Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La Muerte. por Mirelle

[Reviews - 20]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen.

Notas del capitulo:

Espero que les guste.

Quería escribir esta idea desde hacía mucho tiempo -^^-

 

LA MUERTE

 

Naruto Uzumaki era un joven de veinte años, rubio, con unos ojazos azules de alucine y un cuerpazo sólo digno de los adonis griegos. Formaba parte de un grupo Ninja, el equipo 7, junto con Sakura y Kakashi. A su edad ya conocía las camas de todas las mujeres  - y algunos hombres – de la aldea. Incluso muchas veces había repetido pareja, pero lo que le sucedía era que quería encontrar a su pareja ideal.

 

Naruto quería enamorarse.

 

Nunca en su vida había sentido nada especial por ninguna de las personas con las que había tenido contacto íntimo. Nunca. Ni una maldita vez, y eso le desesperaba.

 

Un día, mientras estaba en la cama pensando en cómo sería su verdadera alma gemela, llamaron al timbre. Se acercó a la puerta con un gruñido. Como fuera otra vez la acosadora de Sakura, la patearía. La chica se había acostado con él ya cinco veces y nunca tenía bastantes para demostrarle que no eran compatibles. La chica era una acosadora.

 

Cuando abrió la puerta, todos esos pensamientos se fueron al carajo. Delante tenía a un joven de unos diecisiete años, de pelo negro engominado y piel blanca. Vestía con un traje negro, largo, y unas botas altas oscuras. Le observó por unos segundos y liego se sacó un papel doblado del bolsillo.

 

-Perdona, busco a Uzumaki, Naruto Uzumaki. ¿Podrías decirme si se encuentra en esta casa, por favor? – preguntó el chico. Naruto sonrió.

 

-Sí, soy yo. ¿Querías algo?

 

-¿¡Tú?! – el chico pareció asombrarse demasiado. Susurró algo sobre lo jóvenes que eran los muertos o algo parecido y se volvió hacia él. – De acuerdo. ¿Me invitas a pasar? – Naruto negó con la cabeza.

 

-Tal vez te invite si me cuentas quién demonios eres.

 

-Está bien. Me llamo Sasuke Uchiha aunque creo que me conocerás mejor como “Señor Muerte”. Soy el que se encarga de recoger las almas de los chicos malos para entregarlas al supremo y a su infierno. No me creas si no quieres, lo comprenderé, pero déjame pasar. – incapaz de reprocharle nada, le dejó entrar.

 

-¿Por qué has venido? – le preguntó el Uzumaki una vez dentro. Sasuke se encogió de hombros.

 

-Eres más tonto de lo que se veía a simple vista, chico. He venido a buscar tú alma. Si hubieses sido bueno durante tu breve vida, hubiese venido la muerte del cielo, o sea, una chica hermosa llamada Konan. Pero como no ha sido así, aquí me tienes. ¿Preparado para que te mate? – preguntó el joven, haciendo aparecer en su mano una gran guadaña. Parecía que el chico cedería al peso del arma en cualquier momento, pero no fue así.

 

-Espera, yo todavía no puedo morir. ¡Tengo derecho a obtener mi gran deseo!

 

Sasuke miró por un segundo la lista que se acababa de sacar del bolsillo y luego centró su mirada fría en el rubio.

 

-Tu gran sueño era comerte un pastel de ramen y ya lo conseguiste el año pasado así que deja de quejarte tanto y elije como quieres morir.

 

-¡¡No!! ¡¡Mi gran sueño es encontrar a mi pareja ideal!! He querido encontrar el verdadero amor desde que empecé a acostarme con mujeres a los doce años así que quiero cumplirlo. – Sasuke le observó con el ceño fruncido. Miró a su lista una vez más y suspiró.

 

-De acuerdo, tienes derecho a obtener ese deseo, pero que sea rápido.

 

Los dos se quedaron en silencio.

 

-¿Rápido? ¿Cómo quieres que me enamore rápido? No puedo encontrar mi media naranja de la noche a la mañana. Tendrás que esperar. – sentenció. Sasuke rió, se tiró en el sofá y le observó de reojo. - ¿Qué haces…?

