¿Por qué? ¿Por qué a me lastimas así? ¿No éramos amigos? La última pregunta no tiene lógica, porque sí eres mi amigo y lo serás para siempre, porque así eres tú. Alguien que cumple sus promesas, objetivos, que es de total confianza y con unos sentimientos tan puros que parecen irreales.
Así eres, Naruto Uzumaki.
Incluso pensar esto es estúpido para mí. Debería serlo… pero, lamentablemente, quiero o tengo la necesidad imperiosa de hacerlo. ¡Ja! He caído bajo, muy bajo…
¡¿Por qué?! ¡¿Por qué, maldita sea?! No quiero… no puedo soportar mi soledad ¡No de nuevo! Pensar que estaré sumergido en un pozo de total oscuridad me mata. Mata mis fuerzas y esconde aún más mis sentimientos. Los sepulta.
Mis días eran nublados, la lluvia de mi corazón y ojos no cesaban nunca. Mi vida era monótona, mi sufrimiento constante. Así eran, hasta que te conocí. Tu radiante sonrisa, tus brillantes ojos y tus cabellos cuales soles, iluminaron mi vida nublada, opacada por la oscuridad. Alegría y felicidad conocí a tu lado. Reí y lloré contigo. La soledad y frialdad se esfumaron.
Aprendí muchas cosas contigo y te descubrí. Detrás de esa tierna sonrisa, se encontraba un pequeño y frágil niño asustadizo. Lo protegí y cuidé de él, como tú lo hacías con mi dolido niño interior que poco a poco comenzaba a sanar.
Mi corazón congelado desde hacía años, volvió a latir como nunca.
- Sasuke teme… - Tu voz resonó en la habitación. – ¡Estoy tan feliz! No puedo ocultar esta emoción…
Nunca las ocultas, tus ojos te delatan.
- … sé que mi dicha es dolor para ti.
¿Lo sabes? No lo creo…
- La persona con quien quiero pasar el resto de mi vida, es la que tú odias, ¿cierto?
Ah, tan ingenuo como siempre.
- Dobe, sabes que no lo odio… sólo que a veces tenemos roces como cualquiera…
No lo odio, pero ¿tendría que hacerlo? Quizá sí, porque me roba mi sonrisa.
¡Mi todo!
- “Maldición, Sasuke, eres un Uchiha ¡Contrólate! ¡Controla tus malditos pensamientos!” – Cierro suavemente mis ojos – Dobe, eres mi amigo y tu felicidad es importante para mí.
Al abrir mis negros ojos, veo tu encantador rostro sorprendido. No me sorprende, después de todo, casi nunca dejo salir mis emociones.
- Teme… - Una sonrisa me regalas - ¡Tendrías que ser más expresivo, de veras!
- Hmp… - Sonrío burlonamente – Olvídalo, sería como tú.
- … ¿Como yo? ¡Oye!
- Te felicito.
- Sasuke, muchas gracias. Eres mi mejor amigo, nunca te cambiaría por otro ¡de veras!
Naruto… cállate, por favor. Tus palabras, por más sinceras que sean, me matan.
* * *
Aquel día, las ilusiones de una persona se rompieron como cristal. Sólo tristes anhelos quedaron y una sonrisa se borró. Los ojos de esa persona se volvieron fríos como antes y su expresión se endureció.
Su corazón se congeló, dejando de latir para dar paso al hielo.
- Tal vez… así debía ser - Susurró al viento, quien se encargó de llevar esas palabras a un lugar muy lejano.
Estaba en el parque donde conoció a la persona que se encargo de iluminarle su existencia, de llenar ese hueco en su pecho. Sonrió tristemente.
- “Naruto…tengo que dejarte ir, ¿cierto?”
Relajó sus músculos y una traicionera lágrima salió a la luz.
* * *
- ¡Felicidades a la pareja!
Todos gritaban por la boda. Felicitaciones y gracias eran lo que más resonaba en el lugar. Los amigos se encontraban reunidos por una razón: los novios se casaban.
- Sasuke.
Esa voz era inconfundible. Lo miré indiferente, tratando de ocultar mi dolor. Él no tenía que saberlo ¡no!
- Necesitamos hablar.
Asentí. Mi cerebro se desprendió del resto de mí; para mi decepción. Quería hablar, ¿Se habría dado cuenta? ¿Qué le digo? Rayos, encuentra una excusa, Sasuke, ¡Eres un Uchiha, por Dios!
