“¿Cuantas veces?, me pregunto ya cuantas veces van que le digo esto” Pensaba un malhumorado muchacho de 21 años, caminaba con frustración de un lado a otro, sus pisadas resonaban por el pequeño departamento.”Maldita seaaa” grito para sus adentros mientras cogía unos calzoncillos del suelo. “Esto ya es el colmo” sus nudillos comenzaban a blanquear debido a la fuerza con la que tomaba la prenda.
– ¡AL LADO ESTA EL MALDITO BOTE! – Gritó estresado al tiempo que aventaba el montón de ropa recogida en el interior de este.
– Que humor te cargas teme – Ahí estaba, justo detrás suyo, el culpable de su mal día. ¿En que momento llego?... no lo sabía, pero lo que si tenía bien en mente era el castigo que pronto se llevaría ese imbécil con sínica sonrisa, si sínica, porque a pesar de que todo era su culpa, el muy… idiota todavía se atrevía a sonreír.
– Humor?? Humor dices? Este “humor” es por tu culpa tu dobe de pacotilla – Volteo con fuerza para encarar a ese malnacido.
– ¿Mi culpa? Estas mal Sasuke, esa pesadez te la cargas desde que naciste, en todo caso culpa a tu padre, otro ogro con cara de fuchi – Inmediatamente dio dos pasos hacia atrás.
– No metas a mi familia en esto usuratonkachi… – Alzo su puño en señal de amenaza, lanzo un certero golpe que detuvo a escasos centímetros del bronceado rostro.
Naruto por su parte, lo único que logro hacer ante el rápido movimiento del azabache fue cerrar los ojos y cubrirse el rostro con las manos. Sintió el aire acariciar las partes descubiertas de su rostro y como el golpe se detuvo. Con temor abrió los ojos en el preciso instante que le era señalado algo, algo que no lograba ver, motivo por el cual tuvo que asomarse con curiosidad.
– Eso idiota es un bote para ropa sucia y ¿Sabes qué función tiene? – Escasos segundos después de haber detenido sus ganas de golpearle y destrozarle el rostro, aligero la fuerza de su puño para señalar con su dedo gordo la esquina de la habitación.
– Fu-función… pues… poner ropa sucia ttebayo – Con temor respondió, pidiendo al cielo que esa fuese la respuesta que el otro deseaba escuchar.
Suavizó el ceño fruncido que desde hace rato marcaba su rostro, para ahora adornalo con una visible mueca de ironía – Ahhh, vaya Naruto me alegra saber que no eres tan estúpido –
Podía soportar muchas cosas, desde que lo pusiera a cocinar hasta limpiar el departamento entero, pero que lo tratara de esa forma era algo que le hervía la sangre y era obvio que esa reacción era bien conocida por el teme – Pues si tanto le alegra señor Uchiha porque no quita esa maldita cara de enfermo mental con síndrome de superioridad, como vera hasta los mortales sabemos cosas como esas – Cruzó los brazos sobre su pecho y miro hacia el lado contrario.
– No te hagas el gracioso, si lo sabes entonces porque chi#$%& no pones la maldita ropa en su lugar – Pasó la mano sobre su rostro con pesadez “En verdad, ¿Cuántas veces debemos pelear por esto?”Pensó cansinamente.
– ¡Ah, era eso!, vamos no deberías enojarte por esas cosas – Ya más relajado intento acercársele pero fue detenido por una mano que yacía en su pecho.
– No dobe, no estoy de humor, hemos discutido esto miles de veces –
– Sasuke no seas tan amargado últimamente te enojas de todo… – Reparó en sus últimas palabras, abriendo la boca con sorpresa y… – Ya no… ya no me soportas ¿verdad?, solo buscas cosas para pelear… tu ya no me quieres a tu lado… es eso ¿verdad? –…dolor, un nudo se apoderaba de su garganta y sentía un hueco enorme en su estomago.
“Pero qué diablos…” Si su mente no lograba comprender lo dicho, menos su boca, por lo que quedo callado ante aquella afirmación, anonadado por tremendas barbaridades “Que ya no lo….que idioteces dice”.
– ¿No hablas?; perfecto… perfecto Sasuke – Conteniendo las lagrimas, giro sobre sus talones y se salió de la habitación, con mano temblorosa sacó una pequeña cajita de su mochila, quiso hacer las cosas lo más rápido que le era posible, en el proceso algunos cuadernos cayeron al suelo, poco le importaron, lo único que quería era irse de ahí. Tomo las llaves de la mesita que se encontraba al lado de la entrada y salió azotando la puerta.
