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Secretos, mentiras y sentimientos. por Miss00leisy

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Secretos, mentiras y sentimientos.     

Disclaimer: Los personajes no son míos.

Capitulo 18.

Perdiendo al amor de su vida.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

Los kages se encontraban luchando contra el legendario Uchiha Madara, tenían que admitir que el hombre era el ser más poderoso que hayan visto nunca. Mientras en el cuartel general se encontraban Nara Shikako y Yamanaka Inoichi, el rubio arrugo el entrecejo, el Nara se dio cuenta de inmediato, su compañero solo hacia eso cuando las cosas iban mal, espero que el otro dijera algo.

“Uzumaki Naruto y Uchiha Sasuke acaban de encontrarse en el campo de batalla”—los ojos del estratega se abrieron de sobremanera. No, ¿Cómo que esos dos estaban juntos?

“Infórmaselo a Tsunade-sama y a los otros kages, además manda a todos los Ninja  desocupados a ese lugar”— el rubio asintió.

Tsunade se encontraba parada delante del Ninja más poderoso de todos los tiempos, el legendario y que casi era considerado un Dios Uchiha Madara, su mirada furiosa dejaba ver que nunca se daría por vencida, podía no ser tan poderosa como su abuelo pero tenía la voluntad del fuego de su lado.

“Hokage-sama hay algo que seguro quiere saber”— escucho la voz de Inoichi.

“Dilo”— no tenia tiempo que perder, no podía distraerse, su vida dependía de que tan capaz fuera.

Todos los kages escucharon lo mismo al mismo tiempo —“Uzumaki Naruto y Uchiha Sasuke están a punto de empezar una batalla”— los ojos de todos se abrieron, algunos recordando al joven Uchiha al cual habían visto hace tres años en la reunión de los kages, otros como Gaara y Tsunade dándose cuenta de lo verdadero peligroso de la situación.

                                                              OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

Sus ojos se encontraban conectados, azul con negro, sin técnicas de línea sucesoria o chacras demoniacos, Naruto se encontraba alerta pero sabía que Sasuke no lo atacaría aún, el Uchiha se encontraba deleitándose con la vista que tenia delante de él, Naruto con una mirada en el rostro que conocía bien.

“Sasuke, hoy no abra perdedores ni ganadores, porque no he venido aquí para derrotarte, lo he hecho para hacerme cargo de todo ese odio que llevas en tu interior”— el Uchiha levanto una ceja y sonrió prepotentemente, ese idiota de verdad pensaba que lograría detenerlo.

“Inténtalo Usuratankashi pero mi odio es tan gran que te ahogaras en él”.

“Kyuubi, quiero que salgas de mi interior”.

“¿Qué? Mocoso, ¿no me digas que de verdad planeas morir en este lugar? ¿Qué pasara con las niñas?”

Una sonrisa apareció en su rostro —“Se que tu puedes salvarlas, después de todo eres el poderoso zorro de nueve colas, ¿No que nadie podía contigo?”

El zorro no dijo nada más entendía a que se refería el chico, el rubio llevaba años esperando ese momento, y él no era nadie para detenerlo.

Sasuke solo alzo una ceja al ver que Naruto comenzaba a formar sellos, de repente vio como una gran cantidad de chacra salía de su interior y tomaba la forma de un zorro, con ¿Nueve colas? Sonrió así que era verdad eso de morir juntos y al parecer el rubio no pensaba llevarse al zorro ese consigo a la tumba.

Naruto le sonrió al zorro el cual se quedo en su lugar, no iría a buscar a Madara después de todo no sabia donde estaba, se quedaría pero haría todo lo que pudiera para que nadie se metiera en ese batalla, eso era algo que ambos chicos debían de resolver solos, era tiempo de que ambos crecieran completamente.

Sus miradas se volvieron a encontrar, Sasuke desenfundo su espada, Naruto saco un kunai. Ahora era cuando la verdadera lucha comenzaba. Se lanzaron al ataque, sus armas chocaban una y otra vez, haciendo ruidos sordos.

Kyuubi era mudo espectador de esa batalla que había empezado desde que ambos habían nacido, las armas fueron sustituidas por golpes y luego comenzaron a caer las técnicas. Viento contra fuego, luz contra oscuridad, esperanza contra venganza, amor contra odio, un Uchiha contra un Uzumaki. 

                                                     OoOoOoOoOoOoOoOoO

Madara sonrió al darse cuenta de que las cosas estaban tomando el rumbo que el quería, ahora se encontraba en lo alto de una montaña y a su lado Kabuto miraba la escena. Detrás de ellos acostadas en el suelo, ahora olvidadas por sus secuestradores se encontraban las cuatro niñas, la primera en abrir los ojos fue la menor de todas, la hija de Gaara, ella se levanto y miro a su alrededor.

¿Dónde se encontraba? ¿Qué era ese lugar? ¿Quiénes eran ellos? Sintió un dolor punzante en su pecho, como si algo malo le fuera a ocurrir a una persona muy importante para ella, miro a sus hermanas, ellas al parecer se encontraban bien, así que eso solo quería decir una cosas —“Papá”—salió en un susurro de sus labios.

Miro nuevamente a las personas delante de ella, algo le decía que ellos no eran buenas personas y que no la dejarían ir tan fácilmente, frunció el entrecejo, ella podía ser la más miedosa de todas y la más falta de personalidad, pero no le gustaba que se metieran con ella y menos con su papi.

