Habían pasado seis meses ya desde aquel día en el que se descubrió pensando en el y en la textura que tendrían sus labios si los besaba. A partir de entonces había pasado por todas las etapas imaginables para poder llegar de la negación a la aceptación, la cual se había hecho presente apenas un mes antes.
Sí, cinco largos meses le había costado lograr aceptar, o como el mismo lo llamaba “resignarse” al hecho de que estaba enamorado.
Tanto tiempo puede parecer una verdadera exageración, pero para DongHae este era el mayor y mas traumatizante evento de toda su vida. Pues, no solo estaba enamorado de un hombre -cosa que nunca antes habría creído posible ya que siempre se había considerado completamente heterosexual- si no que, ese hombre era uno de sus compañeros de Super Junior y también uno de sus mejores amigos.
Desde que debutaron juntos había sentido una especial atracción hacia SiWon. Al principio había pensado en ello como simple admiración, pues el de apellido Choi era prácticamente el hombre perfecto y pensaba que sería agradable algún día poder llegar a ser como él.
Pero, conforme pasaba el tiempo y todos iban conociéndose mas a fondo, pudo darse cuenta de que SiWon no era tan perfecto como aparentaba en el medio artístico. SiWon era una gran persona, amable y de buenos sentimientos, pero al fin y al cabo era humano y como todos, tenía sus errores, problemas y preocupaciones.
Ahora, pensándolo en retrospectiva, esto había sido lo que había hecho que DongHae se enamorara perdidamente de él. Por supuesto que el fan service también había contribuido a que aquel sentimiento de calidez que lo embargaba cada vez que sostenía una plática con SiWon fuera creciendo hasta convertirse en unas frenéticas mariposas que revoloteaban en su estómago cada vez que le veía sin camisa en alguno de sus conciertos.
DongHae profirió un fuerte suspiro y se hundió mas en la tina, cerrando los ojos e intentando por todos los medios posibles, no pensar.
- DongHae, DongHae - una suave voz le repetía su nombre al oído. pero el se negaba a despertar, por lo que solo suspiró quedamente y se dispuso a proseguir con su tranquilo sueño. - Vamos pececito, te vas a resfriar si continúas aquí. - la persona que lo llamaba del otro lado de la neblina del sueño que nublaba su mente, bufó con fuerza al ver que no se movía ni daba señal alguna de despertar.
DongHae, profirió un ligero bufido, pues conocía perfectamente aquella voz, pero estaba dispuesto a no pensar en ella por nada del mundo.
Cuando creyó que la persona que intentaba despertarle por fin se había dado por vencida sonrió ligeramente. Pero, al instante esa sonrisa desapareció al tiempo que sus ojos se abrían de par en par, solo para encontrarse con el sorprendido rostro de SiWon que lo sostenía en sus brazos.
- ¿Q-Que haces?
- Creí que estabas dormido y pensé que te resfriarías si continuabas sumergido en el agua fría - respondió el aludido de manera inocente. - pero al parecer no te haría mal otro baño de agua helada.
- ¿De que hablas? - preguntó DongHae extrañado, al tiempo que intentaba no mirar a SiWon a los ojos ni pensar en la sensual cercanía de sus cuerpos.
Pero SiWon no respondió, se limitó a mirar hacia la entrepierna de DongHae con un ligero sonrojo.
Toda la sangre que había en el cuerpo de DongHae subió a su rostro de golpe, o al menos así le pareció a él. Pues en el instante en el que siguió la mirada de SiWon, notó que tenía un “ligero problema”. Pues, sin percatarse de ello, cuando Choi lo había tomado entre sus brazos, él había sufrido una fuerte erección.
Al momento, DongHae saltó de los brazos de SiWon y salió corriendo del baño hacia su habitación, sin molestarse en siquiera tomar una toalla y haciendo caso omiso de las miradas asombradas y las risas del resto de sus compañeros.
Una vez en la seguridad de su habitación, echó el seguro a la puerta y se dijo que jamás en su vida volvería a salir de allí. Pues, en cuanto lo hiciera le esperaba la mayor humillación de toda su existencia.