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Monoshitsuji por Sanaky kun

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Notas del fanfic:

Bueno, espero que este fic salga bien, se me ocurrió la idea de la nada cuando de pronto recordé los absurdos rumores que había antes de que saliera Kuroshitsuji II así que invente una nueva historia, espero les guste.

La parejas son: [Sebastian x Ciel] [William x Grell] [Bard x Finnian] [Agni x Soma] [Claude x Alois] [Erik x Alan]

Notas del capitulo:

El primer capítulo de este nuevo fic que lanzare, espero les guste y dejen comentarios, ya saben, siempre ayudan a subir el ego y con eso llegan las musas ya sabe, disfruten del fic Gracias.

Capitulo 1: Las vueltas de la vida.

 

      Todo estaba oscuro, muchas voces sonaban alrededor, pero no se podía ver nada. “Ah… ya veo” exclamo su mente en un pequeño arrebato, seguramente no veía nada debido a la venda que le cubría la vista desde que había despertado de su desmayo ¿En qué momento se había desmayado? Intento hacer memoria, pero estaba demasiado aturdido como para siquiera recordar o hablar, aunque lo segundo igual se le veía impedido por otro tramo de lo mismo que le cubría la vista, apretándole fuertemente, impidiendo que un pedazo de tela saliera de su boca y de esa forma, terminar por acallarle cualquier grito o exclamación que deseara expresar, de pronto, en la oscuridad tras la venda se alzo una luz, no era que pudiera ver, simplemente había alguna iluminaria tras la venda y la podía valuar claramente pues podía apreciar lo rojo de los capilares de sus parpados, aun así, seguía escuchando murmullos, por muchos lados, de mucha gente, aun así, no comprendía nada aun de lo que estaba ocurriendo.

 

     -El siguiente es un muchacho como lo pueden apreciar, pueden domesticarlo pues no tiene entrenamiento alguno, fue recientemente raptado-era una voz masculina, pero sonaba afeminada, sentía que la conocía de antes de nacer, su mirada se volteo hacia donde provenía la voz, pero no veía nada, se le vino a la mente  la imagen de un hombre extraño, de cabello rubio, ojos azules, ropa blanca ajustada antigua  y que en cierto modo le sentaba bien, pero a la vez horrible, no recordaba haber visto alguien así a lo largo de su vida, pero, se le hacía familiar, negó un poco con su rubia cabeza, eso no estaba precisamente bien ¿Por qué se imaginaba cosas así en un momento como aquel?

 

      -Druitt Aleister Chamber, yo comienzo con 10.000.000 de dólares-hablo un hombre, el rubio tuvo otro flash en su mente, un rubio, junto a alguien a quien llamaba tío, junto a…  si, conocía ese nombre, pero no recordaba haberlo escuchado antes, estaba desvariando ¿le habrían dado una droga? Intento mover sus manos, pero estaban atadas, negro un poco con la cabeza ¿Qué significaba aquello?

 

      -15.000.000-hablo otro, mientras su cabeza comenzaba a darle pequeñas vueltas, suspiro, intentando mantener la calma, seguramente por toda aquella confusión se estaba hiperventilado, debía calmarse si quería saber que era lo que pasaba con su cabeza, estaba intentándolo arduamente cuando una voz a su espalda, calmada y suave, era un hombre, si, uno que estaba parado tras él en la jaula, el cual le susurro suavemente.

 

      -jovencito ¿quieres salir?-consulto la voz suavemente, era cálida, pero a la vez fría y masculina, un hombre… si, uno vestido de negro y de ojos amarillos paso por su mente, se encogió un poco más en sí mismo, asustado de lo que estaba pasando por su cabeza, cuando volvió a escuchar las mismas palabras, más una pequeña frase-si quiere salir por favor asienta…

 