Se levanto, sus piernas le fallaron un poco pues al parecer llevaba tiempo inconsciente. Camino con dirección al bosque —“Al parecer la pequeña quiere escapar”— escucho otra voz y se encontró con una serpiente que salía del bosque al cual se iba a introducir minutos antes, se asusto, nunca antes había visto a una serpiente de ese tamaño, dio varios pasos hacia atrás al ver que la serpiente se le acercaba.

Choco contra alguien —“Hola, pequeña”—escucho la voz de ese extraño hombre, que a su parecer parecía serpiente, con sus ojos amarillos, su sonrisa embustera y su piel escamosa. El pánico la embargo y como siempre que eso sucedía, una gran cortina de arena se levanto del suelo y ataco al hombre.

Al ver esto la niña de largos cabellos pelirrojos comenzó a correr bosque a dentro. No le gustaba ese lugar y menos le gustaban esos hombres. De sus ojos comenzaron a caer gruesas lágrimas y de sus labios pequeños gritillos, quería a su papi, tenia miedo y no le gustaba lo que estaba pasando.

Kabuto sonrió cuando logro salir de la pila de arena, nunca se espero que esa mocosa tuviera la misma habilidad del Kazekage, aunque viéndolo del modo profesional eso aumentaba su valor, mando a varias serpientes a perseguirla, no iría tan lejos después de todo solo era una mocosa y seguro no tenia muchas habilidades.

                                                                  OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

La batalla entre Uchiha y Uzumaki tenía un largo tiempo ya, Kyuubi miraba con paciencia como la lucha evolucionaba convirtiéndose en una verdadera batalla sangrienta, Sasuke con su Susanoo en su máximo poder y Naruto con nueve colas en su espalda. Al parecer esos dos de verdad habían alcanzado un gran nivel, uno nunca antes visto, incluso el zorro se podía jactar de decir que tenían un nivel parecido al de sus antepasados Uchiha Madara y Senju Hashirama.

Naruto se encontraba herido, sus piernas le dolían y había perdido la movilidad de uno de sus brazos, su cabello rubio se encontraba sucio y opaco, cubierto casi completamente por la sangre que salía de una herida en su cabeza. Y no es que Sasuke se encontrara mejor, su sonrisa prepotente había desaparecido y uno de sus ojos se encontraba cerrado, al parecer se estaba quedando sin chacra.

Se miraron nuevamente y se lanzaron al ataque, Naruto dio varios pasos hacia atrás hasta que llego a la punta de un acantilado que estaba cerca de ellos, miro el fondo del abismo y trago en seco, definitivamente estaba perdido, intento sacar una de las colas del Kyuubi o hacer un resengan pero ya no le quedaba chacra ni para eso. Lo único que le quedaba era esperar.

Sasuke miro a Naruto, estaba completamente a su merced ahora, sonrió de lado, bueno a él tampoco le quedaba chacra para usar su Susanoo, pero a diferencia de Naruto sus manos se encontraban bien, con pasos lentos y una sonrisa de medio lado en el rostro camino hacia Naruto, dispuesto a acabar con él, esta vez si acabaría con ese molesto Usuratankashi.

Lo agarro del cuello y lo alzo dispuesto a lanzarlo por el precipicio, miro a Naruto con una sonrisa prepotente la cual desapareció al momento de ver la expresión en su rostro, ahí se encontraba Naruto, SU Naruto, completamente herido, cubierto de sangre y lodo, sin su sonrisa, sin su determinación, sus ojos se encontraban cubiertos de gruesas lagrimas.

Esa visión hizo que su orgullo se desmoronada. No, el no podía acabar con Naruto, aunque lo hubiera intentado muchas veces nunca concretaba de verdad el acto, porque simplemente no podía, Naruto era su vida, su todo, no podía acabar con la poca luz que le quedaba.

De repente sus ojos se llenaron de lágrimas, el rubio miro esto sin entender, ¿Por qué lloraba?

Sasuke se sintió desfallecer. No, no podía —“Naruto…yo…”— su voz sonaba como un silbido, las lagrimas que soltaba eran por muchas cosas, por dolor, por miedo, por tristeza, y por amor —“Naruto, perdo…”— sí él, el gran Uchiha Sasuke se iba a disculpar, pero, ¿Por qué? Por todo se dijo a si mismo, por haberlo intentado matar, por haber huido de la aldea, por haber intentado sobreponer la venganza y la ira antes que sus sentimientos por él.

“Naruto, por favor, perdóname”— los ojos del rubio se abrieron como platos no pudiendo creer lo que salían de esos labios, ¿De verdad Sasuke se estaba disculpando? ¿Con él? Una pequeña sonrisa se formo en su rostro, eso era lo mejor que había escuchado en años, porque no importaba cuanto lo intentaba no podía olvidar a Sasuke, lo amaba, lo amaba más que a nadie.

Ambos fueron atrapados por una burbuja, solo sus miradas entrelazadas importaban. De lo que no se habían dado cuenta era que se encontraban en la orilla de un acantilado, en la misma posición, entonces el suelo  debajo de ellos cedió y ambos cayeron.

Ambos se encontraban en problemas, ahora no solo estaban heridos, si no que estaban colgados de un acantilado. Naruto estaba agarrado de una mano ya que la otra no le funcionaba, Sasuke se agarraban con ambas.

¿Este seria el fin de ambos?

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Kyuubi corría rápidamente colina arriba, lo sentía, podía sentir el chacra de una de sus niñas. Desde el momento que sintió ese chacra la pelea entre Sasuke y Naruto le había dejado de importar, dejo a esos dos medio muertos y lanzándose los pocos jutsu que podían.

