¡No puedo creer tal humillación! Que ese hombre haya logrado vencerme a MÍ el maestro de las "contras" y lo que más me enfurece es que haya sido la pelea donde se decidiría quien pelearía con Makunouchi...
Cada día recuerdo la vez que le prometí aquello de vernos en las finales de los novatos, es por lo que más practico a veces llego a olvidar la promesa que le hice a mi padre de pequeño...
Y ahora ni una ni la otra estoy totalmente airado.
Siento como mi padre abandona la camilla en donde me dejaron los enfermeros seguramente irá a buscar a nuestro médico y en el estado que estoy no quiero ni moverme RAYOS ¡como odio a ese Mashiba tramposo! ¡pisarle el pie a mi! Quiero morir...
Escucho los pasos lentos de mi padre entrando ¿Ya se habrá calmado por mi derrota? camina unos pasos más hacia mí y se detiene
-Miyata-kun... seguramente aun estes inconsciente... pero hoy me dado cuenta de algo... y la verdad es que yo... uh... eh... um...
¿Dirá que está decepcionado? O... tal vez ¿Quiera que deje el boxeo? ¡Espera! ¿esa no es la voz de...? Intento abrir los ojos que aun estaban cansados con fuerza
-Te amo-
Casi al mismo instante logro abrirlos y observar con estupefación a Makunouchi y él igualmente se sorprende y torpemente se levanta y tropiesa con la silla haciendola caer estruendosamente.
Pocas cosas hacian que mi pupilas se achicaran y que yo quedara en completo shock
1º Frente a golpes limpios.
2º Al observar una pelea de campeones mundiales.
3º (Agregando a la lista) Cuando mi rival Makunouchi se me confiesa.
Si hubiera sido cualquier otro lo hubiera tomado como un insulto y si hubiera sido una chica simplemente como una broma ¿viniendo a confesarce en mi derrota? ¡Que estupidez!
Él se rie como idiota por el nerviosismo y levanta la silla entonces disimuladamente aumenta la velocidad de sus pasos para salir y cuando toma el picaporte le llamo. Queda estático. Puedo verlo temblar y juraría que está apretando los dientes y cerrando los ojos fuertemente.
-¿Por qué?
Agacha la cabeza aun sin voltear.
-Verte siendo golpeado así era como si se me saliera el alma del cuerpo, tenía ganas de levantarme y golpearlo lo más fuerte que se me sea posible con tal de dejar ver sufrir a Miyata-kun-
-Hum... igual que mi padre- simplemente eran sentimientos mal observados para alguien como Makunouchi que nunca se habia enamorado, aun así me siento muy nervioso y ¿ansioso?...
-Yo no soy tu padre- al fin se volteó a verme y sus ojos mostraban la fiereza como cuando sube al ring muy diferente a cuando esta fuera de el y se comporta como idiota pero eso me gusta de alguna manera... -Takamura y los demás me lo venían diciendo desde que nos conocimos y claro que sabía que solo querían molestarme pero hoy... me he dado cuenta que en realidad estoy enamorado de Miyata-kun...- al instante se sonrojó y volvió a poner la cara de idiota de siempre
- ¿Estas seguro de esto?- le pregunté seriamente
-Si- evitaba mirar a otro lado con las mejillas rojas y aunque lo consideraba algo lindo no me convecía
- ¿No te arrepientes?- recien se detuvo de los movimientos de su cabeza y me observó directamente a los ojos aun algo sonrojado y no tan serio sino que aun se notaba los nerviosismos en sus facciones
-No me arrepiento- puso una cara de arrepentido como si se contradijera o solo era otra faceta suya de tonto pero lo que más me asombra, si aparte de que mi rival se me confesara, es que sentí mis mejillas calientes
Ahora era Makunouchi el que estaba en shock era más que obvio que me había puesto rojo como un tomate, mantuve el control como siempre lo hacia aunque esta vez fue lo más difícil que habría intentado hacer
-Acercate- le ordené, apreté mis puños destrozados para ver si podía moverlos.
Acercó el oído pensando que le diría algo y a medio metro de distancia tomé sus mejillas y las acerqué a mi rostro uniendo sus labios con los míos. Cerré los ojos para disfrutar esos labios virgenes, tardó como diez segundos en reaccionar y recien se apoyó sobre la cama aumentando la fricción de nuestras bocas.
Me separé de él para respirar pero se quedó en la misma posición sin darse cuenta aun.
- ¿Te voy a visitar cuando me recupere?- sonreí apenas
- ¡S-si por favor Miyata-kun!- reaccionó y volvió a ser como siempre como si no nos acabasemos de besar
Se acercó de nuevo y me besó levemente en la mejilla. No... si habia cambiado algo...
Salió del pequeño cuarto y al cerrar la puerta tras de sí, reí como esas chicas enamoradas que tanto había odiado. Intenté tocar mis mejillas para ver si aun estaban rojas entonces me di cuenta de el GRAN dolor de mi cuerpo y que estas estaban totalmente inflamadas. Aun así Makunouchi me besó tan profundamente y ni el dolor me detuvo para disfrutarlo.
¿El poder del amor? jeje que estupideces, nunca imaginé que llegaría a comportarme así y menos tras una derrota.
Abrieron la puerta y vi a mi padre con medicinas y demás me puso una toalla en el rostro para bajar la fiebre de mi rostro aunque no todo ese calor era debido a la pelea...
-Dile a Makunouchi...- apenas podía hablar, ¿Pero cómo lo había hecho tan facilmente hace unos minutos? -Perdóname- el que nos hayamos besado no cambiaba el presente y es que había roto mi promesa de quedar en las finales con él
Se levantó y salió del cuarto, seguramente habría visto a Makunouchi afuera al llegar.
Ippo golpeó con fuerza una maquina de sodas al recibir el mensaje, lo único que sabía es que tenía que vengar a Miyata.
Pero sonrió como tonto al recordar su ahora nueva relación.
Había pasado más de una semana y fuí a su gimnasio, sabía que estaría trabajando arduamente para vencer a Mashiba. Me encontraba con el 50% del cuerpo vendado y con muletas por el pie izquierdo.
Al momento de notar de mi presencia salió dejando de golpear la bolsa de boxeo, corriendo hacia mi con una gran sonrisa de tonto gritando mi nombre.
Obviamente los demás se dieron cuenta y estaban asombrados de aquella visita lo que no sabían es que se repetiría muy a menudo y peor aun la relación de esas visitas.
Observaba embelezado su rostro y él hablaba sin quitar en ningún momento su sonrisa.
¿En qué momento me había enamorado tan profundamente de él?
¿Fue cuando se levantó después de recibir el puño fuerte de mi "contra"? O ¿la vez que lo vi comprando nuevos zapatos y lo ayudé para que no sea estafado y aun así con mi frialdad él me sonrió como solamente él lo hace? ¿Quizas con la charla que tuvimos sentados en el cesped junto a una puesta de sol y entonces los pequeños reflejos del sol hacian destellar doradamente sus ojos?
Bueno realmente no me importaba por ahora... lo que si quería era nunca borrar esa sonrisa de su rostro...