      Entre la desesperación que aquejaba su mente y la exaltación de su corazón por lo que estaba pasando asintió, fuertemente, tanto que casi se hizo daño al jalonear de las amarras, notando como al instante las luces se apagaban y era alzado sin ninguna dificultad por unos fuertes brazos, muchos gritos de sorpresa se escucharon y muchos más cuando presencio con la venda ya fuera de su visión, como las luces volvían y todos exclamaban sorprendidos de ver la jaula vacía, sin notar que él solo estaba sobre los tabiques del teatro, de donde incontables telas y objetos decorativos colgaban, oculto junto con un hombre al cual no se atrevía a mirar aun pues había clavado su vista en el rubio locutor el cual era la viva imagen de lo que él había imaginado, negro un poco con la cabeza, volteando el rostro hacia su salvador, abriendo los ojos de golpe, notando un amarillo hermoso y las mismas facciones que hacía pocos segundos había imaginado, la misma expresión algo fría, pero extrañamente cálida a sus ojos y esa boca marcada y delineada en una curva inexpresiva, si, era el… espera ¿Quién era él?.

 

      -Claude…-susurro suave y se sorprendió a si mismo ¿Qué era ese nombre? ¿Por qué había salido tan natural de sus labios? ¿Acaso conocía a aquel hombre? Había tantas preguntas dentro de su cabeza dando vueltas locamente, como si quisieran aturdirlo, pero solo sabía que su corazón latía fuertemente al verle, sabía también que sus mejillas estaban sonrojadas pues el atractivo de aquel hombre lo había dejado atónito, si, ese hombre tenía algo, pero aun así no era momento de pensarlo, pues pudo observar claramente la mueca de sorpresa que apareció en el rostro del mayor, como contrariado.

 

      -¿Cómo sabe mi nombre?...

 

      La seguridad del recinto de inmediato se presento en el escenario ante los gritos del rubio que más parecía histérico, aunque se le notaba que en todo aquel hombre era exagerado, sus gritos se mostraban más agresivos pues abría la boca en exceso y su cara estaba roja por el mismo hecho de exclamar tanto, la seguridad comenzó a buscarle, el se espanto al escuchar los gritos de un hombre, no era el rubio, era otro, uno distinto, que no recordaba haber visto antes y daba claras ordenes de encontrarle costara lo que fuere, pero nunca les encontraron, más que nada porque el hombre al cual había llamado por su nombre sin saberlo le había cargado todo el camino hasta desaparecer de los alrededores del teatro y de la misma cuadra, ocultándose en un callejón donde el mayor poco a poco le desato de los marres y cubrió con su propio saco la desnudez que le aquejaba y le avergonzaba en demasía, clavo sus azules ojos en los contrarios, notando como un calor abrumador le subía a la garganta, suspirando en busca de aliviar aquel extraño ardor.

 

      -¿A dónde vamos?-consulto al mayor, notando como poco a poco fue siendo acunado en los brazos fuertes de su salvador, cosa que le alivio, no sabía por qué, pero se sentía querido, aun así algo dolido, no sabía por qué, era  un llanto incesante que su interior profesaba en sus oídos sin descanso, como pidiendo explicaciones ¿pero, a qué? El no lo sabía, eran cosas de su mente, o al menos eso quería creer, quería pensar que aun estaba algo aturdido y es que suponía debía ser eso.

 

      -contestare eso si usted me contesta la pregunta que le hice en el teatro-la pausa y elegancia fría que mostraba aquella voz le cautivo, tanto que sus ojos temblaron de lado a lado buscando un refugio seguro, pero supo que no podía estar más seguro que entre esos fuertes brazos, que no podía ocultarse de su mirada, que más que nada, deseaba besar a aquella persona, a pesar de no haberla visto antes.

 

      -no lo sé-el hombre le miro intrigado por la respuesta-no sabía su nombre, es solo que, de repente, lo pronuncie sin más, no sé como lo sabía, se lo juro…-sus palabras eran sinceras, aquellos ojos claros no podían mentirle si colocaban aquella expresión tan dulce e inocente, era solo un jovencito, si, un jovencito encantador, no uno loco debido a las atrocidades de la vida, no uno desquiciado y obsesionado, malcriado y violado, no, era ahora un chico normal, aunque aquello no lo pensaba Claude, el tampoco recordaba haberlo visto antes, sin embargo, tuvo de pronto, la extraña y desquiciada idea de salvarle, por el simple hecho de que le fascino su rostro, de que extrañamente al ver su alma pudo recordar un sentimiento extraño, algo así como una equivocación, como un error muy grave de su pasado, aunque no sabía exactamente cuál fue su error, no recordaba haberle tenido entre sus brazos en lo que llevaba de vida, claro era obvio, nunca lo había tocado en su nueva vida.

