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Toda Historia Tiene Su Fin por RockVortexStyle

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del fanfic:

PERSONAJES Y MANGA ©: Masashi Kishimoto

SERIE ©: TVTokyo

HISTORIA DEL FIC ©: RockVortexStyle

CÍRCULO ©: RockVortexStyle

MUSIC ©: Avril Lavigne

PAREJA: SasuNaru

UKE: Naruto

SEME: Sasuke

Notas del capitulo:

NAOMI (YO): Hola, espero disfruten de este fic que escribí en la era de los dinosaurios TT.TT

SASUKE: ¬.¬ Pero... ¿por qué lloras?

NAOMI: Es que sé que me van a matar con este fic TT.TT

SASUKE: No lo pillo ¬_¬U 

NAOMI: ¡Ahora no voy a contarte la trama! TT.TT snif

NARUTO: Venga, Naomi-chan, no llores. ≡^_^≡U

NAOMI:  O_O  ¡¡BUAAAAAAAH!! ¡¡NARUTO, MÁTAME!! TTOTT

NARUTO: ¿¡Eeeeeeeeh!? ≡O.O≡

1. 'El mejor día de mi vida'.



 

   Sasuke tenía más que claro cual era el mejor día de su vida. Pero... ¿cuál de todos?

A) ¿El día que conoció a Naruto?

B) ¿El día que se hicieron novios?

C) ¿El día que lo hicieron por primera vez?

De cualquier forma no es ninguno de esos días. No, gente, no es ninguno de esos. El día más querido por el azabache ocurrió hace bastante tiempo, para ser exactos, cinco días antes de graduarse en la Universidad de Konoha.

 

Pasó bastante rápido, pero lo recuerda muy bien.

Todo comenzó un mes antes de la graduación del azabache y del rubiales. Sasuke se iba a dedicar a la literatura, ya había escrito un par de libros que se hicieron muy famosos, y Naruto al dibujo manga, con un proyecto que estaba haciendo furor. Ambos trabajos eran artísticos pero distintos, pese a todo vivían juntos en una lujosa mansión.

Ese día (un mes antes de la graduación, como ya hemos dicho), el azabache se encontraba en una tienda de joyas. ¿Por qué? Sencillo: iba a comprar un anillo para declarase a su adoración rubia.

—Te estás volviendo loco, Sasuke —le dijo Suigetsu—. ¿Por qué no cierras los ojos y piensas cual le quedaría mejor?

—Eso es lo que hago —reprochó—, pero es que todos le quedan bien, a mi entender, claro está.

—¡Puf! Eres un caso perdido.

Sasuke no hizo caso al llamado de atención de su compañero de clases y siguió en lo suyo.

—Oye —la dependienta, una mujer de gran edad, llamó la atención del moreno—, haz una cosa: piensa en uno que haga destacar sus ojos o su forma física.

A Sasuke aquello le pareció una gran idea, y le lanzó una sonrisa de lado para agradecérselo indirectamente (ya saben que su orgullo no le permite decir 'gracias').

Miró nuevamente todos los anillos que le gustaban y encontró uno ideal para su ángel. Una delicada pieza de oro con diamantes incrustados (dos pequeños por cada lado y un más grande en el cetro).

—Quiero ese —dijo por fin.

La señora de la tienda lo agarró con mucho cuidado y lo dejó encima de la mesa.

—¡20.000 yenes! ¡Eso es una barbaridad! —se quejó Suigetsu.

—Es una pieza muy delicada y casi de coleccionista. Tiene un gran valor, como puede ver —contestó la señora Gato como si nada.

Al moreno no le importó el precio, ya que de pura casualidad (o no tanta) él era rico.

—¿Se puede pagar con tarjeta? —preguntó.

La señora hizo un gesto afirmativo con la cabeza, y el azabache entregó la tarjeta. En una abrir y cerrar de ojos, Sasuke se encontraba en la calle, con una bolsa pequeña (en la cual estaba la caja y el anillo) y con Suigetsu acompañándolo.

—Como odio a los ricos —se quejó el pelo-plata.

No pasó mucho tiempo después que ambos se separaron y fueron por caminos distintos. Sasuke, al llegar a su casa, hizo todo lo posible para guardar el recadito en su armario sin ser descubierto, misión que acabó siendo exitosa, ya que el rubio no se encontraba en casa. Pero al cabo de un rato llegó con un montón de bolsas en las manos.

