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Polos opuestos por RockVortexStyle

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Notas del fanfic:

CHARACTERS ©: Masashi Kishimoto

HISTORY FIC ©: RockVortexStyle

CIRCULE FANFICS ©: RockVortexStyle

COUPLES ©: NaruSasu

MUSIC BY ©: The Veer Union, Trading Yesterday, Katy Perry

Notas del capitulo:

Este capítulo es sólo un Prólogo, todavía no se subirá el siguiente capítulo. Hice este porque estaba inspirada en esta historia y empecé a escribir. Espero que les guste el comienzo pero les aviso que tardaré en subir los capítulos ya que tengo la agenda un poco apretada con los otros fics que tengo (aunque Te regalo mi corazón es cortito). No se preocupen, tal vez tenga la amabilidad de subir alguno pero este fic es un proyecto. En fin, tengo mucho tiempo ¿no?

Esta imágen no es mía.

1. Prólogo

 

   Instituto Konoha, una de las más prestigiosa. Sasuke Uchiha tenía una vida muy dura. Todos dicen que era un emo por estar con cara de pocos amigos, con los ojos maquillados y los labios pintados. Error, querido Watson. Si fuera emo su vestimenta tendría más color, pero para ir al grano, es toda negra. Según él, se considera un chico gótico sentimental, pero eso no lo demuestra.

Ahora hablemos de Naruto Uzumaki Namikaze. Es un chico energético y sin fronteras; el revoltoso de la clase. Todo lo contrario a Sasuke, un muchacho frío y calculador. Sin duda nada que ver.

 


 

25 de septiembre, un día bastante soleado pero hacía frío.

Naruto caminaba por los pasillos del colegio. Era viernes por la tarde y como no les habían puesto deberes podía hacer lo que quisiera, aunque tampoco los haría si se los pusieran, pero bueno. Tenía pensado ir a algún lugar interesante, pero quería ir con Kiba y Shikamaru, ya que si iba sólo no tendría gracia. Cuando por fin llegó a la biblioteca de la escuela (tenían esa última jora libre), se alegró de ver a sus amigos con otros que se habían quedado estudiando un rato. Shikamaru ayudaba a Kiba, puesto que éste último no daba un palo al agua en Química.

—Shikamaru. Kiba. ¿Cómo van con eso? —preguntó el rubio muy bajito pero alegre.

—Bien —contestó Shikamaru sin mucho entusiasmo.

—¿Bien? —se burló Kiba— Yo diría otra cosa: ¡ESTUPENDO! Gracias a Shikamaru Química se vuelve más fácil.

Naruto rió. Shikamaru era un genio en todas las asignaturas, pero siempre decía lo mismo: “Es problemático el ser siempre el que saque diez en todo, y un auténtico royo el estudiar”.

—¿Nos vamos? —siguió Naruto.

—Espera un segundo ¿sí? —contestó Kiba— Termino esto y nos vamos. No te preocupes que me queda poco.

—De acuerdo. Entonces los espero en la salida del colegio.

Y dicho esto se marchó de la biblioteca.

Se disponía a ir a la salida del colegio pero algo hizo que se parara en seco y diera media vuelta. Se quedó un rato tieso y a continuación se fue corriendo apretando se la entrepierna con ambas manos. En resumen: tenía que atender a la llamada de la naturaleza.

 

Naruto estaba llegando al baño, su vía de escape.

Por fin —pensó el rubio.

Se disponía a entrar, pero algo hizo que para. Un ruido... no, gemidos... se escuchaban gemidos. Provenían de ese mismo baño. Naruto se quedó estático, pero se armó de valor y abrió la puerta poco a poco. Él no era un experto en el sexo pero si en el sufrimiento, por lo que supo distinguir esos gemidos por los de... dolor y angustia.

Dejó sus pensamientos de lado cuando divisó una escena que no le gustó en lo más mínimo. Abrió los ojos de par en par. Un muchacho de casi su edad, estaba en el suelo haciendo se heridas con una navaja. No parecían profundas pero había sangre desparramada por el suelo.

Tragó salvia y entró por completo. No permitiría que ese chico se lastimara. Eso le dolía, y le hacía recordar.

—¿Por qué te lastimas? —preguntó al chico del suelo.

El moreno levantó la vista y vio al rubio. Le lanzó una mirada asesina. ¿Qué le importaba a él los motivos por el que se lastimaba? No entiende sus sentimientos.

—¿Quién te ha herido el corazón? —el rubio volvió a preguntar, esta vez con más preocupación.

