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Tenshi No Melody por Cherry-No-Ferry

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Notas del fanfic:

Pensé que moriría cuando escribiera mi primer fic Lemon, pero al parecer no fue así.
La inspiración fue muy simple: Una imagen de GACKT sentado al lado de un piano.

Este fic va dedicado a las niñas bonitas de "Yami No Kokoro" (Angie, Hanako y Hiko). Managackutistas de corazón. Las quiero mucho, y espero que no haya un desmayo en cadena.

Notas del capitulo:

One shot lemon o PWP, como quieran llamarlo.

Espero que lo disfruten, y que dejen sus reviews.

Estaba tratando de darle forma a una melodía mirando desesperadamente las teclas de mi piano, cuando de pronto escucho abrirse y cerrarse la puerta de la sala de estudios en un parpadeo. Mana había entrado como una revolución en un estado entre el nerviosismo y el enojo. No solía tener este tipo de reacciones, y si las tenía, jamás me enteré. Pero me causó mucha gracia su expresión un poco aniñada que escondía bajo ese maquillaje, que a él solo le sentaba tan bien.

Ni se dio cuenta que yo estaba mirándolo de arriba a abajo. Seguía parado con la oreja parada en la puerta.
Pero aún así, la imagen era demasiado fuerte para mis ojos. Mana-Sama vestido completamente de cuero, como salido de una fantasía XXX. A eso se le sumaba ese pelo rubio que me volvía completamente loco. En ese momento, se me olvidó por completo qué estaba haciendo minutos de que ingresara a la habitación.

Segundos después, largó un sonoro suspiro de alivio.

-Ya se fueron.-

-¿Quiénes se fueron?-, pregunté yo. Algo desconcertado por toda la escena que estaba transcurriendo ante mis lujuriosos ojos.

Mana se dio vuelta y esbozó una pequeña sonrisa que estaba lejos de ser una mueca de humildad, para luego transformarla en un pucherito con caída de pestañas incluidas.

-¿Te gusta?-, dijo Mana mostrando de arriba a abajo su vestimenta. -Es para el video de "Illuminati", pero compré dos más de este mismo modelo por si las dudas.-

Me quedé congelado en el banco tratando de emitir algún sonido, pero mis cuerdas vocales parecían haber quedado detenidas en alguna parte de mi garganta.

-¿GACKT?... ¿Vas a tardar mucho en responderme o te vas a quedar mirándome toda la noche?-

De a poco, se fue acercando como una especie de gata en celo. Yo todavía estaba en estado de shock. Habían sido muchas las veces que imaginé esa escena en mi cabeza, pero jamás pensé como reaccionaría si realmente sucediera. El tema es que estaba sucediendo, y después de tantas idas y venidas, finalmente me podía dar el gusto de ver a Mana así. Tan provocador.

-Veo que has tomado mi lugar. Ahora eres tú quien no pronuncia palabra alguna.- Dijo Mana quien ya estaba posicionado delante mío. Se acercó nuevamente hacia mí, rozó mi mejilla con su propia mejilla y luego con sus manos cerró lentamente la tapa del piano. -Vamos a crear una nueva melodía. Esta vez, quiero que sea bastante sonora-, me dijo suavemente al oído.

Seguido de esto, se sentó sobre mi y alzó mi rostro con su mano derecha para mirarme directo a los ojos.

-No tienes idea cuánto esperé y deseé hacerlo contigo.-

Segundos después, vino el beso. Un beso suave que al instante se convirtió en un beso apasionado y cautivador. Casi podía sentir mi sangre hervir mientras que Mana mordía mi lengua y mis labios. No existía el autocontrol. Mi cuerpo era un frenesí de emociones. Una montaña rusa de sensaciones.
El beso cada vez era más y más excitante, así que al tiempo abandoné su dulce boca para ir acariciando su mandíbula y su cuello con mi lengua. Quería ser yo quien dominara la situación, aunque la situación no la hubiese comenzado yo desde un principio.