 

      -Está bien, te creo, no te preocupes…

 

      -Así que aquí estabas Claude-ambos se voltearon alarmados por aquella voz, más el cuerpo del mayor se relajo al ver de quien se trataba, la poca iluminación de las calles de aquella ciudad la tornaba algo peligrosa, pero aquellos muchachos de tez champaña no eran un peligro justamente para ellos.

 

      -Soma, me has asustado-el de ojos amarillos hablo a el muchacho más bajo y de cabellos morados y ondeados, extrañamente cortos, sobre el hombro, a media mejilla era aproximadamente donde llegaba su cabello ondeado y hermoso, sus ojos eran una mezcla extrañamente homogénea del amarillo y el marrón, algo así como un castaño muy claro, como un pozo de miel espesa, a demás de una mirada cálida la cual lo hacía verse como una buena persona y en sí, lo era. A su lado había otro muchacho, este tenía el cabello blanco, corto, pero solo de un lado, pues una pequeña porción de cabellos blancos se deslizaba tranquilamente por uno de sus hombros y llegaba bajo su pecho, entre ondeado y lizo, sin embargo, todo a excepción de aquella porción estaba cortado perfectamente a nivel de la nariz, sus ojos eran una variación entre el gris y un celeste muy claro, eran como plata y parecía amparar protectoramente al otro que era una cabeza más bajo.

 

      -¡Oh! ¡Pero si te has raptado a un niño!-el rubio dio un bote en los brazos del mayor cuando escucho las palabras del muchacho, mirado al otro dudoso, pero este solo le regalo una dulce sonrisa, lo cual le movió el estomago y pensó “extraño” ¿Por qué tenía que ser esa actitud en el mayor extraña, si no le conocía? Se abrazo a este suavemente, intentando no temblar del frio, tensando su cuerpo suavemente.

 

      -Sí, lo rapte del mercado negro de Druitt Aleister Chamber, me causo mucha angustia que comenzara a vender personas, bueno, los otros eran adultos, este era el único niño, no podía dejar que lo profanaran así como así-El rubio se sentía extraño, encontraba que muchas palabras en aquel hombre no venían y que le sonriera así no era común, era como si le conociera de toda la vida, pero no llegaba a comprenderlo, era tan extraño, suspiro, su corazón latía desbocado, emocionado y titubeante ante las atenciones que se le daban, pues una de las manos que le sujetaba comenzó a acariciarle la espalda buscando darle calor.

 

      -tú y tu sentido de la responsabilidad Claude, a veces pienso que te arriesgas demasiado, sabes que la India es un lugar algo peligroso, sobre todo aquí que es una ciudad capital, hay muchos delincuentes-el de cabello morado se cruzo de brazos y el de ojos amarillos solo pudo sonreír divertido, lo cual hizo que el menor de tez morena alzara una ceja-¿Qué?

 

      -bueno, en realidad estaba pensando, que con Agni a tu lado no tienes de que preocuparte ya que tienes un compañero muy serviciar ¿no?-el de cabellos morados se sonrojo increíblemente al notar el doble sentido que le daba a su frase mediante su cara, aquel hombre de ojos amarillos sabía perfectamente por que Agni estaba junto a él, al igual que su propia persona, volteo el rostro sonrojado increíblemente, ese chico que le acompañaba, luego de declarársele y que el mismo le rechazara había decidido ser su protector, cosa que el acepto, pero con el paso del tiempo todo se estaba volviendo muy extraño, su cercanía no molestaba, sus abrazos tampoco, al contrario, gustaba de ello y al recordar todo aquello con las palabras del mayor solo pudo sonrojarse mucho más.

     

      -¡Cállate la boca!-exclamo nervioso, sin notar la divertida y complacida sonrisa del mayor que estaba tras el-me…mejor vamos a mi casa, te…te daré ropa para ese muchacho y te esconderé por un tiempo, s…solo cállate ¿sí?

