San Valentín, el día de los enamorados... diversos nombres para un sólo día en el que, materialmente, le demuestras tu amor a tu pareja, porque se había decidido así y punto.
Jonghyun deambulaba por la casa de los brillosos como alma en pena, sin saber qué regalarle al dulce ángel de, actualmente, dorado cabello con el que iba a cumplir un año y medio justo el 14 de febrero. Inconscientemente sonrió complacido, recordando el comentario que hizo Minho cuando decidieron decirle que estaban saliendo.
FLASH BACK
Fue un sábado por la noche, Onew, Key y Minho estaban sentados en la mesa, esperando a que la pareja se decidiese a aparecer para poder cenar.
Grande fue la sorpresa de los chicos al ver que Jjong y Taemin entraron tomados de la mano, el menor tiernamente sonrojado. Sin poderlo evitar, Key sonrió felizmente a la par que se aferraba aemocionado al brazo de Onew, que también sonreía, ambos felices de que por fin decidiesen hacerlo medianamente publico.
-Chicos... eeh, más bien Minho, queremos que sepas que... bueno, que estamos saliendo y que esperamos que no te incomode... - musitó nerviosamente el vocalista principal antes de, ambos, hacer una reverencia.
Minho sonrió, feliz por sus amigos, pero no pudo evitar soltar un comentario bastante... ¿gilipollas?
-Claro que no, os deseo lo mejor durante el poco tiempo que, de seguro, duraréis. - aquel comentario provocó que Taemin tuviese que detener a Jonghyun para que no le remodelase la cara al carismático rapero con un argumento muy inteligente.
-Deja que piense lo que quiera, nosotros le demostraremos que no tiene razón.
END FLASH BACK
Y, efectivamente, Minho se había tragado sus palabras y con creces. Pero, volviendo a lo importante, Jonghyun seguía sin saber qué regalarle al Maknae... Repentinamente una fugaz imagen cruzó su mente. ¡Caro! ¿Cómo no se le había ocurrido antes? Tenía que ir corriendo al centro antes de que cerrasen las tiendas. Le echó un vistazo a su reloj de pulsera. Eran las siete y veinte, tenía un hora para comprar el regalo.
Rápidamente se dirigió a la entrada de la casa, se puso sus botas de cuero, su abrigo y cogió las llaves del coche al igual que su cartera. Estaba por abrir la puerta y salir cuando oyó que lo llamaban.
-¿A dónde vas, Puppy? - la voz curiosa de Taemin lo detuvo en seco. ¡Joder! ¿Por qué siempre era tan “oportuno”?
-Key shi me ha pedido que vaya un momento al super a comprar cebollas, que se han acabado. - inventó en tiempo exprés. No hace falta decir que Taemin le creyó.
-Está bien, pero no tardes o me enfadaré. - supuestamente debería ser una amenaza, pero si lo dice un rubio con cara de ángel y puchero más bien infantil pueeees... no acojona mucho, la verdad.
Jonghyun sonrió enternecido antes de acercarse al menor y darle un suave beso en los labios.
-Está bien, estaré de vuelta en... diez segundos. - sonrió divertido antes de cerrar la puerta y entrar en el garage. Una vez dentro del flamante mercedes rojo, miró nuevamente su rolex de acero, que marcaba las ocho menos veinte. Suspiró, aún iba bien de tiempo.
Por otra parte, en cuanto Taemin dejó de oír los pasos acelerados de Jjong, sonrió perversamente.
-<<Éste se piensa que yo sigo siendo un crío... como si no me acordase de que mañana es San Valentín y que, además, cumplimos un año y medio... aunque se ha de reconocer que inventa excusas a la velocidad de la luz.>> - con estos pensamientos fue a la cocina, dónde Key preparaba la cena para el grupo.
-Key omma, ¿necesitas cebollas para la cena? - le preguntó como quien no quiere la cosa. Kibum le miró extrañado.
