Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Consecuencias de hacer cosas a escondidas por Mariohn

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Me gusto la llegada que tuvo atrapados, así que al instante decidí hacer una continuación...

y... eso! disculpen de antemano por la MALA continuacion xD (ok no, a mi editora le gustó!)

 

cap dedicado a mi weli nat x3!! quien me dio el animo para seguir.... :3

Notas del capitulo:

Atrapados!!: http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=62345

Declaimer: Naruto pertenece a Kishimoto!!

-No se necesita leer el fanfic anterior para leer este-

 

El sonido del viento chocaba en mi cara. Éramos ágiles, corríamos en línea recta.

Mantuve mi vista hacia todos lados todo el tiempo. Era así como se me había enseñado.

Nos escabullíamos entre los árboles... y sigilosamente atacábamos. ¿Protocolo?.

 

–Debemos ser rápidos, o tendremos problemas –dijo en un susurro. Asentimos en silencio desde las sombras.

 

Nos acercamos donde el enemigo, aguardando en un rincón seguro. Kakashi miró a todos y cada uno de nosotros, deteniéndose en mí.

 

–No te distraigas Sasuke  –lo fulminé con la mirada. No era que no quisiera. No podía hacerlo.

Era tarde.

 

Tarde para desviar mi vista de ti.

 

 

 

Consecuencias de hacer cosas a escondidas.

 

 

 

Nos quedamos observando la base enemiga. Suspiré. Esto sería un verdadero fastidio.

 

–Esto va a ser complicado Kakashi –dijo Shikamaru, haciendo eco de mis pensamientos. Dirigí mi vista hacia él un instante, se veía tan fastidiado como yo. Error. Shikamaru se fastidiaba por todo.

 

–Ánimo Sasuke-kun! –susurró Ino. Kakashi la hiso callar al instante. Lo agradecí internamente.

Intenté alejar esas ideas de mi mente, intentando concentrarme en la misión, fallando casi al instante.

 

Mentalmente me lo recriminé. ¿Cómo quitar un pensamiento que durante años ha estado en mi cabeza?

Era preso de mis cavilaciones.

 

–A la de tres –escuché levantándome de mi posición. A pesar de que mi propia cabeza se encontraba en otro lado, podía ser consciente de todo. Supongo que debería agradecérselo a los tiempos de vengador.

 

Saqué mi katana esperando la señal, mientras que mi cabeza se llenaba de los mismos pensamientos de siempre, y no podía dejar de admitir que esta situación era solo culpa nuestra.

 

-Flash back-.

 

 

–¡¡Gracias por el ramen teme!! –gritaste como un niño lleno de alegría. Suspiré pero hice una pequeña sonrisa. Podías ser tan fácil de complacer...

 

–Tú nunca cambiarás ¿eh, dobe? –dije algo teatral. Sonreí al ver tu cara de fastidio.

 

–¿A qué te refieres? –dios... podías ser tan inocente a veces...

 

–Nada Naruto –dije mirando hacia arriba disimulando mi expresión. Pero no te conformaste y tiraste mi brazo. Baje mi rostro encontrándote cerca del mío. Pusiste los ojos pequeños y fruncías el entrecejo. De pronto recordé tu expresión en nuestras infantiles discusiones causándome un poco de nostalgia.

 

–¿y?–

 

–¿y qué? –respondí. De verdad parecías un pequeño zorro ¿eh?

 

–y... ¡dime! –Suspiré. Y disimuladamente miré hacia todos lados. Te empujé hacia la pared más cercana alzando tu barbilla. Estaba oscuro, pero juraría que tus mejillas habían tornado a un delicioso color carmín. Sonreí de lado –O-oye! –

 

Ya era bastante tarde. Al momento ya estaba en tus labios rodeando con mis manos tu estrecha cintura. Y moviéndome con soltura.

 

–Te...ug!! –susurraste en medio del beso. Beso que fui aumentando hasta que se nos fue el aire. Jadeaste llenando tus pulmones pero nunca te alejaste de mí –¡Aquí no teme! –Dijiste, sin embargo pasaste tus brazos por mi cuello.

 

–¿Seguro? –pregunté chocando nuestras narices como un beso esquimal.

 

–Imbécil....–Suspiraste, pero te acercaste a mi boca en un movimiento rápido.

Estuvimos tan entretenidos en aquello que se nos olvidó la hora y el lugar. Me era imposible pensar en otra cosa que en ti, tus dulces labios y tu respiración. Y cuando me pregunté qué expresión pondrías si me atrevía a ir más allá escuchamos una voz que hizo alejarnos automáticamente.

 

–¿Naruto? –Ambos nos volteamos sorprendidos. Casi se me cae la cara al ver la shockeada expresión de la gondaime observándonos. Dios... podía ser cualquier persona... ¡Y tenía que ser justo ella!

 

–Esto... Oba-chan... –balbuceaste. Estaba lo bastante sorprendido como para no decir palabra. Y preferí quedarme donde estaba, esperando cualquier reacción.

 

–Ehg... es mejor... que hablemos mañana... –Dijo después de un angustioso minuto. Y tras eso siguió caminando.