En otra parte se encontraba alguien corriendo colina abajo, gracias a que la arena la protegía las serpientes no le habían logrado atrapar, sus pequeños pies ya no podían más, estaba cansada. En un momento determinado dio un paso en falso y tropezó —“¿Te encuentras bien?”—escucho que alguien le preguntaba.

Sintió como el terror la recorría, la habían atrapado, miro a la persona delante de ella. Era un hombre, y se sorprendió al ver el tremendo parecido que tenia con una de sus hermanas, al instante la imagen de Mikaru le vino a la cabeza, ¿Quién era ese sujeto?

Todos sus pensamientos fueron callados cuando el hombre la levanto en sus brazos para mirarla mejor —“¿Te encuentras bien? ¿Qué haces aquí? ¿Dónde están tus padres?”—pregunto Itachi al ver que los ojos de la niña se llenaban de lagrimas.

“Cuanto tiempo, Itachi-kun”— miro a la persona que había aparecido, Kabuto lo miraba con una sonrisa —“Podrías devolvérmela, ella me pertenece”.

El Uchiha miro a la niña que tenia delante de él, la había visto antes pero no sabia donde, ella temblaba levemente, tenia miedo, la atrajo hacia si envolviéndola en sus brazos. No debía de entregársela al Yakushi.

“Con que deseas que te la quite”— dijo mientras sonreía con burla y se  lanzaba a atacarlo, Itachi no se dejaría vencer tan fácilmente, aunque ahora con una niña entre sus brazos las cosas serian de verdad difíciles.

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Sakura se dirigía hacía el lugar del encuentro entre Naruto y Sasuke lo más rápido que podía, tenia que llegar, no podía dejar que ninguno de sus dos mejores amigos muriera, nunca se perdonaría algo como eso.

Sus pasos la llevaron al lugar que le había dicho el padre de Ino, al llegar se encontró con la horrible escena de Sasuke ahorcado a Naruto mientras se encontraban en la orilla del acantilado, intento gritar  pero no pudo, las palabras no le salían, ¿De verdad Sasuke-kun mataría a Naruto?

Sus ojos miraron como Sasuke parecía decirle algo al rubio, y sus iris se dilataron al ver como el suelo se agrietaba y ambos caían al acantilado, reacciono inmediatamente y corrió hacía el lugar, cuando llego a la orilla miro hacia abajo, sintió un poco de alivio al ver que ambos se encontraban bien, pero este rápidamente desapareció al ver que no tenían las fuerzas suficiente para seguir sosteniéndose por más tiempo. 

Comenzó a llorar, ¿Por qué? ¿Por qué la vida la ponía en una situación como esa? Ahora ella  era la que decidiría el final de esa batalla, la duda la embargo y comenzó a temblar, ¿A cual de los dos debía de salvar? ¿A su amor platónico? ¿O a su mejor amigo? Se quedo petrificada, pero al ver que los dedos de Sasuke se resbalaban reacciono de inmediato, apretó sus labios, estaba decidido, sabía a quien salvaría.

Solo esperaba con todo su corazón que esa fuera la decisión correcta.

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Itachi se sorprendió al encontrarse con un zorro de nueve colas de un tamaño considerablemente grande, pero pequeño para como lo describían los ancianos de la aldea —“Uchiha Itachi, ha pasado tiempo”.

“¿Qué haces fuera de Naruto-kun?”— al zorro no le sorprendió que su rostro no formara ninguna muestra de sorpresa, conocía a Itachi y sabia lo imperturbable que era.

“El mocoso acaba de darme unas vacaciones” —dijo con simpleza— “aunque tal vez sean permanentes”.

“¿Qué quieres decir con eso?”

“Después lo entenderás Itachi-kun”— una sonrisa apareció en su rostro.

Hikari se removió un poco entre los brazos de Itachi —“podrías devolverme a ese niña que llevas ahí”— comento kyuubi.

“¿Para que la quieres?”— Itachi era desconfiado, eso no sorprendió al bijuu.

“Yo…”— un grito desgarrador se escucho por todo el bosque haciendo que los sentidos del zorro se agudizaran —“Lo siento Itachi-kun no puedo hablar en este momento, ¿pero serias tan amable de cuidar a Hikaru por un momento?”— el zorro desapareció, ya sabia donde estaban las demás.

Itachi miro a la niña que llevaba en sus brazos —“¿Te llamas Hikaru?”— Ella asintió ligeramente con la cabeza —“¿Conoces a ese zorro?”— ella volvió a asentir.  Itachi lo dudo un poco, pero apretó más fuertemente a la niña contra su pecho, no podía dejar que ese zorro se le adelantara.

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Sakura trago en seco, Sasuke se encontraba apunto de caer, sus dedos se resbalaban lentamente. Ya nada podía hacer había tomado una decisión, alargo su mano y tomo la de su compañero para comenzarlo a subir lentamente, una vez que este estuvo a su lado, solamente pudo mirar como el otro caía —“¡¡¡Sasuke!!!”— el sonido desgarrador que salió de los labios de Naruto hizo que Sakura se sintiera culpable.

Pero antes de caer Sasuke murmuro con una sonrisa —“Lo siento, Naruto, Sakura”.

“¡¡¡Sasuke!!!”— ambos integrantes del equipo siete gritaron, mientras se asomaban para ver como el cuerpo de su compañero caía al vacío, aún así con una débil y casi imperceptible sonrisa en sus labios.