 

      -Gracias…-expreso Claude con simpleza, mirando con gracia al rubio que no había dejado de mirarle increíblemente sonrojado, pues su rostro se le había antojado perfecto, casi como una obra de arte y su cuerpo poco a poco se llenaba del calor del nerviosismo, algo así como una corriente eléctrica que le recorría completamente toda la espalda y le llenaba de fuego el estomago, suspiro, entrecerrando los ojos, apoyando su mejilla en el hombro protector de su salvador, terminando por cerrar los ojos-descuida, ahora estaremos bien..

 

      El rubio se limito a asentir, mirando hacia otro lado que no fueran esos ojos que tanto le llamaban la atención y que le traían recuerdos que en verdad no sabía podía tener, los pasos de los cuatro muchachos se fueron alejando lentamente del callejón, sin percibir que sobre el tejado  de uno de los edificios que los rodeaban se encontraban cuatro hombres, dos de pie, mirando con curiosidad a los humanos que se desaparecían lentamente por la calle de aquel poblado país, mientras otro estaba acuclillado junto a un joven que permanecía sentado cómodamente en la orilla del techo, mirando a aquellos seres muy fijamente, con un aire nostálgico en el rostro el cual llamaba la atención de su compañero que estaba casi a su altura.

 

      -Mira las bromas del destino, ¿Quién iba a decir que esas almas volverían a la tierra?-uno con una voz irónica y algo afeminada hablo, tomando su cabello para dejarlo caer hacia atrás y tomarlo en una coleta despreocupada, dejando dos largos mechones en frente y el resto amarrado cómodamente, sus manos rodearon el cálido brazo de un hombre de cabello corto y lentes que justo en aquel momento estaban siendo acomodados, el cual miraba, al igual que su afeminado acompañante al menor-¿Qué planeas hacer entonces?

 

      -No estoy seguro-murmuro el joven, apoyando su espalda contra una de las piernas del acuclillado el cual poso sus manos en los finos y delicados hombros, acariciando levemente, con la vista igualmente fija en las personas que ya iban unas 7 cuadras de la calle donde se encontraban-Es un tanto confuso que después de 300 años vengan a aparecer esas almas de nuevo a la tierra…

 

      -Es verdad, es extraño, no solamente ellos, si no, que todas las almas que conociste en tu época han reencarnado-dejo hablar el hombre que ahora estaba siendo abrasado por que antes solo sostenía su brazo, pero el ya no decía nada, después de 300 años soportándolo ya estaba más que acostumbrado, tanto que incluso se le había agradable lo pegajoso que podía ser cuando se le antojaba, aunque justo cuando comenzaba a manosearlo era cuando su paciencia se acababa, como ahora que tenía una de sus manos en su trasero, tomo la mano del otro fuertemente haciendo que este reclamara-mi paciencia tiene un límite aceptable y tú lo sabes, Grell Suttcliff

 

       -Oh, Will, que malo eres-dijo el pelirrojo, comenzando con uno de sus típicos berrinches que incluían movimientos extraños y exóticos,  el joven que estaba sentado apoyado en su compañero rodo los ojos, claro, era de esperarse, ya había estado 15 minutos sin hacer nada extraño, era de esperarse.

 

      -¿Boo-chan?-consulto el siempre fiel mayordomo, que ya no se vestía como tal, pero seguía cumplido la misma función, como siempre, fiel a su amo como la ingeniosa pieza de ajedrez que sabía todas las trampas del juego.

 

      -No te preocupes Sebastian…-susurro pues había notado en el tono de voz de su mayordomo la preocupación de no saber cómo reaccionar ante tal situación, estaba claro que su joven amo aprovecharía aquello para volver a integrarse a la sociedad por un tiempo y disfrutar de la eternidad, como lo habían hecho hasta ahora-ya encontraremos que hacer, aunque…tengo un mal presentimiento sobre esto…

 

Continuara…

Notas finales:

Oh, se acabo el primer capítulo, ya saben dejen comentarios, espero responder a todos con ansias y haber cumplido expectativas, que tengan una linda semana, ya veré si actualizo en esta si tengo suerte y la imaginación. Gracias.


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