Nos quedamos en silencio hasta que su figura desapareció de nuestro rango visual.

 

–Teme... –susurraste zamarreándome un poco. Sólo ahí fui consciente de la realidad.

 

–Demonios... –murmuré llevándome una mano a mi frente. No necesite verte para saber que tu expresión era igual o peor que la mía.

 

–¿Que...que...? –

 

–Actuar normal dobe –Sentencié cuando el shock y el asombro se fue –Quizás no vio nada y...– Suspiramos al unísono. Sabíamos que eso sería improbable. La otra posibilidad era que pensase que yo te acosaba pero... negué con la cabeza. La gondaime me hubiese atacado… Como mínimo –Vamos, te dejo en casa –.

 

Caminamos en silencio. No podía dejar de pensar en nuestra mala suerte. Dios, no llevábamos ni una semana saliendo... ¿y la relación corría peligro? ¿Con qué clase de suerte macabra habremos nacido?

 

–Nos vemos ttebayo –susurraste a penas tocando mi brazo y subiendo ágilmente hacia tu departamento. Asentí en silencio viéndote entrar.

 

En cuanto te fuiste pude ser preso de mis propios miedos. ¿Qué pasaba si ella intentaba separarnos? No podía decirte eso. ¡Ni siquiera había podido confesarme como corresponde! ¿Y ya teníamos esa clase de problemas?

 

–Dios debes odiarme –Finalicé caminando rumbo a casa.

 

Al otro día recibí un llamado de la kage a primera hora de la mañana. No me sorprendió para nada, pero no podía dejar de sentir un poco de temor.

 

–Pasa –escuché al otro lado de la puerta. La abrí caminando hacia el escritorio, secretamente sorprendido de ser el único que ha sido llamado.

 

–Usted me mandó a llamar... –murmuré intentando no ser arrogante. Pero la sonrisa viciosa que me dirigió fue lo suficiente como para encabronarme de inmediato.

 

–Te sorprenderás el por qué te llamé solamente a ti –ni siquiera le di el gusto de admitir mi propia sorpresa. Tsunade se levantó y se dirigió a la ventana –Sabrás que durante el último tiempo Naruto ha mejorado mucho...tanto como para ser considerado por el concejo y los demás kages para ser el 6to...– Se quedo en silencio como esperando mi respuesta.

 

–Ya veo...–Dije intentando controlar mi humor. Sentí que no debía sublevarme como normalmente haría con Kakashi...por el dobe, no podía.

 

Tsunade se volteó quedando oscurecida ante la luz de la ventana.

 

–¿Tú no quieres arruinar el futuro de Naruto no? –murmuró. Y mis temores se hicieron realidad.

Ella quería alejarme de él.

 

–¿Y se supone que lo estoy arruinando? –murmuré sonriendo de lado, con todo el orgullo que pude dejarle ver.

 

–Pensé que eras más suspicaz, Uchiha –Susurró poniendo mala cara. Mantuve mi máscara orgullosa sin quitar la sonrisa de mi rostro, aunque ciertamente estaba lejos de sentirme así.

No podía dejar que ella lograse sus fines. No podía.

 

–Responda mi pregunta, hokage-sama –recargue mi voz en el sama, acercándome al escritorio.

 

–Sí, le arruinas su futuro. ¿Qué crees que dirán cuando se enteren que Naruto resultó ser gay? –habló con voz de burla. Hice una mueca recargando mis manos en el escritorio. –¿Tú crees que dejarán que el próximo kage de konoha sea gay? y si eres lo bastante idiota como para decirme que lo esconderían por siempre, eso sería algo absurdo... ¡Qué dirían los demás si se enteran! lo volverían a rechazar como al principio... ¿Y tú crees que Naruto soportaría ser odiado nuevamente...?–

 

Miré al escritorio sin saber que decir. Por primera vez en mucho tiempo quise taparme los oídos o salir corriendo del lugar, justo como un niño lo haría. Pero no debía.

 

Y como desde que todo comenzó nunca me había pasado por la mente que una porción de felicidad equivaldría el arruinarte tu sueño. ¿Que podía compararse a tu meta de toda la vida? ¿Cómo podía yo, romper tu sueño como si de un papel se tratase?

 

No, nunca lo haría.

 

Y lo único que podía hacer era bajar la cabeza, y sucumbir ante los deseos de una mujer, que según yo no quería más que tu felicidad.

 

Y eso era algo importante que yo debiera considerar.

 

Y vi un papel en la mesa con mi nombre escrito. Lo levanté sin abrir la boca, examinándolo un momento.

 

–¿Qué es?–

 

–Eso, es una solicitud para una misión S. Irías con un equipo de jounin, y cuando vuelvas podrías conseguir fácilmente ser uno de ellos saltándote el examen chuunin –La fulminé con la mirada.

 

–¿Está tratando de comprarme? –dije subiendo el tono de mi voz. Me estaba enojando y no podría controlar mi mal humor por mucho tiempo.

 

Y ella si me estaba cabreando.