—¡Sasuke, no sabía que ya estabas en casa! —exclamó el rubio muy feliz.

—Anda, deja que te ayude que eso —dijo después de darle un beso dulce a su novio.

La gran mayoría de las bolsas las cargaba Sasuke, pero no le importaba, ya que él era más fuerte que Naruto.

—Se te ve muy feliz, Sasuke —comentó el rubio.

—Por supuesto que lo estoy. —Hizo un pausa para agarrar a su novio por la cintura y pegarlo más a él.— Estoy feliz de tenerte a ti a mi lado. Naruto, días antes de terminar la Universidad quiero decirte una cosa.

Naruto iba a decir que quería saberlo en ese mismo instante, pero no pudo pronunciar palabra, ya que Sasuke besó apasionadamente al rubio que lo dejó sin aliento.



—Hoy vamos a hablar sobre Shakespeare... —no podía prestar atención a lo que explicaba el profesor, pese a que su mano seguía tomando apuntes, su cabeza estaba en el día que por fin se le declararía a Naruto.

Por fin terminó ese pesado día de clases. Ya faltaba menos para decirle la noticia al rubio. Fue a casa bastante cansado. De seguro Naruto ya tendría preparado todo en la casa, puesto que él terminaba antes las clases.

No se equivocó. En la mesa del comedor de la casa estaba la comida de Sasuke preparada, y envuelta en platina. Esbozó una sonrisa de lado y se dirigió dispuesto a comer.



En otra habitación estaba Naruto dándose un baño de agua caliente. Estaba pensando continuamente en qué sería aquello que le diría. Ya faltaba poco para que se lo dijera, y estaba cada vez más nervioso. Salió de la ducha con una toalla tapándolo de cintura para abajo y comenzó a secarse. Después de esto, se dirigió a la habitación que compartía con Sasuke a buscar ropa limpia hasta que...

—Hola, kitsune.

Naruto se sobresaltó. Era Sasuke quien le dijo eso, lo que lo alivió un poco.

—Casi me matas del susto —se quejó el rubito.

—Lo siento, kitsune, no era mi intención —respondió con una sonrisa sincera.

El azabache fue acercándose más a su ángel y aprisionándolo a la pared. Éste sólo pudo sonrojarse.

—Naruto, hagamos lo.

El aludido sólo pudo abrir los ojos de la sorpresa.

—¿Ahora? ¡Gah! Espera... —no pudo seguir hablando, el moreno ya estaba besando su cuello.

De forma delicada, agarró a su rubia adoración y lo acostó en la cama. Fue sacándose la ropa que tenía hasta quedar en bóxers, después de eso le sacó la toalla a Naruto. Ya su miembro estaba erecto.

—Mira lo que tenemos aquí —comentó de manero burlona y se introdujo el miembro del menor en la boca.

Éste solo gemía y suspiraba de placer. Solo Sasuke sabía sus puntos débiles y como hacerlo excitar.

Sasuke, con ayuda de su lengua, no dejaba ningún lugar seco. Al terminar, con mano izquierda, fue masturbando lo poco a poco.

—Chupa los —ordenó el azabache mostrando le los 3 dedos de su mano derecha. Éste acató su orden de inmediato, y con su lengua fue humedeciendo sus dedos de una manera sensual.

El Uchiha estaba en las nubes. No aguantó más y fue metiendo uno a uno sus dedos y moverlo dentro de Naruto, quien no segaba de suspirar y llamar al azabache.

—Sasuke... mh... creo que... me voy a venir... —decía entre cortada-mente.

—Aguanta... un poco... —el azabache estaba igual que su novio. Tanta excitación era mala.

Sin previo aviso, metió su miembro en la entrada del rubio de una sola vez, e hizo que gimiera como nunca. Comenzaron con las envestidas, primero despacio y después fueron cada vez más rápidas y profundas. Naruto clavaba las uñas en la espalda del moreno muy bruscamente, que evidentemente le dolía, pero no le importaba sentir ese dolor si se lo provocaba su angelito. Ya estaba en las últimas, y como todo, acabaron echando semen por doquier. Naruto fue el primer, quien se manchó a sí mismo y las sábanas. Al ver esa escena, Sasuke lo siguió, pero él dentro del rubio. A continuación de sacar su miembro de la entrada del kitsune, se recostó junto a él y fue acariciando su dorada cabellera.

—Te quiero... Naruto —dijo Sasuke, esbozando una sonrisa.

