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El Gurú Reita por Amnessia

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Notas del capitulo:

Nuevo fanfic.


 


 Nos vemos abajo. 


Martes 00:00 A.M.

“El Blog del Gurú Reita love"

¡El, ella o lo que sea, te corresponderá con mi manual!.

 

Querido Pato; tu enfermedad no tiene cura.

 

Tranquilo, tampoco morirás… ¿quizás?, porque este asunto no depende de mi exclusivamente, yo soy… ¿cómo lo diría?, la mano de Dios Todo poderoso que te ilumina el camino que debes seguir, pero solo tú eres el que decidirá que hacer con mis consejos… al final, no es mi decisión. Porque de estar yo en tu lugar… veras, resulta que el capitán del equipo de fútbol, es un galán… ¿me sigues?. Él es un Don Juan, siempre por aquí y por allá, caminando de manera tal que su presencia se haga notar y hasta usando un tono de voz mas agudo que el de el, solo para que caigas a sus pies. Y eso amigo mío, es clase. En fin, no estoy aquí para hablarte de cosas que tú sabes mejor que nadie, ¿Pato?, lo que el ¡Gurú Reita Love! te recomienda es ir de frente y plantearle tus sentimientos al moreno.

 

Porque estar en la duda es tan… ¿inquietante?.

 

Reita leyó con regocijo la pantalla resplandeciente una vez más antes de presionar el botón de “actualizar”; aquella había sido su última entrada durante el fin de semana ¡y vaya que había trabajado!. Había recibido mas e-mails de lo esperado, al parecer cupido estaba dando problemas en el instituto secundario aquel mes y no era para menos, las vacaciones habían terminado, los amores de verano se separaban y las hormonas revolucionadas, mas que el año anterior. Claro que eso solo se podía deber a una y a solo una cosa, “más porno del debido” o al menos así lo creía Reita. El sabio rubio apago su notebook antes de sumergirse bajo las blancas sábanas de su cama, a decir verdad y retomando el asunto antes dejado en standby, Reita estaba seguro de poder contar la cantidad de alumnos (en su sola clase) que tenían en la mano cayos, y no es que a uno le salgan burbujas ásperas de agua en la mano porque ¿ya?, no, Reita tenia un doctorado en aquel asunto, es mas, planeaba hacer una sección aparte en su blog, para los excluidos de siempre.

 

Pero por ahora no nos enfocaremos en “las practicas sexuales” de Reita, el rubio como guía espiritual del amor tiene un trabajo muy difícil en su instituto, no solo es perseguido por alumnas desesperadas en busca de respuestas existenciales como por ejemplo, Reita-san ¿por qué no le gusto? teñí mi cabello, ¿esta bien así o lo aclaro mas?, exacto, cosas sobre-preguntadas, de ese tipo que se repite año tras año, especialmente con las porristas, pero en fin (-), el rubio no es solo acosado por esas chicas, sino también por ¡chicos!, ajá, es perseguido por los nerds que nunca tendrán la atención de la tetona de la clase, así como también por los emo que acuden a el con amenazas del tipo,¡me cortare las venas si no tengo su amor!, ¿por qué no me ama?, ¡me matare! y cabe destacar que mas de una vez, Reita fue testigo de un acto suicida del tipo, “me cortare con esta galletita” pero es que… nunca funciono.

 

De modo que, una cosa esta clara, Reita tiene popularidad adentro de aquel instituto, tiene un nombre, tiene reputación como ¡El Gurú del amor!. Y le encanta.

 

Pero no fue meditar sobre su exitosa vida lo que lo devolvió a la cruel realidad de cada día, sino el fuerte manotazo de Uruha, un castaño, relativamente alto, que es envidiado por cada hembra en el instituto debido a lo bien trabajadas que están sus piernas, — ¿¡Reita no usaste mi nombre verdad!? — el rubio lo miro con el entrecejo fruncido, es que ¿cómo se le ocurre al pato dudar de su profesionalismo en el asunto?. Una de las reglas que Reita tenia para su trabajo, era mantener el anonimato, anónimo. Cada uno de sus clientes desesperados le consultaba mediante un seudónimo, que el mismo debía usar al responder públicamente en su blog. — Uruha, no me hagas cambiar de opción porque no me molestaría que Yuu supiera que tanto te gusta — dijo sin rodeos. Indignado, Uruha se regreso a su asiento (sin caminar mucho) y espero a que la profesora corriera lista.

 

Pero la profesora nunca corrió lista. Sin embargo hizo una pausa hasta que la clase estuvo en silencio. — Muy bien, antes de comenzar voy a presentarles a un nuevo estudiante, por favor ubícate delante de Suzuki — dijo señalando con su dedo el asiento libre en frente del rubio. Reita nunca en su vida se creyó “gay” al cien porciento, mas bien, podríamos decir que los chicos con los que “anduvo” se les adjudicaba la escusa de ¡Soy joven, no se que me gusta y quiero probar!, que escusa mas pobre… pero en fin, ahí estaba el rubio con la mandíbula en la mano y los ojos del tamaño de dos pelotas. El compañero por ahora sin-nombre, no era lindo porque decirle lindo seria poco, era una obra de arte, era una escultura del Nilo, era un enviado del Todo Poderoso y Reita como otros tantos dentro del aula, babearon.

 

Pero el rubio siguió en su trance hasta pasada la hora de clase, había acosado al compañero nuevo todavía sin-nombre (aunque probablemente Reita no lo haya escuchado) durante toda la clase, rubio, rubio y de ojos marrones como dos faroles, pequeño, pero no tanto, lo necesario y atrapante. De hecho, Reita seguía pensando en aquel chico nuevo durante su caminata matutina por los corredores del instituto. Muchas eras las chicas que lo seguían, al mejor estilo “harem” privado del Gurú lideradas por Uruha que movía su castaña cabellera recién esterilizada de un lado al otro, como si fuera cosa del viento pero en realidad parecía padecer de torticolis.

 

— ¡Uruha! ¿lo viste?, esta tan bueno, le tengo unas ganas — el rubio dijo buscando con la mirada por encima de los alumnos al chico nuevo, pero eso sin dejar de caminar como todo un “macho”. —  Es lindo Akira pero prefiero a Yuu — el castaño dijo apresurándose. Mas le valía al pato, o a cualquier otro ser viviente dentro de aquel lugar no meterse con los intereses privados de Reita porque el rubio, lo que menos tenia era paciencia. Pero lo inesperado ocurrió. El plan de Reita era más o menos así, el chico era alumno nuevo, por lo tanto no conoce a nadie, esa pobre alma en pena debía de estar sola y ahí es cuando el rubio hace su entrada. Fácil, muy fácil de no ser porque y cuando Reita encontró al nuevo lo que menos estaba era solo.

 

Aquel rubio enano estaba rodeado de un grupo de chicos y aunque nada le guste reconocerlo, no eran precisamente “los excluidos” del instituto, sino el mismísimo Shiroyama Yuu, capitán del equipo de fútbol (enamorado de Uruha) y Reita ahora mismo lo que menos quería era ver como Uruha se desmayaba del disgusto. Y esa fue la primera vez en la que Reita no supo que hacer. No sabia si debía ir y hablar con el nuevo, no sabia si debía esperar a que los interesados se fueran o desaparecerse, pero lo que sabia era que nada le gusto ver la cercanía entre Yuu y el enano, no, su enano. 

Notas finales:

 Me aburren los fanfic basados en las épocas “de la escuela” porque están muy usados pero esto, me pareció ser de temática distinta por eso lo hice.

 

¿Qué tal?. 


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