 

–Solo tómalo como una ayuda. También eres buen ninja, pero no puedo permitir que esto siga más adelante. Naruto es muy importante para mí y... si realmente también lo fuera para ti y fueras lo bastante inteligente aceptarías mi oferta y no tirarías sus esfuerzos a la basura–

Tenía toda la intención de mandarla al carajo pero no sé porqué no pude. Seguramente creaste algún tipo de conciencia en mí maldito dobe... –Solo piénsalo Uchiha... piensa en lo que es mejor para tí –

 

–¿Y mientras tanto...?–Fruncí el seño pensativo. Ella no era del tipo que podían engañarla tan fácilmente, y no sería bueno si lo intentara. Y estabas tú de por medio, y eso era lo único importante en esta ecuación.

 

–Tienes una misión con Kakashi y el equipo fuuma. Akimichi Chouji está en el hospital, y Sai acaba de darse de alta–me volteé caminando hacia la puerta con la solicitud en la mano–Tú decides Uchiha –Escuché antes de cerrar la puerta.

 

Me deslicé hacia la salida como si de un fantasma se tratase. Mi mente estaba hecha un lío. ¿Qué hacer?

¿Sería capaz de marcharme después de todo lo que había pasado?

¿Tendría la fuerza suficiente como para volver a decirte adiós?

 

Aunque sabía que me sería imposible, demasiado doloroso, tenía que intentarlo.

Por ti. Por tu brillante futuro.

Y afortunadamente para ambos, era un genio ocultando mis verdaderos sentimientos.

 

Vi de lejos el cabello de Kakashi, que se volteó para mirarme. Asentí avanzando hacia él.

Si no podía... tendría que hacerme la fuerza.

 

- Fin flash back -.

 

Los enemigos se veían interminables. Mataba a uno y aparecían otros 10 más.

 

–Esto se está complicando... –murmuré cortando a unos cuantos que Shikamaru había parado.

 

–Ni que lo digas. Esto estaba fuera de planes –susurró.

Al escuchar el llamado del jounin corrimos hacia la entrada esquivando a los guerreros que se acercaban hacia nosotros.

 

–Esto es demasiado fácil Kakashi –Dijo Shikamaru al llegar donde el jounin. Asentí en silencio aún alerta.

–No seas idiota Shikamaru. ¡Esto es buena suerte! –Respondió Ino sonriéndome. La ignoré desviando la mirada hacia el peliblanco.

 

–Tienen razón... pero no nos queda otra que avanzar. ¡Vamos! –

Los pasillos de la base estaban en completo silencio. Aunque avanzábamos ocultos en las sombras definitivamente era algo extraño. Después de recorrer aproximadamente diez pasillos y no ver a nadie de guardia comenzamos a sospechar.

 

–¿No será un genjutsu? –susurré.

 

Kakashi y yo activamos el Sharingan. Automáticamente la el pasillo interminable desapareció, encontrándonos en una especie de almacén enorme con muchas armas alrededor.

 

–Mierda –escuché a Shikamaru al observar el centenar de guerreros y ninjas desconocidos rodearnos de todos lados. Estábamos en una trampa.

 

–Ni modo –Dije mientras que unos rayos conocidos para mí rodeaban mi katana al tiempo que nuestro enemigo preparaba sus armas.

Había que jugar.

 

 

 

Los rayos del sol irrumpieron calentándome el rostro. Levanté la mano derecha tapándome molesto. Durante un momento pensé en quedarme en la cama y no levantarme cuando una idea vino a mi cabeza.

¿Cómo había llegado ahí?

 

–Mierda... –Murmuré al intentar levantarme. Noté todo el cuerpo adolorido y seguía sin entender como había llegado ahí.

Abrí los ojos observando a la ventana. Alguien la había abierto y había dejado una flor en la mesa de noche. Lentamente observé el blanco del techo, del piso y de las paredes. No había guardarropa y  había una silla junto a la cama. Estaba en un hospital.

 

Agudicé el oído al escuchar unos gritos que se dirigían hacia acá. Suspiré molesto al descubrir quienes eran.

–¡¡Ino cerda!! ¡¡yo veré a Sasuke-kun primero!!–

–¡¡Claro que no frentuda!! ¡¡Ahora está en mi equipo!!!–

–Eso es temporal!!–

–¡Que no!–

–¡Que si!–

–¡No!–

–¡Sí!–

 

Las fulminé con la mirada al ver como casi rompen la puerta.

–¡¡Sasuke-kun!! –Dios. ¿Hay algo peor que eso?

Dirigieron miradas asesinas la una a la otra comenzando a pelearse con la silla. Deberían agradecer que me siento molido.

 

–¿Que hacen aquí? –pregunté. Ambas dejaron de pelearse con la silla y me miraron.

 

–Pues... vinimos a verte...– ¿algo menos obvio? mujeres...

 

–¿Que me paso? –intenté probar preguntando otra cosa. Para mi sorpresa fue Ino quien me respondió.