 

-De acuerdo, entonces viviré contigo hasta que lo encuentres.

 

-¿¡Cómo?!

 

 

 

 

 

 

Pasaron los días y poco a poco Naruto empezó a sentir más curiosidad por el pequeño. Descubrió que Sasuke había muerto a la edad de diecisiete, asesinado después de ser violado por un hombre que resultó ser un gran empresario conocido en todo el mundo. Nadie se enteró de su muerte y sus padres seguían pensando que se había fugado con una chica.

 

También comprendió que ser la muerte no era del todo sencillo. Tenía que matar a muchas personas diariamente. A veces, a niños pequeños que no tenían ni siquiera un año o a acabados de nacer. Sasuke odiaba ese trabajo, pero tenía miedo de ir al infierno si lo rechazaba. Por eso se había convertido en el mensajero de Satanás.

 

Pero sin duda, lo que más le había sorprendido de la historia del menor, era que podría volver a ser humano si encontraba “algo que todos buscan en la vida”. Sasuke había matado a muchísima gente, pero no había conseguido averiguar qué era lo que todos esperaban de la vida. Sin descubrirlo, sabía que le sería imposible cumplir su deseo de volver a ser humano.

 

-Sasuke, ¿has estado con alguien más aparte que conmigo? – preguntó un día Naruto mientras se estiraba en la cama. Sasuke le observó desde lejos – ya que él no dormía – y le asintió con la cabeza.

 

-Sólo una vez antes de esta. Con mi hermano. Él quería encontrar fortuna en la vida y e quedé con él hasta que se hizo rico. Luego le maté. – respondió fríamente. Naruto sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

 

Pasaron unos minutos de silencio. Sasuke creía que Naruto se había dormido, pero pronto vio que se equivocaba.

 

-Sasuke… Aunque no duermas… ¿podrías tumbarte aquí conmigo?

 

El moreno asintió. Se sentó en la cama, se puso bajo las mantas y se estiró, observando el techo sin alegar nada. El rubio bufó decepcionado y se acostó sobre el cuerpo de su compañero, comparando ambas temperaturas corporales. Sasuke estaba helado. El moreno se giró, abrazando a Naruto y apoyando su cabeza en el hombro del rubio. Naruto se sonrojó, pero no cortó el contacto.

 

-Duerme. – murmuró Sasuke. Naruto asintió y cerró los ojos, dejándose llevar por Morfeo entre el olor corporal de Sasuke, parecido al olor de la miel o de las flores.

 

 

 

 

Al día siguiente, Sasuke le pidió que le acompañara. Ambos se encontraron en el bosque. Naruto bostezó.

 

-¿Qué querías enseñarme? ¿Las margaritas?

 

Sasuke sonrió de forma cruel y abrió un portal con la mano. Naruto se quedó boquiabierto. Sasuke le estaba enseñando el mundo del infierno, un lugar gigantesco, lleno de gente muy delgada y herida que cantaba una canción demasiado triste. El horizonte estaba teñido de negro y una espesa niebla lo cubría absolutamente todo. Había pequeños volcanes sacando vapor de forma permanente y se oían latigazos lejanos.

 

La voz de Sasuke le sacó de sus pensamientos.

 

-¿Crees que me gustaría vivir ahí? No.

 

Naruto asintió y se dio cuenta de que unas cuantas lágrimas escapaban de sus ojos.

 

-Tranquilo, seguramente te ofrezcan ser cazador como yo y no haga falta que te adentres a vivir en los infiernos. – alegó el moreno, intentando calmar a su compañero. El portal desapareció tan rápido como había aparecido y Naruto se arrodilló.

 

-Quédate conmigo. – susurró. Sasuke enarcó una ceja. – Quédate conmigo, Sasuke, no voy a permitir que vayas a ese lugar. No quiero. Quédate aquí, te lo pido. – Sasuke empezó su marcha hacia la casa de Naruto.

 

-No digas tonterías. – respondió sin girarse. – Y asegúrate de conseguir rápido tu deseo.

