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Sin ti no. por onelesslonely

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Notas del fanfic:

  • Pareja: Cho/Hermione

  • Disclaimer: Los personajes de este fic no me pertenecen, sino que han salido de la pluma de la autora de las aventuras de Harry Potter, J.K. Rowling.

 

Eran las 12 de la noche y Hermione se disponía a ir a la biblioteca. Sabía que no se podía ir a partir de las 10 en horario semanal porque Mandame Prince tenía que descansar también, pero un Alohomora y rapidez encontrando el libro que necesitaba, no serían un problema. Conocía bien la biblioteca y sólo serían unos segundos.

McGonagall les había mandado practicar un hechizo aquella semana que era muy complicado y Hermione conocía un libro donde venían indicaciones para que esta tarea saliese mejor en menos tiempo.

Como Harry estaba destacando en Pociones por tener un libro que no era suyo, interiormente empezó a sentir que necesitaba competir contra él. Le entraba la envidia por los ojos en clase del profesor de pociones cuando aparecían gotas de sudor en su rostro y sólo iba por la mitad de la poción, y Harry mientras, ya le estaba mostrando la suya ,sospechosamente terminada, a Slughorn con una sonrisa.

Hermione agitó la cabeza de un lado a otro deshaciéndose de estos pensamientos. Se quitó la bata y se puso la capa dispuesta a salir de la torre común de Gryffindor.

Salió por el retrato de la señora Gorda y la encontró durmiendo. ¡A ver cómo se las apañaba para despertarla después! Pero lo cierto es que no podía pasar ese día sin aprender el hechizo, tenía más cosas que hacer.

Había tenido una semana agobiante y aquello era lo único que había dejado para el final ya que el uso del giratiempo se lo habían prohibido al finalizar el tercer curso y el tiempo era limitado.

Después de asegurarse de que Filch no andaba por los alrededores vigilando con su querida gata, llegó hasta la biblioteca y echó un rápido vistazo por si acaso había alguien detrás de las estanterías, pero parecía estar todo desierto.

Encontró el libro que buscaba y aliviada lo extrajo de la estantería. Se lo llevaría a la sala común para mirarlo mejor. Ya se encargaría de devolverlo al día siguiente antes de que Madame Prince notase su ausencia.

De repente, un sonido lejano y a la vez cercano rasgó el silencio que poblaba toda la biblioteca. Se giró mirando a los lados intentando descubrir quién lo había roto. Pero al no descubrir a nadie se pensó que eran imaginaciones suyas, o que el libro que había quitado había afectado al equilibrio de los demás libros y algunos debían moverse para volver a recomponerlo.

Pero se equivocaba con sus suposiciones. Cho Chang apareció de la nada entre los libros al otro lado de la larga estantería en la que se encontraba Hermione. Con una sonrisa rápida y descarada, miró a Hermione como si fuese lo más normal estar paseando por aquella biblioteca a aquellas horas de la noche.

Hermione se sorprendió de que estuviese allí. Aquella famosa buscadora de Quiditch y buscadora de la fama de Harry, dicho sea de paso, ¿realmente tenía en la cabeza algo más que pajaritos? ¿estaba allí en busca de un libro? ¿Cho sabía leer? Bueno, realmente no le importaba. Cho no le caía demasiado bien. Después de su relación con Cedric, con Harry y toda la fama que tenía en el colegio, no le interesaba demasiado como persona, ni le pareció que mereciese la pena.

Cho disimulando se abotonó la camisa bien y se puso la falda correctamente sin que Hermione lo notase. Aquella idiota ni siquiera sabía nada de lo que era disfrutar y no le importaba si había notado que estaba roja como un tomate y despeinada, la verdad es que la leve oscuridad y a la vez claridad que daba la luna entrando por la ventana ayudaba a que estos detalles pasasen desapercibidos. Sería mejor irse antes que ella.

No se saludaron. Hermione no correspondió la sonrisa de Cho y se fue por una estantería diferente a buscar otro libro. Quería buscar ejemplares de Pociones de sexto curso que no fuesen el que estaban utilizando ese año. La verdad es que volver a pensar en Harry le estresaba demasiado. Estaba acostumbrada a ser la primera siempre. No podía permitirse estar de segunda en nada. Era de familia muggle y tenía que demostrar que valía tanto como los demás, incluso más.