—Yo también... Sasuke... —y dicho ésto, ambos se quedaron dormidos durante un buen rato.



Una semana para que la vida de ambos cambiara radicalmente, y créanme que no va a ser solamente Sasuke quien consiga cumplir esa misión.

—¡¡SAKURA-CHAN, ESTOY DESESPERADO!!

—Pero... ¡Naruto! ¿Qué pasa?

Naruto, como ya dijo, estaba desesperado, y quien mejor que su amiga Sakura Haruno para que lo ayude. Bueno... poco puede hacer la pobre en estos momentos, ya que cierto rubio se aferró a la pierna de la pelo-chicle (N/A: Me recuerda a Ninphadora Tonks, de Harry Potter XD ¿Por qué siempre hay una chica con el pelo rosa en los mangas y animes? O.O)

—Vamos a ver, Naruto —dijo al rato que el ojo-azulino se despegó de Haruno— ¿por qué estás tan nervioso?

El rubito, como respuesta, le entregó un poco de papel higiénico. Ésta la desenvolvió incrédula, y lo que aparecía ahí era... ¿un bolígrafo blanco? (N/A: Narrador inculto, burro e ignorante ¬.¬U Eso no es un bolígrafo. Paleto.)

—¿Esto es un test de embarazo? —preguntó Sakura con el aparato en la mano. (N/A: Te lo dije ¬.¬) (N/Narrador: Tú sólo dijiste que no era un bolígrafo ¬.¬*) (N/A: Pero tenía razón ¬.¬ y como ley de la vida, la mujer siempre gana.) (N/N: -.-*).

—Síp —contestó Naruto.

—¿Estás embarazado? ¿¡De verdad!? —(N/N: lol ¿Embarazado? Etoooo... ¿Naomi-chan?) (N/A: No preguntes ¬.¬)

Naruto volvió a responder con un movimiento afirmativo de cabeza.

Sakura casi se desmalla de la impresión. Un chico... ¿embarazado? Eso no tenía ni pies ni cabeza. Era lo mismo que empezar a construir una casa empezando por el techo. Era como buscarle tres pies al gato. Era como decir que el cielo es verde. Era...

—Sakura-chan, ¿estás bien?

Sakura sacudió la cabeza en un gesto para despertarse de la impresión y volver a la realidad.

—Supongo que estoy bien, pero... —hizo una pausa para pensar bien en lo que iba a decir— ¿cómo es que estás embarazado, si eres un chico?

El rubiales se quedó callado durante unos instantes, pero no tardó en contestar a la pregunta.

—Antes de venir aquí fui al hospital, y me dijeron que, por alguna extraña razón, podía procrear —un silencio invadió la habitación de Sakura, pero al ver que no decía nada, prosiguió—. Soy hermafrodita.

A Sakura se le bajaba la presión de golpe. Ahora le tocaba hacer la pregunta del millón, aunque le diese miedo.

—¿De quién es el bebé?

Naruto se puso un poco rojo, pero suspiró y contestó a la famosa pregunta de toda la vida, que ya sabía que entraría en el cuestionario.

—Pues... —su rubor se fue notando cada vez más— mío, claro está, y de... Sasuke.

Sakura abrió los ojos como nunca antes lo hizo. Se quedó un largo tiempo mirando a Naruto con esa expresión que daba miedo, hasta que, con un gesto que daba más miedo, rompió el silecio.

—¡¡NO ME LO PUEDO CREER!! —gritó— ¡¡YIAJAAA!! ¡¡UUUUUUH!!

—Sa-... ¿Sakura-chan? —ahora era Naruto quien tenía los ojos como platos.

Ni caso que le hacía la peli-rosado. Se puso a bailotear por toda la habitación como si le hubiese tocado la lotería.

—¿Cuánto...? —comezón a preguntar un poco más calmada— ¿Cuánto tiene?

—Trece semanas.

¡¡KAWAIIIIIIIII!! Tengo que decírselo a Tsunade. ¿Lo sabe Sasuke?

—Aún no —la cara de Naruto denotaba tristeza.

—¿Ocurre algo, Naruto?

Otro largo silencio se hizo presente en la habitación. (N/Yuri: Oye, Naomi, cambiale el título al capítulo y ponle, 'El silencio es oro' XD) (N/A: ¡Cállate, burra, estropeas el drama! ¬.¬*)

—Veras... —el pobre kitsune tenía la boca seca— Tengo miedo de que Sasuke me deje por este motivo.