 

–Te hirieron muy grave –dijo haciendo una mueca –Estábamos peleando contra ese ejercito cuando comenzaron a lanzarte cuchillos y no esquivabas! parecías sumergido en tus pensamientos... entonces Kakashi te salvó antes que te matasen... estábamos muy preocupados!! –La miré con un desconcierto bastante franco. ¿En qué momen...?

Y la idea volvió a mi cabeza y todo se puso claro.

 

Estaba cavilando en aquello cuando volvieron a escucharse pasos fuertes. Y gritos.

 

–¿Hace cuanto estoy aquí? y alguien más sabe...? –Ambas negaron con la cabeza.

 

–Hace un día –Dijo Sakura sentándose sacando una manzana. –Tsunade dijo que no le dijéramos a nadie...–

Asentí. Realmente esa mujer me quería lejos.

 

–¡Me importa una mierda que tenga demasiadas visitas! lo veré igual!! –escuchamos al otro lado del cuarto. El estómago se me encogió.

¿Cómo me iba a alejar de ti por tu propio bien si insistías en verme?

 

Abriste la puerta jalando con la enfermera que quería sacarte del cuarto.

–¡Sólo dos visitas por paciente!! –te gritó. Pero seguiste jalando.

–¡¡Y yo le digo que eso no me importa dattebayoooo!!! –Hiciste una mueca sujetándote en la puerta. Ino y Sakura fueron a reprenderte, pero tú insistías. Me pareció un poco gracioso pero me mantuve serio.

 

–Déjelo, enfermera –Murmuré antes que echaras el hospital abajo. Me miraste con los ojos brillantes y una gran sonrisa, y no pude evitar sonreír un poco.

Dije solo un poco, dobe.

–Naruto! deberías comportarte! –Dijo Sakura. Bajaste la cabeza un poco apenado.

–Es que... Shikamaru me dijo recién y... –miraste hacia otro lado un momento, un poco apenado– Quería ver si este teme estaba más muerto que vivo como decían...–Quizás en otra oportunidad te hubiese respondido con otro insulto dobe, pero agradece el que estuviese convaleciente.

O no.

 

–Claro que no dobe –respondí colocando mis piernas en el piso. Hasta ese momento, no me había percatado que estaba vendado.

Inmediatamente las dos kunoichis me empujaron hacia la cama comenzando a discutir entre ellas.

Te escabulliste entre las dos sentándote en la cama observándolas.

 

–Sí que son ruidosas ttebayo...–

–¿Ahora te vienes a dar cuenta dobe? –Hice una mueca. Toda la vida diciéndote que esas mujeres sólo abrían la boca para discutir entre ambas. No sé cómo te fuiste a fijar en Sakura. Quizás sea algo que nunca entenderé.

 

En un momento llegó la enfermera (le haría un monumento por ello) echándolas a ambas alegando que molestaban a los pacientes. No dijimos nada hasta que consideramos que estaban lo suficientemente lejos como para no volver. Acercaste tu cara a la mía y tus labios a los míos en un suave contacto. Pusiste tu cabeza en mi hombro.

 

–Sí que estaba preocupado teme...–susurraste mientras colocabas tus manos a ambos lados de mis piernas. Te abrasé solo usando una de mis manos.

–Lo siento –murmuré. No dijiste nada, y yo tampoco permaneciendo en la misma posición durante un rato.

 

–¿Por qué partiste a una misión con Kakashi?–Te levantaste mirándome a los ojos. Me perdí un momento en tus azules para reaccionar con tus palabras –pensé que no querías verme ttebayo... con lo de oba-chan–

 

–Claro que no dobe... –se me escapó. Puse una mano en mi frente, algo avergonzado. Hiciste una risa tonta mirando hacia el techo.

 

–Es bueno saberlo... aunque estoy aliviado que la oba-san haya aceptado... ya sabes –rascaste tu cabeza. Te miré sorprendido.

 

–¿Que te dijo ella? –

 

–Pues... que estaba de acuerdo...–Abrí los ojos tomándote de los hombros.

 

–¿Eso te dijo? –Asentiste. –Dobe...–Por un momento pensé el decírtelo pero las palabras de ella resonaban en mi cabeza.

Tu futuro...

Tu brillante futuro como hokage...

 

Desviaste tu mirada hacia la mesa de noche donde había un papel. Curioso te acercaste a él alejándote de mí un poco. Lo tomaste con ambas manos sorprendido durante unos minutos. Cuando comenzaba a preguntarme que era aquello volviste a mirarme, esta vez con una clara expresión de rabia.

 

–¿Te irás a una misión S? –preguntaste lentamente.

Así que eso era el bendito papel...

–Pues... –¿Como decirte "si, pero por ti" sin que lo malentendieras?

 

–¿Por eso te fuiste con Kakashi ayer y sin decir nada?–

Dios... como un jodido papel puede armar un malentendido del tamaño de un árbol.

 

–Claro que no usuratonkashi–respondí. Frunciste el entrecejo.

 

–¿Estas huyendo Sasuke? ¿Es así como te comportas cuando comienzas a ser feliz? ¿¡Huyendo de mi otra vez?! –Comenzaste a elevar tu voz, molesto. Fruncí el seño y te observé con tu misma expresión. También me había enojado.