Al ver como el cuerpo desaparecía, no pudo más que apretarse al cuerpo tembloroso de Naruto, el cual se encontraba en estado de shock  y con los ojos dilatados mirando al vacío.

Eso no podía estar sucediendo, Sasuke no podía haber muerto, se apretó fuertemente contra Sakura intentando que su mente procesara lo que acaba de suceder delante de él —“Sasuke, no”— después de todo al parecer la suerte no estaba de su lado, justo en el momento en que Sasuke se arrepentía y aceptaba sus errores, volvía a perderlo y de la peor manera posible.

Miro a Sakura con los ojos bañados en lágrimas, ella entendía su dolor, bueno más o menos. Al ver el rostro del rubio la Haruno se sintió culpable, sabia que era su culpa, por ser una inútil, por no tener el coraje ni la fuera suficiente para salvar a Sasuke.

Lo único que se escuchaba en el lugar eran los llantos de Sakura y Naruto. Habían perdido a Sasuke nuevamente, pero esta vez para siempre.

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Madara sonrió ligeramente mientras observaba la escena que se encontraba delante de él. Sentía una lastima por lo que había pasado con Sasuke, el chico parecía prometedor. Se dio la vuelta, debía de volver por las niñas, algo le decía que el zorro iría por ellas y que Kabuto no podría detenerlo.

Antes de irse no pudo evitar volver a mirar la escena de los integrantes del equipo de Kakashi, su vista se poso en Naruto, aún no entendía eso que Sasuke sentía por el mocoso Uzumaki, pero de algo si estaba seguro y eso era que esos sentimientos fueron los que llevaron al azabache a la muerte. Pobre Sasuke al parecer nunca se enteraría de que era padre.

Todos llegaron al punto de encuentro, se sorprendieron al no encontrar nada, una voz se alzo entre todas señalando a las únicas dos personas que quedaban  en el lugar —“Sakura, Naruto”— Tsunade se abrió paso hacia ellos muy preocupada, al verla los dos la miraron con rostro afligido haciendo que la rubia se diera cuenta de inmediato de lo que pasaba.

Se agacho y dejo que ambos se recargaran en su pecho, ella entendía lo que sentían esos dos chicos en ese momento, pues ella también había perdido a sus compañeros de equipo, cuando Kakashi llego al lugar decidió apartarse del equipo siete, ese era un momento de privacidad, debían de estar solos.

Los amigos del Uzumaki querían saber que sucedía, así que cuando Tsunade se acerco a ellos no dudaron en preguntar, menos Shikamaru el cual se mantenía cerca de los miembros del equipo siete entendiendo la situación, el también había pasado por ello. Tsunade no les respondió nada a los amigos de Naruto y Sakura pero la frase que salió de sus labios dejo todo en claro —“Quiero que busquen el cuerpo de Uchiha Sasuke”.

Todos bajaron la cabeza entendiendo completamente la situación.

                                                                         OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

El hombre de la mascara sabia desde un principio que Kabuto no seria un rival para Kyuubi, pero nunca se espero algo como eso, pensó que aunque sea esa serpiente le serviría para distraerlo, pero al parecer el muy cobarde había escapado y no solo eso se había llevado a la hija de Itachi con él.

Bueno tomo a las hijas de Sasuke entre sus brazos aún le quedaban estos dos angelitos y él sabría como usarlas.

“Dámelas”— escucho la voz furiosa del zorro de nueve colas.

“Kyuubi, viejo amigo, ¿Esa es forma de saludarme luego de toda nuestra historia?”

“Cállate y dámelas”—rugió el zorro, no soportaba el sarcasmo de ese sujeto.

“¿Por qué te importan tanto estas niñas? Digo son simples humanas sin ninguna gracia”—alzo de un brazo a la de cabello corto, la cual se zarandeo como muñeca de trapo.

“Ambos sabemos que no son así, después de todo tú andas tras de ellas”.

“Si, pero yo no les tengo ningún interés en especial, solo quiero su Sharinga y su sangre Senju”.

El zorro alzo sus nueve colas, cualquiera se intimidaría y saldría huyendo, aunque claro delante del kyuubi no estaba cualquiera. Madara se quedo en su misma posición —“¡Hola, Itachi-kun“!—saludo al recién llegado, el cual miraba fijamente lo que tenia en sus manos.

“¿Quiénes son ellas?”—pregunto al zorro.

“Vamos, ¿No que eras un genio? Se que sabes perfectamente que son”

El Uchiha arrugo el entrecejo —“¿Naruto-kun?”— eso le sorprendió bastante, nunca se espero que Naruto tuviera hijas, de repente reacciono, el Uzumaki le había prometido que sacaría a Sasuke de su dolor, pero si Naruto moría, ¿Qué pasaría con esas niñas y la madre de estas? No, el no podía permitir algo como eso, el no quería dejar a una familia inocente sin una figura paterna.

Pero una duda lo carcomía por dentro, ¿En que momento Naruto se había casado? Vamos que el rubio no parecía tener interés por ninguna chica, y su obsesión por Sasuke era muy grande, incluso llego a pensar que esos dos tenían algo, aunque lo desecho, Naruto le había dicho que quería a Sasuke como a un hermano y el sabia lo que eso se sentía después de todo él era el hermano de Sasuke.

“Así que el no sabe la verdad”—Itachi no entendió que quería decir con eso, ¿Se estaba refiriendo a él?