El seco golpe logró que Sasuke reaccionara, corrió y salió del departamento, se asomo por las escaleras, pero era tarde, Naruto se había ido “Estará donde Gaara” pensó con fastidio.
En estos tres años de relación, siempre hacía lo mismo, tras una pelea se iba con el pelirrojo, y una vez más calmado, se citaban en algún lugar para charlar. Fue hasta hace poco que esta costumbre cambió, pues en lugar de quedarse a ver, Naruto regresaba a la casa donde, casi siempre, el lo esperaba (también ya tranquilo), y se ponían a platicar para arreglar el problema.
Todo se solucionaba, y aunque su rubio mostrara peores rabietas que esta, sabía que la cosa no pasaría a mayor y seguirían juntos…. Pero ahora había algo diferente, no se sentía tan tranquilo, sentía un revoloteo en su interior que lo ponía de nervios – Miedo… – Susurro para sí mismo al dar con la respuesta de tal sensación.
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– Maldito teme – Mordió su labio con fuerza al grado de hacerlo sangrar, por más que luchaba, las lágrimas se le escapaban, se sentía fatal, “¿Este es el final?”… movió la cabeza enérgicamente negando aquel pensamiento. “Siempre tiene que ser como él quiere” pateo con fuerza una pequeña piedra mientras caminaba hacia su destino.
Mares de pensamientos volaban por su cabeza, recuerdos de toda índole, desde que se hicieron novios, el día que decidieron vivir juntos, o aquellos días en los que jugaban football en la preparatoria.
Chocaba con la gente que iba y venía, miraba el suelo como si ahí fuese a encontrar las respuestas, si no hubiese sido por Sakura, tal vez el no se hubiese dado cuenta de las cosas y seguiría engañado creyendo que el azabache también le amaba “Bendita la revista de Sakura y sus test” sonrió con amargura y siguió su camino a la casa de su fiel amigo.
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Pasó media hora sentado en las escaleras, recargo su cabeza contra el barandal de estas y suspiro, todo ese tiempo busco en su mente algún motivo por el cual el cabezota de Naruto se pusiera así, pero por más que pensaba no conseguía nada, si bien era cierto que últimamente peleaban más de la cuenta, eso no era motivo para que pasara todo esto, pero ¿Cómo no hacerlo?... ¿A caso no es normal? Diablos llevaban escasos dos meses de haber decidido vivir juntos, obviamente pelearían no es lo mismo verse unas cuantas horas a pasar todos los días en compañía conociéndose más afondo.
Pero eso no valía para Naruto… – ¿Qué diablos pasó? – Se puso de pie y camino hacia su puerta, que aun permanecía abierta.
Una vez dentro, y ya mas atentó a su entorno, vio unos cuadernos tirados, así como la pequeña cajita azul sobre la mesa – Tssk –
Lo primero que hizo fue acercarse a recoger los cuadernos, uno estaba sin forrar y con algunas imágenes pegadas a la portada “Sin duda, es del de dobe” sonrió con melancolía, debajo de este se encontraba uno rosa, bien cuidado y forrado...
Al principio un hervor recorrió su cuerpo, pero al caer en cuenta del color y un conocido garabato en la portada, se tranquilizo, reconocería en cualquier lugar ese intento fallido de flor, el cuaderno le pertenecía a Sakura, amiga de ambos desde que eran niños.
Al momento de tomarlo del engargolado metálico, algo se deslizo hacia el suelo, miró curioso lo que parecía ser una revista de chicas, o al menos eso creía, la contraportada solo mostraba unas botas de esas que las mujeres aman.
De nuevo se agacho y lo cogió, camino hacia el sillón mientras la hojeaba. Horóscopos, ropa, tips de belleza, chismes de artistas, más tips, test estúpidos… La cerró desganado “¿Que le ven a estas cosas?” miro la portada sin interés, una chica x exageradamente arreglada, miro de reojo lo que contenía la revista cuando algo en especial llamó su atención.
– Tssk – Y ahí fue cuando supo que a quien debía matar no era a Naruto si no a Sakura….
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– Es que tu no lo comprendes Sai ttebayo– Lagrimeaba el rubio a la par que comía un buen trozo de pizza.
– Naruto el que no comprende eres tu – Miro a su amigo con ternura y le paso unas servilletas para limpiarse la salsa.