El chico seguía con el ceño fruncido, pero abrió los ojos de la sorpresa. Había puesto tanto énfasis a la palabra “corazón”...

—No te incumbe —respondió por fin—. No sabes nada de mí. No me entiendes. No te importa mi vida. ¡¡DÉJAME EN PAZ!!

Naruto ni se inmutó. Ahora era él quien fusilaba con la mirada al moreno que tenía delante. ¿Cómo iba a dejarlo en paz en su estado actual? Tan pronto como pensó aquello, se abalanzó sobre el azabache arrancándole de sus delgados, fríos y pálidos dedos aquella navaja llena de sangre... su sangre.

—¡¡TRANQUILIZATE!! —le gritó— ¡No quiero hacerte daños, sólo quiero que dejes de hacerte heridas a ti mismo!

El moreno intentó por todos los medios posibles sacárselo de encima, pero para su desgracia le era imposible.

—¿Por qué...? —Naruto iba a llorar de la rabia y del profundo dolor de su pecho— ¡¿Por qué te haces esto?! ¡¿Quién te ha lastimado de sobremanera para que te auto-castigues?!

El chico que tenía debajo suyo se quedó sorprendido con la pregunta que el rubio le mandó. ¿Auto-castigarse? Nunca lo había pensado, y ahora que sí lo hace... tenia razón, era una auto-castigo. Se sintió sucio después de eso, pero la azulina mirada del rubio hizo que abriera más sus orbes negros (si eso era posible): parecía entenderlo muy bien pero... tal vez sólo era pena.

—Déjame ir —fue lo único que dijo.

Naruto se levantó y le ofreció una mano al muchacho, cosa que éste lo rechazó y se levantó por su propia cuenta. Fue directo a la puerta para salir de allí, y así lo hizo, sin mediar más palabras. El rubiales se miró la ropa: estaba llena de sangre, la sangre de ese chaval. Se miró en el espejo más cercano, y aquella visión de él mismo lleno de sangre le hacía recordar cosas desagradables.

No sabes nada de mí. No me entiendes. No te importa mi vida.

Recordó aquellas palabras que le dijo el moreno. Se disponía a ir al lavabo para limpiarse la cara, pero pisó algo que hizo que parase, miró al suelo y para sorpresa suya, se trataba de una cartera escolar. La recogió del suelo y la abrió. En ella aparecía la cara del azabache de hace un rato, con un gesto de desdén. Estaba todo: el permiso de salir del instituto más tarde si un profesor se retrasaba a última hora... el número de expediente... el tipo de sangre... edad... curso y grupo... pero sobre todo, el nombre.

Sasuke Uchiha —pensó el rubiales—, te demostraré que te entiendo, y que puedo ayudarte a que salgas del infierno en el que te han mentido.

Se guardó la cartera en su mochila, que se encontraba tirada en el suelo. Después atendió su llamada con las palabras del pelinegro resonando en su cabeza. Luego de eso, lavó se las manos y se fue con su mochila; en esto llegaron Kiba y Shikamaru.

—¡Naruto, ¿y esa sangre?! —preguntó Kiba preocupado.

Naruto miró su ropa: se le había olvidado las manchas de sangre.

—Pues... —estuvo a punto de decir la verdad, pero pensó que no era conveniente— me resbalé. El suelo estaba cubierto de sangre y ya veis. Bueno, puedo cubrilo con la chaqueta de gimnasia.

Después de decir eso último, Naruto se sacó una chaqueta de la mochila y se la puso.

—¿Seguro de que estás bien? —preguntó Shikamaru.

—No os preocupéis, ahora iremos a mi casa, me baño, me cambio y hasta luego Lucas.

Ni Shikamaru ni Kiba quisieron contradecirle, confiaban en el loco rubiales que tenían por amigo. No dijeron nada más y se dirigieron a la casa de Naruto. Éste, sin embargo, seguía pensando en el muchacho con el que se encontró.

 


 

—Ese sujeto... no me conoce.

Un muchacho de pelo negro y con la camisa manchada de sangre (aunque la cubría con una chaqueta) se dirigía con pasos cansados a su casa.

Nauto Uzumaki... —pensó el moreno mientras observaba la billetera escolar del rubio— ¿qué tanto puedes entenderme?

 

 



CONTINUARÁ...



Notas finales:

No me maten pporque haya sido muy corto, sólo es un prólogo. Pero no se preocupesn, tan pronto como termine mis otros fics (o uno de ellos =.=U) seguiré con éste. ¡Promesa!

¿Review? Sólo por saber que tal está. ^_^


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