“Cállate no tienes que decirle nada”— el zorro se lanzo a atacarlo, ese sujeto ya lo estaba hartando, pero detuvo su ataque al escuchar nuevamente la voz del hombre.

“¿Y que pasa si lastimas a tus pequeñas?” —el zorro maldijo al darse cuenta de eso.

El zorro sonrió —“Eso no sucederá”.

                                                                                                                    oOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

La fuerte explosión que se escucho alerto a todos. Lo que sucedió después fue aún más extraordinario, una gigantesca esfera bolo por los aires hasta caer delante de los shinobi —“¿Qué es eso?”—pregunto Temari de la arena. Todos miraban la esfera con detenimiento esperando que algo pasara.

La esfera comenzó a agrietarse y se convirtió en arena común y corriente, del gran montículo de arena que quedo salió un hombre al cual todos reconocieron —“Uchiha Itachi”—murmuro Tsunade, miro lo que Itachi sostenía entre sus manos y se sorprendió al ver una niña. Se acerco rápidamente y la tomo para revisarla de arriba abajo, cuando se dio cuenta que la pequeña no tenía ninguna herida se permitió preguntarse, ¿Quién era ella? ¿Qué hacia allí? ¿Dónde estaban sus padres?

“Kazekage-sama”— todos escucharon como el Uchiha mayor llamaba al ex –contenedor, instintivamente Kankuro y Temari se colocaron delante de su hermano menor en pose defensiva —“Creo que tengo algo que le pertenece”.

“¿Qué cosa?”—pregunto con rostro serio y desconfiado, después de todo Uchiha había sido miembro de Akatsuki, el equipo que le había sacado al Shukaku y lo había matado. Itachi se acerco con la niña en brazos y se coloco delante del chico, el cual les había hecho una seña a sus hermanos para que se apartaran —“¿Quién es?”—pregunto al ver como el chico colocaba a la niña delante de él. Miro al infante con mirada taladrante.

“¿No es suya? Yo pensé que usted era el…”

“¿Itachi? ¿Qué haces aquí?”— escucho la inconfundible voz de Naruto quien salía de detrás de los Ninja, entonces la mirada del rubio se dirigió a la niña —“¿Hikari?”—al verlo la pequeña corrió hacia él para esconderse detrás de sus piernas, mientras miraba a Gaara con desconfianza. Ese sujeto no le gustaba.

Sakura también apareció y miro esto un poco sorprendida —“¿Naruto, la conoces?”

“Bueno yo…”

“Papi”— grito la pequeña para llamar su atención, Naruto no dudo en alzarla en brazos, la pequeña se aferro a su ropa mientras miraba detrás de ella a Gaara con el seño fruncido. Definitivamente ese hombre no le agradaba. El rubio no entendió del todo esa actitud.

“¿Qué sucede? ¿Dónde están las demás? ¿Estas bien? ¿Te duele algo?” —ella negó ante la última pregunta y miro nuevamente a Gaara para luego apartar la vista y esconderla en el pecho del rubio. Gaara simplemente no le apartaba la vista  de encima—“con que era eso”—suspiro al darse cuenta de que era lo que sucedía —“Hika-chan, no debes de temerle a Gaara, él no te hará nada” —se acerco a su pelirrojo amigo, mientras sentía a la pequeña temblar, tenia que controlar eso, no quería que su propia hija le tuviera temor a Gaara —“Gaara, deja de mirarla de esa manera acusadora, no ha hecho nada y no es un enemigo disfrazado ni nada por el estilo. No intimides a la niña”.

“¿Cómo estas seguro que no es un enemigo disfrazado? El enemigo pudo haber cambiado sus tácticas. Y ellos seguro no dudaran en usar a una pequeña niña, ¿La conoces?” — Shikamaru se  acerco mirando de manera escrutadora tanto a Naruto como a la pequeña pelirroja.

“Sí, la conozco… ella es… como decirlo… Mi hija” —todos lo miraron sin poder creer lo que decía.

“¿Qué? ¿Cuándo te casaste? ¿Por qué esta en un lugar como este? ¿Quién es su madre?”

“Cálmate Sakura-chan, no me he casado, no soy el padre biológico”.

“Entonces, ¿Por qué…”

“Es una larga historia”— suspiro.

Otra fuerte explosión alerto a todos. Itachi miro el lugar de donde venia el humo, al parecer el zorro se estaba encargando de Madara ¿O era al revés?

“¿Dónde están las demás?” —pregunto Naruto preocupado.

“Un hombre con cara de serpiente se llevo a Mikaru, Kura-oji-san se esta encargando del hombre de la mascara que tiene a Kushina y Mikoto”— explico la niña a la cual todos miraron nuevamente.

Una explosión más fuerte se escucho — “Tsunade-sama, ¿Cree que deberíamos ir?” —la rubia miro el humo un poco dudosa, pero otra esfera esta vez de color rojo brillante salió volando en su dirección, al ver que se dirigía hacia ellos la Hokage se alarmo:

“¡¡¡Todos corran lo más rápido que puedan!!!”

Así lo hicieron y cuando la esfera choco contra el suelo una explosión sucedió, algunos shinobi fueron repelidos y lanzados lejos, Naruto sin embargo fue protegido por una poderosa pared de arena y a lo que todos sorprendía era el hecho de que no fuese Gaara el causante de esta.

Cuando el polvo y el humo desapareció todos vieron la causa de la explosión, un zorro de nueve colas, Naruto se acerco rápidamente, los demás se mantenían alejados prudentemente —“Kyuubi, ¿Te encuentras bien? ¿Qué te sucedió?”