-No, estoy haciendo galbi con bibimbap. - comentó algo desconcertado por la repentina pregunta del maknae. - ¿Por? - el menor sonrió.
-No por nada, sólo era curiosidad. - tras aquello se acercó confidente a su hyun. - Oye, Kibum ah, ¿seguro que el regalo le gustará a Jjong puppy? - preguntó, dudando del regalo que le había propuesto su omma.
-¡Por supuesto! Jinki me dijo el otro día que, hablando con Jjong hyun, le comentó que le haría ilusión, así que tú confía en tu Omma, ¿vale? - sonrió fraternalmente antes de palmearle suavemente la cabeza. Taemin sonrió, confiando plenamente en su hyun.
Mientras tanto, Jonghyun ya había llegado al centro comercial y, tras hacerse un par de fotos con algunas nunas que lo pararon, llegó a la bendita tienda.
Le costó bastante decirdirse por cual sería el mejor. Pero al final eligió el que le encantó desde que se lo mostraron. Salió sonriendo de la tienda, pero su tarjeta de crédito no parecía tan feliz.
-<Todo sea por mi Taeminni.>- pensó, imaginando la ilusión que le haría su regalo.
Durante el camino de regreso a casa estuvo pensando dónde guardar el regalo para que el rubio no lo encontrase. La respuesta le llegó justo cuando estaba aparcando el coche en el garaje.
-<Él no es de rebuscar en la perttenencias ajenas, así que lo dejaré en el bolsillo interior de mi chaqueta, y punto.>- y, sonriendo como quien sabe algo que tú no sabes pero que te imaginas, salió del mercedes, se guardó el regalo en el bolsillo interior del abrigo y entró en casa.
-Ya he lleg-... no pudo acabar la frase cuando un propulsado Taemin se tiró sobre él, abrazándolo con brazos y piernas, a lo koala, haciendo que el desprevenido Jjong tuviese que apoyarse en la puerta para no abrirse la cabeza contra el suelo. Tras recuperar el equilibrio abrazó a la, desde aquel momento, nueva especie de koala por la cintura.
-¿A qué se debe este recibimiento? - preguntó, sin poder evitar sonreír divertido. El maknae le miró, también divertido.
-A nada, sólo me apetecía, jeje. - seeh, aquello era muy normal. Puppy sonrió más antes de besar al rubio en los labios, que por cierto sabían “Stawberry milk”.
Tras el beso Taemin se bajó de encima del hyun, el cual frunció el ceño.
-A ver si dejas de crecer. - dijo el mayor, con un tono más propio de Yoongeun que de él. Taemin sonrió con prepotencia, siiií, Key influye demasiado en su bebé.
-Tranquilo, hyun. Sólo te saco tres centímetros de altura, jeje. - comentó con burla. Sí, aquello también era habitual. Jonghyun sonrió enigmáticamente y de un rápido movimiento acorraló al rubio entre la puerta y su cuerpo. Se acercó al cuello del menor, lamiendo con la punta de la lengua desde la clavícula hasta el lóbulo de la oreja.
-Hmm... - el rubio cerró los ojos con fuerza, al igual que la boca, al sentir la cálida lengua del moreno sobre su piel. Un escalofrío recorrió el cuerpo del menor al sentir el tibio aliento del moreno sobre su oído.
-No por ser más alto vas a tener más fuerza, baby. - tras decir aquello se separó un poco del maknae, observando lo tentador que se veía sonrojado, con los ojos cerrados con fuerza y mordiéndose el labio inferior. Jonghyun sonrió antes de acariciar la mejilla del Handy boy, el cual le miró entre excitado y avergonzado, y le abrazó por la cintura, pudiendo entir como el menor repartía leves besos por su cuello. Definitivamente, Taemin ya no era un niño... y le encantaba. Impulsivamente bajó una de sus manos por la espalda del rubio, sintiendo como subía la temperatura.
