Aquí estamos, frente a tu puerta una vez más, esa puerta a la que siempre he odiado, por ser la que nos separa al final de cada día que pasamos juntas, generalmente solo te acompaño y te dejo aquí frente a ella, un beso en la mejilla, como despedida, para luego ver cómo te pierdes al final de esas escaleras, como deshaces mi abrazo y desapareces de mi vista una vez más sin darme oportunidad a decir o hacer nada. Pero hoy es diferente, no sé si es porque casi nos venimos corriendo desde el parque pero mi corazón esta latiendo más rápido de lo usual, estas parada frente a mí, al lado de esta puerta, no dices nada y yo tampoco lo hago nuestras miradas se encuentran en un momento que se que es solo nuestro, y siento la necesidad de decir algo que he guardo mucho tiempo dentro de mi pecho, pero cuando por fin reúno el valor desvías la mirada y yo no puedo hacer nada más que soltar un suspiro, miro mi reloj solo han pasado 5 segundos desde que llegamos ¡Vaya! Se me ha parecido una eternidad el perderme en tus ojos.
-Bueno mi padre me está esperando, ya sabes que vivo lejos y no puedo quedarme más tiempo
-Si claro, nos veremos mañana entonces.
-Eso espero preciosa.
Siempre te suelto este tipo de cosas y tu tiendes a sonrojarte, la verdad esta personalidad tuya es lo que más me encanta de ti, la manera en que te comportas aun como niña, las discusiones que tenemos, jugando obviamente, como intentas vencerme, pretender que tienes más fuerza física que yo, la forma en que me miras también, mis amigos dicen que eres así con todos, que tu reputación habla por ti, sabes, a mi no me importa nada de eso y aunque no sea cierto, aunque tal vez solo me este engañando a mi misma yo se que en este momento tus ojos solo me están mirando a mí y aunque ya nos despedimos nos volvimos a perder en la mirada de la otra, Dios no tienes idea de lo que siento por ti, como me gustaría que fuera reciproco pero tú tienes novio y yo se que en tu vida no hay espacio para alguien como yo.
-Bueno nos vemos-
-S-si, hasta luego
Me acerco a ti para darte el beso en la mejilla de despedida, pongo mi mano derecha en tu cintura como normalmente lo hago, pero algo cambio esta vez, tu mano izquierda está en mi hombro y la derecha en mi cadera, mi cuerpo ya está en movimiento pero no reacciono del todo y antes de que pueda hacer nada, realizas un cambio mas, giras un poco tu cabeza y tus labios quedan frente a los míos, no me detengo y logro juntarlos. Tus labios se sienten tan bien, tan suaves, tan tu, no me quiero separar de ellos, pero espera, estamos en la calle frente al negocio de tus padres así que no me queda otra opción más que separarme. Siento que todo pasa en cámara lenta, estoy consciente de que el roce de nuestros labios no fue por más de dos segundos pero para mí fue como una botella de agua en medio de un seco desierto. Tus ojos están cerrados al igual que por un momento estuvieron los míos, alejo mi mano de tu cadera y doy un paso hacia atrás
-aah… bueno
Abres los ojos, me miras y luego al piso para después dar un paso largo y abrir esa puerta azul, pero las cosas siguen cambiando y solo la empujas levemente para luego voltear a verme, nuevamente cruzas tu mirada con la mía y luego me sonríes pero hay algo raro en esta sonrisa, algo que me atrae a ti cual magneto a cualquier metal, se que solo soy un satélite a tu alrededor pero me gustaría ser el único que alumbrara tus noches, cuando estoy a punto de dar un paso un horrible y fuerte sonido nos saca a ambas de nuestro trance, es la puerta que has dejado choque contra la pared, te ha asustado ya mi también, pero me permitió despertar, se que yo no significo nada más para ti y jamás podría llegar a ser algo más que una distracción. Meto una mano en mi bolsillo y la otra la pongo a la altura de mi rostro para luego sonreírte y despedirme, doy la vuelta, me alejo de ese lugar, de aquella puerta que se nunca podre atravesar, regreso a ver mi triste realidad en la que tu eres el sol y yo junto con muchos otros me encuentro en la tierra solo girando a tu alrededor.
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