“Ese maldito desgraciado se la llevo” —comento el zorro parándose con dificultad.

Naruto apretó los puños lastimando a la pelirroja la cual se removió incomoda, al darse cuenta que lastimaba a la niña rápidamente aflojo su agarre.

Una de las colas del Kyuubi se puso delante de Naruto y coloco delicadamente en el suelo a una pequeña rubia que el rubio reconoció al instante —“Mierda”—Naruto se acerco y dejando a Hikari a un lado se dispuso a revisarla —“Sakura-chan” — llamo a la rosada que era la que se encontraba más cerca de él.

Un poco renuente y mirando al zorro con desconfianza Sakura se acerco lentamente a su rubio amigo —“Necesito que la revises –dattebayo” — Sakura miro a la persona que debía atender, y sus ojos se desorbitaron, definitivamente esa si era hija de Naruto y no había que preguntar para saberlo. Sakura no espero mucho y se acerco a revisar a la pequeña.

“¿Dónde están las demás?”—pregunto al zorro.

“El mal nacido de Madara y el cobarde de Kabuto se las llevaron” —Dijo con un poco de dificultad, se encontraba golpeado.

—“Sakura-chan luego de que revises a Kushina, ¿Podrías revisar al kyuubi?”— ella miro al zorro. ¿En que mierda estaba pensando Naruto? ¿Ella ayudar a ese zorro? ¿No que era peligroso? Miro al zorro, bueno si Naruto decía que lo hiciera seguro que el bijuu no le haría nada. O eso esperaba.

Gaara se acerco, al parecer la situación no era tan mala como parecía, detrás de él se  acercaron sus hermanos y los demás Kages —“Naruto, ¿Podrías explicarnos la situación?”

El rubio suspiró sabia que este momento llegaría, solo no estaba del todo preparado aún para afrontarlo  —“Bueno yo…”

“Mocoso no es momento de explicar las cosas”— Aunque el Kyuubi sabia que Naruto debía de hacer eso, sobre todo con Gaara el cual parecía tener algo parecido a la amnesia, no podía quedarse a esperar más tiempo sin saber nada de sus pequeñas. Pero también le importaban sus otras dos pequeñas porque eran suyas, al diablo con Gaara el se había ido y había dejado sola a su hija y también al diablo con el Uchiha el ya estaba muerto.

“Lo se, pero no nos queda de otra, necesitamos su ayuda”— Naruto iba a continuar con la explicación pero se dio cuenta de que la vista del zorro se había quedado sobre algo en particular —“¿Qué sucede ahora?”

“El otro idiota, esta aquí”— lo que el zorro miraba era nada más y nada menos que la marioneta de Kankuro, donde el Ninja horas atrás había encerrado a Deidara. El Uzumaki dirigió su vista hacía la marioneta, y sin dar ninguna explicación fue a ella y la toco varias veces.

“¡¿Qué mierda quieren ahora, uhm?!”— Se escucho la voz molesta del artista.

“¿Deidara?”

“¿Naruto?”

“¿Qué haces ahí dentro?”— inquirió Naruto, después de todo nunca espero que Deidara se dejara encerrar de esa forma, como decirlo, humillante. Al escuchar esa pregunta el otro rubio bufo molesto, no le gustaba recordar su para nada artística derrota.

“No te importa, uhm… Metiche, uhm”— al escuchar eso Naruto también le grito y así ambos comenzaron a lanzarse comentarios insultantes. Kyubi al ver el rumbo que estaban tomando las cosas puso los ojos en blanco, esos dos parecían un par de niños de parvulario.

Sakura no sabia que hacer, tenía un fuerte deseo de ir y golpear a Naruto para que dejara de hacer esas actuaciones ridículas pero al mismo tiempo la situación se le hacía por demás irreal. Porque Vamos tenía delante de ella a un Naruto que discutía con un Akatsuki como si fueran pequeños niños mimados.

Sakura lo pensó, no perdería nada, y ya completamente irritada se acerco a su ex –compañero de equipo y lo golpeo en la cabeza con fuerza, mientras gritaba de la forma menos femenina posible —“¡Ya deja de actuar como idiota, no es momento para ese tipo de cosas, estamos en medio de una guerra!”— y a pesar de todo las palabras de la chica eran ciertas, porque a pesar de todo lo que pasaba la guerra seguía en su apogeo, todos estaban luchando con todas sus fuerzas por el futuro del mundo Ninja, los único que no estaban haciendo nada eran ellos.

A pesar de que le dolió mucho el golpe Naruto se sintió feliz y reconfortado, de verdad había extrañado a su amiga de cabello rosa, a pesar de su mal temperamento —“Lo siento, Sakura-chan”— Aunque con un solo golpe le bastaba y sobraba para toda la vida. Su vista se fue nuevamente hacía la marioneta que contenía a su amigo —“Deidara, necesito tu ayuda”.

“Esta bien, pero si no lo recuerdas estoy en manos del jutsu de resurrección del mundo impuro, ahora mismo el enemigo tiene total control de mi cuerpo, uhm”.

“Kyuubi, ¿Podrías hacer algo para que Deidara recupere nuevamente el control de su cuerpo?”— el zorro lo pensó por varios minutos. Si el Uchiha lo había logrado, ¿Por qué el no lo haría? Miro a Naruto y se acerco a la marioneta.

“Lo intentare”.