 

–¡¡No estoy huyendo dobe!! –te dije. Sólo quería que fueses feliz ¿tan difícil es de entender?

 

–¡Pues esto no es una clara demostración de ello ttebayo!! –

 

–¡Ese papel me lo ofreció Tsunade!! –grité levantándome de la cama a pesar del dolor que sentía. –¡¿Ves que no está firmado dobe?! ¿¡O tu cabeza no puede entenderlo?!–

 

–¡No te lo creo! ¡Ella dijo que estaba de acuerdo!–

 

–¡Eso no fue lo que a mí me dijo! –grité quitándote la solicitud. Nos fulminamos con la mirada unos segundos cuando para sorpresa mía, me arrancaste el papel de las manos caminando hacia la puerta.

 

–¡Esto lo resolveremos ahora mismo!! –gritaste dando un portazo.

 

 

Me quedé estático mirando la puerta como si de un cuadro se tratase, hasta que reaccioné y busque mi ropa poniéndomela lo más rápido que pude, tomando mis cosas y escapando por la ventana.

 

No podía avanzar rápido pero valía la pena el seguirte. Por lo menos para que no hicieras una estupidez.

Tenía miedo de que esa mujer arruinara tu sueño. Y yo no iba a ser el culpable de que tus metas se fueran al demonio.

 

Camine entre la gente intentando encontrarte, pero al parecer habías decidido irte corriendo hacia ella, por lo que también comencé a correr.

Te encontré a punto de entrar hacia el edificio de la hokage, así que tomé tu brazo y te jalé hacia un lado.

–¿Qué crees que haces teme!!? –gritaste intentando soltarte. Hice una mueca de dolor, pero no aflojé el agarre.

 

–¡¡Dobe no lo hagas!! –dije mirando a tus azules.

 

–¿Por qué? ¿Acaso estabas mintiendo? –frunciste el seño. Negué con la cabeza –¿entonces? –

 

–Porque... –Me callé de inmediato imaginando las consecuencias. Si yo abría la boca irías a reclamarle a la gondaime. Y en el peor de los casos ella no te nombraría hokage y habrías arruinado tu futuro por... mi culpa. Apreté los dientes frunciendo el seño. Me miraste como si esperaras la respuesta, soltándote de un tirón.

 

–Estoy esperando teme...–

 

–Por que... Dios Naruto, ¿no puedes quedarte tranquilo sin hacer algo estúpido? –

 

Comenzaste a temblar de la rabia. Me golpeé mentalmente. ¿no podía inventar una excusa razonable para que no hicieras nada? pero tenía que decir algo estúpido.

 

–No, no puedo al parecer ttebayo –Te soltaste de un manotazo y entraste al recinto casi echando humo.

Suspiré un momento y te seguí.

No era conveniente armar un pleito que pudiese ser perjudicial para ambos. Y sabía a ciencia cierta que no estabas lo bastante calmado como para resolver las cosas de forma razonable (¿y cuando has sido razonable dobe?).

 

Subí las escaleras vigilando a mí alrededor. Afortunadamente para mí no habían moros en la costa (*), por lo que sin ninguna prisa caminé hacia donde estaba la sala de la hokage.

 

Vi a dos ninjas a las orillas de la puerta sin conocimiento. Hice una mueca al comprender lo que habías hecho. Probablemente entraste a la sala gritando y arrasando con todo a tu alrededor.

 

Y me puse detrás de la puerta.

 

Escuchaba murmullos, pero no logré entender nada. Supuse que la puerta era una especie de aislante de sonido, así que mandado por mi propia curiosidad y las ganas de salvarnos el pellejo abrí la puerta un poco.

 

–...¿donde quedo eso?– Miré desde la puerta lo bastante rápido para no ser descubierto. Suspiré de alivio al notar que ambos sólo miraban al otro. Tsunade se encontraba levantada con las manos en el escritorio, mientras que tú me dabas la espalda, al parecer en la misma posición.

 

–¡Aún me gustan las chicas! pero no estamos hablando de eso dattebayo...–Dirigí mis ojos a tu nuca intentando interpretar tus emociones, sin lograrlo.

 

–¡Claro que si! De repente te veo en un rincón besuqueándote con un hombre... ¡Y con Sasuke! ¡Dios! si ese chico y tu pelearon toda su vida!! ¿Cómo crees que deba reaccionar Naruto? ¿O acaso sólo estás probando? –Te miré esperando una respuesta... respuesta que nunca llegó. Estaba inseguro. ¿Qué garantía podía tener de que no fuera como ella decía y solo estabas "probando"?

Me estabas preocupando dobe.

 

–Pues... –

 

–Naruto aún puedes recapacitar... si Sasuke acepta se irá en una misión por muchos años, los suficientes como para que puedan olvidarse de esta estupidez y ambos puedan continuar con sus vidas normalmente. Es por tu bien Naruto... ¡imagínate el qué dirán si el próximo hokage fuera gay! –Podía imaginármelo. Unos años fuera y al volver... tú con una linda esposa, con un hijo... próximo a convertirte en hokage...