-¡Ejem! - se separaron de golpe, ambos avergonzados. -Una cosa es que no me moleste lo vuestro, pero otra muy diferente es que os pongáis a lo vuestro en mitad de la entrada.- musitó el rapero.
-Sorry, Flaming. - dijo el mayor, sonriendo nerviosamente.
-Perdonados pero, por favor, la próxima vez dejad el exhibicionismo para los paparazzis, ¿vale? - y tras decir aquello subió las escaleras hacia su habitación.
La pareja se miró, ambos avergonzados, antes de echarse a reír. Cuando dejaron de carcajear, Taemin miró interrogativo a Jjong, el cual alzó una ceja en gesto de curiosidad.
-¿Y las cebollas? - preguntó el menor, como quien no quiere la cosa. Jonghyun sintió como su cerebro trabajaba a mil por hora para inventar una escusa creíble, después de todo lo inocente que pudiese parecer y lo despistado que llegase a ser, Taemin no era ni inocente ni idiota.
-No las he podido comprar... - dijo como iniciando un largo relato, que el Maknae estaba dispuesto a escuchar de pe a pa. - resulta que la calle estaba cortada y claro me ha tocado dar la vuelta al distrito para poder llegar al puñetero super, y cuando he llegado estaba cerrado, así que me ha tocado volver, con dos litros menos de gasolina y acordándome en todos los antecesores del jodido dueño del puto supermercado. - habló fingiendo cabreo a medida que relataba su excusa.
-Pues que cabrón el tío, ¿no? - musitó el maknae, aunque en sus adentros le hacía gracia que Jonghyun se esmerase tanto en intentar ocultar algo que el ya sabía.
-Mira el inocente... eso no se dice, Tae. - dijo el moreno mientras se quitaba el abrigo y lo dejaba en el perchero. Taemin sonrió divertido.
-¿Qué? Si no soy inocente la noonas dejan de interesarse por SHINee. - comentó burlonamente, aunque en cierto modo era cierto. Jjong no pudo evitar reír mientras se quitaba las botas.
Tras levantarse, le dió un suave beso en los labios, a penas un roce, antes de sonreír, caminando hacia el interior del habitáculo.
-Egocéntrico, a parte de beber menos “Strawberry milk”, deberías pasar menos tiempo con Key shi... te afecta al cerebro. - dijo con tono burlón antes de sentir como el menor se encaramaba en su espalda, riendo ambos divertidos. Llegaron al salón, dónde Jonghyun se dejó caer de espalda sobre el sofá, aplastando al pobre maknae.
-¡¡Puppy!! ¡Me espachurras! - exclamó, dramatizando como si en sus pulmones no pudiese entrar más aire. Jonghyun se dió la vuelta, apoyándose sobre sus codos para no aplastar al menor pero sin levantarse de encima suyo.
-Menos, eeh... que no peso tanto.- masculló haciéndose el ofendido. Taemin sonrió divertido, y luego el inocente chiquitín era él... ¡ja!
Como pudo, se levantó un poco para besar los labios de su hyun, que seguía sin quitarse de encima suyo.
-¿Me estás sobornando para que me quite? - preguntó como aquel que no se cree que la Tierra es redonda.
-¿Funciona? - Taemin sonrió ampliamente, consiguiendo un aspecto angelicalmente dulce e inocente, que enterneció al mayor. Jonghyun sonrió, acercándose al rostro del menor para depositar varios besos por sus mejillas y frente, pero sin llegar a su labios, a pesar de que el maknae los buscaba con ganas.
-Podría decirse que sí... - murmuró sobre los labios del menor, que los entreabrió, hambriento de los labios del moreno. Y justo cuando el rubio sintió que rozaba los labios del mayor, éste se levantó de encima suyo, dejando a un boquiabierto rubio sobre le sofá. Jjong no pudo evitar soltar un leve carcajada ante la expresión del Handy boy al sentarse sobre el sofá para mirarlo a los ojos.