Le hizo una señal al marionetista para que abriera la marioneta, Kankuro estuvo un poco reticente a hacerlo, después de todo sabia lo peligroso e escurridizo que era ese rubio, luego de varios minutos y al ver que todos tenían su mirada sobre él decidió abrirla, odiaba que lo miraran de esa forma.

Deidara se vio libre sorpresivamente, pero luego fue nuevamente atrapado y esta vez fue por una cola gigante, Kyuubi lo llevo a la altura de sus ojos. Deidara comenzó a sentir como un potente, oscuro y poderoso chacra lo envolvía, sentía como sus sentidos se atontaban y un calorcito crecía detrás de su nuca.

“Bien, hice lo que pude”— Kyuubi dejo caer el rubio sin ninguna delicadeza.

“¡Pudiste hacerlo con más cuidado, zorro asqueroso, uhm!” —Le grito cuando por fin recobro la compostura, eso había sido un tanto alucinante.

Itachi el cual se había mantenido al margen de todo miraba al rubio fijamente, nunca espero encontrarse nuevamente con Deidara, y menos encontrarlo en una situación como esta. Itachi se sobresalto al sentir esos profundos ojos azules sobre él, no podía ser, por fin lo estaba mirando, pero deseo que nunca lo hubiera hecho, porque las emociones que pudo percibir en la mirada del chico fueron odio, rencor y desilusión.

Deidara lo odiaba y lo peor de todo era que no podía culparlo.

Lo ojos de Gaara se encontraban sobre el rubio de cabello largo, no supo porque pero al momento de ver a Naruto y Deidara juntos sintió un dolor punzante en la cabeza. ¿Qué mierda le sucedía? Llevo sus manos a la cabeza, en un momento sin darse cuenta se dejo caer de rodillas al suelo, el dolor era insoportable, sus hermanos lo miraron preocupados e incluso intentaron acercarse pero la arena no los dejo.

Algo le pasaba a Gaara algo muy malo. Sai al ver esto sintió un extraño sentimiento en su pecho, preocupación, sabia que era porque al momento de pelear con su hermano recordó todas las emociones que dejo atrás cuando este se fue. Se acerco al pelirrojo y lo tomo entre sus brazos, en un fuerte y sobre protector abrazo.

Los hermanos del Kazekage no podían creer lo que sucedía, ese sujeto de la hoja si había podido llegar a Gaara —“Gaa-chan, ¿Ten encuentras bien?”— le pregunto preocupado, la falsa sonrisa que siempre acompañaba al de cabello negro había desaparecido.

“De-de-deja… de… llamarme…de…esa…forma…tan ridícula”— Gaara miro con cierto fastidio a Sai, pero no estaba molesto, por sus ojos se asomaban varias lagrimas.

Ambos chicos quedaron atrapados en una caja de arena, lejos de las miradas preocupadas y de sorpresa de los demás Ninja, y Gaara como nunca había hecho se aferro al cuello de Sai comenzando a derramar lágrimas, el chico no podía creer lo que sucedía, delante de él tenia al Kazekage… No, detuvo ese pensamiento, delante de él tenia a SU Gaara llorando.

Nunca había visto llorar a Gaara. Sai se sintió un poco fuera de lugar, no sabia que hacer en este tipo de situaciones así que solo dejándose llevar abrazo al pelirrojo. Podía sentir las lagrimas del chico caer sobre su hombro y eso lo hacia sentir mal.

Gaara tampoco podía creer lo que sucedía, aunque desde que comenzó esa guerra lo imaginable había empezado a suceder. Siguió llorando, total lo había hecho ante todos cuando había hablado con su padre, ¿Por qué no delante de Sai?

“No se como pude olvidarlo”— susurro ya cuando se calmo un poco —“No se como pude olvidar algo tan importante, Sai”— el otro no entendía a que se refería, ¿Qué era eso que había olvidado? ¿Qué tan importante podía ser eso para poner de esa forma al frío e inmutable Kazekage de Suna?

“¿De que habla?”— Gaara miro a Sai, él no lo sabía. Se limpio las lágrimas y se levanto del piso, no debía llorar más, estaban en una guerra, pero antes de deshacer la enorme caja, Gaara miro a Sai fijamente y se lanzo a sus brazos besándolo con pasión.

El otro no tardo en responder, después de todo eran muy pocas las veces en las que el pelirrojo era quien incitaban a besarse, acariciarse, incluso siempre era él, el que comenzaba las sesiones de sexo tanto en la oficina como en la habitación del Kazekage.

Sus lengua se buscaron y la que dominaba en ese momento era la del Kazekage, Gaara se había puesto demasiado demandante y eso no es que le molestara del todo a Sai, las manos del de la arena se encontraban en el trasero de su amante. El sabia que estaban en medio de una guerra, que ese definitivamente no era el momento para andarse calentando ni besando, pero con eso le estaba pidiendo perdón al AMBU por no haberle dicho y por haber olvidado a la hija de ambos.

Luego de varios minutos sus labios se separaron, sin saber porque Sai limpio los rastros de lagrimas del rostro del pelirrojo. La arena callo y se encontraron nuevamente con los rostros preocupados de sus camaradas, al ver que la arena ya no los detendría los hermanos del chico se acercaron preocupados.

“Gaara, ¿Estas bien?”—pregunto Temari.

“Sí, solo acabo de recordar algo importante”—sus pasos se dirigieron hacia Naruto el cual también se encontraba preocupado —“Lo recuerdo”—los ojos del rubio se abrieron como platos y Kyuubi bufo molesto, Deidara y Sakura no entendieron muy bien a que se refería.