– Gaara, tu si me entiendes ¿Verdad? – Lo miró con toda la esperanza del mundo.
– Mas que entenderte… te compadezco – Cruzo los brazos y suspiro, el rubio lo miro sin comprender lo que decía – O mejor dicho…compadezco al Uchiha – cerró los ojos.
– Cierto Gaa-chan, el se lleva la peor parte – Movió la cabeza afirmativamente.
– ¿QUEEEE? Ustedes…. Pensé que eran mis amigos pero veo que están de su lado – Tomo la caja de la pizza que aun quedaba – Pues váyanse con el teme ttebayo – Se colocó la mochila al hombro, pero antes de siquiera poder girarse una voz de ultratumba lo hizo pararse al instante.
– Detente Naruto – Gaara se puso de pie mirando con dureza a su amigo – Como quieres que me ponga de tu lado ¿He? – Su mirada apresaba la azulina – Solo un idiota cree en esos test de revistas… –
– Pero… – Intentó defenderse.
– Pero nada, como puedes decirle eso a Sasuke después de haber dejado a su familia por ti… ¿O ya olvidaste todos los problemas en los que se vio envuelto? ¿Y qué decir de todo lo que tuvo que hacer para que pudieran vivir juntos? Súmale a eso el estudiar dos carreras a la par, por que su padre le exigió estudiar negocios internacionales cuando el quería ser astrologo. Tú contaste con el apoyo de tu familia desde el principio, pero él no Naruto tiene que luchar constantemente por ello, mostrando que pueden vivir juntos y ser autosuficientes, hubo un distanciamiento con su familia, y aunque las cosas van mejorando, aún no son como antes…A pesar de todo eso, lo mandas a la mier$%& ¿por un estúpido test? –
La había regado, y a penas lo veía, agacho la mirada y se dejo caer en el sillón.
– Las peleas no van a cesar en un buen rato Naruto, si vieras cuantas veces dormí en el sofá – Sai miro con disimulo a su novio.
– Je… fui un idiota ¿Cierto? – Habló casi en susurro.
– …Cierto – respondieron al unísono.
Agacho mas el rostro y cuando pensaron que se pondría todo emo…. se sorprendieron al verlo brincar con energías renovadas.
– Ya me voy ttebayo – Y salió corriendo sin esperar respuesta alguna.
La pareja se miro – Seguirás contándole a todos que te he mandado a dormir al sillón – pregunto con una muy fingida sonrisa.
– Mmmm si – Imitó el gesto de su novio solo que su expresión fue más sínica que fingida.
– OK– Se levanto de golpe – Te quedas sin Valentín, me voy donde Temari – Tomo su cartera y salió.
– Noooooooooo – Sai salió corriendo tras su amor, mientras la gente lo miraba intrigada y Gaara se escondía entre el mar de parejas que ya salían a festejar.
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– Es que no entiendo cómo pudiste hacerlo –
– Lo siento Sasuke, no creí que le tomara tanta importancia – Junto las palmas de su mano en forma de disculpa.
– Es Naruto ¡por dios! – Miro con disgusto por la ventana.
– Por favor no me mates – Cerró los ojos y de nueva cuenta coloco las manos como si orara. Las parejas del local veían mal al azabache por las acciones de la chica.
– Si las cosas no se solucionan ten por seguro que lo hare – Sin si quiera importarle el cómo le miraban, dio un sorbo a su café y miro con odio a los chismosos.
– Te prometo que ayudare a que todo se solucione, incluso haré que levante su ropa –
– Si yo no lo he logrado, ¿Qué te hace creer que tu si lo harás? – Levanto un ceja de incredulidad ante lo dicho.
– Que yo tengo su colección de manga en mi casa – Sonrió picara y le saco la lengua. Miro de reojo a la ventana y ensancho más la sonrisa – Incluso te ayudare a encontrarlo, te aseguro estas con él en…– miro su reloj – Escasos 20 segundos –
– Hmp, si logras eso pagare esta cuenta y las próximas veinte que vengan – Ironizo.
– Pues saca la cartera que Naruto pasara en tres, dos, uno…– Señaló por la ventana y de milagro el azabache no se ahogo al ver a su rubio corriendo como alma que lleva el diablo justo enfrente del café en el que se encontraban.
– Tsssk – Saco un billete de la bolsa trasera del pantalón mientras se ponía de pie, tomo la mochila y una caja cuadrada, con sumo cuidado la abrazo y salió disparado por el mismo camino por el que hace poco paso el Uzumaki.