Volvería a estar solo, pero valía la pena.

Sí que lo valía.

 

–Tsunade, sabes que no tendrán nada que decir ttebayo –Dijiste apretando las manos en un puño– Es mi vida no la de...–

 

–¡claro que tendrán que decir! perderías todo el respeto y la admiración que has ganado con tanto esfuerzo Naruto. ¿Y por qué? ¿Por alguien como Uchiha? Dime ¿vale la pena que todo el sacrificio que has hecho hasta ahora se vaya a la basura por una relación como esa?–Hasta yo sabía la respuesta a eso. Claro que no lo valía.

Aunque estaba enojado no podía hacer nada. Ni siquiera quejarme.

No dijiste nada y no me sorprendió en lo absoluto. Era tu meta de la que ella hablaba.

 

–Claro que no –respondiste dentro de un rato. Tsunade sonrió de oreja a oreja. Aunque el pecho dolía y mi estómago estaba vacío no había nada que tuviese que objetar. Porque sabía que tenías razón. –Mira oba-chan. Sasuke es un idiota, un desgraciado, arrogante, mal genio, llevado de sus ideas...–

 

Sin darme cuenta abrí la puerta de un portazo y avanzaba hacia el escritorio. Abriste los ojos y ella también.

 

– ¿Que demo...?–

 

Te hice a un lado tomando un lápiz que había en el escritorio y firmando la solicitud. –Ganaste Tsunade –Dije lo más arrogante que pude, enterrando un kunai en el papel antes de voltearme y caminar hacia la puerta. –Y dobe, no necesitas salir con un arrogante, idiota, desgraciado o lo que sea que pienses de mí. Nadie te obligo a hacerlo– Y haciendo caso a mi orgullo cerré la puerta y salí del recinto.

Estaba confundido. Aunque pensaba que era lo mejor para tí no podía sentir una ravia de origen desconocido. Y aunque me sentía humillado por tus palabras e intentaba calmarme a mi mismo el enojo hervía más que mi razón.

Y eso que no ha pasado ni una semana...

Sin darme cuenta llegué a la mansión Uchiha encerrándome en ella y corriendo a mi habitación.

Ni ganas de llorar sentía.

 

No sé cuánto tiempo estuve mirando hacia la puerta de la habitación desde la cama. Cuando sentí un traqueteo afuera que me hizo levantarme. Ladrones... fantástico.

Tomé una simple arma dispuesto a darles su merecido cuando un grito desde la puerta me paralizó por completo.

 

–¡¡Teme!! ¿Estás aquí?–Jesús... no puedo dejar de creer a veces que naciste sólo para complicarme la vida dobe.

 

–¡Lárgate de aquí dobe! –grité desde el segundo piso. Escuché unos pasos a lo lejos.

 

–¡A sí que si estas aquí teme! espera que llego en un momento ttebayo!–

 

–¿Qué parte de "lárgate de aquí dobe" no entendiste?–Subiste las escaleras. Te fulminé con la mirada.

 

–La parte de que me fuera –dijiste serio acercándote.

 

–Tsk!  –Apreté los dientes como para no decir otra estupidez –¿Que mierda quieres ahora? ¿Disculparte? bien, te perdono, pero lárgate –dije dándote la espalda entrando a mi habitación. Me seguiste sin vacilar.

 

–no tengo porqué disculparme dattebayo...pero tú me debes una explicación teme… ¿En verdad querías irte?–

 

–¿Y qué si quiera? –se te apagó la mirada. Miré otro lado para no ver tu expresión de tristeza y no sentirme más mal por ello –Ahora vete dobe–

 

–¡Claro que no! –y te sentaste en la cama cruzándote de brazos. Suspiré –¡Tú me ibas a dejar! ¡Y yo no lo permitiré!–

 

–¿Y no le acabas de decir a la vieja que estabas de acuerdo con que esto arruinaba tu sueño?! ¡¡Por una vez en tu vida haz algo inteligente usuratonkashi!! –Bien estaba dicho. Ahora tú te irías y mi soledad volvería. Pero no me sentía mal por ello. Tú serías feliz y eso sería mi paga.

No importa si yo tenía que pasarlo mal a cambio.

 

–¡No me iré y tu tampoco teme! acabo de romper la solicitud así que olvídalo! –miraste hacia otro lado haciéndome un desprecio. Abrí los ojos con sorpresa.

 

–¡¿Qué mierda hiciste?!–

 

–Que rompí la solicitud... ¿acaso no....?–

 

–¡Que eres? ¿Un idiota?! ¡Estás arruinando tu futuro dobe! –Caminé hacia la puerta –Dios, ¡todo tengo que hacerlo yo! –bajé las escaleras de un salto murmurando por lo bajo, escuché un sonido arriba y un grito.

 

–¿¡Qué vas a hacer?!–

 

–¡Pedirle a la vieja esa que haga otra solicitud! ¿Qué más idiota?–También bajaste de un salto poniendo una mano en mi brazo.

