No sabía en qué momento había dejado de verlo como a un niño pequeño para empezar a desearlo como hombre. No tenía plena consciencia de cuando la abismal diferencia de edad había empezado a desinteresarle.
Tal vez fue en el instante que lo vio entrar a las instalaciones de la SPK con su porte de chico malo, cuando cruzó la puerta tan dueño de sí y pasos tan firmes y seguros que su corazón latió desbocado y le quitó el aliento por un segundo. Tal vez…
Al principio le pareció sólo un niño mimado por las historias que Near le contaba, siempre molestándolo, golpeándolo… tenía la imagen de que era de esos niños malcriados a los que les gustaba llamar la atención. Al fin, era huérfano ¿no?
Le parecía que era sólo un pequeño falto de amor maternal, arrancado de su hogar por unos completos desconocidos que querían jugar con su inteligencia. Después se asombró de no tener la misma compasión por al albino. Es por qué es tu jefe, se repetía. Y al fin se convenció de que a Near no lo veía con los ojos abnegados en lágrimas de caridad por la sencilla razón de trabajar con él.
Poco después de eso empezaron las llamadas. Near recibía llamadas a su teléfono móvil muy entrada la noche, casi la madrugada. Casi siempre duraban apenas unos minutos, pero a veces se prolongaban horas, siempre tuvo curiosidad de lo que hablaba y con quien lo hacía, aunque tenía la sospecha de que era Mello, o tal vez el segundo L… no es como si Near le dijera todo lo que pasaba en su vida, tal vez de vez en cuando le contaba una historia si Halle le hacía una pregunta o comentario sobre su infancia y sólo cuando estaba de buen humor. Llegó a un punto en el que preguntaba todos los días por algo relevante a la infancia de Near, sólo por escuchar sobre el pobre Mello…
Claro que su jefe empezó a sospechar casi inmediatamente, al tercer día se dio cuenta de que la curiosidad de Halle iba más allá de saber por el orfanato, o sobre su infancia robada. Más que nada porque siempre terminaba preguntándole sobre Mello indirectamente. Y, no sabía por qué, siempre terminaba contestándole, tal vez era consciente de que la rubia se estaba enamorando de Mello y quería hacerle saber todo lo que ella quisiera por puro narcisismo.
Mello y Near estaban enamorados, enamorados y juntos. Su romance se veía opacado algunas veces por las rencillas que venían arrastrando desde Wammy’s, pero su amor era tal que ni eso los podía separar. Era un idilio pasional que no tenía sentido alguno. Mello aseguraba que fue la intensidad de su odio lo que los orilló a amarse, Near tenía sus reservas pero no descartaba la posibilidad.
Le encantaba la intempestiva pasión que lo hacía desbordarse ante Mello, amaba que su relación fuera tan primitiva, basada en efímeras emociones que siempre los hacían terminar en la cama; cansados, sudorosos pero satisfechos sobre todo. Sabía que su amor era tan grande que no necesitaba ser demostrado con palabras, también sabía que Mello jamás le sería infiel.
Algo similar les pasaba a ambos, no eran capaces de tocar a otra persona aparte de ellos, de desearla o amarla. Era como si su mundo entero estuviera reducido a sólo ellos dos, como si estuvieran destinados. A Near le parecía increíble y muy conveniente. Alguna vez Mello le había confesado, entre gemidos y entrando en su cuerpo como hacía siempre que le decía algo importante, que había intentado follarse a Matt, a Near se le crispó la cara de dolor ante el cinismo de Mello, pero que no había podido tener una erección. ¡Vaya mierda!, había pensado Near, y fue cuando Mello le confesó que no era capaz de tocar a nadie más que a él. Near no tenía ni que decirlo. El único hombre en su vida había sido Mello, y no planeaba tener más variedad en lo que le restaba en la Tierra.
Y fue precisamente esa aseveración, de que Mello jamás lo cambiaría por Halle, que le hizo contarle todo su rubia agente, todo lo que quisiera saber. Near estaba celoso y quería que Halle sufriera por pensar tan sólo en acercarse a Mello. La dejaría ilusionarse y pensar que tenía al menos una oportunidad para después hacer que su rubio la desairara completamente y de la manera más cruel que pudiera.
Con Near nadie se metía.