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Boomerang... por VAAYPER

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Notas del fanfic:

La reedité porque el servidor la borró, lamento que los post se hallan perdido, en verdad que sí.

 

La historia fue borrada, no sé que problemas tiene el servidor pero es la última vez que hago algún cambio por volver a ella.

 

Lamento que los post se hallán perdido, pero espero en verdad que aquellos que en realidad le interesa la historia, puedan seguirla.

Notas del capitulo:

No hay nada que decir, encontré quien me pasó nueavamente la historia que el servidor había borrado.

 

Los post, notablemente se perdieron y yo casi dejo esto en el aire.

 

Si el mundo fuera justo no hubieran tantos metiches y los tomates se considerarían el alimento básico de la comida Japonesa, pero como el mundo no era justo y los compañeros seguían siendo metiches, Sasuke tuvo que maldecir por lo bajo cuando una Tsunade con todos los colores en el rostro y la boca abierta como un pez fuera del agua al verles salir un tanto sudorosos y desaliñados de la despensa, carraspeó con un sonido más parecido al cacareo de una gallina al tiempo que se apropiaba de otra botella de sake y volvía a la sala.

 

Naruto, un tanto turbado y con las mejillas rojas junto a la mirada acusadora, se ocupó de sacarle el aire con un codazo en las costillas para luego caminar airadamente hasta su preciada olla de ramen y llevársela al tiempo que sacaba los palillos y le señalaba amenazadoramente con ellos.

 

-¡Es tu culpa, teme!-

 

-Como si tú te hubieras resistido mucho, usuratonkashie-

 

-¡Tú, pervertido!-gruñó saliendo de la cocina con el paso más airado que la molestia en el trasero y el peso extra le permitía.

 

Asintiendo por el apelativo utilizado, observó medio empalmado como ese bonito trasero se movía alejándose de su alcance sin más protección que el exiguo pantalón que habiendo abandonado la ropa interior, no hacía más que pegársele como una segunda piel.

 

-Deja de babear, bastardo, Naruto tiene cara de querer tirarte algo a la cabeza y tú te estás riendo como estúpido-

Sai, pensó Sasuke con un siseo de paciencia no adquirida para tratar al pintor.

 

-Largo, ve a ponerte de filósofo con tu apestoso mapache-

 

-Gaara no apesta, bastardo, huele a dúctiles maduros, o calentados al sol cuando acabamos de foll…-

 

-¡Ya entendí, copia barata!- Negando en un intento por alejar la imagen mental del psicópata y el cadavérico Sai en plena faena, se giró hacia el refrigerador en busca de una cerveza, lanzándole una por encima del hombro a la presencia aún presente del otro.

 

-Oe, Uchiha-

 

-¿Hum?-

 

-¿Te leíste el libro de paternidad que te di?-

 

-No-

 

-Puedes enseñarme a cambiar un pañal-

 

Casi escupiendo la cerveza, Sasuke giró lentamente la cabeza para mirar atentamente el rostro afligido y un tanto ansioso del otro.

 

-¿Qué coño te hace pensar que yo he cambiado pañales?-

 

-Eres padre-

 

-¿Y?-

 

-No me digas que nunca has compartido ese momento en que lo acuestas en el cambiador y le cambias el pañal, el último libro que leí dice que crea una conexión entre ambos-

 

-Pues no, y la única conexión que encuentras es cómo demonios el mocoso crea tamaña pestilencia si es tan pequeño-masculló dando el tema por zanjado porque en verdad no era muy loable por su parte el recordar que se había excluido él solo de compartir esos momentos con Naruto y Haru.

 

A lo más que había llegado había sido a acercarle el biberón cuando sus gritos disconformes habían estado al punto de volverlo loco.

 

-Eso quiere decir que vamos a tener que aprender-

 

-Vamos suena a mucha gente, copia barata-

 

-Tendrás tres-

 

-Tsk-

 

-Además Gaara dijo que yo debía aprender, desde ahora para evitar que me colgara de los cojones si terminaba por ponerle otra cosa que no era en un intento de cambiarlo-

 

-Suerte-

 

Frunciendo el seño en muda concentración, Sai ladeó la cabeza apoyando la cadera contra el marco de la puerta en tanto mirada hacia la sala donde los demás demostraban el poder del entendimiento entre tantas voces y aspavientos al comunicarse. Sasuke permanecía a su lado, la mirada en la figura de mechones rubios sentada al borde de la piscina con los pies metidos en el agua y comiendo furiosamente de una olla plateada una serie de largos fideos.

 

-¿Crees que Neji sepa hacerlo?-

 

-Hum-

 

-Tengo que aprender-

 

-Hum- 

 

-Sino Gaara me mata- 

 

-Hum-

 

-Pienso hacer un trío-

 

-Hum-

 

-Con Naruto-

 

-Hum… ¡¿Qué coño…?!-

 

-Era broma, bastardo-sonrió nerviosamente, agachándose cuando la mano de Sasuke tirara a agarrarle de la garganta, pero no contó con que la botella fuera a detener su avance con el fondo contra su nuca-¡Que era broma!-protestó en vano al sobarse el golpe que un muy relajado Uchiha le prodigara dejándole adolorido-Es que parecías no escucharme-

 

-No lo hacía-

 

-Pero, Sasuke, en verdad debo aprender y creo que tú también deberías hacerlo-

 

-Posiblemente-

 

-Entonces-

 

-Bien, sígueme- Más que intrigado le siguió escaleras arriba, mirando con extrañeza como entraban en el cuarto de Haru y sustraían a escondidas uno de los incontables peluches con forma de avión.

 

Interesado, al verse encerrado en la habitación del Uchiha, abrió la boca en una muda interrogante cuando éste encendiera su laptop y sacara un pañuelo de una de las oscuras gavetas.

 

-¿Para qué es esto?-indagó al tener el peluche y el pañuelo en las manos, siéndole entregados por un muy serio Sasuke que tomara asiento en la tumbona bajo la ventana y tecleara a velocidad de vértigo entre asentimientos breves y muecas irónicas.

 

-Siéntate y haz esto-ordenó girando la pantalla con una imagen a color que iba cambiando según presionaba el teclado.

 

-Pero yo creí que…-

 

-Hazlo, joder, quería que te enseñara, eso no tiene mucha ciencia- Quince minutos después Shikamaru abría la puerta con el hombro en tanto sostenía precariamente a uno de sus hijos que no dejaba de revolverse y armar berrinche, ambos pelinegros le observaron como quien acaba de ser hallado en medio de una travesura, para luego al ser consientes de la situación en que estaba el Nara, sonreír con un deje de burlona maldad que le puso los pelos de punta e hizo callar como por ensalmo al bullicioso pibe.

 

-Buscaba el baño-

 

-Hum-

En un instante ya Sai estaba a su lado procediendo a cerrar la puerta con un silencioso click, y Sasuke pareció acomodarse en el diván con cierta misteriosa complacencia.

 

Notas finales:

No pude recuperar las imagenes, así que conformense con saber que lo seguiré.

 

Sayonara.


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