—Naruto... —la voz de la oji-verde era más suave— Estoy segura de que no te dejaría por algo así.

—Pero, ¿y si no quiere al bebé?

Sakura ya no sabía qué decir, y prefería quedarse callada para no rematar la faena. Naruto, por su parte, ya era un mar de lágrimas. Se había apoyado en el hombro de la peli-rosa, mientras ésta acariciaba sus dorados cabellos, intentando, en vano, que se tranquilizara.



—Estás obsesionado con ese anillo —se burló Suigetsu.

—¿¡Qué más quieres, si ya falta poco para que me declare!? —respondió el moreno perdiendo los estribos.

—¿Cuándo?

—Este viernes.

—Pero si el lunes nos graduamos.

—Quiero declararme el viernes, y si todo va bien, pasar ese día, el sábado y el domingo junto a él, a solas.

Suigetsu alzó una ceja, pero dejó ahí la discusión, ya que siempre perdía y no valía la pena complicar la perdiz.

Pasaron un buen rato sin hablarse en aquel bar apaleado de gente. Sasuke estaba nervioso, ya que solo faltaban tres días para declararse y pedirle a Naruto que se case con el. Pero, ¿y si no lo aceptaba y lo dejaba tirado? El pensar en aquello le dolió y mucho.

Yo estaría con él siempre, tanto en las buenas como en las malas —se dijo a sí mismo terminando una batalla campal en su cabeza.



Naruto tenía todo preparado para cuando llegara su novio. Ese día le diría que estaba embarazado, que serían padres. Sin embargo, el dolor punzante de que diera media vuelta y dijera 'hasta luego Lucas' se hacía presente con cada arreglo que realizaba.

En la mesa del salón había puesto una de esas alfombrillas blancas y bien adornadas, dos platos una en frente de otra con su cuchillo y tenedor, copas de vino, una vela y una rosa. Las servilletas no se quedaban atrás y menos Naruto, que se había puesto un lindo kimono de color azul oscuro con delicados pétalos de sakura de color plateado.

No podía estar quieto. Quería que todo fuera lo más presentable posible, aunque no le dijese que estaba embarazado, porque, de alguna manera, quería que esa noche fuera especial, aunque, claro está, que no se pasaría de la raya.

No te recomiendo que vuelvas a practicar el sexo estando embarazado. No lo hagas ni aunque te insista, ¿entendido? —eso fue lo que le dijo Sakura.

¡Por supuesto que no lo haría! Estaba más pendiente de que el niño barra 'a' (no quería saber el sexo de su bebé) fuera sano o sana.

Entre pito y flauta, Sasuke llegó a casa algo cansado; tanto, que no se percató de que la casa estaba apenas iluminada por una lámpara regulable hasta llegar al salón.

—Naruto, ya he lle-... —no pudo acabar la frase, ya que lo que vio lo dejó de piedra— Vaya... Naruto estás... increíble...

El aludido se sonrojó un poco, pero enseguida se recompuso y ayudó a su novio a dejar las cosas en el sofá y no tardó en besar lo apasionadamente.

—¿Puedes decir a qué viene todo esto? —preguntó Sasuke a duras penas, ya que se había emborrachado del dulce aroma de su kitsune.

—Nada —contestó Naruto, sin saber muy bien qué decir—, sólo quiero que este día cenemos a lo grande.

—¿Seguro que sólo es 'cenemos'? —volvió a preguntar el azabache en un tono sensual y acariciando la pierna de su novio.

—S-... sí —contestó a la vez que sacaba la mano de Sasuke de su pierna—. Vamos a cenar.

Sasuke se quedó molesto con eso, pero sabía que no debía presionarlo, por lo que asintió y fue a sentarse en la mesa.

La vestimenta de Sasuke no se quedaba atrás con el kimono de Naruto, ya que tenía traje de corbata, pero aún así se sentía ridículo. Naruto se percató de aquello, y despacio, sin que se diera cuenta, se situó detrás del moreno y le susurró al oído...:

—No te preocupes, que te ves muy bien.

En esto, al Uchiha lo recorrió un placentero escalofrío.