Corrió tan rápido como pudo, debía cuidar que no aplastara y que no se moviera mucho la caja que abrazaba. Diviso una cabellera rubia junto a una de color nieve caminando lentamente.
“Dobe”, sonrió de medio lado, a pesar de la prisa que llevaba, ese dobe nunca se negaría a ayudar a quien lo necesitara.
Gracias a aquella ancianita le dio alcance.
– Muchas gracias joven – La mujer hizo una leve reverencia.
– No hay de que ttebayo – También hizo ese gesto, siendo el suyo más prolongado e inclinado, cuando recobro su postura despidió alegre a la abuelita que había ayudado.
– Tan amable como siempre dobe – Esa voz tras su espalda erizo cada bello de su cuerpo, y brinco de la sorpresa.
Volteo con una enorme sonrisa en el rostro y cuando estaba a punto de abrazarlo, una mano en su cabeza lo detuvo.
– Feliz San Valentin dobe – Extendió la caja que hasta hace poco resguardaba en sus brazos.
El rubio la tomo con emoción, su sonrisa enmarcaba todo su rostro, pero de repente este entristeció al recordad que él había dejado su regalo en la casa.
Y como si de un telepata se tratase, Sasuke saco de su mochila la cajita azul y se la dio.
Naruto colocó su mano sobre la de Sasuke – Feliz San Valentin teme – De nuevo ese bello gesto, tan común en el, adorno su cara.
Jaló al azabache hacia una banca del parque que se encontraba cruzando la calle. Una vez sentados lo miro con alegría – A la de tres – Dijo sin dejar de mirarlo.
– Una – Puso la caja sobre su regazo.
– Dos – Coloco la cajita sobre su palma.
– TRES – Dijeron al unísono (uno gritando claro está) y juntos abrieron sus respectivos regalos.
Lo que Sasuke vio, fue, curiosamente, un pequeño anillo de oro blanco, con líneas entrecruzadas, lo saco de la envoltura y vio el grabado interno que tenia.
Te amo… N.U.
Sonrió “Somos tan parecidos y diferentes a la vez” pensó.
– ¡SASUKEEE! – Grito emocionado y saco con cuidado al pequeño, y mareado gatito de la caja – Es genial ttebayo, se llamara Itachi –
– ¿Qué? Tssk ¿Por qué como mi hermano dobe? –
– Porque al menos así tendrás a un familiar cercano mientras acabamos la universidad – Le brindo una cálida sonrisa.
– Hmp dobe… tu eres mi familia – Miro al cielo y al decir lo último lo miro de reojo en el justo momento que un sonrojo se mostraba en ese rostro.
– Bu-bueno si pero él se llamara Itachi y punto –
– No sé qué tan de acuerdo este mi hermano con eso –
– Naaaa no se quejara – Alzó los hombros restándole importancia.
– Dobe… hay algo que se te escapa –
Tomo con una mano a Itachi mientras con la otra tomaba su barbilla – ¿Tu beso? – Dijo al fin.
–…No… – Con toda la paciencia que tenía espero a que el rubio encontrara lo que se le escapaba…pero como esta no es mucha no tardo en hablar de nuevo – En el cuello dobe, en el cuello –
Y es que el ojiazul había revisado el fondo de la caja y no había encontrado nada – ¡Ah! jejejeje – Rió nervioso, vio un listón rojo resaltar sobre el pelaje negro.
Con sumo cuidado se lo quieto a Itachi, para encontrarse con la sorpresa de ver el mismo anillo que él le había dado a su teme, que a diferencia del otro decía:
Te amo… S.U.
Se lo puso con regocijo y lo admiro en su mano. – Ne Sasuke – Habló sin dejar de mirar el anillo – ¿A dónde iremos a comer? –
– Tal vez… podría llevarte por un poco de ramen –
Con delicadeza entrelazo sus manos y antes de que el otro hablara, unió sus labios en suave roce que los alejo del mundo sumiéndolos en uno donde solo existían ellos dos.
Lo que el rubio no vio fue el mensaje escondido en la tapa de la caja…
Naruto:
Recoge tu ropa o te dejo sin ramen.
Sasuke
Así como olvido darle la tarjeta de San Valentín que guardaba en su mochila.
Sasuke:
Ya no seas tan gruñón o te mando al sillón.
Naruto
FIN