Estamos en una habitación separados del resto. Nadie entraría aquí para interrumpirnos, eso era seguro. Estaba dándome la espalda y yo, mirándolo como un idiota.
- Sé que esta unión no te agrada demasiado – Me miró a los ojos. No supe qué decir al instante.
Minutos pasaron, hasta que decidí cortar el silencio.
- No… - Sentía su mirada y yo la esquivaba. “Es hora Sasuke” – Estás equivocado – Lo miro. Tengo que aceptarlo.
- … Sasuke…
- Hermano, a pesar de las peleas y discusiones, te quiero y siempre te desearé lo mejor – Una diminuta sonrisa apareció en mi rostro. – Naruto es una persona increíble y es mi mejor amigo… un hermano. Tengo que admitir que me tomó por sorpresa la noticia…
El ruido del timbre me desconcertó, no esperaba ninguna visita. Mataría quien estuviera al otro lado de la puerta por interrumpir mi preciada tranquilidad. ¿Naruto? “Adiós deseos asesinos…”
- ¡Teme, Itachi y yo nos casaremos!
- ¿Q-qué?
- Lo que escuchaste, teme sordo – Se sentó en mi sillón y una radiante sonrisa salió de sus labios.
Lo siguiente que escuché fueron mis pensamientos.
- Pero el amor les llegó y… los felicito. Que sean muy felices.
Itachi me miró con ¿alegría? ¿Lo que estaba en sus labios era una sonrisa? ¡¿Dónde diablos quedaron los Uchiha serios y fríos?! En el olvido porque ahora se encuentran sumergidos en el País de las maravillas, junto con Alicia, me respondió una voz en mi cabeza.
- “Cómo odio a mi conciencia…”
- Sasuke… - Si Itachi sigue repitiendo mi nombre, me lo cambiaré.
- ¿Qué? – Le pregunto con enojo; suficiente con que me humillé dejando salir mis pensamientos.
Un abrazo cálido me descolocó. Le correspondo la acción algo desconcertado. Mi hermano mayor, caracterizado por ser una persona fría, distante y calculadora, me estaba abrazando. Recuerdos me llegaron a mi mente: Itachi jugando conmigo, hablándome y abrazándome de niños. ¿Dónde quedaron aquellas personas que parecen lejanas?
- Perdóname… - Un murmullo sale de su boca.
- ¿Por qué? – No puedo evitar la pregunta. Ahora sólo estoy con mi hermano, demostrando el afecto que tanto reprimimos por culpa de nuestros padres.
- Por lastimarte, tonto hermano menor…
- Hmp, el día que lo hagas lo lamentarás.
Era cierto, no mentía. ¿Por qué sentir dolor cuando las dos personas que más quería y admiraba estaban juntas?
- Gracias.
En ese instante llega Naruto, irradiando luz, en serio ¿cómo lo hace ese dobe?
- Con que aquí estaban ¡los estuve buscando por todas partes! – Hizo un puchero propio de él - ¡Quiero presentarles a alguien! - Itachi se acerca a él, lo toma de la cintura y lo besa apasionadamente.
Desvío la vista, no estoy acostumbrado a ver ese tipo de escenas y menos como protagonistas a mi propio hermano y mejor amigo. Es en ese momento que lo observo. A unos pasos de la pareja está un chico. De cabellos rojos como la sangre y de ojos claros. Sonrojado se hallaba por el beso, de eso no había duda, puesto que miraba el suelo totalmente avergonzado.
- Ehm… - Naruto estaba rojo como tomate. – Q-quería presentarles a mi primo: Gaara No Sabaku.
- Encantado de conocerlos…– Saludó con una voz suave pero fría.
Itachi apenas lo saludó y “secuestró” a Naruto. Me quedé en silencio mirando fijamente al invitado. Seguía sonrojado y con un gesto de molestia que lo hacía ver tierno. Era más bajo que yo y de apariencia delicada. No sé por qué, sólo me acerqué y le revolví su cabello despeinándolo en el acto.
- Soy Sasuke Uchiha, hermano menor del esposo de tu primo. Lamento la poca educación de mi hermano.
“Naruto… mi corazón está latiendo. Siento un calor extraño invadirme. No sé lo que es, pero me gusta.”
- N-no importa... – Me miró a los ojos aún sonrojado - E-encantado… Sasuke-san.
“Quizá, estaba equivocado… quizá sí puedo ser feliz. Sólo debo buscar mi felicidad… aunque algo me dice que ya la encontré.”
Por alguna extraña razón, a dos personas, la fiesta ya no les parecía aburrida.
Fin