 

Naruto asintió.

 

 

 

 

Los días pasaban. Naruto y Sasuke hacía ya un mes que estaban juntos y el rubio todavía no conseguía encontrar a su pareja ideal. Hay que reconocer, que tampoco lo intentaba. Se pasaba los días encerrado en casa, con Sasuke, contándole cosas sobre su vida o preguntándole las mismas al moreno. Su vida era Sasuke Uchiha.

 

-Nueve y diez. – gritó con una sonrisa el rubio mientras se destapaba los ojos. Dio un rápido vistazo a la habitación y centró su mirada en Sasuke, que estaba sentado en el sofá con los brazos cruzados. La sonrisa de Naruto se borró. - ¿Qué haces Sasuke? Se supone que estamos jugando a escondernos así que hazme el favor de desaparecer de mi vista y esconderte en algún lugar.

 

Sasuke enarcó una ceja y se cruzó de hombros.

 

-De acuerdo. – el moreno chasqueó los dedos y desapareció ante la sorpresa de Naruto.

 

-¡¡Pero así no!! – gritó, rojo de rabia. – ¡¡Vuelve a aparecer y mueve tú culo para esconderte en vez de desaparecer con tus poderes!!

 

-Viejo cascarrabias… - murmuró el moreno volviendo a aparecer.

 

 

 

 

Al pasar el mes Naruto se dio cuenta de algo importante. Primero, que no era normal que el corazón se le acelerase cuando Sasuke le decía algo. Luego, que era aún menos normal tener sueños eróticos con Sasuke y despertar con una erección. Y lo tercero que le pareció extraño, era sentir que ya no quería encontrar a su media naranja, quería estar toda la vida con Sasuke.

 

Una noche, cuando el moreno volvió a casa después de haber salido a matar a unos cuantos viejos, Naruto le sentó en el sofá para hablarle seriamente.

 

-Sasuke, tengo algo que contarte.

 

-Habla. – alegó el moreno impasible.

 

-Resulta que… creo que… acabo de encontrar a mi media naranja. Lo he estado pensando durante mucho tiempo y tengo algo que decirte Sasuke, te amo. – el moreno palideció. – Te amo, te amo mucho. Quédate conmigo, te lo pido…

 

Sasuke abrió los ojos asustado.

 

-¡¿Pero tú te das cuenta de lo que quiere decir eso?!

 

Naruto bajó la cabeza.

 

-Sí…

 

-Tengo que matarte. – concluyó Sasuke mientras hacía aparecer su guadaña. Naruto tragó duro y comprendió que ése había sido el trato para que Sasuke se quedase con él. Su vida le pareció de pronto un precio demasiado pequeño a pagar por todos los días felices que le había proporcionado Sasuke cuando estaba a su lado.

 

-De acuerdo…

 

Naruto cerró los ojos esperando el golpe. En lugar de eso, recibió un toque en los labios. Al entreabrir los ojos vio con sorpresa que Sasuke le estaba besando. Y lloró, lloró de felicidad. Se dejó llevar por le contacto y al final se separó por falta de oxígeno. Vio el rostro de Sasuke mientras dos lágrimas descendían de sus mejillas.

 

-Perdóname Naruto, también te amo.

 

Sasuke alzó de nuevo la guadaña. Naruto cerró los ojos. Sasuke le iba a clavar el instrumento en el cuello. Durante el movimiento, el arma desapareció, dejando a Sasuke caerse sobre Naruto por el impulso que había tomado. Extrañado, observó como sus ropas negras desaparecían, dejando paso a un chándal manchado de sangre y semen. El mismo con el que había muerto.

 

-¿Qué…?

 

-Creo que ya has encontrado lo que todo el mundo busca en la vida, Sasuke. – susurró Naruto mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro. Sasuke le observó sorprendido y se dejó abrazar. Su pesadilla había terminado y ambos tenían mucho tiempo para compartir conjuntamente.

 

FIN

 

Notas finales:

¿Qué les pareció...?

No lo sé, a mí la idea me gustó mucho y creo que el fik ha quedado bastante simple y claro ^w^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).