En la cena no hablaron de nada. Cada uno estaba sumido en sus pensamientos, y eso que no eran muchos, pero ese sólo deseo e inseguridad que abarcaban sus mentes eran suficientes para confundirlos totalmente. Naruto quería decirle a Sasuke de su “estado”. Pero pensó en dejarlo para lo último, ya que no quería estropear la cena, pero también quería decirlo ahora, lo que provocó un remolino de inseguridad en su rubia cabecita. Sasuke quería decirle la gran noticia de su vida, aunque ya faltaran tres días tenía que decírselo lo más pronto posible o sino estallaría; pero, por otro lado, estaba inseguro de sí mismo, ya que pensaba que tal vez su rubito lo dejaría plantado ahí donde estaba. Sin duda alguna estaba la mar de mareados en sus pensamientos.

Tan pronto como empezaron a comer, terminaron, y sin darse cuenta. Ambos estaba exhaustos, por lo que se dirigieron directamente a la habitación matrimonial a cambiarse y dormir. Los dos se cambiaban en la misma habitación, dándose la espalda, pero la tentación fue más grande de lo normal, y el Uchiha desvió la mirada para posarse sobre la espalda de su novio, que aún llevaba puesto el kimono. No pudo evitar arrojarse encima de él y acostarlo en la cama. Naruto no pudo decir nada hasta que se dio cuenta de lo que pasaba.

—Espera, Sasuke, ¿qué haces? —preguntó alarmado.

—Naruto... quiero hacerlo ahora... ya no puedo más. —Su respiración ya estaba agitada y sus mejillas ligeramente sonrosadas.

—No... ¡¡SASUKE!!

Sin previo aviso, separó al azabache de su cuerpo con sus manos. Éste solo pudo mirarlo extrañado, todo eso se estaba haciendo muy misterioso y se enfadó.

—¿Qué te pasa, Naruto? Desde que he llegado has estado actuando extraño.

—¡Mira quién fue a hablar!

Se quedaron mirándose unos a otros con furia y desconcierto. Sasuke solo sonrió de forma sincera y con ojos de perrito maltratado, y se levantó de encima suyo dándole la espalda. Naruto se asustó con aquello, tanto que no dudó en levantarse y tocarle el hombro.

—Sasuke, no te sientas mal, no ocurre nada es sólo que... —le temblaba la voz. No sabía que hacer.

—Naruto... yo... —comenzó a decir el azabache mientras daba media vuelta a agarraba la mano de su novio.— Tendría que esperar hasta el viernes, pero se me hace eterno. —Y sin más dilaciones, se arrodilló y con la mano libre agarró el estuche donde sen encontraba el anillo. Con sólo ver aquello, a Naruto se le aceleró el corazón. Sasuke abrió el estuche y dejó al descubierto ese fino anillo de diamantes—. Naruto, ¿quieres casarte conmigo?

El peli-dorado se iba a poner a llorar de la alegría, pero recordó que tenía otro problema que podría hacer que el azabache cambiara de opinión. Sin darse cuenta, bajó la mirada, y con su mano libre, tocó su vientre, dándole suaves y delicadas caricias.

—¿Ocurre algo? —Sasuke estaba temblando del miedo. Se imaginó que lo rechazaría. Estuvo tentado a levantarse de golpe y salir, pero un impulso mayor hizo que se quedara en esa posición y preguntara— ¿No quieres casarte?

A Naruto le rompió el alma aquella pregunta, tanto, que tuvo que contestarle a la desesperada.

—No ese eso, Sasuke. Eso sólo que, yo... —Dudó un poco y prosiguió.— Claro que quiero casarme contigo —dijo mientras se agachaba a su lado—, no puedes hacerme más dichoso en el mundo pero, verás... estoy embarazado.

Sasuke abrió los ojos de sobremanera sin creerse lo que acaba de oír.

—Eso es imposible —dijo con burla, pero al ver la expresión seria de Naruto, se corrigió—. Pero... ¿cómo?

—Según me han dicho en el hospital, soy hermafordita, por lo que puedo procrear. —Intentó hablar lo más natural posible.

—¿Eso ya lo sabías de antemano?

—¿Eh? ¡Claro que no lo sabía! Me enteré a la decimotercera semana de embarazo.

El moreno no se lo creía. Sin dudarlo, preguntó lo primero que se le vino a la cabeza.

—¿Cuántos tiene ya?

—Tiene... quince semanas. —Un silencio sobrecogedor embalvió la habitación. Naruto, sin dudarlo, se levantó y fue directo a su mesita de noche, donde agarró unos documentos los cuales entregó a Sasuke para que los leyera. Éste último lo hizo a una velocidad increíble, seguido de una expresión lastimera y contenta a la vez.