-Eres un tramposo... - musitó con tono sombrío, a pesar de que intentaba aguantarse la sonrisa que asomaba por la comisura de sus labios. Ante aquel comentario el vocalista sonrió divertido antes de tomar el mentón del rubio y hacer que le mirase a los ojos desde cerca.
-Pero te encanta... - tras el comentario besó la comisura de los rosados labios del Baby. - … además, estamos en el salón, si nos vuelve a pillar Minho te digo yo que no podremos movernos en una semana de la castración a la vieja usanza que nos hace por salidos. - comentó con burla antes de escuchar un leve jadeo proveniente de la cocina. Ambos miraron en dirección de donde provino en lujurioso sonido antes de mirarse, con los ojos abiertos como platos.
-Kibum ah y Onew hyun están…- comenzó a decir el makne mas se vió incapaz de continuar ocn la afirmación. Jonghyun asintió lentamente con la cabeza.
-… y en la cocina. – musitó antes de que un escalofrío recorriese a ambos. Una cosa eran ellos, otra oír a los demás.
-Pobre Minho… ya se como se ha sentido antes… - masculló el menor antes de que otro jadeo llegase a sus oídos, esta vez era más lascivo e iba a compañado de un entrecortado “…n-no Jin…ki… Jjing y Tae estáaahn en el salón…”. Definitivamente la voz lasciva de Key era la de una Diva. La pareja más joven se miró, ambos avergonzados antes de, en un pacto silencioso, salir del salón y subir a la habitación que compartían. Por el pasillo, antes de entrar en la habitación, se cruzaron con minho, que los miró extrañado.
-Si bajas a la cocina esperate un rato que Kibum shi y Onew tienen cosas que hacer. – musitó Jjong antes de entrar tras Taemin en su habitación y cerrar la puerta. Minho los miró sorprendido, pero decidió hacerles caso y volvió a meterse en su habitación, dónde cogió ropa y toallas para darse una ducha y distraerse un rato.
Mientras tanto, en la habitación de la pareja menor, Taemin se había tirado sobre su cama, quedando boca-abajo y con la almohada an la cara, mientras que Jonghyun, tras cerrar la puerta, se había quedado apoyada en ésta, todavía sin acabar de creerse lo que habían oído.
-Oye… ¿crees que hace mucho que ya han… bueno que lo hicieron por primera vez? – preguntó repentinamente en maknae, sorprendiendo al moreno. Éste por su parte se sentó an la cama del Handy boy, sin saber qué decirle.
-Pues… no lo se, pero sabiendo como es Key shi, pues… probablemente sí. – afirmó en moreno mientras paseaba su mano distraídamente por la espalda del menor. El cual se sentó sobre la cama, con las piernas cruzamas y la almohada entre los brazos, con el rostro algo sonrojado.
-Y nosotros… ¿qué? ¿no me deseas? – preguntó con la mirada seria, sorprendiendo de sobremanera al mayor que se quedó boquiabierto, tidavía sin creerselo. Tras un par de segundos, que fue lo que le costó reaccionar, sonrió amablemente antes de sentarse más cerca del maknae y acariciar levemente su mejilla.
-Taemin, tendría que ser ciego, sordomudo e incapacitado para no desearte…-sonrió.- es sólo que no quiero que te sientas forzado. – dijo antes de abrazarlo protectoramente, gesto que fue correspondido por un feliz rubio. Tras separarse se dieron un cálido y profundo beso. Tras aquella pregunta y aquella respuesta ya sabían lo que iba pasar el día de San Valentín, pero era mejor no romper la mágia y dejar las palabras para sus adentros.
Aquella noche cenaron especialmente tarde, no hace falta decir por qué, además de el hecho de que tanto Key como Onew se veían cansados y como si hubiesen sudado, pero los otros tres prefirieron no decir nada para no incomodar a la pareja, aunque la pareja menor se hubiese traumado por completo.