“Estoy feliz con eso”— dijo Naruto ahora con una sonrisa, no solo había recuperado a Deidara si no también a Gaara.

“¿Dónde…”— intuyendo la pregunta, señalo a la niña pelirroja que minutos atrás el pelirrojo había mirado con recelo, esta se encontraba sentada al lado de la pequeña rubia que acababa de despertar.

Gaara la miro fijamente, era su hija, con su pálida piel idéntica a la de Sai, su rostro entre inexpresivo y tímido, como si no supiera que expresión poner, sus ojos negros que brillaban de una forma única y sus largos y brillantes cabellos color rojo ladrillo.

Aún no podía creer que había olvidado a su propia hija, miro a Sai, ¿Se lo diría? Dirigió su mirada hacia la niña la cual lo miro con el seño fruncido, quizás después, aunque al parecer no le agradaba mucho a su propia hija.

“Bien, ¿Cuál es tu problema Naruto?”— Gaara lo miro y el rubio puso rostro triste.

“Como ya recuperaste la memoria te lo diré”—el zorro se acerco a ellos, estaba impaciente—“Uchiha Madara y…”

“Ese no es Uchiha Madara”— Dijo Tsunade —“No se quien sea pero definitivamente no es Uchiha Madara”.

“Tsunade-sama tiene razón nosotros vimos al verdadero Uchiha Madara hace un rato, fue revivido con el jutsu de resurrección del mundo impuro”— la Mizukage explico la situación.

“Entonces, ¿Quién es ese sujeto?”—se pregunto Naruto en voz alta.

“Eso no importa”— bufo molesto el zorro por la interrupción —“el sujeto de la mascara, quien sea que fuere y Kabuto Yakushi se llevaron a Mikoto y a Mikaru—al escuchar el segundo nombre el corazón de Deidara se detuvo, su vista se dirigió a Itachi y rápidamente volvió a dirigirla al zorro.

“¡¿Cómo pudo esto pasar, uhm?! ¡¿Cómo maldición pudiste dejar que algo como esto pasara, maldito Naruto?!” —cuando el rubio se acerco a Naruto y lo agarro del chándal todos se tensaron y sacaron sus kunais.

Itachi no entendía nada, aunque su gran habilidad de deducción le decía que esas de las que hablaban eran las gemelas rubias, aunque miro a las pequeñas, una de ellas ya se encontraba en ese lugar y se llamaba Kushina por lo que pudo escuchar, entonces, ¿Quién era esa Mikaru?

“Cálmate, mocoso rubio, no debes quejarte mucho, estas muerto”— Deidara miro al zorro con odio.

Gaara entendió la situación así que con voz calmada dijo —“Nosotros te ayudaremos, Naruto”— el rubio miro al pelirrojo con una sonrisa, sabia que siempre podría confiar con Gaara.

“Yo también te ayudare Naruto”— el rubio miro sorprendido a quien había dicho eso, era Uchiha Itachi, Deidara miro al azabache con sorpresa y luego con odio.

“No necesitamos tu ayuda, Uchiha, uhm”— No quería que señor perfección y con aires incestuosos lo ayudara, no necesitaban a Itachi y su maldito Sharingan –“Además, no se porque te preocupas tanto por esas molestias”

Al escuchar como hablaban de sus bebes el zorro se abalanzo contra Deidara –“Mira, maldito mocoso, no vuelvas a llamarlas de esa forma o te torturare hasta que ni ese maldito jutsu de resurrección resista”.

“Me importa un comino lo que puedas hacerme asqueroso zorro”— Escupió con fastidio —“Además de que la mocosa de la hablas es mi hija no tuya”— tarde se dio cuenta de su error.

“¿Tu hija?”— murmuro Itachi no pudiendo creer lo que oía.

“Si mi hija algún problema, Uchiha”,

“No”—Dijo con fastidio, después de todo alguien había tocado a Deidara a su Deidara, maldijo a todos y todo, nadie debía tocar lo que era suyo porque a pesar de todo ese rubio escandaloso seguía siendo suyo, a pesar de que lo había dejado, de que había puesto a Sasuke por encima de él, a pesar de todo eso seguía siendo absolutamente suyo, mataría a sangre fría a quien sea que haya tocado a Deidara e incluso se desharía de esa mocosa.

Porque cuando Deidara se encontraba Itachi dejaba de ser la persona razonable y sacrificada que era, Deidara lo convertía en un fiera en celo incluso capaz de traicionar a su propio pueblo, Deidara volvería a ser suyo,  no le importaba la aldea de la hoja en ese momento, ni Sasuke, ni nadie, ya había sacrificado mucho por ellos, era momento de que ellos también sacrificaran algo por él. No, era hora de que ellos sacrificaran algo por su Deidara.

Porque sus instintos, los cuales creía muertos, necesitaban, deseaban y pedían atención de aquella persona que los cautivaba, necesitaba urgentemente a ese rubio nuevamente en su cama. Y esa mocosa se las pagaría, solo por ser hija de Deidara.

Notas finales:

 OoOoOoOoOoOoOoOoOoO

Hola mis queridos lectores y lectoras volví espero que este cap sea de su agrado, el fic esta llegando pronto a su final, no se de donde salio este cap pero lo amo. La última parte fue algo que escribí a última hora, estoy pensando en escribir un lemon ItaDei para el próximo capi aunque eso no dice que terminaran juntos. Espero verlos pronto


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