—Voy... —Tragó saliva.— Voy a ser padre. —Y como si de la luz se tratase, corrió a abrazar al oji-azulino. Éste se quedó alucinando.— Naruto... tú sí que no puedes hacerme más dichoso. —Y de la nada, le encajó un apasionado beso, con lengua incluida.— Vamos a ser padres.

—Sasuke... —No pudo decir nada más. Sus lágrimas se escaparon de sus ojos y correspondió al abrazo de su futuro marido.

—Vas a casarte conmigo ¿verdad? —preguntó el azabache con duda.

—¡Claro que sí! ¿Cuántas veces te lo tengo que decir? —Y sin más, Sasuke se separó de él, se arrodilló, agarró la mano derecha de Naruto y le puso el anillo en el dedo corazón, que no se resistió a encajar como Dios manda.



El día de la graduación llegó. Todos estaban ansiosos por ese gran día. Todos los alumnos de último curso de universidad estaban allí, agarrando sus diplomas a medida que los iba llamando el director de la escuela, y los felicitaba.

Naruto estaba al lado de Sasuke. Esos dos también estaban nerviosos, y más porque al día siguiente se celebraría la boda.

Por fin el nombre de Naruto se escuchó.

—Naruto Uzumaki.

Naruto se incorporó y con elegancia se dirigió a lo que Suigetsu llamaba 'la palestra'. El director le entregó el diploma de 'Arte Manga' y le estrechó la mano con muchas ganas.

—Felicidades —susurró.

Naruto pasó por al lado de los profesores y estrechó la mano a cada uno de ellos. Después salió del escenario para juntarse de nuevo con Sasuke, aunque poco duró el reencuentro.

—Sasuke Uchiha —llamó el director después de que pasaran otros tres.

Sasuke hizo lo mismo que Naruto y el director dijo el mismo 'Felicidades' en el mismo tono de susurro y alegría. Como el oji-azul, volvió otra vez a su sitio, esperando como todo el mundo.

Pasado dos horas, el director dijo sus últimas palabras de felicitaciones a los alumnos. Todo el mundo estaba pendiente, menos ciertas personas que se miraban de reojo y solo deseaban que aquella ceremonia terminase para tener una noche juntos. La última noche como solteros (aunque claro está que no van a hacerlo con Naruto embarazado).

Después de las palabras del director, que a más de uno les pareció pesado, todos y cada uno lanzaron sus gorros de graduación al aire. Mientras todos estaban atentos a volver a recogerlos, Sasuke aprovechó a besar los carnosos y suabes lavios de su novio, y ni se molestaron en agarrar de nuevo sus gorros, y tampoco les importó que una chica que estaba cerca de ellos dijera: 'Que derroche de muchacho. Con lo lindo que es Sasuke'. Nada, absolutamente nada les importó.

 

Sin lugar a dudas ese fue el día más querido por el Uchiha. Un día que no olvidaría nunca.

—¿En qué piensas, padre?

¡Ah! Y no nos olvidemos del nacimiento de su hija, a quien le pusieron Kanade. Había nacido con las facciones de ambos padres: tenía el pelo largo hasta la cintura de un castaño oscuro que parecía negro y tenía unos lindos ojos azules como los de su otôsan.

—No, nada, hijita —contestó el moreno—. Cuando seas mayor, te lo diré.

—Pero si tengo doce años —se quejó la albina.

—Cuando tengas catorce años te lo diré, lo prometo.

—¡Vale! —A pesar de que físicamente se parecía más a Sasuke, en lo referente al carácter era como Naruto, aunque se le añade la serenidad de su moreno padre.

 



CONTINUARÁ...



Notas finales:

SASUKE: Yo no lo veo tan mal el fic.

NARUTO: Es cierto, aunque no quiera estar de acuerdo con este zoquete. ≡T.T≡

NAOMI: Eso es porque acaba de empezar TT.TT

SASUKE: ¿Qué has escrito? ¬.¬*

NAOMI: No te lo voy a decir, vas a tener que leerlo desde aquí. TT.TT

SASUKE y NARUTO: ¬.¬U

NAOMI: Y ustedes, por favor, sean buenos y cuéntenme que tal, ya que todavía no habrán mensajes de muerte TT.TT 

NARUTO: ≡lol≡ ¿Tan grave es el fic?


PD: Perdonen por la escena de sexo, es que no soy muy buena para estas cosas (y eso que esta historia la estoy reeditando)


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