 

–¿¡De verdad quieres irte teme?! –Nuestros ojos hicieron un leve contacto durante unos segundos. Soltaste mi brazo cabizbajo dando unos cuantos pasos atrás. Había llegado a mi límite.

 

Jale tu brazo hacia la pared empujándote. Hiciste un jadeo de queja, siendo tapado por mi beso urgente.

Te agarraste a mis brazos respondiendo el beso tanto como podías. Jadeamos en busca de aire sólo unos segundos para estrecharte en un abraso fuerte. Cerré los ojos intentando no pensar.

Sería lo último que podía permitirme.

 

–No te vayas...–te escuché susurrar. Algo en mí reaccionó, y me hizo hablar.

 

–¿Y tu sueño? Naruto si seguimos será peor... ella no lo permitirá... –tragué saliva– No podrías ser hokage...–

 

–¿Y eso qué? no quiero estar solo de nuevo –susurras apegándote a mí– Te quiero Sasuke–

¿Qué has hecho con mi orgullo maldito dobe?

 

–Usuratonkashi –respondí buscando tus labios nuevamente. Sabían tal y como me gustaban. Como la miel prohibida que ansiaba probar. Los probé una y otra vez como quise y tú no decías nada. Sólo cerraste los ojos sujetándote a mí. Nos abrasamos con fuerza como queriendo fundirnos en el otro.

No podía dejarte al final. Sentí como si mis esfuerzos por hacerte feliz se hubieran ido al demonio y francamente eso dejó de importarme en el momento de escucharte.

Puede que no logres ser hokage. Pero intentaría hasta lo imposible para que fueras feliz.

Y secretamente firmé un pacto conmigo mismo besándote la mejilla.

 

 

Después de un rato tu estómago comenzó a sonar así que hice un ramen instantáneo. Sonreías como un niño en navidad esperando impacientemente los 3 minutos. Suspiré pero me permití sonreír. No había soltado tu mano desde ese abraso y no tenía intenciones de hacerlo.

 

–¿¿Ya son los 3 minutos?? ¿Ya son? –Dios. ¡Hasta podía ver un brillo en tus ojos! ¿Que no te cansas de comer siempre lo mismo dobe?

 

–No dobe, no han pasado ni 30 segundos –

 

–¿Y ahora? –hice una mueca. Pero tuve una idea recostándote en el sillón y posesionándome sobre ti.

 

–¿Qué haces teme? –tus mejillas estaban sonrojadas y los labios entre abiertos. ¿Acaso no puedes ver lo provocativo que puedes ser a veces?

 

–Esto... –soplé en tu oreja. Soltaste un jadeo involuntario. Sonreí de lado –Haciendo que los tres minutos pasen rápido...–Besé tus labios con ímpetu mordiendo levemente tu labio inferior. Abriste la boca como una flor, haciéndome meter mi lengua en ella recorriendo el pequeño espacio y buscando a su compañera de juegos.

–¿y el ramen? –solté cuando el aire se nos fue. Sonreí al ver tu expresión.

 

–Cállate –soltaste aferrándote a mi cuello. Volvimos a besarnos, esta vez con más ímpetu que la vez anterior. Llevado por el momento abrí tu chaqueta hasta abajo soplando en tu cuello. Suspiraste colocando tus manos en mi pecho, recorriéndolo. Jadié un poco, pero me acerqué a tu cuello nuevamente, besándolo. –Ah..!–me levanté un poco asustado.

 

–¿Duele? –negaste con la cabeza. Volví a acercarme esta vez con más confianza. Volví a besarte el cuello, esta vez recorriéndolo con mi lengua.

 

–Mh...Sasuke! –Escuché y sonreí al escucharte decir mi nombre. Fascinado, me dediqué a saborear tus hombros incitado por los sonidos que hacías en respuesta –O...¡ah!...oye...–Subí mi cabeza a la altura de la tuya.

 

–¿Si? –

 

–etto... –Rocé suavemente tus labios–¡No hagas eso idiota! ¡Quiero pensar claramente ttebayo!– Hice una carcajada involuntaria al notar que casi hacías un puchero.

Tan lindo...

 

–Te escucho –Dije bajándome y sentándome en la orilla del sillón.

 

–Es que nunca te lo he escuchado decir... y yo quería...–No necesitó mucho para decirlo. Asentí en respuesta, aunque me avergoncé un poco.

 

–Bien... Naruto yo... –la puerta comenzó a sonar estrepitosamente –Yo...–

 

–¡¡¡¡Sasuke-kuuuun!!!! –suspiré levantándome hacia la puerta.

 

–¿Si? –la abrí un poco observando a las dos mujeres, que al parecer se habían chasconeado la una a la otra.

 

–Pues...estábamos preocupa...–

 

Caminaste ruidosamente hacia la puerta, haciéndome a un lado y abriéndola de par en par –¿¡¡¿NO PUEDEN VENIR OTRO DÍA A MOLESTAR?!!? –Los 3 te miramos sorprendidos. Cerraste la puerta de un portazo, jalándome del brazo hasta el living nuevamente.