Cho se giró y se fue sin decir nada. El silencio volvió a hacerse, pero duró poco. Dos minutos después un chico salió disparado de la nada, rompiendo el silencio estrepitosamente, mientras Hermione volvía a interrumpir su concentración para ver qué demonios pasaba. ¿Cómo un ruido podía ocultarse y de repente hacerse tan evidente cuando aparecía alguien de detrás de una estantería?

Al girarse con rapidez distinguió a un chico moreno, con el pelo revoltoso y una sonrisa de conquistador. Salía del mismo sitio de donde al parecer poco antes había salido Cho. Sin mirar a Hermione siquiera, se dirigió a la puerta de salida y fuera se escuchó un "¡Cho! ¡Espera!" ¡Por el amor de dios, era tarde! ¡La gente duerme! ¿Qué les pasa? Pero después se dio cuenta de que a menos que Filch anduviese de guardia, los alumnos no se enteraban desde sus respectivos dormitorios y los profesores tampoco.

Al parecer había fiesta por las noches en el castillo de Hogwarts... Ella siempre era la mojigata infantil, la rata de biblioteca que no se enteraba de nada. Ni siquiera las cosas con Ron avanzaban. Era tan tremendamente inútil... Y siempre el segundón. Necesitaba a otro tipo de persona. Ron no era ni sería su chico. Pero todo el mundo parecía creer que estaban hechos el uno para el otro. Es muy injusto que todos opinen y se esperen algo que no se puede dar. Pero ella estaba acostumbrada a hacerlo todo por los demás, así que realmente lo intentaba, aunque no diese resultado. 

El caso era que le fastidiaba ver cómo Cho delante de sus narices había ligado con un guapo, y seguramente lo habría hecho con cientos de chicos del colegio. Cho no parecía ser de las que perdían el tiempo. Pero a decir verdad, parecía una engreída, y eso no le gustaba. Así que, ¿qué más daba? Sólo la envidiaba porque ella podía conseguir a cualquier chico sólo con pestañear y sonreir, y echar hacia un lado ese pelo liso que tenía tan soso...

Ahora que no quedaban ninguno de los dos, se acercó a ver el rincón de donde habían salido. A simple vista parecía un hueco normal, pero si quitabas dos libros y metías la mano, era como si te trasladases a otra habitación. Bueno, realmente no le interesaba verlo, además ya había oído hablar de aquel sitio. Era bastante famoso y Cho no era la primera que iba.

Sin embargo, Hermione conocía un lugar que no todo el mundo tenía el placer de haber pasado por allí. Este sitio se convertía en lo que tú pidieses si pasabas por delante de la puerta tres veces deseándolo con mucha fuerza. Era la sala de los Menesteres, y Cho lo conocía, pero su querida amiga Marietta los había traicionado en quinto curso y habían dejado de utilizarlo. Al menos Hermione no era una chivata.

Se empezó a sentir cansada de tanto pensar y de buscar, así que cogió el libro de Transformaciones y se volvió a la torre de Gryffindor. La señora Gorda, por un casual se había desvelado, como algunas otras noches. No se extrañó de ver a Hermione levantada y fuera de la sala a aquellas horas, pero ésta estaba segura de que la mujer del retrato ni siquiera sabía qué hora era y por eso no le decía nada. Tras un "zumo de calabaza" la Señora Gorda le dejó entrar y se dirigió a cama. El libro lo dejó apartado en un cajón de la mesilla de de noche, ya le echaría un vistazo al día siguiente.

Tras escuchar los sonoros ronquidos de Parvati y Lavander, se echó en cama, cerró los ojos y se dispuso a dormir.

 

Notas finales:

Bueno, este capítulo es una manera de introducir a los dos personajes principales - Cho, y Hermione - a los que, no les pasa nada interesante - o eso parece - se verá en el próximo capítulo.

Bueno, también decir que es mi primer capítulo y mi primer fanfic así que os agradezco la paciencia de leéroslo. Cualquier crítica o maceta tirada a la cabeza, será bien recibida. :)


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