo lo planeado me encontré en el dilema de no encontrar el valor al verla nuevamente cruzar el pasillo, mi garganta se hizo nudos baje la mirada disimulando leer mi libreta cuando solo quería salir corriendo “eres una estúpida Fate Testarossa” golpe mi frente castigándome por mi cobardía.
A mi lado Arf esperaba una explicación.
-Por más que lo intentes no funcionara, ella jamás te prestara atención. -Vi su intento de seguir burlándose.
-Te cortare la lengua -sentencie con frialdad haciendo que se detuviera en el instante mismo que pronuncie las palabras.
-Auch!!! que violencia -musito triste- no puedo creer que seas tan masoquista.
Trate de zafarme de su compañía continuando mi andar sin recordar a donde me dirigía.
-Muchos morirían por solo una mirada tuya… por robarte un solo segundo de tu tiempo y…-guardo silencio esperando una reprimenda de mi parte.
-¿y? - La anime a continuar
- Que tu mueres por una mirada de ella… que contradictorio no crees Fate- suspiro colocando una mano en mi hombro- Para ella no existes.
Las palabras hicieron que mi corazón se estrujaran como papel "ante su mirada no existía, ¿por qué?.. yo necesitaba que me mirara y supiera que estaba aquí"
Sacudí el hombro para despojarme de su mano con violencia, sabía que tenía razón aun así me molestaba hablar del tema.
-Arf…- la contemple seria y ella capto el mensaje.
-Si lo sé prohibido hablar del tema y menos en este lugar pero… nadie nos escuchara. Percibí un dolor en sus palabras... así que -Recupero la sonrisa.
-Así que nada -La corte molesta.
-Mira Fate no quieras hacerte la dura conmigo -detuve mi andar para mirarla directamente a los ojos, su acoso me estaba enfureciendo –sufres como una desgraciada y ya estoy cansada de verte así.
-¡Una desgraciada! –balbucee molesta.
Antes de que pudiera descargar mi furia Arf se apresuro a entrar al salón, la seguí sin poder disimular mi disgusto, de pronto un cosquilleo en mi nuca me trajo a mi tortura, me volví un fantasma al recordar que este era el salón de literatura, arrastre mi cuerpo entumecido hasta la silla dejando caer mis cuadernos, me acomode en la silla, en silencio sin poder dejar de sentir su mirada sobre mí, cuando levante la vista la peli castaña miraba sus apuntes “acaso imagine que me miraba”.
-Buenos días jóvenes hoy escribirán un ensayo, poema, lo que deseen solo quiero ver sus ideas, sentimientos, sueños plasmados en ese cuaderno- anuncio en una voz cálida que hipnotizaba, tras la réplica de los demás suspiró levanto la mano para que guardaran silencio.
Yo me puse muy rígida… sentimientos sueños… Oh me encontraba en peligro por qué todo mi mundo giraba en torno a ella, desde la parte de atrás sentí la patada de Arf en mi silla acompañada de una risa de burla, en el fondo maldije por encontrarme en esa situación tan penosa.
Mi alegría constantemente es superficial…
-Cuanto más te vas a torturar... Fate tienes que saber que...
La mire de soslayo impregnando mis ojos con toda la furia que sentía a causa del momento.
-Tus días pueden estar contados ARF. Arrastre las palabras, ella solo sonrío.
Continura...
y destructivas... 