 

–¡¡Qué te pasa idiota?!!! –escuché a ambas gritar y murmuras tras la puerta, pero estaba lo bastante entretenido con tú y tu expresión como para volver hacia allá.

Y tú me dijiste que tenía que ser amable con Sakura...

 

–Tu ramen... –recordé. Mala idea. Al instante me jalaste al sillón de un tirón tomando el ramen con tus manos.

 

–¡Está tibio ttebayo!! –te lamentaste. E iba a quejarme cuando te sentaste en mis piernas con el ramen en tu boca –¡¡Sabe exquisito!! –Podría jurar haberte visto llorar de la felicidad, y aún podría burlarme de ello. Pero ganaste esta dobe.

Lo único que pude hacer es observarte como siempre lo he hecho, con una sonrisa en los labios.

 

 

"–¿Vez Naruto? Uchiha también piens... ¿qué haces? –Naruto sacó el kunai tomando el papel... y rompiéndolo al acto. Tsunade lo miró atónita.

 

–...llevado de sus ideas... pero es el único para mi Oba-chan. Y si los demás tampoco pueden entenderlo entonces...–caminó hacia la puerta –...no vale la pena ser hokage dattebayo–Cerró la puerta tras de sí."

 

–Tengo que reconocer que han hecho hasta lo imposible para poder estar juntos –Dijo la gondaime al día siguiente, caminando en círculos. Ambos siguiéndola con la mirada. –Y me parece sorprendente que Uchiha quisiera hacer esa misión solo para que Naruto fuese feliz...–Fruncí el seño. ¿Cómo que sorprendente? E iba a quejarme cuando tú apretaste mi brazo en señal de advertencia. Suspiré.

Habían quedado atrás esos años donde yo era quien intentaba tranquilizarte a ti.

 

–Bien... Tienen mi aprobación. Trabajen duro chicos, lo que se viene no es fácil –Sonreíste de oreja a oreja lanzándote a abrasar a la mujer. Sabía que aunque yo no lo necesitaba pero para ti si era importante la opinión de esa mujer, así que los observé un momento en silencio hasta que consideré que era demasiado jalándote de un tirón.

 

–Yo no necesito de su aprobación –Inferí. Me frunciste el seño pero ella hizo una carcajada.

 

–¿No llevan nada y ya lo sobreproteges Uchiha? Naruto se cansará rápido –Gruñí haciendo una reverencia y sacándote de la habitación.

 

–Nos vemos Oba-chan!! –gritaste antes que la puerta se cerrara.

No bajé la guardia hasta salir del edificio suspirando cuando lo perdimos de vista.

 

–Que agotador... –Dije mirando a nuestro alrededor. Sonreíste golpeando mi brazo suavemente con el puño.

 

–Alégrate teme! Tsunade Oba-chan ya no nos molestará –Asentí. Aún me parecía increíble que esa mujer nos fastidiase... de aburrida.

 

Por lo menos aún podías ser el hokage de esta aldea... y eso me tenía un poco más tranquilo.

Y aún quedaba la reacción de Sakura e Ino... que seguramente intentarían molerte a golpes por tu reacción de ayer.

 

–¿Tú crees que Sakurita se enoje mucho por gritarle? –preguntaste como si nada, mientras avanzábamos hasta el punto donde quedamos con los demás.

 

–No sé...–Mentí. Estaba seguro que te daría una paliza.

Llegamos y no encontramos a nadie. Me senté en el balcón de madera que estaba a nuestra derecha, que daba hacia el parque. Miraste hacia todos lados y te sentaste a mi lado.

 

–Ya deberían haber llegado...–Dijiste apoyándote en mi brazo.

 

–Mejor para ambos... –susurré empujándote de la nuca hacia mi cara en un beso suave.

 

–Teg..me!! –Pusiste tu mano en mi brazo pero no jalaste. Sonreí en medio del beso comenzando a moverme.

 

–¿Así que en esos "trotes" andan eh? –Se me erizó la piel del susto, y a ti también, abrimos los ojos como platos separándonos al instante.

 

–¿Ka...kashi? –preguntaste atónito al ver al ninja cerca de ambos, sonriéndonos.

 

–Valla, valla... con razón te esforzabas tanto en traer a Sasuke a la aldea, ¿eh? –

 

–¡¡¿Kakashi abres la boca, te mato me oíste?!! –gritaste levantándote enojado.

 

–¡Naruto, ahí estás idiota!! –escuchamos a la izquierda. Sakura y Sai venían hacia nosotros, la primera colocándose los guantes, al parecer cumpliendo mi predicción.

 

–¡AAH!!! ¡SAKURITA NO ME MATES! –Sonreí. Después de todo nuestra vida no tenía por qué cambiar...

 

–¿Y quién es el seme? –

 

–¡¡CALLATE SAI!! –

 

 

 

 

 

Notas finales:

Agradecimientos.

-Mi eterno amigo celular

-blog de notas de windows

-word xD

-mi weli nat~~

-mi fanfic anterior xD

 

dejense un review *-* si?? :D!! xD

 

mi perfil: http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewuser.php?uid=24269 -promocionandose a si misma- ok no xD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).