Mis manos estaban jugueteando por toda la espalda y cintura del Principito Azulado, mientras que las de él estaban empeñadas en buscar los botones que me despojaran de mi camisa. Yo empecé a bajar el cierre de ese apretado vestido que llevaba puesto. Así que ambos quedamos semidesnudos; y como en un acto reflejo, levanté a Mana en el aire y lo puse sobre la tapa del piano acomodando mi virilidad sobre la suya. Mana soltó la primera nota de nuestra melodía. Un gemido agudo que inundaba mis extasiados oídos.
Siguiendo con el recorrido que emprendí anteriormente, comencé a descender mi marcha hasta llegar al objetivo que gritaba por un poco de atención de mi parte. Saqué su ropa interior, y sin pedirle permiso metí mi boca en su miembro. Un, dos, tres, cuatro, cinco, infinitos gemidos ahogados salían de la boca de Mana quien estaba más que maravillado por tenerme de rodillas ante él, en tan momento digno de fotografiar.
Pero no quería que esto terminara tan pronto. Así que abandoné ese placer para dedicarme al otro placer que eran sus labios.

-¡Por el amor de lo que más sea en la vida!... ¡Te quiero sentir!... Desvístete ya, si no quieres que haya problemas.- Gritó Mana casi como suplicando por mi clemencia.

-No me amenaces con algo tan tentador, Mon Amour.- Fue lo primero que le dije luego de no haber emitido palabra. Mi tono de voz sonó tan gravemente sensual en ese francés trillado que Mana se hundió en mi cuello haciendo que perdiera la poca sensatez que me quedaba. Mis manos tomaron su cabello, y sus manos se dirigieron al cierre de mi pantalón. Para luego, posarse en esa erección que estaba resultando totalmente dolorosa. Los gemidos fueron más fuerte, mientras que Mana seguía mojando el lóbulo de mi oreja.
En un movimiento rápido, dejé de acariciar su cabello para mandar al diablo la vestimenta que me obstruía. Tomé su cabeza con mis dos manos y dulcemente la apoyé contra el piano. Le di otro beso, para luego darle paso a mis dedos los cuales fueron recibidos con gusto por su lengua. Saqué mis dedos para volver a reemplazarlos con mi boca. Y unos minutos después, sentí que Mana se sacudía por la intromisión de uno, dos y tres dedos dentro de él. Yo seguía apretando mi boca contra la de él hasta que quité mis dedos para insertar mi miembro en su lugar.
Nuevamente hubo una sacudida pero esta vez fue de ambas partes. Esperé unos segundos a que se acostumbrara, pero poco tardó en acomodarse para comenzar con ese erótico bamboleo.
Realmente no podía creer lo que estaba pasando. Una de mis más anheladas fantasías era ésta: Tener a Mana pegado a mi, arriba del piano en la sala de estudio. Tenía mucho miedo que todo esto fuera un sueño, pero Mana me estaba demostrando que no era así. Seguimos con esa interminable danza y embestidas muchos minutos más, hasta que sentí que venía la explosión. Me quise correr pero Mana volvió a alzar su mirada para derretirme con esa caída de pestañas, y con la que finalmente logró que me deshiciera dentro de él.
Nuestras respiraciones entrecortadas, los decrecientes gemidos y el beso del final fue lo que le dio el broche de oro a una de las melodías más bellas que hayamos creado hasta ahora. Todavía dentro de él, y sintiendo su abrazo como si fuésemos una pareja de una novela rosa, escuchamos el sonido de la realidad golpeando nuestra puerta.

-GACKT, ¿ya terminaste la canción?- Me decía Kami tras la puerta.

Mana levantó su cabeza de mi pecho, y me sonrío. Yo como pude le grité.
-Créeme que sí, y ha quedado divina.

FIN.

Notas finales:

No tengo más que decir. Espero que sigan vivos luego de haber leído este fic.


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